domingo, 17 de agosto de 2014

Capítulo 8



A
NGELOS
Me senté cómodamente en la butaca a esperar el pronto arribo, Black llego en unos momentos cargando una botella del buen Vodka de mi marca favorita, aquel pequeño detalle no paso desapercibido, recordaba mis gustos, pero no hice mayor alusión al hecho.

-Se nota que viajas a menudo, bonito juguete tienes –comienzas a servir un par de vasos-

-La mayor parte del tiempo la he pasado volando de un lugar a otro, sin embargo estoy cansado de ello, quizás me asiente en un lugar, aún lo estoy planificando

-Por lo pronto –recibo el vaso que me ofreces- hagamos un salud por este viaje

Chocamos los vasos y con unos tragos bebo casi el total del contenido sin siquiera inmutarme, tan fácil como si de agua se tratara. –Toces un poco-

-De verdad no sé cómo puedes beber esta cosa, seguramente tu hígado y cuerpo se mantiene en alcohol. –Bebes con más prudencia- háblame de ti, cualquier cosa. Oí que le decías al Capitán que eras de Inglaterra.

-¿Qué hable de mi? Eso es raro, nadie se interesa por saber –digo más como un pensamiento susurrado dirigido a mí- pues… no hay mucho que decir, nací en Gloucester, que es una localidad pequeña cercana a Gales, al menos era así cuando yo estaba allí. Después recorrí Europa por un tiempo sin estar en un lugar fijo, de país en país, vi demasiadas cosas a lo largo de los años y a la primera oportunidad que tuve, me vine a este lugar.

-¿y tus padres? –Rellenas nuestros vasos-

-no existen

-¿hermanos?

-ninguno, gracias a los dioses –te sorprendes ante mi respuesta, pero no preguntas más detalles-

-Ang… ¿Cuántos años tienes?

-280 –pensé- 24 años –fue lo que dije

ALEXANDER
Dejo todo dispuesto con el capitán y llego a sentarme a tu lado, recorro cada centímetro de tu cuerpo en forma apreciativa, bebemos el vodka, aunque casi muere mi garganta por el quemazón, me gusta saber de ti, Cada detalle.

-No hay, hermanos, familia -muevo el líquido del vaso, tampoco, tengo familia, pienso, algo tenemos en común- tampoco tengo familia.


-¿De dónde eres? -sin apartar sus ojos de mí, Ang murmuro- ¿dónde naciste?

- Nací en Cheyenne, estado de Wyoming, bueno por decir nací, me encontraron en las afueras de las minas de carbón y me llevaron a un Orfanato. 


Pasa la sobrecargo, una mujer hermosa de tez de porcelana, pelirroja, me gusta rodearme de bellezas, aunque no mezclo el placer con mis empleados. Está belleza siempre se las ingeniaba para dar a entender que le gustaba mi compañía y querría algo más, La miro de nuevo en forma apreciativa y luego a Ang, a lo mejor le gustaría una mini fiesta para distenderlo , buscaríamos un punto de diversión en Sidney . 


-¿Dyanne? -me dirigí para que se quedase al dejar lo que encargué- ¿puedes traer un poco mas de aceitunas?


-Si señor Black - se giró y el contoneo de su falda ajustada atrajo nuestras miradas a ese lugar atractivo-


-Hermosa es Dyanne, ¿no lo crees Ang? Cuando lleguemos a Sidney, tendremos tiempo después que cierre el trato con los empresarios. Y allí hay varios lugares para divertirnos. Pero lo importante relajar todo el cuerpo. 


Aflojo mi corbata y me saco tirándolo en la butaca de enfrente. 


-Ni idea porque mierda me puse traje de nuevo.

ANGELOS
¿Así que Black quiere jugar sucio?  Tal parece que nadie le ha dicho que los gatos somos impredecibles. Quizás su cabeza dice que es hetero, pero en el fondo… sé que es otra cosa. Seguramente trata de convencerse más a sí mismo que a mí de eso, por algo huelo su deseo cuando me da disimuladas miradas. Muy bien… ¿desea jugar? juguemos.

Mientras la hermosa Dyanne se alejaba, mi mirada estaba clavada en su culo, de hecho, apreté el botón de la butaca para que el respaldo bajase y pudiese tener un mejor ángulo de visión de sus largas y bien torneadas piernas, incluso me atrevería a decir que vi un poco más que eso bajo su falda

-Es un lindo coño follable

Sonrío con maldad observando fijo el lugar por el que ella desapareció, enderezo mi asiento nuevamente y tomo un buen trago.

-que despectivo.

-No le conozco, no tengo ningún vinculo con ella, para mi es solo un pedazo de carne muy apetitoso, como quien dice el último chuletón dentro de una perrera… -se acerca el capitán- aunque… quizás no es el único.

-Aquí tiene su documentación señor Santiago.

-Angel, llámame Angel  O’Conner –dije con una radiante sonrisa de millón de dólares- ¿Eres Irlandés?

-En realidad mis padres lo son, aunque nací allí, crecí aquí en Estados Unidos.

