domingo, 17 de agosto de 2014

Capítulo 17



A
NGELOS
-Deja de mover esa pierna Lex, me tienes de los nervios desde hace 27 minutos, no es como si fuésemos directo al patíbulo, solo vamos a ver la casa.

-Lo sé, solo que estoy ansioso –pasas tu mano por la nuca-

Estreche mi mirada hacia ti mientras manejaba. Íbamos de camino hacia las afueras de New Jersey, a un sitio próximo a los pantanos, una zona rural en donde se encontraba la propiedad que estábamos cotizando, las imágenes que había remitido el corredor de propiedades mostraban que tenía un buen potencial, los vecinos más próximos estaban a unos cuantos kilómetros y la extensión de terreno lo bastante amplia como para dejarme llevar y correr en total libertad en mi forma de leopardo entre la vegetación, totalmente libre de ojos curiosos que se espantaran horrorizados ante mi presencia, sin embargo, a Black algo le pasaba, solo me estaba diciendo la mitad de las cosas, así que cortando por lo sano, desvié el vehículo hacia el descanso junto a la carretera y apague el motor para girarme en su dirección.

-Vamos, escúpelo de una buena vez Lex.

-¿Qué cosa? –Pasas tu mano por la nuca-

-Black, lo que tienes es algo más que ansiedad, no me lo ocultes, solo vomita. No creo que sea tan terrible Delicioso… te escucho. –miras hacia el camino, luego hacia el costado antes de dar una profunda respiración y mirarme directo a los ojos-

-¿No crees que… que vamos demasiado rápido? Me refiero a nuestra relación –enarco una ceja- por favor no te lo tomes a mal, yo estoy más que feliz y dichoso con estar contigo, solo que todo lo nuestro se ha dado de manera tan vertiginosa que en ocasiones me siento asombrado y un poco mareado de que todo salga como deseamos, no estamos exentos de tener dificultades, pero es como si al final la buena suerte siempre esta de nuestra parte y la verdad es que frente a eso es que te quiero conmigo, pero para siempre, solo que no quiero que pienses que te estoy presionando Ang, en ocasiones tiendo a ser impulsivo y tomo decisiones de manera apresurada y aunque…

Corté su explicación, deslicé mi mano en su nuca y le atraje hacia mí para darle un buen beso a boca abierta con lengua incluida e intercambio de fluidos como bono extra, me había dado cuenta que era una buena manera de cortar su discurso, puesto que cuando se ponía nervioso tendía a hablar en exceso, dando vueltas una y otra vez su idea en una verborrea oral de no acabar jamás. Separé nuestros labios para volver a llenar de oxigeno mis pulmones y apoye mi frente contra la de él.

-Ya entendí Lex, y no, no estamos apurando nada, he esperado por ti 280 años y no puedo esperar a vivir contigo –Le sonreí con el corazón y sus ojos se iluminaron-

-Bien, pues sigamos que no falta mucho para llegar.

A los pocos minutos y luego de un par de kilómetros por una calle rural rodeada de vegetación, quedé totalmente asombrado a lo que observaba. No era una mansión, pero era una rústica casona de dos plantas, altos cimientos de roca, la casa completa era de madera que le daban una apariencia muy cálida y acogedora, podía observar en el tejado dos altas chimeneas, un amplio balcón en el cual me pude imaginar a mi mismo tomando el sol en las tardes, amplios ventanales y un camino empedrado que daba la bienvenida a los visitantes.

-Woooow, esto se ve mejor que en las fotos.

ALEXANDER
Bajamos del auto y se abrió la puerta de enfrente, la vendedora bajó y con una sonrisa nos saludo, evaluándonos como mujer a dos hombres jóvenes de buena presencia. Me adelanté y le estreche la mano

-Señorita Constance Durbans, soy Alexander Black y él es Angelos Santiago, somos los interesados en la casa. -Angelos se acerca y le estrecha también su mano-

-Hola preciosa, me gusta lo que veo y si de lo que hay a simple vista es el inicio de mejores perspectivas, nos gustará.

-Señor Angelos, verá que la casa tiene muchos elementos que la hacen especial.

Se adelanta a nosotros y la seguimos, pongo mi mano en el hombro de Ang y le hablo a su oído. 

-La casa ya es nuestra amor, me gusta mucho.

Recorrimos el piso de abajo, tenía una sala con una chimenea que ocupaba la pared de la izquierda los muebles eran grandes y mullidos , la cocina estaba separada con una media mesada que fungía como mesa de desayunador, los muebles era de roble y colgaba una campana sobre la mesada central y utensilios colgados en orden. Abrió una puerta y allí había una habitación con una gran ventanal que miraba hacia el fondo de un valle, un escritorio pesado de grandes cajones y madera oscura. Estantes vacíos para grandes volúmenes de libros.

-El antiguo dueño llevó sus tesoros, pero dejó todo acomodado para que se puedan disponer de los espacios, tiene instalaciones para red de internet.

-Es impresionante la casa -asentí y vi a Ang parado frente al ventanal, me acerqué a él, pegando mi cuerpo a su espalda, pero mis manos en los bolsillos- uno puede recorrer a gusto el terreno y me gustará verte hacerlo.

-La idea me atrae demasiado, eso es lo que más me gusta Delicioso.

-¿Vamos a la parte de arriba? -la vendedora nos esperaba con la puerta abierta y efectivamente, la parte de arriba era mejor-

La planta alta estaba compuesto de dos dormitorios enormes, pero uno miraba hacía la montaña y la punta nevada era impresionante, las dos habitaciones contaban con baño propio y un estar los separaba.

-¿Nos deja hablar a solas, Constance? -Ella asintió y salió, me di vuelta a mirarlo-

-¿Es nuestra verdad? A mí me gusta mucho

ANGELOS
-Es impresionante Lex, puedo vernos a nosotros viviendo aquí –me giré para contemplar las vistas desde los altos ventanales- tiene que ser nuestra Black.

Con un solo pensamiento aparecí frente a Lex y le envolví en un fuerte abrazo mientras frotaba mi mejilla contra su cuello y cara con un bajo ronroneo que nacía de mi pecho, sus brazos de manera instantánea me rodearon y posó sus manos en mi trasero mientras reías divertido.

-Siempre haces eso conmigo

-¿Hacer qué? –Dije mientras continuaba frotándome contra él- ¿frotarme? ¿Ronronear?  -apego mi cadera a la tuya- ¿estar duro? Por supuesto que sí, estoy emocionado con todo esto, además si me froto contra ti, te marco; si ronroneo, es de placer y si me tienes como barra de acero… solo es porque eres tu… todo mío. Y esta gran casa, será nuestra.

-Nuestro hogar Ang.

Alzo mi cabeza para sumergirme en tus ojos que están más azules que nunca y brillan en diversión, mi sonrisa desaparece y mis labios se apegan a los tuyos en un lento y profundo beso donde nos exploramos mutuamente, me empujas y aprisionas contra el gran ventanal hasta que un carraspeo seguido de una risita nos detuvo. Sonreí cabrón y Lex frotó su nuca.

-Nos encanta la casa Constance, la queremos y deseo que todos los trámites de transferencia se hagan lo más rápido que puedas, puesto que deseamos mudarnos a ella lo antes posible

Black hablaba con total seriedad mientras sus mejillas aún estaban un tanto coloreadas por el color de la vergüenza, totalmente adorable. Mientras Lex se acercaba a ella para hablar algunos detalles sentí como los pelos de mi nuca se erizaban en alerta, un escalofrío recorrió mi espalda mientras me giraba hacia el ventanal y agudizando mis sentidos, sobre todo mi visión recorrí los alrededores, esto no estaba bien, mis instintos saltaron debido al peligro.

-Oye muñeca, ¿Qué te parece si vemos todos esos detalles mañana en tu oficina? Con Black nos gustaría recorrer los alrededores para… conocer a nuestros vecinos

Intenté dar mi mejor sonrisa de millón de dólares, por el rabillo del ojo observé como Lex me miraba con incredulidad, pero sin contradecirme en nada, le transmití por telepatía.

-“Delicioso, nos están acechando y estamos en peligro, ella está aquí amor, es mejor enfrentar esta situación ahora, lejos de humanos chismosos, hagamos que esta chica se vaya pronto.”

ALEXANDER
Camino hacía Constance y le sonrío dejando a Angelos mirando por la ventana, me ha dejado preocupado, pero debo deshacerme de ella.

-¿Constance, crees que hoy podemos quedarnos aquí en la casa, para disfrutarla y mañana ir a firmar los papeles?

La cara de ella fluye de gozo, sabía de antemano que le pagaríamos al contado y era un buen bono para ella.

-Por supuesto señor Black, y por lo que veo al señor Angelos le ha fascinado todo.

-Si, y queremos mirar un poco más y comentar de algunos detalles.
Constance aceptó y se marchó, la acompañé hasta su auto y desvié hacía el mío, lo abrí y saqué mi Pietro Baretta 9 mm, y volví a la casa, corrí las escaleras, llegando junto a él.

-¿Nos localizó aquí? -coloco la pistola en mi cinturón, en la parte de atrás, en mi espalda- ¿la ves?

Me asomo a mirar para afuera, siento un nudo en la garganta, sin darme cuenta, la he cogido un odio a esa perra, la forma en cómo torturó y mancillo a un niño, no debe quedar impune.

-Lex vamos afuera, no te separes de mí, esa jodida es tramposa.

Salimos de la casa y bordeamos la propiedad, sigo de cerca a Ang y lo siento envararse al adentrarnos en el sendero. Por la reacción de Ang,  el vello del cuerpo erizado, algo grueso estaba a punto de iniciarse y rogaba a la fortuna no me abandonase en este momento.

ANGELOS
-“¿Delicioso?” –dije por nuestro enlace de telepatía- “Se que ella está aquí y no está sola, por favor confía en mí y si te digo que corras, lo harás pase lo que pase amor, cojeras la camioneta y a toda gasolina te largarás de este sitio e irás al Santuario, yo llegaré a ti, soy un gato y aun me quedan un par de vidas”

Ráfagas de viento cruzaban por ciertos sectores, para el ojo humano no significaba nada, pero lograba vislumbrar la silueta de uno de ellos. Pasaban por mi frente, costados o retaguardia, intentaban desviar nuestra atención.

-“Apégate a mí, espalda con espalda Black y cubre mi retaguardia, nos intentan distraer, siento la presencia de alguien más a nuestro alrededor

-Vamos perra, tú y tu mascota me tienen los huevos hinchados, sal de una puta vez y arreglemos esto cara a cara. Para con el teatro y del dramatismo barato

Las ráfagas se detuvieron y la pequeña silueta de Amy apareció a unos 20 metros de distancia. Toda arrogancia y aire de superioridad, su mirada solo destilaba asco hacia mí.

-Vaya, vaya, vaya. La suerte de verdad me sonríe, de un solo zarpazo mataré dos maricones. Me tienes más que harta, el solo hecho que aún respires me ofende, hasta el día de hoy me arrepiento de no haber cercenado tu puta garganta aquella noche, o no estaría pasando por esto… ¡LA EMPRESA TENÍA QUE SER MÍA!

-¿Todo esto era por dinero? La avaricia es de humanos ¿Qué mierda te pasa? ¿Tienes aire en el cerebro? ¿O las tinturas terminaron por secártelo? A los katagarios nunca nos ha importado el dinero.

-Evangeloz nunca cumplió su puta palabra, yo le daba al heredero que quería y él me daba la empresa, pero después que te parí solo me quería descartar como si nada, ¡dejándome una mísera parte!

Quedé frío con sus frívolos comentarios y mientras ella continuaba con su discurso barato estuve a punto de responderle con un ácido comentario listillo, sin embargo, sentí como los pelos de mi nuca se erizaron junto con un aire de estática que recorrió mi espalda, de manera rápida giré mi cuerpo para deslizar mi brazo por el pecho de Black y provocar que cayese de espaldas mientras le cubría con mi propio cuerpo, en ese instante Evanz había destellado en su forma de leopardo en el momento justo para atacar a mi macho, solo alcancé a recibir los arañazos en mi espalda y de manera instantánea cambie a mi forma original atacando salvajemente, nadie lastima a quien es mío.

