sábado, 20 de septiembre de 2014

Capítulo 8



X
ANDER
Feliz emprendemos la marcha y para completar el viaje.

Nos pusimos a escuchar nuestras canciones preferidas y cantar como posesos durante las tres horas que faltaban.

Tiago y yo nos quedamos con un poco menos de dinero, pagar el mecánico en día festivo fue algo fuera de los planes pero sobre todo agradecíamos que el repuesto haya estado en el taller, pero aún así no dejábamos de lamentar el poco efectivo en la billetera.

Nos adentramos a Fairbank, Tiago empezó a estar como mono dentro del auto, mostraba un lugar, después otro. Tomo el móvil y llamó a su mamá.

-Angelina, ya estamos por llegar. -Me contagiaba su entusiasmo-

-¡Allí! la casa al lado de ese árbol

Exclamo y al frenar se bajo, rápido y casi corrió hasta una de las casa, en eso una hermosa mujer rubia, de bellas curvas, sale del edificio y se encuentra con él, abrazándolo y llenándolo de besos. 

Tomé el volante fuerte, luego lo solté, apagué el motor, puse el freno de mano y me bajé. Quería estrangular a la rubia que estaba manoseando a Tiago, no podía concebir que alguien tuviera ese derecho y yo no. Metí las manos en mi chamarra y caminé con los hombros encorvados, hasta llegar a ellos.

-¡Estas hermoso! te extrañé demasiado, y por increíble que sea, hasta dormir acurrucadita contigo en estos días echaba de menos.

Patada literal en los huevos sentí ¿cómo qué extrañaba dormir con él? Si fuera un animal ya hubiera saltado delante y separarlos, quería decir ¡es mío!, ¡es mío! Pero no lo era, allí estaba el problema, él no era nada mío, excepto un buen amigo.

Fijé la vista de nuevo en ella, llevaba el pelo en una coleta alta, dejando su hermoso cuello a la vista, unos hermosos ojos azules se separaron de Tiago y se clavaron en mí.

Me quedé de piedra, no me moví, no dije ni hola.

TIAGO
Me sentí rodeado bajo su abrazo constrictor y llenado de besos por todo mi rostro, cuando acabó con su expresiva muestra de afecto miré a Xander, algo le pasaba, pero no podía preguntar ahora con público.

-Xander, te presento a Angelina, mi mamá.

Su boca cayó al nivel del piso y su rostro se volvió rojo como tomate, boqueo un par de veces antes de aclararse la garganta con un carraspeo y saludarle muy cortésmente.

-Así que tú eres Alexander –la sonrisa de mamá era radiante- mi bebé me ha hablado tanto de ti que es como si te conociera de toda la vida.

Y como es ella de afectuosa, de inmediato envolvió a Xander en sus brazos y de puntillas llenó de besos su sonrojado rostro mientras le daba las gracias por ser mi amigo y por estar conmigo en el momento que paso lo del matonaje. Me preocupé cuando su voz se quebró de emoción y algunas lágrimas se deslizaron por sus mejillas. Si hay algo en la vida a lo cual soy intolerante  es ver a mamá llorando, sin embargo ella de manera muy digna se secó sus ojos y nos brindó una radiante sonrisa.

-Estoy tan feliz de tenerles aquí –sorbió por la nariz- pero mira como me dejas… te he echado tanto de menos mi ángel… pero entremos a la casa, les he preparado la lasaña que tanto le gusta a mi bebé. Vayan por su equipaje mientras voy a poner la mesa.

Con unos buenos besos para ambos ella corrió hacia la casa dejándonos allí parados. Yo con una gran sonrisa y Xander lleno de asombro.

