sábado, 6 de junio de 2015

Capítulo 24

P.O.V. QHUINN LOHSTRONG

Mordí mi labio para no gemir por el ardor de la curación. Ni quise mirar, seguro tendría otra cicatriz como recordatorio de mi estúpido enamoramiento. La enfermera suspiró y salió de la habitación, mis muñecas ya estaban curadas, así como uno de los tobillos. Aún no terminaba, le faltaba el otro tobillo para concluir. Las heridas habían estado peor de lo que suponía, al menos no había infección cortesía de los miles de antibióticos que aun seguían colocándome por las otras heridas.

Unos minutos después regresó con más suministros y pisándole los talones… él.

Giré mi rostro hacia otra dirección para obviarle. No soportaba verle, odiaba que estuviese en mi habitación, que respirara mi aire, que se involucrara en mi metro cuadrado, que usara un espacio cercano al mío. Escuché un jadeo de su parte cuando la enfermera dio inicio a la curación nuevamente, me asqueaba sólo imaginar su maldito rostro de lástima al ver el procedimiento.

Que se joda.

No necesitaba su compasión, si por mi fuera que se la metiera por donde le quepa, no quiero nada de él, nada.

Sisee.

-¿Puede ser más delicada? Él está en recuperación y no necesita que le den más dolor gratis – Recriminó a la enfermera, ella lo miró de mala gana.

-Lo siento señor, pero el procedimiento es así, debo remover todo el tejido necrótico o podría causar infección. Ahora si me disculpa ¿podría moverse hacia el otro lado de la cama? Tenerle tan cerca está entorpeciendo mi trabajo –ella lo quedó mirando- ¿sería tan amable? – Contraatacó ella.

Bienvenido a mi mundo Black, las enfermeras son unas guerreras de blanco. Él solo gruño pero obedeció sin chistar.

Y Maldita sea. Ahora “él” se encaminaba hacia el lugar que había indicado la enfermera y mientras lo hacía me removí lentamente para no verle, sin embargo la punzada en mi costado se me clavó hasta el alma por la jodida costilla rota y me dejó sin aire que respirar, aunque intenté ser digno y no mostrar dolor alguno mordiendo el interior de mi mejilla hasta sentir sangre, sentí el susurro de la voz de “él” en mi oído.

-Trata de respirar poquito a poco por favor, no te lastimes más. – Su aliento cálido recorriendo mi cuello… Puta mierda de malditas sensaciones.

Tenía ganas de putearlo, de mandarlo al maldito infierno, pero la punzada fue tan aguda que no podía pronunciar palabra, así que guardando lo poco de dignidad que tenía simplemente cerré los ojos esperando con una mierda que el dolor cesara y que la enfermera terminara de hacer lo que sea que hacía.

Después de unos minutos que parecieron años, la enfermera que tenía cara de muy pocos amigos, se fue. No sin antes asegurarse que su trabajo estuviera perfecto, al parecer el Dr. Mortis la había asustado a muerte. Es bueno ser el “ahijado” del jefe. Y hablando de favoritos… me había quedado con el siempre bien amado Muhrder Black… él y yo… completamente solos. Mierda.

Me mantuve estático y lentamente abrí mis ojos, aunque estaba de espaldas contra la cama mi rostro estaba girado hacia el lado contrario en donde se encontraba “él”, mi mirada clavada en el espacio en blanco del muro del hospital, no escuchaba sonido alguno, ni siquiera su respirar ¿tal vez se quedó dormido? Sin embargo, después de un momento sentí el arrastrar del sofá hacia el costado de mi cama, ¡Dios, por favor no!, el crujir del cuero debido a su peso, ¡Cristo, no quiero esto! y después de un rato el profundo silencio fue roto por un largo suspiro.

-Si me dejaras explicarte. Yo…

-No hay nada que explicar, todo está bastante claro para mí –mi voz sonaba hueca y sin vida, totalmente plana.

-Por favor, solo dame un instante y comprenderás que…

-Calla, no quiero oírte.

-Bebé… -Y con esta palabrita mi control hizo BOOM!

-¡No me llames así!, ¡no soy nada tuyo!, ¡tú no tienes derecho! –Lo miré y le hablé con toda la rabia y el dolor de días contenido- lo perdiste todo el día que dijiste que vendrías y no apareciste, te estuve esperando cada maldita hora y no fuiste capaz siquiera de llamarme. Me abandonaste cuando más te necesitaba igual como lo ha hecho todo el jodido mundo –me negué a derramar las lágrimas que se acumulaban en mis ojos-, cuando tú y tu maldita familia decidieron botar de patadas al maldito engendro –tus ojos se abrieron con sorpresa. -¿Es eso?¿Es porque no soy normal ante los ojos de tu maldita y perfecta familia americana? Perdón por no cumplir los estándares de exigencia que dictaminan tus padres, pero el servicio de devolución por daños de fábrica no se aplica a humanos. Te paso el dato por si no lo sabías. Pero de una maldita cosa si estoy seguro… y es que no elegí nacer daltónico y maricón. Lo siento, pero me dan asco los coños y las tetas.

Muhr abrió la boca, pero no lo dejé hablar, yo continué.

-Después de todo lo que hice por ti… -Muhrder cerró la boca. Solo me miraba fijamente y sin pestañear- Y lo peor es que podría haber hecho eso y más, ¡Feliz, te habría dado todo!, pero eres tan egoísta que sólo me usaste y desechaste ¿por qué? ¿Querías saber que se sentía darse el lote con el maricón gótico de la escuela? ¿No te detendrías hasta joder mi culo? ¿Querías saber que se siente que un afeminado chupara tu polla estando de rodillas frente a ti? Eso era lo que querías ¿verdad? –Comenzaste a negar y entrecerré mis ojos de manera acusatoria- ¿Acaso lo planeaste con tu noviecita Diana? Pues si querías humillarme te felicito, lo has hecho de manera maravillosa, ¡BRAVO! Porque de verdad eres un muy buen actor… ¡me lo creí todo y te lo compré barato! De verdad pensé que te importaba –Sonreí de manera cínica- pero ahora veo que eres como todos los demás.

-Espero que se hayan reído mucho a mi costa. Ahora que ya se toda tu treta no necesitas seguir con la farsa, así que vete a follar a la descerebrada que tienes por novia para que el mundo entero sepa lo “Macho pecho peludo” que eres –chasqueé mi lengua- de seguro que con algo de suerte en algún momento te encaja una cría y así todos sabrán que eres un hombre 100%. –Muhrder pestañeó y se sonrojo de manera furiosa. ¿Será que ya le encajó la cria?

-Ahora, ¿Puedes largarte a la mismísima mierda y dejarme tranquilo en mi propio infierno? –volteé mi rostro esperando que moviera su culo lejos de este lugar, sin embargo no se movió-

Unos segundos de silencio se extendieron entre nosotros. No sentí el menor remordimiento por todo lo dicho. ¿El quería hablar? Se empieza por escuchar. Me di el gusto de vomitarle todo lo que tenia pudriéndome por dentro, lo saque de mi organismo, ahora si podré darle vuelta a la pagina y largarme de este puto lugar a buscarme una vida nueva, una vida que me acomode, donde yo sea el mas importante para mi…, y para quien ame.

-Si tu estas en el infierno, con mucho gusto me quedaré junto a ti –volteé mi rostro para mirarle incredulo, pero él tenía la cabeza baja y sostenía la punta de la sábana de manera tan firme que daba la impresión que su vida dependía de ello.

-Lárgate, no te quiero aquí… -sisee- lo único atractivo que tenias era tu cerebro, ¿acaso ahora te pusiste idiota? ¿No entiendes español?

-No me iré –dijo mirándome intensamente. Estaba sonrojado y con los ojos húmedos. No me importó. Apreté mis dientes y hablé a través de ellos.

-Vete, no quiero verte, déjame en paz de una jodida vez, ya jugaste suficiente conmigo y quiero estar tranquilo, no me rompiste, me destrozaste. Ahora lárgate –mis ojos picaban con lágrimas no derramadas.

-No

-¡TE ODIO!

-Prefiero que me odies toda la vida a que me olvides para siempre. –Contestó con la voz quebrada-

No soporte la mirada que clavó en mí y simplemente volteé mi rostro, tal vez si no lo veía simplemente no existiría.

P.O.V. SELENA BLACK (hermana de Muhr)

Hoy se suponía debía ir al juzgado temprano, pero le dije a mi madre que iría luego de ver a Qhuinn, ya había dejado pasar dos días y quería chequearlo con mis propios ojos. La última vez que hablamos por Skype, él estaba casi decidido a irse sin terminar la escuela, por mi parte trataba de convencerlo de quedarse una semanita más. Ya no le faltaba nada para acabar la escuela. No ayudaba la actitud de Muhr hacia él. Qhuinn nunca me lo confesó directamente, pero estoy segura de que tiene sentimientos por mi hermano. Es tan obvio.

Qhuinn había nacido para ser mi amigo, entre ambos hubo un clic casi instantáneo. Química pura y él necesitaba una amiga con desesperación.

Hoy madrugue a pesar de que anoche espere que Muhr regresara de su incursión nocturna a no se donde. Al menos si sabia donde paso la noche previa y todo el día. Con ese tal Vladimir ¿Quién mierda es ese tipo? ¿Habrá pasado la noche nuevamente con él? ¿Al final decidirá salir del closet con ese tipo y no con Qhuinn? Yo lo mato por cabrón.

Me hervía la sangre de imaginar a Muhr con otro tipo, no quería pensar que mi hermano fuera tan cabrón y le hiciera esto a Qhuinn.

Yo se que no hay una relación entre ambos pero igual, Muhr sabia que Qhuinn estaba muy interesado en él ¡Diablos!

Caminé por el pasillo del hospital y al salir del ascensor y me encontré con mi tío Arthur.

-Ey pequeña. Has madrugado. –Me saludó con alegría y me estrechó entre sus brazos. Yo adoraba a mi tío así que le correspondí con otro igual.

-Hola tío, te extrañe. Y si, me caí de la cama y preferí empezar el día de una buena vez. –Sonreí y me colgué de su brazo– Vengo a ver a tu nuevo pupilo –Mi tío negó sonriendo

-¿Te lo dijo tu madre? –Asentí-

-Quiero que sepas que no estoy de acuerdo, pero me alegra que seas tú y no un extraño. Adoro a Qhuinn, es un buen chico, veras que no te arrepentirás –le sonreí-

-Pienso igual que tú, es un buen chico, un muy lastimado buen chico, pero me está poniendo muy difíciles las cosas. Aun quedan unas buenas dos semanas por aquí, luego tendrá que venir conmigo a casa y la verdad lo veo muy reacio a irse conmigo. No es la idea obligarlo. Quisiera me tuviera confianza, pero no me da una oportunidad.

-No te prometo nada, pero hablaré con él. Él me estima, creo que me escuchará.

-Eso espero Sele, por que no tiene mejor alternativa que yo. Sobre todo ahora con el tema de sus padres.

-¿Lo sabes? –Asintió– Que perros ¿lo sabe Qhuinn?–negó-

-No me escucha, ni he podido ponerlo al tanto, bueno tampoco sé los detalles.

-Yo me encargare, ¿dónde queda su habitación? –me señalo una como a 10 metros-

-Ahora mismo esta con una enfermera y… -mire a la habitación y vi salir a una enfermera-

-Mira ya no, ya terminó, mejor voy antes que se duerma. –le di un beso a mi tío. –Gracias tío, eres el mejor.

-De nada amor. A ver si me ayudas con él. –Asentí- Lo haré.

Caminé rumbo a la habitación dejando a mi tío con sus pensamientos. Al llegar a la puerta de Qhuinn, di dos toques y escuche una voz,imagine que era él invitándome a entrar.

P.O.V. MUHRDER BLACK

Yo sabía que me merecía cada una de sus malditas palabras, no por este par de días. Caray, yo sabía que exageraba un pueblo entero con mi pequeña ausencia, solo fueron un par de noches. Pero le debía mucho dolor y toda esta ira no venia de estas dos noches, venia de mucho antes.

Qhuinn ha venido acumulando mis continuas decepciones, él “dando y dando” ¿Y yo que hice? Tomarlo todo…a escondidas, tomar más y luego correr lejos. Aquí el único marica soy yo. Pero no más.

Me merecía cada golpe brutal de su lengua y lo aguantaría como hombre.

-¡TE ODIO! - Gritó

-Prefiero que me odies toda la vida a que me olvides para siempre –contesté y era sincero cuando lo dije. Me retiró la mirada y no pude más.

Una gota, dos gotas, lagrimas se deslizaban de mis ojos, no por mi, me merecía su desprecio y pensaba quedarme aquí hasta que se diera cuenta que no había cosa que me pudiera decir que me separara de su lado. 

Mis lágrimas eran por él, por su corazón herido, por su noble y tierno corazón tan lastimado. Todos aquellos que le debían protección lo maltrataron de alguna manera y sin embargo el siguió creyendo en la gente. Creyó en mí.

“Mírame Qhuinn, mira mis ojos y lee en ellos el amor que te tengo”- Pensé

Como si pudiera leer mi mente, se giró y me miró. Aunque no cambio su mueca de fastidio, pude notar una chispa de algo en sus ojos. Sus labios se separaron levemente y no pude evitar mirarlos. Se los humedeció, yo hice lo mismo con los míos y ambos nos miramos. Yo con anhelo y él con confusión.

Tenia miedo de decir algo y que eso rompiera este pequeño instante de tregua. Pero el silencio se estaba prolongando y sentía que él esperaba algo de mi.

-No me perdones, solo no me alejes por favor. –arrugo la frente y desvió la mirada. Me incliné sobre el colchón, acercando mi boca a su oído- Solo déjame demostrarte que puedo ser digno de tu confianza.

Susurre muy cerca de su oído, él se estremeció. Aunque sabía que lo que hacia era muy bajo, no me detuve, amaba a Qhuinn y si tenia que usar la seducción para conseguir una nueva oportunidad, lo haría.

-Qhuinn, quiero que te convenzas por ti mismo que quiero ser tuyo -deje que mis labios tocaran su oreja. Se estremeció nuevamente pero no se alejo, solo cerro los ojos y pude ver como su manzana de Adán se movía al tragar duro-

-No me hagas esto Muhr, no quiero. –Me separe de él unos centímetros, lo justo para permitir que me mire sin marearnos-

-No te mientas Qhuinn, no me mientas.

Me acerque lentamente a sus labios y no volteo el rostro, esa era mi señal. Uní mis labios a los suyos en un simple roce. No lo presione, solo frote mis labios, suave, muy suave. Mi cálida lengua lamió su labio inferior tentativamente, Qhuinn suspiro y en su suspiro encontré mi invitación, deje que mi lengua lamiera sus labios con más audacia, hasta que la suya salió al encuentro. Gemí.

-¡SORPRESA! –Pegue un brinco del puto susto y Qhuinn creo que tuvo un infarto-

-¿Selena?

Qhuinn fue el primero en recuperarse y yo estaría igual de emocionado si no fuera por que mi hermana no sabia de mis sentimientos por Qhuinn. ¡Mierda! Esta no era la idea que tenia planeada para explicárselo a mi hermanita.

-¿Qué haces aquí? –pregunte más duro de lo que pretendía-

-Yo también te extrañe hermanito.

Me gruñó mientras abrazaba con mucho cuidado a un Qhuinn sonrojado pero a la vez ¿feliz? Mi hermana le puso la felicidad que yo no pude en la cara. Que me corten la cabeza si es que no estaba celoso de mi hermana.

-Perdón Sele, bienvenida -Forcé mi mejor sonrisa. ¿Por qué no lo soltaba? ¿Por qué Qhuinn no la soltaba?-

-Tenemos tanto de que hablar –susurró Qhuinn frotándose los ojos-

-Así es. –dije. -Selena, crees que podrías dejarnos solos un momento, quizá regresar más tarde. –Ella me miró con una mueca de “¿estás loco wey?”-

-Muhr, él me habla a mí -señaló con su dedito a Qhuinn- El que debe ir a darse la vueltita eres tu –rotó su dedito hacia mí y luego señalo la puerta- A ver si me traes un Capuchino descafeinado y un croissant calientito –Miré a Qhuinn, que me miró con una sonrisa sin dientes, pero sus ojos brillaban por primera vez. Solo por eso me comí mi cabreo. Sele lo animaba-

-¿Con edulcorante o azúcar normal? –Selena rodeó la cama y me abrazó fuerte-

-Te amo hermanito -me susurró al oído y yo le gruñí-

-Ya regreso. –Qhuinn resoplo con una burla incrédula. Yo suspire avergonzado, me frote el rostro, un gesto de cansancio.

-Deberías aprovechar en tomarte un cafecito tú también hermanito, o una lavadita de cara –miró mi ropa arrugada- estas que das pena.

La mire con la boca abierta. ¿Pero qué le pasa? Sacudí la cabeza en negación y sin más que hacer salí sin decir nada, lo último que oí fue el sonido mas dulce que pensé no volvería a escuchar. La risa genuina de Qhuinn.

P.O.V.QHUINN LOHSTRONG

Selena era una potencia a tomar en consideración, pues desde que Muhr puso un pie fuera del cuarto, ella se instaló como dueña de esta habitación y comenzó a parlotear sin cesar sobre su experiencia en el viaje de intercambio, contándome sobre sus incursiones en el nuevo lugar, las fiestas, los maestros, el colegio en general, sus nuevas amistades y los amoríos. Reí con sus anécdotas sobre todo cuando narró una borrachera en la que terminó acostada desnuda junto a algún compañero de clases sin saber qué hacer puesto que no recordaba cómo había llegado allí o peor, que había hecho. O cuando intentó seducir a un maestro con el fin de obtener mayores garantías para sus calificaciones lo cual casi le costó la matricula y una expulsión. Por lo mismo me obligó a jurar que no mencionaría a nadie esa y otras “aventuras”, como ella le llamaba.

Y mientras todo esto se daba, mi mente no dejaba de rememorar el rostro de Muhr después que le manifesté mi profundo resentimiento, lágrimas silenciosas surcaban su rostro.

¿Por qué lloraría? ¿Lo lastimé? ¿Acaso logre encararle adivinando sus intensiones? ¡Por qué mierda volvió!

¡Joder! No sé qué pensar

Reflexioné para mi mismo mientras restregaba mis ojos. Debería simplemente largarse él y todos los demás, desaparecer de mi vida, él ya había causado demasiado daño junto a su “perfecta” familia. Además, es más fácil odiarlo sin verlo que teniéndolo aquí.

No podría soportar más de eso… sólo quiero desaparecer. Sin embargo la vida es una verdadera perra y no para de darme golpe tras golpe. Siento que es hora de que tome las riendas en el asunto y simplemente le haga caso a los mensajes que me han llegado.

-Oye… Qhuinn… ¿estás bien? -¡Diablos!- Como que te quedaste pegado a la nada –con su mano comenzó a tocar mis mejillas y frente-tal vez deba llamar a la enfermera

-No, no es necesario Sele –intenté sonreír- solo estoy cansado y me gustaría dormir un poco –ella entrecerró los ojos-

-Te gusta mi hermano ¿verdad? –pillado-

-Eso ya no importa, lo único relevante en todo esto es que apenas pueda estar sobre mis dos piernas me largo lejos de este lugar, estoy harto de todo y de todos, detesto que me tengan lástima y necesito empezar de nuevo en otro lugar porque aquí ya estoy etiquetado como el “maricón defectuoso”. Ya lo he pensado mucho y me siento cansado de ser rechazado y vapuleado sin cesar –sus ojos se abrieron como platos- ¿tu familia me desecha como mierda de zapatos? Perfecto, no necesito su caridad ni lástima ¿el doc quiere mi culo en su casa? Bien, pero solo hasta que tenga la mayoría de edad y pueda largarme. Y con respecto a tu hermano –resoplo con indignación- me suda la polla lo que haga o deje de hacer ¿sabías que los actos dicen más que mil palabras? Porque los de él han sido recepcionados fuerte y muy claramente.

-Dios Qhuinn ¿Qué te ha pasado? ¿Qué te han hecho? Tú no eras así –dijo anonadada mientras yo me sentía más viejo y cansado-

-Podríamos decir que luego de patearme en el suelo, me tendieron una mano solo para patearme de nuevo.

-Qhuinn yo…

-De verdad estoy cansado Sele –di unas palmaditas en su mano e intenté sonreír- esto no es contigo, pero ahora solo quiero dormir.

-Está bien –hizo un adorable puchero y luego acomodó las mantas para finalmente besar mi mejilla- ¿necesitas que te traiga algo?

-Sería un gran alivio si traes mis cosas, las que están en tu cuarto.-Asintió.

Luego de despedirnos en dos ocasiones Selena se marchó, la verdad es que me sentía cansado, boxeado emocionalmente, sin embargo no deseaba dormir. Dormir implicaba soñar cosas que me atormentaban y por otro lado, tampoco quería estar despierto, puesto que en mi cabeza se repetía una y otra vez lo sucedido con Muhrder junto con sus palabras:

“No me perdones, solo no me alejes por favor. Sólo déjame demostrarte que puedo ser digno de tu confianza”

¿Perdonarlo? ¡Por supuesto que no le perdono! No cumplió su puta palabra, dijo que vendría y no lo hizo, me dejó solo cuando más le necesitaba y eso… eso dolía demasiado.

-No has pensado en que talvez le sucedió algo que le impidió llegar a ti -dijo mi conciencia- Maldita zorra traicionera, cállate.

Esas cosas se que pueden pasar, pero no es en este caso. Después de habernos besado aquella noche él dejó en claro que no le iban los chicos, más encima lo vi con mis propios ojos darse el lote con la descerebrada en la sala de estar de su casa, claro, después nos besamos, ¿pero qué hizo? Nada mejor que correr tras ella y bueno… paso todo lo demás.

Suspiré mientras pensaba en retrospectiva y acaricié suavemente mis labios pensando en el beso que me dio. Había descargado toda mi ira y frustración en toxicas y venenosas palabras acuchilladas con el sólo fin de hacerle tan miserable como yo me sentía, quería hacerle daño. Había sido un cúmulo de pensamientos fermentados en mi rumiante mente durante estos días de reclusión en el hospital, sin embargo, así como una bomba de neutrones al acabar de escupir dolorosas palabras la ira fue menguando, sobre todo cuando la respuesta que obtuve de él no fue la esperada, no reacciono con la misma belicosidad que yo, fue todo lo contrario y aquello me golpeó con la guardia baja. Simplemente quedé congelado cuando acortó la distancia y sentí el toque de sus labios en mi oreja, aquello me hizo estremecer, pero cuando me besó… ¡Jodidos dioses! Fue tan suave y sutil como una brisa, provocando que todas mis barreras se fueran al infierno y no pude más que responder a aquella silenciosa solicitud. Agradezco la llegada de Selena en ese momento, lo cual puso freno a aquello, de lo contrario todo hubiese terminado muy mal.

“No me perdones, solo no me alejes por favor. Sólo déjame demostrarte que puedo ser digno de tu confianza”

Si claro, de seguro que a Muhr le entró el pánico porque su hermana le vio besarse con un hombre y por lo mismo no regreso con el café para Selena. Obvio, se le cae la cara de vergüenza por ser homosexual y de seguro…

¡Toc, toc! -Golpearon la puerta y un demasiado sonriente Muhrder entró, estreche mis ojos-

-Mira lo que te traje... -Dijo mientras escaneaba la habitación y fruncía el ceño sutilmente. Regresó la mirada a mi y me sonrió con todos los dientes, formándose en sus mejillas esos hoyuelos que me mataban.

Me entregó una bolsa y al sacar el contenido mi garganta se apretó y mi corazón hizo chinitos, hice todo lo que pude para no mostrar ni un ápice de emoción… ¡Me trajo lentes de contacto!…

...él recordó cuanto odiaba mis ojos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario