domingo, 19 de octubre de 2014

Capítulo 12


X
ANDER
Veo cerrar la puerta al dejar Tiago la sala, no salía de mi asombro. 

¿Tiago se había peleado con la enfermera para dejarle entrar? Y lo más increíble ¿se declaró mi novio? Una sensación de emoción indescriptible subió desde mi estomago y se atoró en mi garganta buscando escaparse en formas de lagrimas. Las contuve, no quería que encima de homosexual me trataran de enclenque.

El doctor me dijo que ya estaban afuera los de la policía para tomar mi declaración. En ese momento me llegaron las palabras de Tiago, que él se iba a suicidar el día que nos conocimos, fue un día importante para nosotros. Con más razón no me echaría para atrás, los demandaría, haría la denuncia contra ellos, no dejaría que esos dos se salgan con la suya.

El doctor controlo que estuviera bien, y dejó pasar a los oficiales y con ellos de nuevo entró Tiago, él se acercó mucho a mi lado, lo tomé de la mano con la mía sana.

-Señor Alexander Black ¿confirma lo que está diciendo?, ¿que fueron estos individuos? -Tiago apretó mi mano y lo miré a los ojos, en los de él estaba el mismo temor que sentía, pero ya había llegado muy lejos-

-Sí, no hay ninguna duda, fueron ellos y me hubieran matado si no interviniese el otro, que como dije no sé quién es.

Puede firmar su declaración -me pasó el oficial la tabla con el papel de mi declaración. Lo firme, en el lo hizo Tiago y el Doctor como testigos- lo estaremos visitando cuando el abogado confirme algunos datos y le dejaremos un oficial en la puerta, para evitar cualquier eventualidad y protegerlo.

El suspiro de alivio que soltó ese hombre joven que era mi amigo y compañero hizo que de nuevo lo mirara.

-Estará todo bien. -le dije al apretar su mano y me devolvió el apretón 
El doctor y los oficiales se retiraron y en ese momento, recordé mi móvil-

-¿Puedes pasarme el móvil y enchufar el cargador a una toma? -señalé mi chaqueta y al mostrármelo asentí- Dentro del bolsillo interior está el cargador.

-Está muerto esto -me muestra y lo deja en la mesa para que se cargara-

-Ven aquí -golpeo la cama a mi lado- quiero me repitas la última parte antes de que entrara ese bendito matasanos.

-¿Qué? -se acomodó a mi lado, cuidando de no moverme tanto, totalmente sonrojado-

-Dime que me quieres -mi voz salía baja, casi inaudible-  dime que no sueño, que me quieres como lo hago yo

Allí mi boca tembló un poco ante la emoción. Cerré mi boca y bajé la mirada a nuestras manos unidas y despacio recorrí su brazo, llegué a su cara, barrí sus labios, pensando en lo mucho que deseaba tocarlos con los míos.

-Tiago quiero besarte -Abres tus ojos sorprendido y siento mi cara incendiada- quiero besar a mi novio

Volví a decirlo y en eso bajas despacio tu rostro, para hacer que nuestras bocas se toquen, antes de que te separes, apreso tu labio entre los míos y lamo en forma lenta. Tu lengua toca la mía, siento como la sangre corre veloz por mis venas, hago un movimiento brusco y un quejido se escapa al sentir mis costillas clavarse en mi.

TIAGO
El primer contacto, el primer beso de verdad, totalmente sentido y visceral. Mi estómago se apretó como nunca y podría jurar que un kraken furioso se revolviera por mi interior causando estragos de proporciones épicas. Perdí todo raciocinio cuando nuestras lenguas se encontraron en una húmeda caricia, seguro que fue porque toda la sangre huyó hacia zonas del sur de mi cuerpo, podría jurar que mis pantalones se achicaron por lo menos en una talla. Me sentía envuelto en un torbellino de sensaciones y emociones que ya me estaba sintiendo mareado, sin embargo un quejido de tu parte me hizo volver de manera brusca a la realidad actual recordando el lugar y motivo por el cual estamos aquí. De manera inmediata me alejé de ti y ahí pude percatarme del porque estaba mareado… había olvidado respirar.