-Nunca me dijiste que tu mamá era tan joven

-Mamá dice que es vulgar hablar sobre la edad de las mujeres, pero si te dije que ella me tuvo muy joven, de hecho  -susurro- ella tiene 32 años –caminamos hacia Chester-

-¡¡32!! O sea que te tuvo a los…. ¿Cuántos? ¿14? –Asentí lleno de orgullo-

-Por lo mismo solo somos los dos, como ella no quiso hacerse un aborto le botaron de su casa… y aquí estoy –me encogí de hombros-

-¡Apresúrense que está servido! –Gritó desde el umbral-

El almuerzo fue de lo mejor, de verdad le extrañaba, sin embargo tras la deliciosa comida comenzó su interrogatorio con respecto a lo sucedido en la universidad, me encontraba tan avergonzado que las palabras no salían por mi boca y gracias a Dios que mi amigo tomo la iniciativa y narro lo sucedido.

XANDER
Decir que estoy sorprendido es quedarme corto, después del abrazo de oso de mamá Angelina, y bajar las maletas voy caminando detrás de ellos.

Que bonita mujer era la mamá de Tiago. Durante la cena, me hizo sentir como si fuera mi mamá, y me bombardeó con tantas preguntas, que estoy seguro que sabe hasta de qué color sueño. La lasgna estaba sabrosa.

-Vamos a lavar nosotros mamá Angelina -Me levanté a recoger los trasto, pero ella saltó por mi mano-

-¡No! Lo haré yo, mañana les tocará a ustedes. No sabes lo feliz que soy de tenerlos aquí -Se inclinó a tomar la cara de Tiago y lo volvió a besar-

-Ahora vayan a acomodarse en la habitación, tuve que poner otra camita pegada a la tuya cielo, porque la habitación, ya sabes, es muy pequeña.

Nos empujó hacia la habitación y seguí a Tiago a su cuarto, lo había visto solo de apuradas cuando dejamos las maletas, pero ahora lo miré asombrado, de lo cálido que se veía. Un librero con colecciones de CD’s revistas, libros, algunas miniaturas de dinosaurios. A eso me acerqué a mirar de cerca, eran de esas piezas que se ensamblan de uno a uno. Fascinado lo miro. 

-¿Quién los armó?

-Angelina y yo, desde que era pequeño, encontré fascínate los dinosaurios y ella trajo a casa las miniaturas y se hizo nuestro pasatiempo -Tiago lo dijo orgulloso-

-Son increíbles y muy bien armados.

Abrí la maleta y saqué mi pantalón de pijama y una camiseta mangas largas, la coloque en la cama, después saqué otro muda de pantalón abrigado de gimnasio, calcetines, un pulóver de lana, remera mangas largas.

-¿Dónde está el baño?

Veo a mi amigo acomodando su ropa, abriendo sus gavetas y sacando mantas colocando sobre las dos camas.

-Creo que igual dormiremos casi en una, la manta no es tan ancha.

-No será raro, creo que el invierno nos quiere juntos. 

Lo veo asentir y salir al pasillo mostrándome donde estaba el baño y él se fue luego junto a su madre.

En el baño, miré esa habitación netamente de mujer, llena de lociones, cremas. Nunca había visto un cuarto de baño totalmente femenino, Me metí a la ducha, bastante intimidado de estar en un territorio del otro sexo El agua estaba sabrosa y me relajó, me sequé y puse el pantalón de gimnasia y la remera mangas largas. Salí volando hacia la habitación, recién era las cuatro de la tarde. Me fui hacia la sala y los veo sentados en el gran sofá bajo una manta, al verme Angelina apartó la frazada dejándome el otro lugar vacío a su lado.

-Ven aquí Xander y es hora de que me digas, cómo puedes vivir con este mi hijo que es tan tímido -se ríe atrayendo a sus brazos a Tiago- sé que puede ser cerrado como una ostra con los demás, pero tú has sabido llegar bajo su coraza .Y has demostrado que valió la pena que él lo haga. Gracias Xander.

Me sentí conmovido que esa mujer con tanta bravura y coraje, uno por no dejarse vencer por el tropiezo que le dio el destino y asumió el papel de madre a tan temprana edad, está mujer me agradecía y no me sentía altruista, porque no lo hice desinteresadamente, amaba a Tiago y daría mi vida por él.

TIAGO
Era real y absolutamente vergonzoso todo lo que pasaba a medida que el tiempo transcurría. ¡Mamá y Xander se llevaban de maravilla! Lo cual no era nada de malo, todo lo contrario. Sabía de antemano que se llevarían bien, a ella siempre le hablaba de mi mejor amigo y de las cosas que hacíamos. Lo malo era que Angelina, como buena mamá gallina cacareando llena de orgullo de su único pollito, se puso a hablar de todo sobre mí… ¡DE TODO! Y mi único “amigo” en vez de desviar los temas de conversación bochornosos parecía disfrutar al máximo de todas las historias narradas con lujo y detalle.

Era humillante y por mi parte me encontraba en un constante sonrojo a costa de ellos dos.

Xander reía tontamente a carcajadas de todas las anécdotas que le contaba y parecía totalmente dichoso de tener en sus manos material de sobra para molestarme por los siglos de los siglos y por toda la eternidad

-… y tienes que ver las fotos de mi ángel –podría haber jurado que los ojos de Xander destellaron-

-Angelina… por favor. –Dije con voz torturada mientras ella me lanzaba una mordaz, pero divertida mirada-

-Dime mamá

-Dile mamá –dijeron al unísono y supe en ese instante que estaba perdido-

-No puedo con ustedes –rieron a divertidos- me rindo. Voy a la ducha, continúen hablando de mi –les lancé un par de almohadones-

A pesar de lo vergonzoso que fue ese par de horas, sonreía divertido ante lo sucedido, se notaba que mamá adoraba a Xander. Ella sabía algo sobre la historia de vida de mi gran amigo y sé muy bien que ganó sus buenos puntos con ella cuando le comenzó a llamar “Mamá Angelina”, con eso seguro hizo que el gran corazón de ella se derritiera por él. Por otro lado ellos congeniaban de maravilla ¿Y cómo no? Si Xander es un tipo divertido, amable, educado, encantador y buena persona… por otro lado… él es… lindo

-…

Me congelé en el umbral de la puerta del baño mientras sostenía mis cosas para bañarme sin poder creer que mi mente había pensado en Xander de manera tan espontánea y natural valorándolo como “lindo”… por segunda vez.

-Debe ser el cansancio del viaje.

Me dije a mi mismo mientras ingresaba y comenzaba a desnudarme para tener una bien merecida ducha caliente. La sensación del agua casi hirviendo deslizándose por mi piel fue el paraíso y mis agarrotados músculos lentamente comenzaron a entrar en estado de relajación. Como era habitual, cogí mi polla en un firme puño y comencé a evocar imágenes en mi mente mientras me masturbaba. Mujeres con grandes pechos, mujeres con culos redondeados y estrechas cinturas, mujeres con piernas abiertas mostrando su sexo, incluso mujeres haciéndoselo a mujeres, sin embargo mi miembro no quería despertar, era como un apéndice seco y marchito, ni un solo glóbulo rojo se dirigía hacia el lugar. Maldije frustrado. Sin embargo el recuerdo de un cuerpo musculoso junto al mío y un aroma ya familiar comenzó a llenar mi mente, no queriendo analizar más allá aquellos prohibidos pensamientos, comencé a masturbarme con ganas, mi polla palpitaba dolorosamente de necesidad. Imágenes aún más osadas fueron evocadas y con un agónico gemido llegue a un orgasmo tan devastador y potente que de rodillas caí en la ducha. Estaba desconcertado.

-¿acaso soy gay? –Susurré para mi mismo- no puede ser… ¿o sí?

XANDER
Imposible describir las emociones que me recorrían, estar en la casa de Tiago, compartir con su mamá, que ella sea la persona más extraordinaria que haya conocido. Bueno la hermana Katty, era la primera, pero de primera mano, sentir, y que me hayan aceptado en la familia.

Que Angelina me pida llamarla mamá, era algo que jamás me lo hubiera esperado. Mis anécdotas de las veces que até las medias de la hermana Amalie, las veces que me siguieron con la escoba por probar la salsa antes de la comida. 

Angelina me regaló abrazos cuando le comenté de las veces que casi conseguí un hogar, pero a parte de ellos me regaló las historias más hermosas sobre Tiago. Me imaginaba haciendo sus diabluras y ver sus fotos de niño, me enamoraron más.

Quise seguirlo y darle unos abrazos cuando nos llamaba la atención por las conversaciones con ella.

Pasaron las horas, ya era casi las once y media de la noche cuando nos levantamos para ir a dormir. Besé a mi hermosa nueva madre de corazón y me metí al dormitorio, me puse mi pijama, entre al baño en donde Tiago se cepillaba los dientes, me puse a su lado también lavé mis dientes, lo miré por el espejo y él hacía lo mismo, escupí la pasta, me giré, apoyando la cadera en la pileta del lavado, le sonreí, estiré un brazo y lo abracé.

-Gracias por darme la oportunidad de conocer a tu madre, por ver el lado de una familia, aunque sea de a dos. Esto que has hecho es algo que jamás podré pagarte.

-¿Qué dices? todo lo que has hecho por mí, me has devuelto la tranquilidad, que no tuve desde el año pasado, esto no lo hice por pago, es lo que deseaba. Quería conozcas a mi madre, y ella te quería conocer, además la amo, y ahora después de ella, pasas a ser algo muy importante.

-También tú has entrado en mi corazón Tiago -no lo solté mientras hablaba, pero ahora me separó y una lagrimas que quieren desbordarse, es obligado a no caer por mi fuerza de voluntad, que me diga que era algo importante para él, consolaba mi corazón, ya que nunca podríamos ser nada más- ¡y ya vamos a dormir!

Me enjuago la boca y salgo rumbo a la cama, de un salto subo, metiéndome bajo las mantas, Tiago entra casi de inmediato, sube pasando sobre mí, y le empujo haciéndolo rodar en la cama, el toma su almohada y me pega con ella.

-¡Eyyyy!

Tomo mi almohada y empezamos una batalla de fundas, frazadas, en el aire atrapo de nuevo la almohada que me lanza y estiro hacia mí, haciendo que caiga sobre mis piernas y lo atrapo en un abrazo empezando a hacerle cosquillas, en lo que Tiago grita pidiendo socorro.

-¡Duerman ya! -abre la puerta Angelina y ella es la que toma la otra almohada y nos da de almohadazos- vamos que mañana no se querrán mover.

-¡Ya Angelina!, pero dile a Xander que no me haga cosquillas -Tiago se mete después de decir eso bajo las mantas ,acomodando sobre las dos camas- yo me duermo, dile a él.

Se sumerge bajo las mantas, sin rastro de su cabeza. Yo le sonrío a ella y recibo un idéntico saludo de su parte antes de cerrar la puerta. Me giro y meto mi cabeza bajo las frazadas, para ver a Tiago riendo bajo.

-Me gusta tu mamá, la adoptaré yo, desde hoy.

Acerco mi cara a la de él y nos quedamos mirándonos en silencio, el sueño me vence, pero jamás dormí tan feliz como en ese momento.

TIAGO
 -¡Arriba! ¡El desayuno estará pronto niños!

Gritó mamá desde la cocina, y con él, fue que lentamente comencé a despertar, por mi parte no tenía ganas de levantarme así que no me di ni por aludido por el llamado. Estaba tan a gusto. Me encontraba en ese peculiar estado en donde no deseas siquiera moverte de la posición en la que estas en la cama, y las ganas de hacer caso omiso del llamado de mamá era una situación demasiado tentadora en este momento. Me encontraba en perfecta comodidad. Mis piernas estaban enlazadas a las de Xander, mi cabeza apoyada en su pecho y el constante latido de su corazón era como una dulce canción de cuna que me dejaba adormilado. Me removí y apegue aún más… al tacto sentía suave piel, eran como kilómetros y kilómetros de sedosa piel recubriendo fibrosos y estilizados músculos abdominales… ¿en qué momento de la noche metí mi mano bajo su camiseta?

-Oye… ¿Tiago?... nos llaman

-Mmmm… -simulé dormir-

-Que nos llama a desayunar.

-Sshh… es tu imaginación –ríes divertido-

Su piel es tan suave… ¡maldita sea!... algo al sur de mi cuerpo se estaba despertando también y esa sí que era una muy mala idea, considerando las circunstancias y la posición en la que estábamos me sería muy difícil intentar ocultar lo que sucedía al sur de mi cuerpo. Así que evoqué las peores imágenes a mi mente: un geriátrico lleno de ancianitas desnudas y en mi interior desee que Xander solo pensara que “aquello” era una erección matutina.

-¡Ya estoy sirviendooooo!

-Levántate dormilón, que si no te mueves no puedo salir yo, tienes medio cuerpo encima de mi –ríes divertido-

Estaba en problemas y unos bien gordos… o mejor dicho bien erectos. Pensar en el geriátrico no estaba resultando, sin embargo al abrir finalmente mis ojos y alzar mi cabeza recordé lo que había hecho anoche. Tuve que morderme la parte interna de mis mejillas para disimular.

-Voy primero al baño ¿sí? Te espero en la cocina, no te preocupes en cambiarte de ropa, acostumbramos a desayunar en pijama los fines de semana mientras vemos el Cartoon Network

Me removí con la intención de levantarme, sin embargo sentí en mi muslo la erección de él. Me congelé. Alcé la cabeza lo suficiente para apoyar mi mentón en medio de tu pecho y así poder mirarte a los ojos mientras que te hablaba. Nunca me había fijado de lo bonito que es el color de tus ojos, son como de un azul grafito con motitas oscuras y…

-Ustedes son peores que un par de chicas… ¡por Dios! ¡¡¿ANGELOS SANTIAGO QUE HAS HECHO?!!

De pura impresión, caí de bruces al piso

XANDER
El olor de Tiago me envolvía, intente moverme, pero no podía, más se subía sobre mi cuerpo, una pierna suya se dobló y acercó peligrosamente a mi erección que dolorosamente estaba reposando sobre mi cadera, ya su glande asomaba fuera de la pretina del pijama en donde la mano de él se movía de arriba abajo.

-¡Arriba! ¡El desayuno estará pronto niños!

La voz de Angelina se filtró desde afuera de la habitación. Se dejó de mover, pero su mano se abrió y cerró sobre mi estomago. Intenté abrir mis ojos pero la cara la sentía algo tirante, un brazo estaba debajo de su cuerpo, pero el otro atrapado entre las cobijas y tensadas por la presión de nuestros cuerpos. Miré hacía él y un nudo se formó en la boca de mi estomago. Tan cerca, pero tan lejos.
¿Qué pasaría si lo besaba, me subiera sobre él en la cama, lo presionará con mis caderas, acariciará sus nalgas? ¡Mierda! ¡Pasa esos pensamientos para otro lado, vas por mal camino Xander!


-Oye… ¿Tiago?... nos llaman -digo bajo y rogando que su mano no baje más

-Mmmm… -se movió adormilado y apreté los dientes, ante su roce-

-Que nos llama a desayunar.

-Sshh… es tu imaginación –río al escucharte, ya muy divertido dices y te metes más entre las mantas y mi cuerpo-

-¡Ya estoy sirviendooooo! -Angelina se escuchaba impaciente-

-Levántate dormilón, que si no te mueves no puedo salir yo, tienes medio cuerpo encima de mí

Te empujo moviendo mi hombro. Te mueves mientras me hablas y sucedió, mierda, tu rodilla primero, luego tu muslo roza en forma total mi erección hasta el punto de casi levantarla, apoyas tu mentón en mi torso, clavas los ojos y mierda, abro los labios para decirte te amo, pero no es mi día ¿o lo es y me han salvado en forma de un ángel rubio? la voz de Angelina, me hace sentarme de golpe y Tiago cae de culo al piso.

-¿Qué hizo, quién, que?

Miró a Angelina y luego a Tiago, que este último empieza a gatear para salir de la habitación y romper a carcajadas en el pasillo. Me intento levantar, pero algo largo y duro bajo las frazadas me hace quedar quieto, toco mi cara al final sintiéndolo tirante.

-Por todos los santos Angelos, pareces un crio en cómo te comportas -sale detrás de Tiago- ¡hacerle eso a tu amigo! -vuelve a meter medio cuerpo- perdónale Xander, no madurará, aséate y ven a desayunar -diciendo eso sale de nuevo y ahora me levanto y con bastante rapidez voy al baño, en donde ya está desocupado y la imagen del espejo me hace jadear-

-¡Tiagooooooo!

Abro el grifo y empiezo a lavar mi cara, tratando de sacar la enorme sonrisa de pasta dental, las pecas distribuidas por las mejillas y las cejas paralelas de pasta dental sobre las mías, tarde más de 10 minutos en dejar mi cara sonrojada y libre de la pasta, pero no del olor a menta, cepillo mis dientes, tardando otro poco en peinarme y ver si ya estaba en reposo mi amigo el general Couster.

Mi entrada a la cocina fue recibida por dos pares de ojos azules, los dos tratando de ocultar la risa, que sabía su origen.

-Para tranquilidad de los dos, no soy vengativo 

Con total tranquilidad me siento frente a Tiago, al lado de Angelina, la mesa estaba llena de tostadas, mermeladas, dulces de leche. Café, chocolatada.

-Esto es una delicia, mamá Angelina -me inclino a besar su mejilla- la mejor merienda de todas.

-Mañana domingo iremos al centro comercial, hay un sala de cine allí y quiero ver Más allá de las estrellas -nos mira con cara de suplica- ¿me acompañan?

-Claro mamá Angelina, seremos tus compañeros y después iremos a pasear -golpeó mi cabeza con la palma de la mano- no te di algo -me levanto y salgo corriendo hacia la habitación, en eso veo debajo de la cama la pasta dental que uso Tiago, con una sonrisa abro la pasta y levanto el calzado de él vaciando dentro lo que quedó del dentífrico. Ya muy calmado y vengado vuelvo al comedor con el libro para mi nueva mamá- Te traje un regalo -le entrego los libros-

-Xander, no debías haberte molestado -los abre y se le llenan los ojos de lagrimas y se levanta para abrazarme- son mis favoritos, gracias

TIAGO
Quedé boquiabierto, si mamá antes quería a Xander, ahora lo adora. Ver la felicidad que irradiaba en ella por un gesto tan pequeño de su parte hizo que mi corazón se calentara, sobre todo porque logré ver la emoción en el rostro de él, a penas Angelina le rodeo con sus brazos, primero quedó congelado y luego simplemente se entregó al momento cerrando sus ojos y dejándose acunar por la amorosa demostración de gratitud y afecto por parte de mamá. El instante fue tan íntimo que me sentí tímido frente a eso. Sólo mordí mi labio y bajé la mirada como brindando un instante de intimidad para ellos. Sólo podría imaginar lo que sentía Xander en ese breve momento, de seguro removió su piso.

-Bueno, bueno –Sorbió por la nariz- no prepare todo esto para que se enfríe, voy por las tortitas

En ese instante en que mamá se fue a la cocina, moví mi silla hasta quedar junto a un pasmado Xander y le empuje suavemente con mi hombro, al girarse hacia mí su rostro y expresivos ojos estaban llenos de una potente emoción que no logré describir, sin embargo el sólo me envolvió en sus brazos de manera apretada y susurro en mi oído.

-Gracias por esto

Un suave beso en mi mejilla me hizo cerrar los ojos, un estremecimiento me recorrió por todo el cuerpo, algo así como un ligero temblor y mi corazón perdió el ritmo de su latir mientras sus labios aun permanecían apoyados y su respiración se sentía tibia contra mi piel, su rostro comenzó a deslizarse en una suave caricia estábamos tan cerca que nuevamente lograba ver las motitas oscuras en el azul profundo de sus ojos…

-¡Hagan espacio para los platos!

Gritó Angelina mientras se acercaba con las cosas. El quiebre del momento fue como un balde de agua fría y me volvió torpe, tanto así que por poco vuelco mi tazón de chocolatina.

Necesitaba pensar en eso… pero no ahora.

La jornada pasó demasiado rápido, había mucho en que ponerse al día, ya que habían sido meses de ausencia de mi parte y que mamá quería saber absolutamente todo de Xander, el interrogatorio hacia él fue intenso, sin embargo él parecía más que feliz de darle a mamá lo que ella quería. Después de mucha conversación, almuerzo y arrumacos incluidos nos comenzamos a preparar para ir de compras al mercado, sin embargo, me llevé una horrorosa sorpresa.

-¡XANDEEEERR!

-¡¿Por qué le gritas al niño Angelos Santiago?!

Salí del dormitorio solo con pantalones y las zapatillas en las manos mientras un demasiado angelical Xander se encontraba en el sofá

-Pero mamá, llenó mi zapatillas con dentífrico

-Eso querido –dijo Angelina mientras palmeteaba mi mejilla- se llama “Justicia Divina”

En vista y considerando que mi salida al mercado estaba estropeada me quedé en casa y de manera rápida conecté mi laptop, me sentía un tanto nervioso, aún faltaba un rato y mentalmente cruzaba los dedos. Hoy chatearía con Peter Pan

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De: Aprendiz de Mago 
Fecha: 9 de Octubre 4:26 
Para: Peter Pan
Asunto: ¡A llegado Cartaaaaa!

Toc Toc???  (@_@)


¿Hay alguien en casa?

Tengo un mensaje para el Señor Peter Pan!!

Esperare aquí en su puerta para entregarlo

Aprendiz de Mago
Asistente de Cartero
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XANDER
Ojeaba una revista vieja, trataba de parecer concentrado, todas las emociones que se habían congregado en ese lapsus de tiempo, me tenían eufórico, ansioso. Hoy debía hacer de tiempo para ir a un ciber, el acompañar a mamá Angelina al supermercado me parecía una buena idea, podría aprovechar para darme una escapadita y cumplir con mi cita.

El grito de Tiago me puso al tanto del momento exacto en que descubrió lo del zapato, reí por lo bajo y lo miré cuando llegó.

-Vamos Xander, cuanto más rápido nos vayamos estaremos de regreso.

Salí con ella del departamento y fuimos a realizar las compras. Hablar con ella era muy agradable y estaba llena de amor maternal. 

Estábamos por terminar de cargar la cesta cuando vi el local de un ciber.

-Mamá Angelina, debo hacer algo, nos vemos en seguida, ¿no me necesitarás?

-Ve Xander

No necesité que me lo volviera a decir. Pagué el tiempo al ciber, y me conecté.
Lo primero que hice fue buscar los mensajes de Aprendiz de Mago y allí estaba el último. Acepte la invitación.

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De: Peter Pan 
Fecha: 9 de Octubre 5:12 m 
Para: Aprendiz de Mago
Asunto: recibiendo y esperando

Jajaja ¿Toc Toc?

Jajaajajaa estoy aprendiendo a ser paciente


Acepta la invitación, que ya espere mucho
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