lunes, 13 de octubre de 2014

Capítulo 11



T
IAGO
Cerré aún más mi chaqueta mientras caminaba desde la parada del bus hacia el departamento, me sentía tan cansado que me dolía la cabeza. Llevaba dos semanas trabajando y estudiando a todo dar solo quedándome unas cuatro o con suerte 5 horas para dormir. Al menos hoy era domingo y solo fui a trabajar por media jornada en la heladería, necesitaba terminar el trabajo de Química Farmacéutica para entregarlo el día de mañana y repasar para los exámenes que se acercaban. Suspiré resignado, necesitaba ambos trabajos para obtener el dinero suficiente para lo que quería.

Saboreaba de manera ya aletargada mi chupetín de cereza mientras buscaba en mi mochila las llaves para entrar al edificio, al obtener acceso caminé ya pesadamente por las escaleras, sentía el cuerpo cortado y apreté el puente de mi nariz, el dolor de cabeza se estaba acentuando. Tal vez si durmiera sólo un par de horas esto se pasaría, estaba muy consciente que era solo producto del cansancio acumulado, no estaba acostumbrado a este ritmo de exigencia.

Al dar vuelta para tomar el último tramo de escaleras me congelé y agazapé en el rincón, Xander estaba abrazando a Mich, algo le dijo en voz baja para luego volver a abrazarlo aún más fuerte, Mich tomó el rostro de Xander entre sus manos y le dijo algo a lo cual él solo le brindó una de sus sonrisas ganadoras para luego asentir.

Suficiente para mí.

Salí del lugar en el que me encontraba y con una rabia que no sabía de dónde salía, caminé el último tramo de escaleras mientras saboreaba con desespero mi chupetín de cereza, el palito se movía de un lado a otro por mis labios mientras me acercaba a ellos.

-¡Tiago! Tengo tanto que contarte –se volvió hacia Mich- después te llamo ¿vale?

-Por favor, piensa en lo que te dije, espero que tu respuesta sea un sí –¿acaso eso fue un maldito y puto guiño?-

Sólo entrecerré mis ojos y moví mi cabeza en saludo a ambos mientras entraba ya cabreado al depa, deje tirada la mochila en el sofá y me metí derechito a la cocina, necesitaba hacer algo.

¿Por qué mierda le abrazó así tan familiarmente? ¿Acaso ya cambio de amistad y ahora se enfoca en él? ¿Pretende dejarme botado a mí? Claaaaro… como tuvieron su linda escapada fuera de la ciudad… solos, eso los convierte en los súper mejores amigos del mundo mundial, que idiota de mi parte pensar que lo nuestro era único y especial, soy un verdadero imbécil. ¿También habrán dormido juntos así como lo hacemos nosotros? Seguro que sí. Qué ingenuo de mi parte pensar en que lo nuestro era único, he vivido una puta maldita mentira todo este tiempo y además…

-¿Sucede algo? –Dijo preocupado mientras se sentaba en la cocina-

-Ha sido un día largo, solo estoy un poco cansado

-Tengo tanto que contarte, resulta que Mich…

Rodé los ojos mientras preparaba algo de café. Si claro… todo era él ¿no? Mich, Mich, Mich… que Mich dijo que… que Mich ha descubierto… que Mich y yo hicimos… ¿acaso todo su puto mundo gira en torno a él? Un desconocido monstruo verde comienza a sacar sus tentáculos

XANDER
Entregué las pruebas al abogado que llevaba el caso de Tiago, Mich me acompañaba fielmente, tenía tantas ganas como yo para poder dejar concluso todo lo que habíamos investigado. 

Se mudaba de ciudad, su solicitud de traslado le salía ahora, justo dos meses de empezado las clases, pero no habría dificultad, lo había averiguado. Pero seguía preocupado para dejarme solo con esto. Le aseguré que lo tenía controlado, pero aún así con lo ocurrido con mi gaveta, que fue saqueada y desaparecido algunos libros, no se decidía a marcharse.


