A
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NGELOS
-Deja de
mover esa pierna Lex, me tienes de los nervios desde hace 27 minutos, no es
como si fuésemos directo al patíbulo, solo vamos a ver la casa.
-Lo sé, solo
que estoy ansioso –pasas tu mano por la nuca-
Estreche mi
mirada hacia ti mientras manejaba. Íbamos de camino hacia las afueras de New
Jersey, a un sitio próximo a los pantanos, una zona rural en donde se
encontraba la propiedad que estábamos cotizando, las imágenes que había
remitido el corredor de propiedades mostraban que tenía un buen potencial, los
vecinos más próximos estaban a unos cuantos kilómetros y la extensión de
terreno lo bastante amplia como para dejarme llevar y correr en total libertad
en mi forma de leopardo entre la vegetación, totalmente libre de ojos curiosos
que se espantaran horrorizados ante mi presencia, sin embargo, a Black algo le
pasaba, solo me estaba diciendo la mitad de las cosas, así que cortando por lo
sano, desvié el vehículo hacia el descanso junto a la carretera y apague el
motor para girarme en su dirección.
-Vamos,
escúpelo de una buena vez Lex.
-¿Qué cosa?
–Pasas tu mano por la nuca-
-Black, lo que tienes es algo más que ansiedad, no me lo
ocultes, solo vomita. No creo que sea tan terrible Delicioso… te escucho.
–miras hacia el camino, luego hacia el costado antes de dar una profunda
respiración y mirarme directo a los ojos-
-¿No crees que… que vamos demasiado rápido? Me refiero a
nuestra relación –enarco una ceja- por favor no te lo tomes a mal, yo estoy más
que feliz y dichoso con estar contigo, solo que todo lo nuestro se ha dado de
manera tan vertiginosa que en ocasiones me siento asombrado y un poco mareado
de que todo salga como deseamos, no estamos exentos de tener dificultades, pero
es como si al final la buena suerte siempre esta de nuestra parte y la verdad
es que frente a eso es que te quiero conmigo, pero para siempre, solo que no
quiero que pienses que te estoy presionando Ang, en ocasiones tiendo a ser
impulsivo y tomo decisiones de manera apresurada y aunque…
Corté su explicación, deslicé mi mano en su nuca y le atraje
hacia mí para darle un buen beso a boca abierta con lengua incluida e
intercambio de fluidos como bono extra, me había dado cuenta que era una buena
manera de cortar su discurso, puesto que cuando se ponía nervioso tendía a
hablar en exceso, dando vueltas una y otra vez su idea en una verborrea oral de
no acabar jamás. Separé nuestros labios para volver a llenar de oxigeno mis
pulmones y apoye mi frente contra la de él.
-Ya entendí Lex, y no, no estamos apurando nada, he esperado por ti 280 años y no puedo esperar a vivir contigo –Le sonreí con el corazón y sus ojos se iluminaron-
-Bien, pues sigamos que no falta mucho para llegar.
A los pocos minutos y luego de un par de kilómetros por una calle rural rodeada de vegetación, quedé totalmente asombrado a lo que observaba. No era una mansión, pero era una rústica casona de dos plantas, altos cimientos de roca, la casa completa era de madera que le daban una apariencia muy cálida y acogedora, podía observar en el tejado dos altas chimeneas, un amplio balcón en el cual me pude imaginar a mi mismo tomando el sol en las tardes, amplios ventanales y un camino empedrado que daba la bienvenida a los visitantes.
-Woooow, esto se ve mejor que en las fotos.
ALEXANDER
Bajamos del
auto y se abrió la puerta de enfrente, la vendedora bajó y con una sonrisa nos
saludo, evaluándonos como mujer a dos hombres jóvenes de buena presencia. Me
adelanté y le estreche la mano
-Señorita Constance Durbans, soy Alexander Black y él es Angelos Santiago,
somos los interesados en la casa. -Angelos se acerca y le estrecha también su
mano-
-Hola preciosa, me gusta lo que veo y si de lo que hay a simple vista es el
inicio de mejores perspectivas, nos gustará.
-Señor Angelos, verá que la casa tiene muchos elementos que la hacen especial.
Se adelanta a nosotros y la seguimos, pongo mi mano en el hombro de Ang y le
hablo a su oído.
-La casa ya es nuestra amor, me gusta mucho.
