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ANDER
Feliz
emprendemos la marcha y para completar el viaje.
Nos pusimos a escuchar nuestras canciones preferidas y cantar como posesos
durante las tres horas que faltaban.
Tiago y yo
nos quedamos con un poco menos de dinero, pagar el mecánico en día festivo fue
algo fuera de los planes pero sobre todo agradecíamos que el repuesto haya
estado en el taller, pero aún así no dejábamos de lamentar el poco efectivo en
la billetera.
Nos adentramos a Fairbank, Tiago empezó a estar como mono dentro del auto,
mostraba un lugar, después otro. Tomo el móvil y llamó a su mamá.
-Angelina,
ya estamos por llegar. -Me contagiaba su entusiasmo-
-¡Allí! la casa al lado de ese árbol
Exclamo y al
frenar se bajo, rápido y casi corrió hasta una de las casa, en eso una hermosa
mujer rubia, de bellas curvas, sale del edificio y se encuentra con él,
abrazándolo y llenándolo de besos.
Tomé el volante fuerte, luego lo solté, apagué el motor, puse el freno de mano
y me bajé. Quería estrangular a la rubia que estaba manoseando a Tiago, no
podía concebir que alguien tuviera ese derecho y yo no. Metí las manos en mi
chamarra y caminé con los hombros encorvados, hasta llegar a ellos.
-¡Estas
hermoso! te extrañé demasiado, y por increíble que sea, hasta dormir
acurrucadita contigo en estos días echaba de menos.
Patada literal en los huevos sentí ¿cómo qué extrañaba dormir con él? Si fuera
un animal ya hubiera saltado delante y separarlos, quería decir ¡es mío!, ¡es
mío! Pero no lo era, allí estaba el problema, él no era nada mío, excepto un
buen amigo.
Fijé la vista de nuevo en ella, llevaba el pelo en una coleta alta, dejando su
hermoso cuello a la vista, unos hermosos ojos azules se separaron de Tiago y se
clavaron en mí.
Me quedé de piedra, no me moví, no dije ni hola.
TIAGO
Me sentí
rodeado bajo su abrazo constrictor y llenado de besos por todo mi rostro,
cuando acabó con su expresiva muestra de afecto miré a Xander, algo le pasaba,
pero no podía preguntar ahora con público.
-Xander, te
presento a Angelina, mi mamá.
Su boca cayó
al nivel del piso y su rostro se volvió rojo como tomate, boqueo un par de
veces antes de aclararse la garganta con un carraspeo y saludarle muy
cortésmente.
-Así que tú
eres Alexander –la sonrisa de mamá era radiante- mi bebé me ha hablado tanto de
ti que es como si te conociera de toda la vida.
Y como es
ella de afectuosa, de inmediato envolvió a Xander en sus brazos y de puntillas
llenó de besos su sonrojado rostro mientras le daba las gracias por ser mi
amigo y por estar conmigo en el momento que paso lo del matonaje. Me preocupé
cuando su voz se quebró de emoción y algunas lágrimas se deslizaron por sus
mejillas. Si hay algo en la vida a lo cual soy intolerante es ver a mamá llorando, sin embargo ella de
manera muy digna se secó sus ojos y nos brindó una radiante sonrisa.
-Estoy tan
feliz de tenerles aquí –sorbió por la nariz- pero mira como me dejas… te he
echado tanto de menos mi ángel… pero entremos a la casa, les he preparado la
lasaña que tanto le gusta a mi bebé. Vayan por su equipaje mientras voy a poner
la mesa.
Con unos
buenos besos para ambos ella corrió hacia la casa dejándonos allí parados. Yo
con una gran sonrisa y Xander lleno de asombro.
-Nunca me
dijiste que tu mamá era tan joven
-Mamá dice
que es vulgar hablar sobre la edad de las mujeres, pero si te dije que ella me
tuvo muy joven, de hecho -susurro- ella
tiene 32 años –caminamos hacia Chester-
-¡¡32!! O
sea que te tuvo a los…. ¿Cuántos? ¿14? –Asentí lleno de orgullo-
-Por lo
mismo solo somos los dos, como ella no quiso hacerse un aborto le botaron de su
casa… y aquí estoy –me encogí de hombros-
-¡Apresúrense
que está servido! –Gritó desde el umbral-
El almuerzo
fue de lo mejor, de verdad le extrañaba, sin embargo tras la deliciosa comida
comenzó su interrogatorio con respecto a lo sucedido en la universidad, me
encontraba tan avergonzado que las palabras no salían por mi boca y gracias a
Dios que mi amigo tomo la iniciativa y narro lo sucedido.
XANDER
Decir que
estoy sorprendido es quedarme corto, después del abrazo de oso de mamá
Angelina, y bajar las maletas voy caminando detrás de ellos.
Que bonita mujer era la mamá de Tiago. Durante la cena, me hizo sentir como si
fuera mi mamá, y me bombardeó con tantas preguntas, que estoy seguro que sabe
hasta de qué color sueño. La lasgna estaba sabrosa.
-Vamos a lavar nosotros mamá Angelina -Me levanté a recoger los trasto,
pero ella saltó por mi mano-
-¡No! Lo haré yo, mañana les tocará a ustedes. No sabes lo feliz que soy de
tenerlos aquí -Se inclinó a tomar la cara de Tiago y lo volvió a besar-
-Ahora vayan a acomodarse en la habitación, tuve que poner otra camita pegada a
la tuya cielo, porque la habitación, ya sabes, es muy pequeña.
Nos empujó hacia la habitación y seguí a Tiago a su cuarto, lo había visto solo
de apuradas cuando dejamos las maletas, pero ahora lo miré asombrado, de lo
cálido que se veía. Un librero con colecciones de CD’s revistas, libros,
algunas miniaturas de dinosaurios. A eso me acerqué a mirar de cerca, eran de
esas piezas que se ensamblan de uno a uno. Fascinado lo miro.
-¿Quién los armó?
-Angelina y yo, desde que era pequeño, encontré fascínate los dinosaurios y
ella trajo a casa las miniaturas y se hizo nuestro pasatiempo -Tiago lo dijo
orgulloso-
-Son increíbles y muy bien armados.
Abrí la maleta y saqué mi pantalón de pijama y una camiseta mangas largas, la
coloque en la cama, después saqué otro muda de pantalón abrigado de gimnasio,
calcetines, un pulóver de lana, remera mangas largas.
-¿Dónde está el baño?
Veo a mi amigo acomodando su ropa, abriendo sus gavetas y sacando mantas
colocando sobre las dos camas.
-Creo que igual dormiremos casi en una, la manta no es tan ancha.
-No será raro, creo que el invierno nos quiere juntos.
Lo veo asentir y salir al pasillo mostrándome donde estaba el baño y él se fue
luego junto a su madre.
En el baño, miré esa habitación netamente de mujer, llena de lociones, cremas.
Nunca había visto un cuarto de baño totalmente femenino, Me metí a la ducha, bastante
intimidado de estar en un territorio del otro sexo El agua estaba sabrosa y me
relajó, me sequé y puse el pantalón de gimnasia y la remera mangas largas. Salí
volando hacia la habitación, recién era las cuatro de la tarde. Me fui hacia la
sala y los veo sentados en el gran sofá bajo una manta, al verme Angelina
apartó la frazada dejándome el otro lugar vacío a su lado.
-Ven aquí Xander y es hora de que me digas, cómo puedes vivir con este mi hijo
que es tan tímido -se ríe atrayendo a sus brazos a Tiago- sé que puede ser
cerrado como una ostra con los demás, pero tú has sabido llegar bajo su coraza
.Y has demostrado que valió la pena que él lo haga. Gracias Xander.
Me sentí conmovido que esa mujer con tanta bravura y coraje, uno por no dejarse
vencer por el tropiezo que le dio el destino y asumió el papel de madre a tan
temprana edad, está mujer me agradecía y no me sentía altruista, porque no lo
hice desinteresadamente, amaba a Tiago y daría mi vida por él.
TIAGO
Era real y
absolutamente vergonzoso todo lo que pasaba a medida que el tiempo transcurría.
¡Mamá y Xander se llevaban de maravilla! Lo cual no era nada de malo, todo lo
contrario. Sabía de antemano que se llevarían bien, a ella siempre le hablaba
de mi mejor amigo y de las cosas que hacíamos. Lo malo era que Angelina, como
buena mamá gallina cacareando llena de orgullo de su único pollito, se puso a
hablar de todo sobre mí… ¡DE TODO! Y mi único “amigo” en vez de desviar los
temas de conversación bochornosos parecía disfrutar al máximo de todas las
historias narradas con lujo y detalle.
Era
humillante y por mi parte me encontraba en un constante sonrojo a costa de ellos
dos.
Xander reía
tontamente a carcajadas de todas las anécdotas que le contaba y parecía
totalmente dichoso de tener en sus manos material de sobra para molestarme por
los siglos de los siglos y por toda la eternidad
-… y tienes
que ver las fotos de mi ángel –podría haber jurado que los ojos de Xander
destellaron-
-Angelina…
por favor. –Dije con voz torturada mientras ella me lanzaba una mordaz, pero
divertida mirada-
-Dime mamá
-Dile mamá
–dijeron al unísono y supe en ese instante que estaba perdido-
-No puedo
con ustedes –rieron a divertidos- me rindo. Voy a la ducha, continúen hablando
de mi –les lancé un par de almohadones-
A pesar de
lo vergonzoso que fue ese par de horas, sonreía divertido ante lo sucedido, se
notaba que mamá adoraba a Xander. Ella sabía algo sobre la historia de vida de
mi gran amigo y sé muy bien que ganó sus buenos puntos con ella cuando le
comenzó a llamar “Mamá Angelina”, con eso seguro hizo que el gran corazón de
ella se derritiera por él. Por otro lado ellos congeniaban de maravilla ¿Y cómo
no? Si Xander es un tipo divertido, amable, educado, encantador y buena
persona… por otro lado… él es… lindo
-…
Me congelé
en el umbral de la puerta del baño mientras sostenía mis cosas para bañarme sin
poder creer que mi mente había pensado en Xander de manera tan espontánea y
natural valorándolo como “lindo”… por segunda vez.
-Debe ser el
cansancio del viaje.
Me dije a mi
mismo mientras ingresaba y comenzaba a desnudarme para tener una bien merecida
ducha caliente. La sensación del agua casi hirviendo deslizándose por mi piel
fue el paraíso y mis agarrotados músculos lentamente comenzaron a entrar en
estado de relajación. Como era habitual, cogí mi polla en un firme puño y
comencé a evocar imágenes en mi mente mientras me masturbaba. Mujeres con
grandes pechos, mujeres con culos redondeados y estrechas cinturas, mujeres con
piernas abiertas mostrando su sexo, incluso mujeres haciéndoselo a mujeres, sin
embargo mi miembro no quería despertar, era como un apéndice seco y marchito, ni
un solo glóbulo rojo se dirigía hacia el lugar. Maldije frustrado. Sin embargo
el recuerdo de un cuerpo musculoso junto al mío y un aroma ya familiar comenzó
a llenar mi mente, no queriendo analizar más allá aquellos prohibidos
pensamientos, comencé a masturbarme con ganas, mi polla palpitaba dolorosamente
de necesidad. Imágenes aún más osadas fueron evocadas y con un agónico gemido
llegue a un orgasmo tan devastador y potente que de rodillas caí en la ducha.
Estaba desconcertado.
-¿acaso soy
gay? –Susurré para mi mismo- no puede ser… ¿o sí?
XANDER
Imposible describir las
emociones que me recorrían, estar en la casa de Tiago, compartir con su mamá,
que ella sea la persona más extraordinaria que haya conocido. Bueno la hermana
Katty, era la primera, pero de primera mano, sentir, y que me hayan aceptado en
la familia.
Que Angelina me pida llamarla mamá, era algo que jamás me lo hubiera esperado.
Mis anécdotas de las veces que até las medias de la hermana Amalie, las veces
que me siguieron con la escoba por probar la salsa antes de la comida.
Angelina me regaló abrazos cuando le comenté de las veces que casi conseguí un
hogar, pero a parte de ellos me regaló las historias más hermosas sobre Tiago.
Me imaginaba haciendo sus diabluras y ver sus fotos de niño, me enamoraron más.
Pasaron las horas, ya era casi las once y media de la noche cuando nos
levantamos para ir a dormir. Besé a mi hermosa nueva madre de corazón y me metí
al dormitorio, me puse mi pijama, entre al baño en donde Tiago se cepillaba los
dientes, me puse a su lado también lavé mis dientes, lo miré por el espejo y él
hacía lo mismo, escupí la pasta, me giré, apoyando la cadera en la pileta del
lavado, le sonreí, estiré un brazo y lo abracé.
-Gracias por darme la oportunidad de conocer a tu madre, por ver el lado de una
familia, aunque sea de a dos. Esto que has hecho es algo que jamás podré
pagarte.
-¡Eyyyy!
Tomo mi almohada y empezamos
una batalla de fundas, frazadas, en el aire atrapo de nuevo la almohada que me
lanza y estiro hacia mí, haciendo que caiga sobre mis piernas y lo atrapo en un
abrazo empezando a hacerle cosquillas, en lo que Tiago grita pidiendo socorro.
-¡Duerman ya! -abre la puerta Angelina y ella es la que toma la otra almohada y
nos da de almohadazos- vamos que mañana no se querrán mover.
Acerco mi cara a la de él y nos quedamos mirándonos en silencio, el sueño me
vence, pero jamás dormí tan feliz como en ese momento.
TIAGO
-¡Arriba! ¡El desayuno
estará pronto niños!
Gritó mamá desde la cocina, y con él, fue que lentamente comencé a despertar,
por mi parte no tenía ganas de levantarme así que no me di ni por aludido por
el llamado. Estaba tan a gusto. Me encontraba en ese peculiar estado en donde
no deseas siquiera moverte de la posición en la que estas en la cama, y las
ganas de hacer caso omiso del llamado de mamá era una situación demasiado
tentadora en este momento. Me encontraba en perfecta comodidad. Mis piernas
estaban enlazadas a las de Xander, mi cabeza apoyada en su pecho y el constante
latido de su corazón era como una dulce canción de cuna que me dejaba
adormilado. Me removí y apegue aún más… al tacto sentía suave piel, eran como
kilómetros y kilómetros de sedosa piel recubriendo fibrosos y estilizados
músculos abdominales… ¿en qué momento de la noche metí mi mano bajo su
camiseta?
-Oye… ¿Tiago?... nos llaman
-Mmmm… -simulé dormir-
-Que nos llama a desayunar.
-Sshh… es tu imaginación –ríes divertido-
Su piel es tan suave… ¡maldita sea!... algo al sur de mi cuerpo se estaba
despertando también y esa sí que era una muy mala idea, considerando las
circunstancias y la posición en la que estábamos me sería muy difícil intentar
ocultar lo que sucedía al sur de mi cuerpo. Así que evoqué las peores imágenes
a mi mente: un geriátrico lleno de ancianitas desnudas y en mi interior desee
que Xander solo pensara que “aquello” era una erección matutina.
Estaba en problemas y unos bien gordos… o mejor dicho bien erectos. Pensar en
el geriátrico no estaba resultando, sin embargo al abrir finalmente mis ojos y
alzar mi cabeza recordé lo que había hecho anoche. Tuve que morderme la parte
interna de mis mejillas para disimular.
-Voy primero al baño ¿sí? Te espero en la cocina, no te preocupes en cambiarte
de ropa, acostumbramos a desayunar en pijama los fines de semana mientras vemos
el Cartoon Network
Me removí con la intención de levantarme, sin embargo sentí en mi muslo la
erección de él. Me congelé. Alcé la cabeza lo suficiente para apoyar mi mentón
en medio de tu pecho y así poder mirarte a los ojos mientras que te hablaba.
Nunca me había fijado de lo bonito que es el color de tus ojos, son como de un
azul grafito con motitas oscuras y…
XANDER
El olor de Tiago me envolvía,
intente moverme, pero no podía, más se subía sobre mi cuerpo, una pierna suya
se dobló y acercó peligrosamente a mi erección que dolorosamente estaba
reposando sobre mi cadera, ya su glande asomaba fuera de la pretina del pijama
en donde la mano de él se movía de arriba abajo.
-¡Arriba! ¡El desayuno estará pronto niños!
La voz de Angelina se filtró desde afuera de la habitación. Se dejó de mover,
pero su mano se abrió y cerró sobre mi estomago. Intenté abrir mis ojos pero la
cara la sentía algo tirante, un brazo estaba debajo de su cuerpo, pero el otro
atrapado entre las cobijas y tensadas por la presión de nuestros cuerpos. Miré
hacía él y un nudo se formó en la boca de mi estomago. Tan cerca, pero tan
lejos.
¿Qué pasaría si lo besaba, me subiera sobre él en la cama, lo presionará con
mis caderas, acariciará sus nalgas? ¡Mierda! ¡Pasa esos pensamientos para otro
lado, vas por mal camino Xander!
-Oye… ¿Tiago?... nos llaman -digo bajo y rogando que su mano no baje más
-Sshh… es tu imaginación –río al escucharte, ya muy divertido dices y te metes
más entre las mantas y mi cuerpo-
-¡Ya estoy sirviendooooo! -Angelina se escuchaba impaciente-
-Levántate dormilón, que si no te mueves no puedo salir yo, tienes medio cuerpo
encima de mí
Te empujo moviendo mi
hombro. Te mueves mientras me hablas y sucedió, mierda, tu rodilla primero,
luego tu muslo roza en forma total mi erección hasta el punto de casi
levantarla, apoyas tu mentón en mi torso, clavas los ojos y mierda, abro los
labios para decirte te amo, pero no es mi día ¿o lo es y me han salvado en
forma de un ángel rubio? la voz de Angelina, me hace sentarme de golpe y Tiago
cae de culo al piso.
Miró a Angelina y luego a
Tiago, que este último empieza a gatear para salir de la habitación y romper a
carcajadas en el pasillo. Me intento levantar, pero algo largo y duro bajo las
frazadas me hace quedar quieto, toco mi cara al final sintiéndolo tirante.
-Por todos los santos Angelos, pareces un crio en cómo te comportas -sale
detrás de Tiago- ¡hacerle eso a tu amigo! -vuelve a meter medio cuerpo-
perdónale Xander, no madurará, aséate y ven a desayunar -diciendo eso sale de
nuevo y ahora me levanto y con bastante rapidez voy al baño, en donde ya está
desocupado y la imagen del espejo me hace jadear-
Abro el grifo y empiezo a
lavar mi cara, tratando de sacar la enorme sonrisa de pasta dental, las pecas
distribuidas por las mejillas y las cejas paralelas de pasta dental sobre las
mías, tarde más de 10 minutos en dejar mi cara sonrojada y libre de la pasta,
pero no del olor a menta, cepillo mis dientes, tardando otro poco en peinarme y
ver si ya estaba en reposo mi amigo el general Couster.
Mi entrada a la cocina fue recibida por dos pares de ojos azules, los dos
tratando de ocultar la risa, que sabía su origen.
-Para tranquilidad de los dos, no soy vengativo
TIAGO
Quedé
boquiabierto, si mamá antes quería a Xander, ahora lo adora. Ver la felicidad
que irradiaba en ella por un gesto tan pequeño de su parte hizo que mi corazón
se calentara, sobre todo porque logré ver la emoción en el rostro de él, a
penas Angelina le rodeo con sus brazos, primero quedó congelado y luego
simplemente se entregó al momento cerrando sus ojos y dejándose acunar por la
amorosa demostración de gratitud y afecto por parte de mamá. El instante fue
tan íntimo que me sentí tímido frente a eso. Sólo mordí mi labio y bajé la
mirada como brindando un instante de intimidad para ellos. Sólo podría imaginar
lo que sentía Xander en ese breve momento, de seguro removió su piso.
-Bueno,
bueno –Sorbió por la nariz- no prepare todo esto para que se enfríe, voy por
las tortitas
En ese
instante en que mamá se fue a la cocina, moví mi silla hasta quedar junto a un
pasmado Xander y le empuje suavemente con mi hombro, al girarse hacia mí su
rostro y expresivos ojos estaban llenos de una potente emoción que no logré
describir, sin embargo el sólo me envolvió en sus brazos de manera apretada y
susurro en mi oído.
-Gracias por
esto
Un suave
beso en mi mejilla me hizo cerrar los ojos, un estremecimiento me recorrió por
todo el cuerpo, algo así como un ligero temblor y mi corazón perdió el ritmo de
su latir mientras sus labios aun permanecían apoyados y su respiración se
sentía tibia contra mi piel, su rostro comenzó a deslizarse en una suave
caricia estábamos tan cerca que nuevamente lograba ver las motitas oscuras en
el azul profundo de sus ojos…
-¡Hagan
espacio para los platos!
Gritó
Angelina mientras se acercaba con las cosas. El quiebre del momento fue como un
balde de agua fría y me volvió torpe, tanto así que por poco vuelco mi tazón de
chocolatina.
Necesitaba
pensar en eso… pero no ahora.
La jornada
pasó demasiado rápido, había mucho en que ponerse al día, ya que habían sido
meses de ausencia de mi parte y que mamá quería saber absolutamente todo de
Xander, el interrogatorio hacia él fue intenso, sin embargo él parecía más que
feliz de darle a mamá lo que ella quería. Después de mucha conversación,
almuerzo y arrumacos incluidos nos comenzamos a preparar para ir de compras al
mercado, sin embargo, me llevé una horrorosa sorpresa.
-¡XANDEEEERR!
-¡¿Por qué
le gritas al niño Angelos Santiago?!
Salí del
dormitorio solo con pantalones y las zapatillas en las manos mientras un
demasiado angelical Xander se encontraba en el sofá
-Pero mamá,
llenó mi zapatillas con dentífrico
-Eso querido
–dijo Angelina mientras palmeteaba mi mejilla- se llama “Justicia Divina”
En vista y
considerando que mi salida al mercado estaba estropeada me quedé en casa y de
manera rápida conecté mi laptop, me sentía un tanto nervioso, aún faltaba un
rato y mentalmente cruzaba los dedos. Hoy chatearía con Peter Pan
______________________________________________________________
De: Aprendiz
de Mago
Fecha: 9 de Octubre
4:26
Para: Peter
Pan
Asunto: ¡A
llegado Cartaaaaa!
Toc Toc??? (@_@)
¿Hay alguien
en casa?
Tengo un
mensaje para el Señor Peter Pan!!
Esperare
aquí en su puerta para entregarlo
Aprendiz
de Mago
Asistente
de Cartero
_______________________________________________________________
XANDER
Ojeaba una
revista vieja, trataba de parecer concentrado, todas las emociones que se
habían congregado en ese lapsus de tiempo, me tenían eufórico, ansioso. Hoy
debía hacer de tiempo para ir a un ciber, el acompañar a mamá Angelina al
supermercado me parecía una buena idea, podría aprovechar para darme una
escapadita y cumplir con mi cita.
El grito de Tiago me puso al tanto del momento exacto en que descubrió lo del
zapato, reí por lo bajo y lo miré cuando llegó.
-Vamos Xander, cuanto más rápido nos vayamos estaremos de regreso.
Salí con ella del departamento y fuimos a realizar las compras. Hablar con ella
era muy agradable y estaba llena de amor maternal.
Estábamos por terminar de cargar la cesta cuando vi el local de un ciber.
-Mamá Angelina, debo hacer algo, nos vemos en seguida, ¿no me necesitarás?
-Ve Xander
No necesité que me lo volviera a decir. Pagué el tiempo al ciber, y me conecté.
Lo primero que hice fue buscar los mensajes de Aprendiz de Mago y allí estaba
el último. Acepte la invitación.
_______________________________________________________________
De: Peter Pan
Fecha: 9 de
Octubre 5:12 m
Para:
Aprendiz de Mago
Asunto:
recibiendo y esperando
Jajaja ¿Toc Toc?
Jajaajajaa
estoy aprendiendo a ser paciente





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