-Hoy llegamos hasta tu casa, te ayudo a bajar las carpetas y de allí voy a la casa de Mery, decidimos volver y le han contestado también su traslado -ríe feliz y cuando llegamos al departamento ya en la escalera después de dejar las cajas dentro me sostiene de los hombros y me mira- has demostrado ser un individuo amable y noble, y si Mery me dice sí, quiero que seas mi padrino de bodas. ¿Qué dices?


En eso escucho los pasos de Tiago y lo miro, feliz, pero la expresión de él me alarma. Sé que ha estado estudiando mucho y tomado responsabilidades que lo están llevando al extremo del cansancio físico.


-¡Tiago! Tengo tanto que contarte -me volví a Mich y le sonreí guiñándole- después te llamo ¿vale?


-Por favor, piensa en lo que te dije, espero que tu respuesta sea un sí 


Se fue, pero no sin antes que Tiago pasé sin decir una palabra , ¿qué le pasaba? Mich había puesto mucho de su tiempo libre para ayudarme y ayudarlo. Lo seguí hasta la cocina, y bajaba cacerolas, movía tarros, me senté en la silla a observarlo.

Lo amaba tanto, que me dolía esté así. ¿Encontraba mi presencia asfixiante? ¿Tal vez estaba enamorado de su amiguita?, ni idea de cómo se llamaba. ¿Querría traerle a vivir aquí y molestaba?


-¿Sucede algo? –dije, con el corazón en la garganta, casi con ganas de vomitar-


-Ha sido un día largo, solo estoy un poco cansado -Me incliné un poco más sobre la mesa y de verdad se le veían las ojeras bajos los ojos-


-Tengo tanto que contarte, resulta que Mich…

Un resoplido, hace que pare de hablar, me levanto de la mesa, apoyando los puños cerrados sobre la tabla.


-¿Te molesta mi presencia? ¿Tal vez mi voz? -camino dos pasos hacia la puerta, pero miro sobre mi hombro- Pensé que nuestra amistad era verdadera, no te incomodaré más.

Me doy vuelta y salgo de la cocina y me tropiezo con las cajas de archivos, hago un amago de levantarlos, pero siento como un dolor en el pecho, entro a mi habitación y me siento en el borde de la cama en donde puedo mirar por la ventana.

No entendías porque actuaba así. Si solo supiera cuanto lo amo ¿pero qué digo? Con más razón me lanzaría de aquí ¿Necesitaré buscar otra habitación? El sonido del móvil me saca de mis pensamientos.


-Habla Black, si señor Laurens, traje los archivos, mi gaveta no tenia seguro ¿quiere los papeles firmados por los padres de Mathew? Los llevaré ahora.


Me levanto y salgo de nuevo al corredor y reviso en la caja, al hallarlos miro hacía la cocina, pero Tiago no estaba allí, niego y salgo por la puerta, deberíamos hablar claramente. Debe haber un error, nuestra amistad, era más que puro saludos.
Chester arranco a la primera, me interné por las calles, todavía pensando en lo ocurrido


TIAGO
Esta era la tercera vez que leía mi trabajo completo de Química Farmacéutica, repasando las fórmulas, los compuestos y aún no lograba finalizarlo, mi cabeza estaba en otra frecuencia. Una y otra vez volvía a repetir los sucesos de hace una hora atrás. Mierda, sí que son difíciles las relaciones humanas. ¿Qué esperaba? ¿Qué le alentara para que siguiera de arrumacos con ese? Seguro que alguna propuesta indecorosa le hizo ¿Qué diablos se cree? Xander es una persona única en este mundo, no se merece a un flacucho sin gracia como “Mich” ¿Qué mierda de nombre es ese?

Mientras estaba sumergido en mis rumiantes pensamientos de “mil maneras de deshacerse de Mich” mi teléfono móvil sonó, el número me era desconocido así que respondí de inmediato.

-¿Bueno?

-Busco al señor Angelos Santiago por favor

-Sí, con él

-Llamo desde el Hospital Central –un escalofrío recorrió toda mi espalda- ¿Usted conoce a Alexander Black?

-Si le conozco, que pasa con él –me paré de manera inmediata, mi ordenador cayó al piso y no pudo importarme menos-

-Señor Santiago, por favor diríjase lo antes posible al Hospital, el señor Black ha sido ingresado a este recinto de urgencias y su teléfono estaba en su registro de números de emergencia.

No quise dilatar más la situación, recogí a la pasada mi mochila y todo el dinero de las propinas que había reunido, seguro lo necesitaría en este momento. Mi corazón saltaba, estaba lleno de terror por la incertidumbre de lo que le hubiese pasado. Mil escenarios pasaron por mi mente, cada uno peor que el anterior mientras recorría las calles en búsqueda de un taxi. El camino hacia el hospital se me hizo eterno y mi desesperación por llegar a él me tenía al borde del colapso nervioso, tanto así que  ni siquiera esperé el cambio al pagar el vehículo, solo le entregue el pago y corrí hacia el interior al módulo de informaciones.

-Buena noche señorita, recibí un llamado de que hace un rato han ingresado a urgencias a un joven llamado Alexander Black

La señora ya de edad comenzó a revisar en los registros con toda la maldita calma del mundo y mientras más tardaba, más ganas me daban de cogerla de los pelos y darle una buena zurra.

-Si, efectivamente el señor Black está en nuestras instalaciones, pero no estoy autorizada a dar ningún tipo de información a menos que sea a un familiar.

-Yo soy su novio y es por eso que me han llamado a mí y sólo a mí, puesto que él no tiene a más familia, yo soy lo más cercano que tiene a una y si no me da la información con respecto a su salud y la habitación en la que se encuentra voy a armar un escándalo que lo recordarás por el resto de tus días.

Me sorprendí a mi mismo el modo que use para hablarle a la señora, normalmente no soy así con las mujeres, mamá me crió bien, sin embargo en ese instante me encontraba desesperado, necesitaba llegar a él. Lo bueno fue que me dio un resumen de su estado y el número de la habitación. A paso rápido me fui en su búsqueda.

Al llegar a la numeración indicada tomé un par de profundas respiraciones e ingresé. Mis piernas fallaron a penas le vi, caí de rodillas, su imagen era algo que sabía bien me iba a quedar grabada a fuego en la mente, se encontraba conectado a una intravenosa y su rostro estaba ya mostrando los signos claros de una golpiza ¿Cuántas veces me vi a mi mismo igual? Recobré algo de fuerza y acorte la distancia que nos separaba sentándome junto a él, no sabía dónde podía tocarle para no causarle malestar o daño, así que sólo me limité a tomar su mano en la mía.

-Lo siento, lo siento, lo siento –dije entre sollozos- tu no mereces esto… no tu.

XANDER
Abrí de apoco mi ojo, el otro no me respondía, me moví y un dolor en las costillas me hizo lanzar un quejido, quise levantar mi brazo izquierdo, pero también me dolía de los mil demonios, parecía que pesara una tonelada y pulsaba. Como si varios cascos de caballos caminarían encima. 

-¿Xander? … ¿estás despierto?


Busqué la voz de Tiago y lo veo casi sobre mí, pero maldita sea no podía verlo bien, moví la cabeza, el ojo izquierdo no respondía. El derecho me mostró a un Tiago lloroso, con la nariz roja. Solté otro quejido al intentar hablar, la lengua la sentía pastosa y un poco grande.


-¿Có… mo lle… gas…te? -¿esa no era mi voz? con la mano derecha intenté sacarme el respirador, me molestaba-


-Déjate eso -su voz rogaba- te ayuda a respirar, unas costillas se rompieron y perforó el pulmón, tuvieron que operarte para solucionar eso, drenaron la sangre -su voz se quebró y con la derecha acaricié su pelo cuando apoyo su frente en la cama- ¿qué paso?


-Fue… ron ello… s -Empecé mi relato despacio no podía casi hablar. Lo volví a revivir-

Laurens me llamó y fui a entregar los documentos, al salir, en el estacionamiento, estaban John y Gregory recostados por Chester, John tenía un Bate en la mano.

-¿No esperabas verme? , Creo que no, por tu cara -mientras hablaba me quedé en forma prudencial un poco lejos, no era cobarde, pero ese bate, era de madera maciza- me has hecho la vida una miseria ¡¡hijo de puta!! -escupió en el suelo-


-¿La verdad? Pensé que como eras una rata estarías metido en alguna alcantarilla hasta que papito solucionará tus mierdas


-¡Mierdas! Mierda es mi vida, y retiraras todos los cargos tu y ese nerds que tienes como amigo.


-¿Si no lo hago?


-¡Lo harás!! -Gregory habló acercándose a mí, por mi parte caminé de espaldas tratando de llagar a la calle, no dejaría a Chester allí- ¡o sabrás quienes somos!


-Sé quiénes son, unos parias, que no merecen estar en la sociedad, son peores que los animales, actúan hiriendo a los demás.


-¡Cállate!


Mire a mi espalda y tarde me doy cuenta que hay dos más, me atrapan, inmovilizando mis brazos y la cabeza. La camioneta de John frena delante de mi auto y entre los dos amigos, me meten, dejándome tendido en el piso.

-¿Quién es valiente ahora?


Gregory creo es el que apoya su pie en mi cabeza, haciendo que mi nariz se quede aplastada contra el suelo, forcejeo, pero me presionan más, casi no respiro, pasaron los minutos las risas y burlas se escuchan durante todo momento, tengo miedo, miedo de morir y no haber podido cumplir muchos de mis sueños, de haber sido cobarde y no decirle a Tiago lo que sentía. Los frenos se escuchan en un piso de tierra suelta. Se abre las puertas y la de donde estoy, me sacan, tomo aire, es un lugar alejado, se ven las luces de la ciudad.

-¿En dónde nos quedamos? -el bate es golpeado en la mano de John al verme, trato de ver la cara de los que me sostienen, pero mantienen mi cabeza firme- ¿no quieres sacar la denuncia?


Da un giro a su brazo y me da un golpe en las costillas, me doblo en dos, se escucha un sonido de madera al quebrarse y escupo saliva y sangre, me mordí también la lengua al tratar de contener el grito

-Entonces morirás aquí -el bate de nuevo se levanta pero uno de los muchachos desvió el golpe con su brazo evitando que me dé de lleno en la cara-

-¡Carajo! ¡Ese no era lo que dijiste sólo lo asustarías, no matarlo! -me soltaron cayendo al suelo y quede de rodillas tirado al suelo- nos largamos de aquí, no seremos cómplices de esto.


-¡No se irán!


-Mira como lo hacemos -se dieron vuelta-

-Esta bien no lo mataré -John se inclina y habla entre dientes - te salvaste de morir por ellos,  pero dices una palabra y lo pagaras, y allí nadie te dará una mano -al levantarse, me da una patada que lo sentí en la cabeza, se puso negro-



Toso al terminar de hablar y miro de nuevo a Tiago que levanta su cara, llorando.

-Todo por mí, no debía haberte pasado esto.


-Lo volvería a hacer y no solo ya por ti, amigo, es por todos aquellos que sufrimos a mano de unos inadaptados cobardes, que piensan que por ser más fuertes, tiene derechos a muchas cosas. Nadie debe callar y no lo haré.


TIAGO
Mientras más detalles me daba del ataque, más lágrimas derramaba ya de manera incontrolable. Sabía de lo que ellos eran capaces, había estado las suficientes veces en el área de receptor de sus villanías como para conocer lo que le sucedió y sobre todo lo que siente, eso me hacía doler el alma. Sentir que estuve tan cerca de perderlo me hacía poner al límite de la histeria y la sobreprotección.

-Shhh… por favor no te esfuerces más –toque suavemente sus labios con mi dedo- voy a cuidar de ti ¿vale? Si fuera por mí te dejaría envuelto en plástico de burbujas o en una caja rodeado de motitas de algodón para que nada ni nadie te toque de nuevo.

-No seas exagerado Tiago

-Me has dicho… ¿Exagerado? ¡Exagerado! –mis niveles de indignación subieron como espuma- Por poco y te pierdo, maldita sea, no quiero que estés fuera de mi vida por una estúpida denuncia, tú vales más que eso Xander, estás tan encaprichado con esa maldita investigación que ya siento que te estoy perdiendo, te echo de menos y cada vez que te busco estas con ese y lo único que haces es hablar de tu súper mejor nuevo amigo Mich ¡YA NI SI QUIERA DUERMES CONMIGO! Espero por ti cada maldita noche, pero ya no vienes a mí lado, solo te encierras en tu jodido cuarto dejándome frío y me duele tenerte tan cerca y tan lejos. Te necesito conmigo ¿puede eso entrar en tu maldita cabeza? ¿O te hago un jodido dibujito? Tú no puedes ponerte en riesgo porque lo que te pase a ti me afecta a mí, porque eres lo mejor que me ha pasado en este último tiempo, porque gracias a ti aun estoy con vida Alexander –estabas lívido y pasmado-

-De… de que estás hablando –me levanto y comienzo a pasearme por el cuarto-

-Te estoy hablando de que el primer día que te conocí ya había decidido suicidarme, por eso me llevaba todas mis cosas del casillero, no pensaba dejar que mamá fuera a esa estúpida universidad, no fue por un aseo general que tenía todas mis cosas guardadas –dije con vergüenza- sólo quería quitarle a Angelina el pesar de hacerlo ella sola. Es a ti a quien debo que ahora este en pie y no voy a permitir que continúes con esta investigación Xander, no si el costo es tu vida. Te tengo aquí –golpeo con un puño sobre mi corazón- y no hay nada que puedas hacer al respecto.

-Pe… pero… -susurras- eres hetero Tiago, siempre lo has dicho, incluso estabas saliendo con esa compañera tuya de trabajo. –escupes lo último como si de un insulto se tratase-

-Sí, soy hetero… pero me gustas y te quiero a ti, mucho… y no como un amigo.

Suspiro ya agotado luego de mi exaltado actuar. Pues bien, ahí estaba todo lo que sentía estaba sobre el tapete y solo venía silencio de su parte, no me atrevía a mirarle a la cara, no después de haber desnudado todos mis sentimientos que por tanto tiempo me había negado.

-Tiago… yo…

-Muy buena noche, soy el Doctor Lyon. ¿Su nombre joven?

-A… Angelos… Angelos Santiago.

-Mucho gusto. Así que tú eres el novio bravucón

-Amm… si… lo soy.

-No pareces tan intimidador como dijo la recepcionista –rió divertido mientras me sonrojaba- ¿puedes salir un momento? Necesito ver como esta mi paciente.

-Estaré aquí afuera.

Salí del cuarto cerrando suavemente rogando en silencio no perder mi amistad con él. Me apoyé en el muro cercano y saque mi móvil. Escribí:
 ______________________________________________________________
De: Aprendiz de Mago
Fecha: 22 de Octubre 11:45 am 
Para: Peter Pan
Asunto: En caída libre

Lo hice… y estoy aterrado… no sé que me espera al llegar abajo ¿un colchón de plumas? ¿Un montón de rocas? No lo sé

Aprendiz de Mago
Asistente de Clavadista
________________________________________________________________


No hay comentarios:

Publicar un comentario