-Yo… yo… lo si… lo siento –me remuevo inquieto sin atreverme a tocarte- ¿te lastimé? ¿Te duele mucho? Maldita sea Ratón, soy un bruto –respiras de manera superficial y en cortos tramos mientras sujetas tu costado, del sonrojo paso a la palidez- voy por el doc.

-No

Dices en un susurro bajito para detenerme de mi partida en búsqueda del médico, un simple toque de tu mano en mi brazo fue el mejor estímulo para quedarme en mi sitio.

Poco a poco tu respiración comienza a ser más pausada, seguramente el dolor esta menguando, aún mantienes tus ojos firmemente cerrados y me duele el alma verte lastimado, sobre todo porque me siento un completo inútil e incompetente con lo que respecta a tu cuidado. Tú no deberías pasar por esto. No tú.

Acerco la incómoda silla que está en el cuarto y la coloco junto a tu cama para estar más cerca de ti y acaricio tu mano que se encuentra empuñada apretando firmemente las sábanas. Paulatinamente comienzas a aflojar y tus nudillos ya no están blancos por la fuerte presión.

-Ya pasó –suspiras y me das una radiante sonrisa- y quita esa cara de culpabilidad  que tu nada has hecho, es solo que me moví de una manera que no debí. –Asiento y nos envuelve el silencio por unos instantes- ¿Tiago? Nosotros nos besamos –me remuevo inquieto toqueteando mis bolsillos mientras asiento-  y te ha gustado –dices más como afirmación que pregunta, te miro a los ojos y bajo de inmediato la cabeza mientras sonrío y vuelvo a asentir- ¿acaso no me vas a hablar?

-No es eso… es que… nunca están cuando los necesito, estoy seguro que tenía uno en mi bolsillo pero ahora…

-Tiago –sonríes- en el bolsillo de mi chaqueta hay un chupetín

De manera inmediata me muevo a la velocidad de la luz mientras registro la chaqueta hasta dar con mi preciado caramelo, ansiosamente lo desenvuelvo y gimo de placer cerrando los ojos ante la explosión de sabor que me envuelve. Ya un poco más controlado vuelvo a mi sitio.

-Tu… digo… yo… -remuevo el chupetín en mis manos- yo no soy gay Xander, en serio… pero… me gustas tanto, pero solo tu ¿me entiendes? O sea, yo no ando mirando hombres en la calle, claro que tampoco veo chicas –me remuevo incómodo- la única vez que intenté besar a una me dio guakala, es como si lo hiciera con mamá… imposible, nop nop… Pero contigo… lo que pasó ahora… Dios no tiene comparación a nada que haya sentido antes –me hago chiquito- tu… tu me… yo te quiero mucho –digo en un susurro- me enfurezco si te veo cerca de alguien, tu no debes estar con nadie, no se siente correcto. Es correcto o mejor dicho, me gusta cuando… -susurro- estás conmigo

-Tiago, yo estoy enamorado de ti –mi cabeza se alzó de manera tan brusca que sonaron las vértebras de mi cuello-

-Yo también de ti

XANDER
¿También?

Me removí en la cama y una gama de diferentes niveles de dolor me recorrió, creo que mi rostro reveló lo que sentía, porque tenía a Tiago agachado sobre mi cuerpo.

-¿Te duele algo? , ¿Llamo al doc? 

Sus manos ya estaban sobre las mías y los llevaba hacía el centro de su torso, percibí lo acelerado de su corazón. Apreté su palma y traté de relajarme para darle una sonrisa.

-Ya paso 

-¿Pasó? No, te vi de repente tan blanco como el papel de recetas que hay sobre tu mesita

-Dímelo de nuevo 

-¿Qué? ¿Que llame al Doc? -Negué y sonreí-

-Que me amas como te amo yo

-Xa… Xander, yo… yo –su voz se convirtió en un susurro- yo te amo.

Todo lo que en la vida imaginé se estaba haciendo realidad, encontrar a alguien que pudiera amar y que sea correspondido de la misma manera.