ALEXANDER
Con una mierda, ¿huir y dejarlo solo? ¿Cómo podría dejarlo?, pero haría lo que me pedía o tal vez no. Antes de poder contestar, ya lo escuché hablando con la perra de su madre y viendo como ella caminaba hacia nosotros, sus palabras destilaban veneno puro, sin darme tiempo a también agregar algunas de mi repertorio, el brazo de Ang me empujo, cayendo de espaldas, el aire se escapó de mis pulmones y al segundo siguiente mi amor estaba sobre cubriéndome y viéndolo tenso ante el ataque de ese leopardo sobre su espalda, mi mano tomó mi pistola para dispararle, pero en un parpadeo Ang se cargaba sobre él en forma de leopardo también, rodé alejándome de ellos y traté de tomar distancia cuando el rugido de otro gato gigante me hizo ver hacía en donde estaba Amy, ella estaba preparada para saltar sobre mí, apunté a su cabeza pero fue más rápida y la tuve sobre mí, empujé ejerciendo mucha fuerza para separar sus fauces de afilados dientes que dentellaban cerca de mi garganta, por sobre Amy veía a mi leopardo, mi amor, peleando ferozmente contra Evanz, mi arma se cayó de la mano, en ese momento pasaron miles de imágenes e ideas en mi mente. El futuro planeado por los dos ya no se vería realizado. Esta porquería de alimaña no cejaría. ¿Por qué el destino no puede?


-“Aguanta Delicioso, iré por ti.”


Las palabras de Ang resonaron en mi mente, y por una vez desee tener fuerza para poder defenderme contra estos otros seres dotados de una fuerza extraordinaria.

-Eres una asquerosa, ni siquiera perra se te puede llamar, se ofendería a esa especie


Tire de sus orejas, haciéndola rugir y girar su cabeza apresando mi brazo, un destello a nuestro costado y al siguiente un rayo separó a Amy de mí, rodé sosteniendo mi brazo ensangrentado y vi como Amy, no paraba de destellar de animal a humana como si fuera un mal canal de comercial.

-¡¿ΏCσmo thee τολμώ για προκαλώ στο υιόs από έναs Θεόs?!

El grito de la hermosa mujer que apareció, pero en una lengua que no entendí, me dejó confundido. Su brazo se estiró, pero no paso nada y miré lo que ella observaba, era a Ang, que seguía peleando con Evanz.

ANGELOS
La descarga de adrenalina que se disparó en mi sistema al ver que intentaban hacerle daño a mi pareja fue el motor para no sentir las heridas en mi espalda, mi visión se volvió rojo sangre de ira con solo un punto fijo de destrucción, Evanz. Mordiscos, arañazos y golpes contra todo a nuestro alrededor, nos revolcábamos como gatos callejeros. Retazos de pelaje saltaban de igual manera que la sangre salpicaba por todo lugar, hasta que un fuerte grito de hembra me distrajo en por un instante, dentro de la neblina de la lucha y la rabia, logré identificar que habló en griego antiguo

“¡¿Cómo te atreves a tocar al hijo de un Dios?!”

¿Hijo de un Dios? ¿De qué jodidos está hablando? infiernos necesitaba con suma urgencia acabar con esto de una buena vez, debía ir a proteger a Lex ¡AHORA! Aquel momento de distracción lo pague caro, puesto que perdí la concentración y Evanz logró derribarme para caer sobre mí y en el instante en que gruñí con toda la furia que sentía contenida en mi interior mientras él abría sus fauces e iba directo a mi cuello, comencé a boquear por cada respiración mientras mi garganta se apretaba cada vez más, mi boca se llenó del sabor de mi propia sangre, me estaba ahogando.

-¡ANGELOS!

Escuché el grito desesperado y desgarrador de Lex, no podía… mejor dicho, no debía dejarme vencer, no ahora que al fin obtenía felicidad a manos llenas, desde que las cosas se pusieron serias con Black, las sesiones de autocortes y excesos habían disminuido su frecuencia a cero, me encuentro con una tranquilidad que jamás imaginé obtener después de 280 años, y todo esto gracias a él.

Reuniendo mis fuerzas, desplegué las garras de mis manos y apoyándolas en la parte superior del pecho de Evanz, las deslicé con fuerza hacia abajo, dejando  cuatro pares de profundos arañazos, al dar un fuerte alarido de dolor aflojó el agarre a mi garganta, momento que aproveché para ponerme de pie nuevamente, llenarme nuevamente de un par de bocanadas de aire y atacar nuevamente.

-“¡Lex, disparale!”  -dije a través de nuestro vínculo-

-¡Maldita se Angel! Se están revolcando, no logro identificar cual es cual, son una maraña

-“¡Sólo hazlo, se que acertarás!”

-¡¡No quiero matarte!!

-¡¡HAZLO!!

El estruendo del disparo ensordeció todo a nuestro alrededor, miré a los ojos a Evanz mientras ambos nos derrumbamos inertes en el lugar de la pelea.

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