-Irlanda es un bello país, estuve allí hace varios años y la verdad es que su gente es muy… -hago un descarado barrido por su cuerpo- linda

El capitán me da una tímida sonrisa y sostengo su mirada de manera fija hasta que Black carraspea

ALEXANDER
¿Buen coño follable?

Levanto una ceja, no es agradable escucharlo así, pero desde su punto de vista, largo un suspiro para casi atragantarme al escucharlo sobre O’Connor, ¡mierda!, miro a O’Connor, pero su pelo casi rojo, más bien es zanahoria, no me atrae, el que lo hace es él, ese grandote, atractivo de 24 años, que me deja anonadado, si, echa por tierra todo los valores básicos que me han llevado a moverme durante casi 30 años en este mundo.

Recorro con la mirada al Capitán, alto delgado, pero con un cuerpo trabajado, mi dedo índice se apoya sobre mis labios, analizando, descartando la idea de despedirlo, el Capitán se retira y pesco la sonrisa complacida de Ang.


-Tienes una visión amplia de la vida -bebo de un golpe mi bebida y lo vuelvo a llenar y picamos algo de lo que han traído- Ang, deberíamos al llegar a Sidney, ir a uno de esos lugares de karaokes, puede ser el Hugo’s Lounge o el The World bar. Tengo el Hotel ubicado cerca de esos locales.

 
Miro como te has acomodado y empiezo a desprender mi camisa, hasta ahora no entiendo porque me puse esta ropa tan incómoda.


-Ang, voy a ponerme algo más cómodo, me quitaré el traje, son 17 horas de vuelo, tenemos mucho para hablar, y tomar- río y salgo rumbo a mi dormitorio, una vez allí me siento en la cama, empezando a sacar los faldones de la camisa, desprendo el pantalón, saco el zapato para estirar la prenda y sacármelos.


17 horas en donde lo único que pienso es como se vería Ang sin ropa, busco unos jeans y una remera polo, zapatos náuticos y voy acomodando el pelo cuando entro de nuevo a donde está él, en eso Dyanne avisa que debemos ponernos los cinturones.


-Gracias Dyanne -me acomodo frente a Ang y prendo el cinturón- a Sídney, amigo


ANGELOS
17 horas…

Suspiro con aprensión, tendría que ser sumamente cuidadoso de no quedarme dormido o a Lex le dará una apoplejía, o un derrame cerebral o simplemente un infarto, nada en el mundo real y mundano puede justificar la presencia de un leopardo a 3500 metros de altura en un avión privado... nop… nada puede con eso. Me desprendo de mi chaqueta y abro los botones de mi camisa hasta la mitad de mi torso, mientras me repetía como un mantra que todo iba a estar bien, que todo iba a estar bien, sin embargo, me sentía inquieto. Sólo era necesario un pequeño error para que todo se transformara en un infierno.

Todos mis pensamientos se vieron desviados cuando Black regresó, se veía deliciosamente comestible, demasiado bien para él y para mi propia salud mental, sentía como las ganas de frotarme en su cuerpo se convertían casi en una necesidad primordial de la cual dependiera mi vida. Bebí unos buenos tragos de licor.

-tendremos mucho tiempo durante el viaje –te extendí un vaso lleno- habrá un montón de tiempo que matar.

-Estaba pensando que mientras no nos gane el sueño, podríamos ver alguna película, escuchar algo de música o simplemente jugar cartas.

-Me gustaron las dos últimas opciones ¿juegas pocker? –Asientes con una sonrisa que me indica más de lo que debiese-

-Sí, quizás algo sé del juego –bebes intentando ocultar la sonrisilla de satisfacción-

-Pero hagámoslo más interesante… apostemos algo –bebo un buen trago mientras consideras las opciones- quitémonos la ropa y el vencedor se folla al perdedor

ALEXANDER
 -¿Follarnos? -trago, abro los ojos y río a carcajadas, sentándome frente a ti, presiono un botón y aparece Dyanne -Tráeme un mazo de cartas y prepara la cena, por favor algo bien sustancioso, que tengo parece un felino dentro del avión y tiene ganas de comer cualquier cosa  -rio al recibir los naipes-  juguemos a que el que pierde dirá algo secreto de su pasado, o turbio o algo que valga la pena comentar. 

Ang, se acerca más a la mesa, abre por completo su camisa, ríe complacido y me pasa otro vaso lleno de vodka, ya está haciendo mella en mi sistema, pero me divertía con él.


Reparto las cartas y después de dudar, despliega un full de Ases frente a mí, pero antes de decir nada llega Dyanne y deja la cena.


-Un buffet de carnes frías, señor, salsa golf y de hierbas, un poco de pan francés -sonríe destapando la fuente bien llena de carnes frías-


-¿Dejamos está mano así y después me cobras? -pensando en que pediría-


ANGELOS
Mi mirada no se apartaba de Black, ni siquiera gasté energías en ver a la fémina que nos atendía, no tenía sentido, ese trozo de carne y estrógenos no me provocaba nada, si lo comparo con lo que me sucede con este hombre, que con solo evocar su imagen puedo lograr en segundos una buena erección.

Lograba sentir sus ojos clavados en la desnudez que mostraba con la camisa abierta. Es una verdadera bendición que para los katagarios es uso de la magia sea algo tan natural, o simplemente Black se horrorizaría al ver la gran cantidad de cicatrices que me marcan, todo gracias a mi… mejor no pensar en ella, no vale la pena remover los esqueletos del armario.

-¿Qué te preguntaré? –Pensaba mientras picoteaba la carne- ¿Qué preguntar?... debes saber que si me mientes, lo sabré de inmediato Lex, pillo más rápido a un mentiroso que a un ladrón.

-Pregunta lo que desees, tienes libertad para eso –comienzas a comer mientras barajas lentamente las cartas nuevamente-

-Dime cuando te masturbaste por última vez –Comienzas a toser, tal parece que te has atorado-

-¿Qué clase de pregunta es esa?

-Sólo responde –te remueves incómodo-

-Durante la ducha antes de ir por ti

-¿Pensabas en alguien?

-Esa pregunta no la responderé, ya has hecho la que te correspondía

Sonríes con satisfacción y me haces entrega de otra mano de naipes

ALEXANDER
Reparto las cartas y mierda por una vez gané y sonriendo despliego las cartas y muerdo mi carne recostándome contra el respaldo al mirar la expresión de Ang, porque le gané está vuelta, puedo imaginar que estaba con ganas de saber quien fue el que provoco esa paja impresionante antes de ir a buscarlo.

No puedo explicar, porque estoy en un constante de estado de semi erección al estar con él, bebo de un trago vaciando mi vaso y me sirvo otro vaso. Largo mi pregunta sin inmutarme, pero con ganas de que su respuesta no me afecte tanto


-¿Has tenido relaciones con hombres? 


-Si, lo he hecho -me clava la mirada y hace un ademán de encender un cigarrillo-  ¿puedo, o no está permitido?


-Puedes fumar- casi podría jurar que su respuesta me clavó como una daga.
Vuelvo a repartir y de nuevo gané-


-¿Estuviste enamorado de alguno de ellos? -mi vaso se lleno y lo vacié de igual forma-


ANGELOS
-No, no creo en ese sentimiento tan sobrevalorado.

No pude descifrar su reacción frente a mi respuesta, su rostro carecía de expresión, sin embargo después de aquello, las preguntas comenzaron, poco a poco a ser más y más atrevidas a medida que el alcohol comenzó a hacer efecto en ambos, sin embargo, en muchas ocasiones simplemente destellaba parte del licor de mi vaso, no podía darme el lujo de pasarme de copas y destellar sin más.

Durante todo ese período aprendí muchas cosas de él, de su pasado y sobre todo de su vida amorosa y sexual. Mis respuestas siempre estuvieron cargadas de verdad, una de las cosas que me caracteriza es que jamás miento, sólo me limite a ocultar información sobre fechas o situaciones que ameritarían brindar demasiadas explicaciones, las cuales por nada del mundo le daría a él, eso simplemente lo ahuyentaría de mí.

Cogió el mazo de cartas e intentó dejarlas sobre una mesa auxiliar, sin embargo se esparcieron todas, careció de importancia, tus ojos estaban fijos en mí.

-Hay algo en ti Ang… –me indicas con la mano que sostiene el vaso derramando un poco del contenido- algo  que no se explicar, me pasan cosas ¿sabes? Pero a mí me gustaban las mujeres, siempre me habían gustado mucho… pero apareciste tú y… –pasas tu mano por la nuca- tu no me gustas, soy hombre de mujeres, si, me gustan solo las mujeres tu no, eres mi amigo y quiero cuidar de ti, solo eso, no es que me gustes, soy hetero, siempre hetero y quiero cuidar de ti para que nada malo te pase –enarco una ceja-

-Tal parece que nos hemos pasado de copas, mejor vamos a dormir –me miras mal-

-¿Dices que estoy ebrio? ¡No estoy ebrio! Mira, mira –te pones de pie sin embargo te tambaleas notoriamente borracho- ¡malditas turbulencias! –rio divertido-

-Vamos, ambos necesitamos descanso.

Caminamos hacia las cabinas y apenas ingresas a la tuya, caes desplomado sobre tu cama y comienzas un suave ronquido casi de manera inmediata, no puedo evitar observarte mientras duermes y siento en mi pecho una extraña y muy rara sensación de ¿ternura?

-Gato loco –me amonesto a mi mismo descartando aquello-

Comienzo a quitarte la ropa, desprendiéndote de todo, excepto tus bóxers y una vez arropado dentro de la cama, destello una Gatorade y la dejo junto con un par de aspirinas en tu mesa de luz, se que necesitarás aquello. Sin embargo, como un impulso irracional, gateé sobre tu cama y comencé a frotar mi cuerpo  sobre el tuyo, en ese momento detestaba las mantas que se interponían entre nosotros, pero es más de lo que podía tener de ti. Momentos después y antes de retirarme de tu cuarto observé tu maleta con maldad… esto sería muy  divertido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario