domingo, 17 de agosto de 2014

Capítulo 7



A
LEXANDER
Las llaves de mi departamento hacen demasiado ruido al abrir la puerta, sin pérdida de tiempo paso directo a la habitación en donde lo primero que veo es mi maleta en la cama ya abierta, paso de largo directo a la ducha , el agua solo calma mis músculos agarrotados, ¿qué había hecho ayer? El jabón líquido es arrastrado por el agua al enjabonar mi pelo. Pero me decía que había sido altruista en invitar a Ang, sacarlo de allí, para que no vuelva a intentar darse otra dosis de esa mierda que se hacía.

El solo pensar en él, en el por qué de tomar el camino de las drogas , se me estrujo el corazón , no quería volver al Santuary un día y me digan que se había matado.

Sacudí los pensamientos y me concentré en sus ojos y voz, cómo siempre mi cuerpo reaccionaba, se sacudió mi polla, fue engrosándose, en forma distraída me acaricie de arriba abajo, deteniéndome en mi escroto, se escapó un gruñido-gemido, la palma de mi mano se apoya en los azulejos, el ritmo aumenta, imagino otra mano, no la mía, una voz apagándose porque está ocupada, de mi glande, un tirón, mis muslos, se tensan, mi cuello se arquea y termino en un rugido con mi simiente explotando en una liberación larga y relajante, termino de bañarme y al salir con la toalla envuelta en las caderas , tomo la decisión de que iría a buscar a Ang, no dejaría que vaya solo al aeropuerto. Cargo la maleta, tomo las llaves.


Preguntarme como llegué, ni se, solo al apagar el motor, me doy cuenta de lo impulsivo que fui. ¿Qué mierda le diría? ¿Qué no quería pasar otra hora sin verlo? No, para que arriesgarme a que se burle, aunque conociéndolo aunque sea poco, sé que no lo haría.

El sonido de mis propios pasos abriéndose camino hacia él, es el marco de ese cumulo de emociones que me está haciendo inestable en esa área de mi vida hasta ahora perfectamente libre. Lo veo en el escenario probando sonidos y ya en la barra pido una bebida que no me gusta, pero quiero en mi boca.

-una botella de vodka


ANGELOS
En unas cuantas horas más, me encontraría de viaje ¿una locura no? Cuando informé a la banda y a Aimee que me largaría por unos días, el rostro que puso fue un poema, ojalá y hubiese tenido una cámara para plasmar y subir a FB sus ojos cuando cayeron como canicas y su mandíbula que llegó a ras de suelo, no me pidió explicaciones, ella sabe que no las doy a nadie y ella al igual que los were de The Howlers, saben bien que de los muchos años que llevo en el bar, jamás he dejado una noche sin pisar el escenario, más que cuestionar mi decisión, solo me desearon suerte y buen viaje, a pesar que todo lo concerniente a mi ausencia era una incógnita, situación que me agradaba demasiado, era como si fuese un secreto que solo Black y yo compartiéramos, me hacía sentir en complicidad con él. Se sentía bien aquello

-Un, dos, tres probando… probando – comencé con la prueba de sonido para aquella noche-

-¿Por qué no te pruebas “este” mejor? -Gritó Dame desde la batería, estallé en risa-

-Se que te gustaría pero no eres mi tipo Simba, roncas de una manera horrorosa y babeas demasiado

Damien es un león katagario, un cachorro dentro de la banda que también por motivos que nadie sabe, ha llegado al igual que todos a convertir El Santuario en su lugar de residencia.

De pronto, el leopardo dentro de mí se puso en alerta máxima, le sentía demasiado cerca, intenté enfocar mi visión en los pocos espectadores que habían en ese momento dentro del bar, sin embargo las luces me tenían ya medio ciego, pero mis ganas superaron cualquier cosa.

-Necesito un trago, ahora vengo

No espere ni aprobación ni respuesta, simplemente salí del escenario, al ajustarse mis ojos a la penumbra del lugar le divisé y mi sonrisa arrogante fue tatuada de manera inmediata en mi rostro, él estaba aquí. Me acerque a la barra y me senté en el taburete junto a él sin siquiera mirarle, incliné mi cuerpo hacia el de él y susurré en su oído.

-¿Qué hace un chico como tu… en un lugar como este? Aquí está lleno de hombres malos… aún puedes huir por tu salvación, no es tarde para eso

¿Parecía una metáfora? Pero la aquellas palabras estaban cargadas de verdades y sinceridad, en el fondo de mi alma no quería corromper a este humano con mi toxica compañía.

ALEXANDER
-¿Huir? -tomo un trago del vodka y sonrío de lado- me gusta este lugar y la compañía

Bajo la mirada, recordando esos minutos anteriores bajo el agua, solo imaginé su mano, pero mirarlo a él frente a mí ¿qué pienso? En que no solo su mano quiero.

-Rescatarme del tedio Ang, vamos no te eches atrás -le paso el vaso de vodka-  empecemos la noche y te vine a buscar, por eso estoy aquí. Me apoyo en la barra tratando de ocultar el incipiente montículo a punto de romper la bragueta.

El sonido de la batería y el bajo llama mi atención y veo a los que están en el escenario, se están riendo y señalan hacia donde estamos.


Que mierda, debo tratar de que me pasé la evidencia de mis pensamientos calientes y menos por otro macho.


No me imaginé estar en esta situación en donde esté buscando la cercanía de otro hombre; me rasco la nuca, me muevo incomodo, bajo otra mano deslizándose en el bolsillo y cambio de posición la polla alcahueta que me mete en líos.

-¿Podemos marchar en media hora Ang?


Uno de los músicos de la banda se acerca y le habla al oído haciendo que frunza el entrecejo, lo miré y negué medio sonriendo. Los pelos de mi nuca se erizaron pero lo disimulé bajando otro trago


¿Celos, posesión? No era de mi propiedad

ANGELOS
-Si el motivo de tu repentino interés por tener vacaciones después de casi 120 años es este humano, será mejor que vengas conmigo ahora.

Colton no esperó mi respuesta, simplemente se fue hacia la parte trasera del escenario, él sabía que le seguiría de igual manera.

-Voy a mi cuarto por mis cosas, dame unos minutos –le di un amistoso golpe en el hombro y seguí el rastro de Colt-

Él ya se encontraba apoyado en el muro junto a la puerta de mi cuarto, no dijo nada hasta que hizo ingreso a mi pequeño dormitorio y colocó el pestillo por dentro.

-¿Es él verdad? No me lo niegues, llevas actuando más extraño de lo habitual en las últimas semanas. Nunca en los años que te conozco te he visto así.

-Ese no es tu problema Colt, si te jode es tu puto problema, no desistiré del viaje sólo porque te ha dado un ataque zorriático. -dije mientras destellaba una maleta, la cual miré mal e la cambié por una cómoda mochila-

-Jodido cabezota de palo

-¡¡COÑOOO!! –me das un fuerte golpe en la cabeza que me deja viendo estrellitas- ¡matarás mis últimas neuronas idiota!

-Idiota eres tu cachorro –su sonrisa es digna de Colgate- estoy feliz por ti, solo no procura cagarla ¿quieres? Sabes bien que, aunque sea tabú hablar de ello, los cinco de la banda tenemos cadáveres en nuestros áticos y armarios a más no poder y sospecho que esto es bueno para ti, ya demasiada mierda te has hecho a ti mismo, lo único que deseo es que estés bien y no tener que estar preocupado pensando en que quizás mañana te tenga que enterrarte y dejaré este discurso hasta aquí porque ya parezco vieja cotilla. Sólo recuerda traer imanes para el refrigerador, ya sabes lo mucho que le gustan esas burradas a Aymee. –dicho esto se marchó-

Quedé más idiotizado con lo sucedido, jamás lo hubiera pensado ni imaginado. Dejando todo aquello en un lugar de mi cerebro para analizarlo más tarde, guarde algunas cosas necesarias en la mochila, el resto simplemente lo podría destellar y bajé ya más que decidido al encuentro de Black, sin embargo, al llegar a la planta baja, me congelé al verle conversando con Aimee

ALEXANDER
Angelos camina detrás de su amigo y largo un respiro y después de unos minutos, se aflojan mis pantalones, cepillo mi pelo, pero escucho un carraspeo detrás de mí. Al dar vuelta veo a la rubia hermosa llamada Aimee, mierda sus curvas son afrodisíacos a los sentidos, pero por increíble que sea, mi cuerpo no reacciona.

-Hola Aimee -se acerca acomodándose a mi lado-


-¿por qué llevas a Ang contigo? -se inclina sobre mi- le haces algo y arrancaré ese corazón que escucho bajo tu camisa de marca, los estrujaré tan fuerte, que no quedará nada -sonríe mostrando unos dientes muy blancos- o tal vez lo tiré a los perros.


¡Carajo! Que mente más sanguinaria en una chica tan bonita, acaricio en forma distraída sobre mi corazón, a lo que de nuevo esboza otra sonrisa.


-iré de viaje y lo invité para distraerlo de los problemas que lo llevaron a eso.


-¿Distraerlo? -niega con vehemencia- esos están con él, pero solo no lo lastimes


-No es mi intención lastimar a Ang, te lo prometo Aimee, le enseñaré nuevos lugares, vamos a divertirnos.


Y sobre todo quería conocerlo a él, mi ser lo necesitaba. Aparece sorteando las mesas con una mochila a cuestas, sonrío de lado.