Recorrimos el piso de abajo, tenía una sala con una chimenea que ocupaba la
pared de la izquierda los muebles eran grandes y mullidos , la cocina estaba
separada con una media mesada que fungía como mesa de desayunador, los muebles
era de roble y colgaba una campana sobre la mesada central y utensilios
colgados en orden. Abrió una puerta y allí había una habitación con una gran
ventanal que miraba hacia el fondo de un valle, un escritorio pesado de grandes
cajones y madera oscura. Estantes vacíos para grandes volúmenes de libros.
-El antiguo dueño llevó sus tesoros, pero dejó todo acomodado para que se
puedan disponer de los espacios, tiene instalaciones para red de internet.
-Es impresionante la casa -asentí y vi a Ang parado frente al ventanal, me
acerqué a él, pegando mi cuerpo a su espalda, pero mis manos en los bolsillos-
uno puede recorrer a gusto el terreno y me gustará verte hacerlo.
-La idea me atrae demasiado, eso es lo que más me gusta Delicioso.
-¿Vamos a la parte de arriba? -la vendedora nos esperaba con la puerta abierta
y efectivamente, la parte de arriba era mejor-
La planta alta estaba compuesto de dos dormitorios enormes, pero uno miraba
hacía la montaña y la punta nevada era impresionante, las dos habitaciones
contaban con baño propio y un estar los separaba.
-¿Nos deja hablar a solas, Constance? -Ella asintió y salió, me di vuelta
a mirarlo-
-¿Es nuestra verdad? A mí me gusta mucho
ANGELOS
-Es
impresionante Lex, puedo vernos a nosotros viviendo aquí –me giré para contemplar
las vistas desde los altos ventanales- tiene que ser nuestra Black.
Con un solo
pensamiento aparecí frente a Lex y le envolví en un fuerte abrazo mientras
frotaba mi mejilla contra su cuello y cara con un bajo ronroneo que nacía de mi
pecho, sus brazos de manera instantánea me rodearon y posó sus manos en mi
trasero mientras reías divertido.
-Siempre
haces eso conmigo
-¿Hacer qué?
–Dije mientras continuaba frotándome contra él- ¿frotarme? ¿Ronronear? -apego mi cadera a la tuya- ¿estar duro? Por
supuesto que sí, estoy emocionado con todo esto, además si me froto contra ti,
te marco; si ronroneo, es de placer y si me tienes como barra de acero… solo es
porque eres tu… todo mío. Y esta gran casa, será nuestra.
-Nuestro
hogar Ang.
Alzo mi
cabeza para sumergirme en tus ojos que están más azules que nunca y brillan en
diversión, mi sonrisa desaparece y mis labios se apegan a los tuyos en un lento
y profundo beso donde nos exploramos mutuamente, me empujas y aprisionas contra
el gran ventanal hasta que un carraspeo seguido de una risita nos detuvo.
Sonreí cabrón y Lex frotó su nuca.
-Nos encanta
la casa Constance, la queremos y deseo que todos los trámites de transferencia
se hagan lo más rápido que puedas, puesto que deseamos mudarnos a ella lo antes
posible
Black
hablaba con total seriedad mientras sus mejillas aún estaban un tanto
coloreadas por el color de la vergüenza, totalmente adorable. Mientras Lex se
acercaba a ella para hablar algunos detalles sentí como los pelos de mi nuca se
erizaban en alerta, un escalofrío recorrió mi espalda mientras me giraba hacia
el ventanal y agudizando mis sentidos, sobre todo mi visión recorrí los
alrededores, esto no estaba bien, mis instintos saltaron debido al peligro.
-Oye muñeca,
¿Qué te parece si vemos todos esos detalles mañana en tu oficina? Con Black nos
gustaría recorrer los alrededores para… conocer a nuestros vecinos
Intenté dar
mi mejor sonrisa de millón de dólares, por el rabillo del ojo observé como Lex
me miraba con incredulidad, pero sin contradecirme en nada, le transmití por
telepatía.
-“Delicioso, nos están acechando y estamos
en peligro, ella está aquí amor, es mejor enfrentar esta situación ahora, lejos
de humanos chismosos, hagamos que esta chica se vaya pronto.”
ALEXANDER
Camino hacía
Constance y le sonrío dejando a Angelos mirando por la ventana, me ha dejado
preocupado, pero debo deshacerme de ella.
-¿Constance, crees que hoy podemos quedarnos aquí en la casa, para disfrutarla
y mañana ir a firmar los papeles?
La cara de ella fluye de gozo, sabía de antemano que le pagaríamos al contado y
era un buen bono para ella.
-Por supuesto señor Black, y por lo que veo al señor Angelos le ha fascinado
todo.
-Si, y queremos mirar un poco más y comentar de algunos detalles.
Constance aceptó y se marchó, la acompañé hasta su auto y desvié hacía el mío,
lo abrí y saqué mi Pietro Baretta 9 mm, y volví a la casa, corrí las escaleras,
llegando junto a él.
-¿Nos localizó aquí? -coloco la pistola en mi cinturón, en la parte de atrás,
en mi espalda- ¿la ves?
Me asomo a
mirar para afuera, siento un nudo en la garganta, sin darme cuenta, la he
cogido un odio a esa perra, la forma en cómo torturó y mancillo a un niño, no
debe quedar impune.
-Lex vamos afuera, no te separes de mí, esa jodida es tramposa.
Salimos de la casa y bordeamos la propiedad, sigo de cerca a Ang y lo siento
envararse al adentrarnos en el sendero. Por la reacción de Ang, el vello del cuerpo erizado, algo grueso
estaba a punto de iniciarse y rogaba a la fortuna no me abandonase en este
momento.
ANGELOS
-“¿Delicioso?” –dije por nuestro enlace de
telepatía- “Se que ella está aquí y no
está sola, por favor confía en mí y si te digo que corras, lo harás pase lo que
pase amor, cojeras la camioneta y a toda gasolina te largarás de este sitio e
irás al Santuario, yo llegaré a ti, soy un gato y aun me quedan un par de
vidas”
Ráfagas de
viento cruzaban por ciertos sectores, para el ojo humano no significaba nada,
pero lograba vislumbrar la silueta de uno de ellos. Pasaban por mi frente,
costados o retaguardia, intentaban desviar nuestra atención.
-“Apégate a mí, espalda con espalda Black y
cubre mi retaguardia, nos intentan distraer, siento la presencia de alguien más
a nuestro alrededor”
-Vamos
perra, tú y tu mascota me tienen los huevos hinchados, sal de una puta vez y
arreglemos esto cara a cara. Para con el teatro y del dramatismo barato
Las ráfagas
se detuvieron y la pequeña silueta de Amy apareció a unos 20 metros de
distancia. Toda arrogancia y aire de superioridad, su mirada solo destilaba
asco hacia mí.
-Vaya, vaya,
vaya. La suerte de verdad me sonríe, de un solo zarpazo mataré dos maricones.
Me tienes más que harta, el solo hecho que aún respires me ofende, hasta el día
de hoy me arrepiento de no haber cercenado tu puta garganta aquella noche, o no
estaría pasando por esto… ¡LA EMPRESA TENÍA QUE SER MÍA!
-¿Todo esto
era por dinero? La avaricia es de humanos ¿Qué mierda te pasa? ¿Tienes aire en
el cerebro? ¿O las tinturas terminaron por secártelo? A los katagarios nunca
nos ha importado el dinero.
-Evangeloz
nunca cumplió su puta palabra, yo le daba al heredero que quería y él me daba
la empresa, pero después que te parí solo me quería descartar como si nada,
¡dejándome una mísera parte!
Quedé frío
con sus frívolos comentarios y mientras ella continuaba con su discurso barato
estuve a punto de responderle con un ácido comentario listillo, sin embargo,
sentí como los pelos de mi nuca se erizaron junto con un aire de estática que
recorrió mi espalda, de manera rápida giré mi cuerpo para deslizar mi brazo por
el pecho de Black y provocar que cayese de espaldas mientras le cubría con mi
propio cuerpo, en ese instante Evanz había destellado en su forma de leopardo
en el momento justo para atacar a mi macho, solo alcancé a recibir los arañazos
en mi espalda y de manera instantánea cambie a mi forma original atacando
salvajemente, nadie lastima a quien es mío.
ALEXANDER
Con una
mierda, ¿huir y dejarlo solo? ¿Cómo podría dejarlo?, pero haría lo que me pedía
o tal vez no. Antes de poder contestar, ya lo escuché hablando con la perra de
su madre y viendo como ella caminaba hacia nosotros, sus palabras destilaban
veneno puro, sin darme tiempo a también agregar algunas de mi repertorio,
el brazo de Ang me empujo, cayendo de espaldas, el aire se escapó de mis
pulmones y al segundo siguiente mi amor estaba sobre cubriéndome y viéndolo
tenso ante el ataque de ese leopardo sobre su espalda, mi mano tomó mi pistola
para dispararle, pero en un parpadeo Ang se cargaba sobre él en forma de
leopardo también, rodé alejándome de ellos y traté de tomar distancia cuando el
rugido de otro gato gigante me hizo ver hacía en donde estaba Amy, ella estaba
preparada para saltar sobre mí, apunté a su cabeza pero fue más rápida y la
tuve sobre mí, empujé ejerciendo mucha fuerza para separar sus fauces de
afilados dientes que dentellaban cerca de mi garganta, por sobre Amy veía a mi
leopardo, mi amor, peleando ferozmente contra Evanz, mi arma se cayó de la
mano, en ese momento pasaron miles de imágenes e ideas en mi mente. El futuro
planeado por los dos ya no se vería realizado. Esta porquería de alimaña no
cejaría. ¿Por qué el destino no puede?
-“Aguanta Delicioso, iré por ti.”
Las palabras
de Ang resonaron en mi mente, y por una vez desee tener fuerza para poder defenderme
contra estos otros seres dotados de una fuerza extraordinaria.
-Eres una asquerosa, ni siquiera perra se te puede llamar, se ofendería a esa
especie
Tire de sus
orejas, haciéndola rugir y girar su cabeza apresando mi brazo, un destello a
nuestro costado y al siguiente un rayo separó a Amy de mí, rodé sosteniendo mi
brazo ensangrentado y vi como Amy, no paraba de destellar de animal a humana
como si fuera un mal canal de comercial.
-¡¿ΏCσmo thee τολμώ για προκαλώ στο υιόs από έναs Θεόs?!
El grito de
la hermosa mujer que apareció, pero en una lengua que no entendí, me dejó
confundido. Su brazo se estiró, pero no paso nada y miré lo que ella observaba,
era a Ang, que seguía peleando con Evanz.
ANGELOS
La descarga
de adrenalina que se disparó en mi sistema al ver que intentaban hacerle daño a
mi pareja fue el motor para no sentir las heridas en mi espalda, mi visión se
volvió rojo sangre de ira con solo un punto fijo de destrucción, Evanz.
Mordiscos, arañazos y golpes contra todo a nuestro alrededor, nos revolcábamos
como gatos callejeros. Retazos de pelaje saltaban de igual manera que la sangre
salpicaba por todo lugar, hasta que un fuerte grito de hembra me distrajo en
por un instante, dentro de la neblina de la lucha y la rabia, logré identificar
que habló en griego antiguo
“¡¿Cómo te atreves a tocar al hijo de un Dios?!”
¿Hijo de un
Dios? ¿De qué jodidos está hablando? infiernos necesitaba con suma urgencia
acabar con esto de una buena vez, debía ir a proteger a Lex ¡AHORA! Aquel
momento de distracción lo pague caro, puesto que perdí la concentración y Evanz
logró derribarme para caer sobre mí y en el instante en que gruñí con toda la
furia que sentía contenida en mi interior mientras él abría sus fauces e iba
directo a mi cuello, comencé a boquear por cada respiración mientras mi
garganta se apretaba cada vez más, mi boca se llenó del sabor de mi propia
sangre, me estaba ahogando.
-¡ANGELOS!
Escuché el
grito desesperado y desgarrador de Lex, no podía… mejor dicho, no debía dejarme
vencer, no ahora que al fin obtenía felicidad a manos llenas, desde que las
cosas se pusieron serias con Black, las sesiones de autocortes y excesos habían
disminuido su frecuencia a cero, me encuentro con una tranquilidad que jamás
imaginé obtener después de 280 años, y todo esto gracias a él.
Reuniendo
mis fuerzas, desplegué las garras de mis manos y apoyándolas en la parte
superior del pecho de Evanz, las deslicé con fuerza hacia abajo, dejando cuatro pares de profundos arañazos, al dar un
fuerte alarido de dolor aflojó el agarre a mi garganta, momento que aproveché
para ponerme de pie nuevamente, llenarme nuevamente de un par de bocanadas de
aire y atacar nuevamente.
-“¡Lex, disparale!” -dije a través de nuestro vínculo-
-¡Maldita se
Angel! Se están revolcando, no logro identificar cual es cual, son una maraña
-“¡Sólo hazlo, se que acertarás!”
-¡¡No quiero
matarte!!
-¡¡HAZLO!!
El estruendo
del disparo ensordeció todo a nuestro alrededor, miré a los ojos a Evanz
mientras ambos nos derrumbamos inertes en el lugar de la pelea.

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