-Bésame 

Mi voz estaba ronca, anhelaba sentir de nuevo su boca, su lengua, saborear su esencia. Tiago se quito despacio el Kojac y se inclinó a tocar mi boca, que se abrió dejando que la punta de la lengua tentara a la suya, se me escapó el aire, el placer que sentía era abismal, que con dolor y todo, una erección estaba empujando las sabanas y no pasaba desapercibido. El sabor a cereza llenaba mi boca, mezclado con un sabor a bosque, especias. 

Alguien me dijo una vez que la vida no estaba hecha de casualidades,
más bien de causalidades, todo ocurría por algo. Y aceptaría que me sucediera de todo, nuevamente para que él esté a mi lado.

¿Qué me dijo? Que lo salvé de su suicidio, un estremecimiento volvió a subir por mi cuerpo, él estaba destinado a mi vida como yo a la suya.


Pasaron las horas y días, según el doctor, las costillas necesitaban sanar solas, hacer el menor movimiento.

Cinco días después me dieron de alta, Tiago iba a su trabajo y volvía junto a mí en este tiempo, hasta ropa de muda se había traído. Como me dijo, si no dependiéramos del dinero para el alquiler y comer, se hubiera quedado junto a mí todo el tiempo, con las horas completas. Le aclaré que no se preocupara que descansara y aburría en esos instantes de su ausencia. 

Mi jefe junto al abogado del Periódico hicieron los movimientos necesarios para que arrestaran a John y Gregory. En la Universidad se armó tal revuelo que hasta algunos puestos fueron dejados a disposición del consejo directivo.

Me puso feliz la noticia y ahora quedaron en manos de los abogados.

-Ya preparé tu ropa, y aquí tengo la orden de alta

Tiago abre la puerta y un enfermero entra con la silla de ruedas para que pueda salir con comodidad. Con lentitud me senté y fui llevado a la entrada, en donde un taxi nos esperaba

Por fin vamos a nuestro departamento, ya no soporto el olor a desinfectante 

-Te diré también que ni yo aguanto esos olores.

Con risa compartida llegamos al departamento y al subir despacio la escalera, apoyado en ese corazón andante, comprendí que me sentía completo y en casa.

Con torpeza llegamos al final del pasillo y la puerta se abrió para ser abrazado por mi mamá protectora, Angelina.

-Tiago, mi bebé, hijito -Sus manos sostuvieron mi cara y volvió a besar mi frente-

-Eres el ángel de mi hijo, vamos Tiago cierra la puerta y hagamos sentar a Xander, de seguro estará cansado.

TIAGO
Quedé de piedra, ¿mamá estaba aquí? Mamá estaba aquí. Adoro a esa mujer con toda mi alma, pero cuando su veta sobreprotectora sale a la luz a veces puede ser un tanto asfixiante, de hecho de inmediato se puso manos a la obra olvidándose por completo que estaba de pié en el umbral de la puerta y ayudando a Xander a llegar a su dormitorio. Suspiré resignado, nada que hacer, me tocaría dormir en el sofá. Lo miré de reojo e hice una mueca, sería incómodo como la mierda, pero nada que hacer.

Cerré la puerta y volví a recoger el bolso que de pura impresión había caído al suelo, suspirando para hacerme el ánimo fui al dormitorio, allí estaba Angelina tratando como un cristal a Xander mientras este se acostaba en la cama, nuestras miradas se cruzaron y gesticulé un “lo siento” mientras dejaba sus cosas en un rincón.

-Cariño, por favor trae la infusión de hierbas que está en la cocina, Xander necesita beber mucho líquido y preparé una jarra llena, ve a buscarla

Asentí a mamá y a penas se giró dándome la espalda guiñe un ojo a él y le brindé una tímida sonrisa de complicidad la cual me devolvió con un ligero sonrojo en sus mejillas mientras Angelina le acomodaba las mantas para dejarlo arropado.

El resto del día había pasado lento, mamá se quedaría sólo por tres días, ya el viernes tendría que retornar. Como ella estaba revoloteando por todo lugar alrededor de Xander, no tuvimos ningún momento a solas, a escondidas nos tocábamos o susurrábamos algunas palabras de cariño, mis ganas de darle cobijo eran grandes, pero no sabía cómo se lo tomaría Angelina, asi que me contuve.
Ya era entrada la noche y estaba preparando el sofá para dormir cuando mamá fue a mi encuentro.

-Bebé, necesito tu ayuda

-Dime –dije mientras acomodaba las cosas-

-Necesito que le ayudes a bañarse –me congelé-

-¿Qué? –Mi rostro se tornó rojo como un tomate así que evité el mirarle-

-Yo no puedo ayudarle Ángel, se sentirá incomodo y el no puede hacerlo solo su movilidad está reducida –boqueé un par de veces y tuve que carraspear para encontrar mi voz nuevamente-

-Cla… Claro… yo le ayudo, di… dile que ahora voy.

-Gracias bebé

Tomé un par de profundas respiraciones, me sentí misteriosamente hiperventilado con las imágenes que llenaron mi mente y cierta parte de mi cuerpo comenzaba a despertarse de manera bastante animada ante el panorama. Sentí el movimiento en el pasillo y tomando una valentía que no tenía fui hacia el baño, mamá me hizo entrega de un montón de toallas antes de entrar y cerrar la puerta lentamente, respiré profundo antes de darme la vuelta, tal parece que Xander estaba tan avergonzado como yo.

-Te… te ayudare con la ropa

Me acerqué a él y nos miramos por unos instantes, su mano acarició mi mejilla a lo cual cerré mis ojos disfrutando de su contacto, luego el comenzó a trabajar con los botones de mi camisa. Muy lentamente nos fuimos desnudando el uno al otro entre caricias y suaves besos ninguno de los dos hablaba, como si no deseáramos romper la magia del instante, nos estábamos tocando, mirando y explorando por primera vez. Estaba nervioso como el infierno, mis manos temblaban y sudaban en exceso y mi corazón estaba a mil por hora.

¿Y si no le gusto? ¿Qué tal si no le soy de su agrado? ¿Tal vez me encuentre demasiado delgado? ¿Y si le repugnan mis cicatrices? Mordía mi labio inferior de puros nervios y cuando saqué mis pantalones para quedar completamente desnudo frente a un muy desnudo Xander, mis manos de inmediato taparon mi erecto miembro y bajé la cabeza. Estaba avergonzado de mi mismo.

XANDER
El tener que tomar una ducha era necesario, quería sacarme el olor a desinfectante del hospital, ponerme algo cómodo, relajarme un poco y cuando se lo comenté a mamá Angelina, ella me dijo que de inmediato debía bañarme y que llamaría a Tiago para que me ayude.

¿Tiago?

Se me paró el corazón, y en la parte baja de mi cuerpo empezó a crecer mi deseo evidente por él. Qué manera tan inconveniente de pasar la primera experiencia que me vea desnudo y sin poder hacer nada.

Entré al baño con la ropa que me puso en los brazos mamá Angelina, con demasiada lentitud acomodé todo sobre una butaca, retrasaba mis pensamientos para que no volaran hacía el momento del baño, la puerta se abre y entra Tiago, estaba con las mejillas arreboladas y ella dejo otro grupo de toallas cerrando la puerta despacio. No dije nada, no podría, la ducha era grande, el grifo estaba del otro lado por lo que Tiago debería meterse conmigo bajo el chorro, por auto reflejo empecé a desprender los botones de su camisa, su jean y se los quitó junto con su bóxer con una patadas, también mi ropa desapareció de la misma forma, cuando mi vista se fue hacia la zona sur, él se lo cubrió con rapidez. Perdí la respiración al ver el intento de taparse por completo, pero aún así podía ver una parte de su glande, pasé mi lengua despacio, recorriendo mi labio.

-Necesito aflojes las vendas Tiago 

Que truco más bajo, el aprovecharme para que use sus manos y poder verlo aunque sea de reojo. Al momento de pedirle, sin pensar más desprende la hebilla que sostenía una parte de la venda, sin disimulo lo miro, quedando embobado por su erección que se levantaba orgullosamente con un glande redondeado y su orificio supurando su secreción preseminal.

Demasiado rápido, para mi gusto, terminó de sacarme esas vendas y abría la ducha, despacio me metí bajo el chorro de agua, cuidando de sostener mis costillas. 

La esponja con mucho jabón empezó a recorrerme la espalda, no oculté también ese deseo que estaba duramente allí levantándose de mi ingle. Me di vuelta y dejé que me veas, así duro como una piedra por ti.

-¿Bésame?

Con las dos manos tomé tu cabeza y mi boca se encontró con esos labios que siempre he deseado, mi lengua te recorrió, buscando, jugando con tu lengua, en otro movimiento mi polla dura rozó la tuya, respingué de dolorosa necesidad y por punzadas en mi costado. De manera suave deslicé una de mis manos por tu costado, recorriendo tu satinada piel, tus ondeados músculos abdominales, con las yemas de mis dedos acaricié tu ingle y te mire a los ojos, en un lenguaje silencioso de permiso para tocarte, solo asentiste sabía que estabas lleno de expectación frente a lo que iba a suceder. Con mi mano temblorosa acaricié, sólo con mis dedos la envergadura de tu polla.

¡Dios, te estaba tocando!

Me volví un poco más osado y cerré mi mano alrededor de tu pene, acariciándote desde tus redondos testículos que estaban duros.

-Te deseo Tiago –susurre en tus labios-

El agua nos mojó completamente cuando de nuevo nos besamos y tu mano imitó a la mía, temblabas por completo. Estabas nervioso al extremo. Y mientras nos besábamos, mi mano libre fue trepando por tu pierna y se metió entre tus nalgas.

TIAGO
Di un fuerte respingo cuando tus dedos se deslizaron en la grieta de mi culo y mi rostro se tornó del color de la vergüenza bajando mi cabeza para ocultarlo, sin embargo fue una muy mala idea, puesto que gemí al ver como tu mano continuaba masturbándome al mismo ritmo con que lo hacía yo con tu sexo, la visión era erótica, sensual y muy estimuladora. De manera espontánea mis caderas ondeaban en búsqueda de mayor contacto, me encontraba embriagado por aquello

¡Era la primera vez que tocaba a alguien así!

Y era fantástico.

-¿Tiago? –Alce la cabeza hacia él- iremos de a poco, si algo te incomoda dímelo, por favor. –Gimo cuando pasas tu pulgar por mi glande-

-Sí, si… puedo hacer eso

Nuestras bocas se encuentran en un beso que parte de manera tímida mientras nos acariciamos mutuamente, explorando a conciencia al otro, reconociendo nuestros cuerpos y a medida que el deseo aumenta de nivel todo se vuelve más exigente, nuestros movimientos más bruscos y descontrolados. Un gemido de  dolor de tu parte me hace detener de inmediato, observo como sostienes tu costado y respiras entrecortadamente debido al dolor.

-Yo… yo… no te muevas

-Estoy… bien

-¿me… me dejarías –mi voz se fue apagando- intentar algo? –me miras curioso mientras asientes-

Con movimientos inseguros saqué el cabello mojado que tapaba mi rostro y armándome de un valor que no tenía te doy un rápido beso, lentamente comienzo a ponerme de rodillas frente a ti.

-Tiago, no tienes que…

-Ssshhh… ¿me dirás si lo hago mal? –Susurro arrodillado frente a ti- ¿por favor?

No esperé ver tu respuesta y me enfoque en la polla que tenía enfrente, una muy preciosa polla, lamí mis labios y dio un brinco. Me acerco y abro mi boca, la cierro y niego, busco otro ángulo la abro y vuelvo a cerrar

-Me… estas matando

-Lo… lo… lo siento. Es… Es solo que…

-Tiago, solo haz lo que te nazca, no te sientas presionado por…

Y hasta ahí llego tu discurso puesto que sin dar más vueltas al asunto y dejando de pensar en todo, tomo tu capullo en mi boca y comienzo a acariciarte con mi lengua dándote lamidas y suaves succiones, escucho tus gemidos lo cual me hace sentir el hombre más grande del mundo puesto que YO te estoy dando placer, solo yo, mi ego se eleva a cinco mil metros de altura y poco a poco tomo más de ti.

XANDER
 El calor de tu boca, el movimiento de tu lengua, todo conjugado para darme el primer placer, la primera experiencia sexual, en este caso y lo más importante, la primera experiencia en hacer el amor con quien amo. Aparte tu pelo, que el agua aplastaba y ocultaba tu boca. Despeje tú cara y ver cómo me devorabas con tanta concentración, tensó mis testículos. Con más intensidad, empezaste a engullir, lamer y dar chupones a mi glande, que me hizo contraer los glúteos y empezar a moverme para imitar el movimiento de follada. 

Cerré los ojos, la cabeza cayó para atrás y un gemido se escapó de mi boca cuando  chorros de semen se escaparon durante mi orgasmo, dejando mis extremidades temblorosas.

-¡Perdóname! 

Un calor subió por mi cuello y llenó mi rostro de vergüenza por no haberme podido contener al sentir el placer de tu caricia, di un paso para atrás, pero resbalé y me sostuve de la pared y volví a gemir de dolor, pero aún me sostenías, terminando  de lamer mi glande.

No pudiste decir nada, mamá Angelina golpeó la puerta asustada.

-¡Tiago! ¿Qué pasa?, ¿se cayó Xander?, ¿puedo entrar?

-No mamá Angelina, solo me… me… moví mal

Asustado te levantas y soy yo quien limpia tu boca y tomo de nuevo tu cara al mirarte a los ojos. Te recorro y todo el amor que siento lo llevo reflejado en mi rostro, con lenta y determinado movimiento me acerco a tu boca, besando y degustando mi sabor en ella, te estrecho a mi cuerpo, sintiendo tu erección en mi vientre duro, sin dejar de besarte, empiezo a acariciarte con lentitud, disfrutando ese mágico momento.

TIAGO
Todos mis temores, todos los fantasmas de los prejuicios de ser amado por un igual se esfumaron en un ¡fissss! Tu mano en mi sexo se sentía deliciosa y mis caderas se movían a un ritmo constante y  cada vez más exigente, en mi mente nublada por el deseo imaginaba que estaba en ti, entrando y saliendo de tu delicioso y estrecho pasaje mientras te besaba con un deseo completamente desbocado. Aún tenía el sabor de tu delicioso deseo en mi paladar. Jamás me hubiese imaginado que era así. Había visto suficiente porno gay para hacerme una idea general de esto  y siempre el tragar semen me pareció algo un tanto asqueroso, sin embargo ahora mi perspectiva ha cambiado, Xander sabe rico.

Un firme apretón me envió una corriente eléctrica directo a los huevos y me hizo sentir completamente fuera de mi mismo. Donde la vergüenza que siempre acompaña mis actos no existía, donde el tiempo se detiene y todo carece de importancia, salvo el maravilloso hombre que se encuentra pegado a mi cuerpo.

Tras un fuerte apretón y una caricia en mi capullo mi placer explota en su mano, mi cuerpo colapsa y mis sentidos se desvanecen, mi visión se llena de luces mientras ahogo un agónico gemido en tus labios mientras mi nombre se escapa de ellos. Mis rodillas tiemblan y me sostengo de la pared que está detrás de ti para no sobrecargar tu cuerpo aún herido.

Nos miramos a los ojos por un instante mientras nuestras respiraciones poco apoco vuelven a un ritmo más normal, no hay palabras para este momento, ni argumentos válidos que describan nuestro sentir, con una simple mirada, un beso tierno en los labios bastan para saber que en este instante robado de intimidad, no solo éramos dos cuerpos buscando satisfacción, somos dos personas demostrando su amor.

XANDER
Nos bañamos despacio después de esa experiencia maravillosa, nos secamos, me vuelves a vendar, vestir, haces lo mismo, te vistes y me ayudas a llegar a la cama.

Mamá Angelina entra con un plato de sopa de gallina y tostadas, casi debí suplicar que no me diera de comer, estaba muy preocupada aún por lo que me había pasado.

-Todavía no estás bien cielo, debes moverte despacio, por eso gemías en la ducha -suspira acomodando mi frazada- pero menos mal mi ángel te ayudará. Aprovecharé y limpiaré a fondo el departamento y lavaré las ropas, algunas necesitan puntadas.

Beso nuestras mejillas y salió llevando ropas en los brazos.

Cuando se fue Angelina, deje el plato en la mesita y golpee a mi lado en la cama, me miras tímidamente, y mi corazón late desbocado, te sientas a mi lado y me abrazas, dejando que apoye mi cabeza en tu hombro.

-Con más razón odio ahora esta situación, no puedo disfrutar el estar a tu lado, el poder tocarte, sin que me sienta en delito -Entrelazo nuestras manos, las miro y luego a tus ojos- ¿Crees que mamá Angelina acepte nuestro amor? -Te escucho suspirar-

-Solo al enterarse sabremos lo que piensa -Tu voz sale baja-

Tenía miedo ¿y si ella me odiaba por desviar el gusto de su hijo?, ¿de llevarlo a experimentar otra clase de amor? Angelina no se merecía lo que le hacía. Una piedra cayó en la boca de mi estomago.

Casi caí dormido en los brazos de él, pero un pensamiento me llegó, “Mi móvil” ¿qué habrá pasado con el abogado? ¿Estarán encaminados los mecanismos  que encierren definitivamente a ellos  y seguros a las víctimas de sus acosos? ¿Y Aprendiz de Mago, habrá despejado su cabeza y ver con mejor perspectiva su panorama?

Me removí en la cama y Tiago levantó su cabeza para mirarme, sonrío y el mundo se detuvo.

- ¿Pasa algo?

- Necesito mi móvil, está en el morral -Se levanta, revisa y me entrega  el móvil con curiosidad-

-Debo ver si me han enviado alguna noticia sobre el proceso, ¿sabes algo?-Tiago asiente, feliz-
­­
 -Sí, mamá me comentó que los abogados se comunicaron con ella, la audiencia está fijada para el miércoles entrante, fueron arrestados después que te encontraron. Uno de los que acompañaron a John y a Gregory, se sintió asqueado por lo que pasó y avisó a la policía y  a una ambulancia, por eso te encontraron enseguida, el lugar era aislado y para que te hallen al azar  era difícil, si no hubieran hecho eso -La voz de Tiago se quebró y me abrazó fuerte- estarías muerto, te hubiera perdido.

-No digas eso Tiago -también lo abracé y bese el costado de su rostro- no ocurrió, estamos  juntos, rescatemos eso.

-¡Tiago! Te llaman del trabajo -Angelina abrió la puerta y sonrío al vernos abrazados- deja que descansé Xander.

Tiago me miró e hizo una mueca de pesar por dejarme.

Aproveché y abrí el móvil, tenía los email de Mich y el otro de Aprendiz de Mago, abrí ese primero.

-¿Aprendiz de clavadista?

Río divertido, al entender que lo veía al fin darse la oportunidad de hacer algo que quería, aunque tuviera miedo, de los resultados.
Pensé en que contestar, porque también mi vida estuvo desde esa perspectiva, pero al caer una red me detuvo, más bien fui un trapecista de circo.

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De: Peter Pan
Fecha: 27 de Octubre 15:17 pm 
Para: Aprendiz de Mago
Asunto: Trapecista

Me hizo pensar en lo de Clavadista y considero que cada ser humano es una especie de trapecista en la vida, debe tomar decisiones y a veces depender de la ayuda de otros para sobrevivir. Este mundo es de relaciones sociales, lastimosamente no bien  establecidas, pero algunos son unos putos egoístas que solo están para arrancar esa red que te protege y pararse a ver cómo te estrellas, ¿será porque no pueden ver  que otros logren proezas que ellos no?
Pues te diré, yo me subí al palo mayor del circo, miré abajo, estaba tan alto, que no distinguía la red, pero aún así, me lancé, del otro lado unas manos amables me sostuvieron y juntos nos balanceamos, aún prendo de su mano, aún nos movemos y confío en que me agarrará.
Confía en tus decisiones. Uno debe arriesgarse.

Peter Pan.

P.D: si caemos los dos, la red de abajo, será el amor que tejeremos juntos para cuidarnos.
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