-¿listo?, tengo el auto afuera- levanto la botella de vodka- llevo este y nos vemos a la vuelta.


ANGELOS
-¿Nos vamos?

Sonrío mientras dejamos el local, en ese momento mi cabeza hervía de tanto mensaje telepático que me enviaban los were’s de la banda, para mi gran sorpresa, solo me enviaban buenos deseos, mensajes obscenos y bromas de mal gusto

-¡Debes contarme todos los sucios detalles de cuando te folles a ese bombón!, ¿harás de pasivo esta ves?, ¿A tu chico le gustará la zoofilia?, ¡chúpasela hasta secarlo!, ¡recuerda no babear mientras duermes! ¡hoooo! Trata de no cambiar a leopardo mientras te lo montas o lo matarás del susto, ¿quién da y quién recibe, quién chupa y quién traga?, ¡No te olvides de traer imanes para la nevera! -aun así les respondí a todos-

-Son una panda de marujas, nos vemos viejas cotillas –dije mentalmente- ¿Dónde tienes aparcado el carro Black?

-Es aquel, el burdeo –silbo asombrado-

-bonito juguete tienes Black, un Cádilac xts ¿sabes lo que dicen de estos vehículos tan ostentosos? –Sonrío con maldad mientras niegas- dicen que los machos que se compran estos vehículos son para suplir la carencia bajo su cinturón –ríes conmigo-

-Pues este no es mío, es el que me paso la aseguradora mientras mi Audi está en el mecánico, así que tu “objetiva” apreciación no calza conmigo –comienzas a guardar el equipaje-

Mientras observo el coche, me lanzas las llaves sin previo aviso directo a mi cabeza cuando estoy de espaldas a ti, e instintivamente las capturo girándome con rapidez, me miras extrañado por la agilidad de reacción.

-Maneja tú, bebí unos tragos en el bar

Te sientas en el puesto del copiloto mientras rodeo el auto, tendré que cuidarme más con mis reacciones, no debo olvidar parecer humano.

ALEXANDER
Ya sentado en el coche, río aún por la broma, en forma automática acaricio mi polla que no se ha dormido por completo, con solo ver a Ang, se despierta el jodido. 

-Tienes buenos reflejos, me gusta, quiere decir que no chocaras este cacharro ostentoso


Miro el perfil de tu cara, te ves feliz manejando el auto, un punto a favor de lo que estoy buscando, despejar su mente y que se vea feliz y por sobre todo lo sea

-debes meterte por la calle Jeffersson para llegar al aeropuerto Louis Armstrong, pero entraremos por el noroeste, allí hay un hangar abierto a esta hora -miro el reloj- falta media hora para la salida programada del vuelo. Podemos llegar bien sin apuro. 

Busco algo de muisca en la emisora, en el auto no tenía nada de mi selección, no encuentro nada, maldigo, todo era romántico, dejo una de algo que me recuerda a él


(Angels – Robbie Williams)

Llegamos y le señalo por donde entrar, el auto se mete por las puertas grandes y el oficial de abordo se apresura a recibirnos.


-O’Conner, te presento a Angelos Santiago, es un amigo y nos acompañará en este viaje -al hablar extendía mi mano estrechando del Oficial y con la otra adelanto del hombro a Ang- el te entregará sus documentos, para la entrada en Sidney. 


-Mucho gusto ¿señor Santiago?, no ubico de donde es, ¿italiano? 


Mientras hablan me acerco al sobrecargo y le pido me prepare algo de comer y mucho hielo, preguntando si hay mas vodka en la nave


ANGELOS
-No, soy de Gloucester, Inglaterra –destellé mi documentación desde dentro de la mochila antes de entregársela al Oficial-

-Su acento lo delata señor Santiago, aunque su nombre da la indicación errada –sonríe cordial- En un momento le hare devolución de su pasaporte, me haré cargo de su salida en extranjería, con su permiso.

Dicho esto el joven O’Conner tomo rumbo hacia las instalaciones del aeropuerto y yo simplemente seguí a Black. El Cesna era pequeño, lo justo para que un ejecutivo de alto rango y un puñado de asistentes pudiesen viajar, el interior demostraba mucha comodidad y confort, contaba con todo lo necesario a una escala mucho menor, lo justo y necesario para tener un viaje agradable, butacas amplias y bien acochadas, mini bar, servicio de sobrecargo, incluso un par de locaciones que de pasada identifique como pequeñas habitaciones. Gracias a los dioses que son dos.

-Aquí duermes tu amigo –me indica Black una de los lugares- deja tus cosas dentro y preparémonos para el viaje.

Sin duda será un largo viaje, sólo espero que este exento de contratiempos, sería imposible justificar la presencia de un leopardo a 3000 pies de altura.

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