P.O.V. MUHRDER BLACK
…….Rinnnnnnggg……
Miré el despertador y casi me tiré de la cama. ¡Eran
las 6 am!
Tenía que correr si quería ver a Qhuinn antes de ir a
la escuela. Ya habían pasado 5 días desde que éramos oficialmente novios, para
mí, para él, para todo el que quisiera saber y sí, eso incluye a mis padres.
Me metí en la ducha con una sonrisa enorme, a pesar
que odiaba madrugar, solo por las ganas de verlo casi ni dormía.Realmente
estaba durmiendo apenas 5 horas diarias, mi jornada empezaba viendo despertar a
Qhuinn y terminaba dejándolo dormido.
Me había entregado a la misión de hacerlo dormir por
lo menos 10 horas diarias, lo que incluía 6 horas de sueño nocturno y dos
siestas de dos horas y también engordarlo un poco. Como sus problemas no eran
estomacales, le filtraba hamburguesas y algunas donuts cada día y me aseguraba
que comiera por entero cada una de sus comidas hospitalarias. Era un total
acosador.
Luego de las clases, me iba directo al hospital, ahí
almorzaba y cenaba, también hacia mis tareas y lo ponía al día en las suyas. Mackenna
y yo, habíamos conversado con el director de la escuela, le explicamos cuan
delicada era la salud de Qhuinn y lo necesario de su descanso médico. También
tuvimos que explicarle su situación legal y que mi padrino era su tutor
temporal hasta que en unos días cumpla la mayoría de edad. Yo me ofrecí a tutorear
sus estudios de manera externa y el director nos facilitó las cosas otorgándole
a Qhuinn cursos libres y solo tendrá que acercarse para el examen final
extemporáneo. El examen sería único pero incluiría todos los temas y para eso
debía prepararlo. No me molestaba en lo absoluto y Qhuinn estaba tan
entusiasmado como yo por tener una excusa más para estar mucho tiempo juntos. Entre
bromas y besos, avanzábamos muy rápido ¿quién diría que mi amorcito era tan
inteligente?
Vladimir cumplió con su promesa e iba a visitar a
Qhuinn a diario, lo mismo que Selena, bueno, Selena solo fue dos veces y en la
primera visita nos informó que los padres de Qhuinn estaban de problemas hasta
el cuello, ella no sabía exactamente “qué había sucedido” pero si nos dijo que
su problema era de estafa fiscal y fraude, no de malos padres. Al parecer mi
madre tenía una charla pendiente con Qhuinn de abogado-cliente. Qhuinn no
quería saber nada al respecto pero logré convencerlo, era mi madre al fin y al
cabo, al igual que su suegrita.
Salí de la ducha y me vestí casi cayéndome por querer
ponerme la ropa interior de pie. Mi puerta sonó y entro Selena sin esperar
respuesta, yo me tapé como pude y ella solo se desternillo de risa.
-Por el amor de Dios hermanito, no necesitabas
tremenda almohada para el maní que escondes -Yo solo gruñí-
-Voltéate por favor que estoy apurado -Ella se giró y
soltó un grito ¡Joder! Olvide cubrir al peluche.
-¡¡Peeeroooo que belleza!! Yo lo quiero –terminé de
subirme el cierre del pantalón y le arrebate al Pato de peluche que le compre a
Qhuinn.
-Olvídalo, ya tiene dueño.
-NO jodas Muhrder ¿le vas a regalar esa ñoñada a
Qhuinn? Como que no es una chica, en cambio yo… –Ella brinco para arrebatarme a
pato, pero alce el brazo.
-No es una chica pero quiero dárselo, no seas
envidiosa -hizo un puchero-
-Eres malulo, pero te perdono porque… ¡¡¡MAÑANA ES TU
CUMPLEAÑOS!!! –Me aplaudió la cara y luego apretó mis mejillas hasta hacerme
lagrimear-¿Quién es mi hermanito pechocho que amo y adoro y que mañana cumplirá
18 verdes años? ¿Quién es? dígame ¿quién es? -Uso su voz cetácea más irritante
y yo le conteste de la misma forma ¡joder! En mi defensa puedo decir que es
pegajosa.
-Pos yoooooo… pero suéltame ¡que me dejas sin cara
mujer! –reímos y la abrace, por lo que aprovecho en atrapar al pato– No lo
maltrates por favor, tengo que llevarlo ahora
Tome la mochila con mis libros y la abrí para que
metiera el peluche ahí.
-¡¡Estás loco!! ¿Cómo vas a llevar al peluche con tus
mierdas? Se va a destrozar y llegara oliendo a queso rancio –hice una mueca y
olí el interior de mi mochila, no olía a queso… bueno no taaaan rancio.
-¿Y cómo lo llevo? tampoco lo voy a llevar en la
mano, ¡puta que roche! –reí-
-Hombres inútiles -Ella salió de la habitación y
regreso con una bolsa de cartón muy fina– Aquí vino mi cartera, te la voy a
prestar, me la regresas sin malograr – Asentí guardando el peluche – ¡Ay Muhr!
realmente no has tenido una novia en tu vida –Salió y a su regreso trajo un
lazo de terciopelo negro- Esto no me lo tienes que devolver –Le hizo un lazo a
Pato en una de sus patitas. –Ahora si esta doblemente animal.
-¿Qué?
-Es que es un pato y está muy mono -se carcajeo y yo
solo rodé los ojos, en realidad era un buen chiste y sí me dio risa, pero no le
daría el gusto, me reiría en el auto.
-Ahora sí, déjame vestir payasita, que solo tengo
unos minutos para ver a Qhuinn antes de ir a la escuela.
-Vístete, quien te agarra. –Esta mujer es terrible y
contestona, pobre el novio que le toque- Ya estas con el maní cubierto.
-¡¡Mamaaaaaaa!! –grité, Selena, me devolvía a la
primaria.- ¡Selena no se quiere ir de mi cuarto y estoy calato!
-¡Mentira mama, ya no tiene el maní al aire! -grito
en su defensa-
-¡Cállense los dos! –Mi madre asomó la cabeza y nos regañó-
Su padre tuvo guardia anoche y quiere dormir. –Nos mordimos los labios y
reprimimos una carcajada ambos. Mi mamá estaba aún con los ruleros que usaba
para controlar sus rulos rebeldes– ¡Ríanse de su madre y ya verán! –Ambos
negamos y esperamos que se fuera para carcajearnos de risa-
-¡Por Dios! si algún día uso ruleros prométeme que me
dispararas -Estire el brazo y la acerqué a mi pecho. La abrace fuerte y bese su
coronilla.
–Estoy seguro que tú nunca perderás tu estilo. –dije
con cariño.
-Ni tú el tuyo... –Sonreí-…Porque eres gay… -Gruñí y
luego me reí con ella.
El mismo día que nos reconciliamos con Qhuinn, Selena
nos visitó en la noche, regreso para traerle su ropa. Ella fue la primera en
enterarse que éramos novios. Ese fue el primer gesto serio de mi compromiso con
Qhuinn y eso lo hizo muy feliz.
De mas esta decir, que ella armo tremendo escándalo con
su entusiasmo. Más de una enfermera se apareció “lista para sedar a Qhuinn”.Sus
caras de sorpresa al encontrarnos riendo fueron tales que también terminaron
riendo con nosotros, contagiadas de nuestras risas.
Creo que en el fondo, todas le tomaron cariño a
Qhuinn y estaban felices por su cambio de actitud.
-Gracias –dije casi en un susurro junto a su oído.
-¿Por qué? –respondió alejándose para mirarme.
-Tú sabes…
-No, no se…
-¿Me lo harás decir? –Hice un puchero como los que
hace ella.
-Obvio … -rió.
-Gracias, por aceptarme con mis sentimientos poco
ortodoxos. –hice una mueca y me sonrojé.
-De.na.da…. idiota –bufó y rodó los ojos. Se soltó de
mis brazos y me miró con exasperación.
-¿Y eso?
-¿Cómo pudiste dudar en algún instante que no te
querría igual? –Me gritó sin levantar la voz, como solo las mujeres histéricas
pueden hacer, con los dientes apretados y los ojos enormes y llenos de
ira…. Que miedo dan.
-Mamá… creo que eso lo resume.
-¿Mamá? ¡Pero si ella te ama más que nunca Muhr! Te
equivocas si crees que le avergonzabas o algo parecido, ella solo se preocupaba
de que fuera una decisión irresponsable. No sé. Es simplemente mamá, la
conoces, quiere controlarlo todo…, pero te ama.
-Lo sé… aunque aún no acepta mi relación con Qhuinn…
-Dale tiempo, recién tienen 5 días. Deja que termine
de asumir que no le daras nietos. –me sonrió burlona.
-Está peleada con papá ¿Sabes porque? –Me miró
sorprendida, a parecer no lo había notado.
-No, la verdad no, pero no creo que sea por culpa nuestra.
Será por algo del hospital. –Chasqueó la lengua- No debe ser importante.
-¿Mi padrino estará involucrado? –Aunque mi pregunta
fue retórica y más para mí que para ella, Selena igual contestó.
-No que yo sepa, pero si es del hospital, algo tendrá
que ver. Mi tío es casi dueño del hospital. –Asentí.
-No me sorprendería…
-¿Qué pasa? ¿Tú sabes algo? –Si mi hermana no es
tonta. Mejor cortar esta charla antes que se me vaya de las manos.
-No, solo quería saber si tú conocías el motivo.
–Hice una mueca restándole importancia al tema.
-No, pero si me entero te chismeo. –Me guiño un ojo y
me sonrió.
-Vale –reí.
-Muhr, ¿te das cuenta que con solo 5 días de gay ya
estamos compartiendo chismes? en un año será ropa interior y luego ¡zas!
¡¡¡Cosméticos!!! –Ella dio brinquitos exagerada- Entonces te llamare
¡¡¡Muhrgana!!! –gruñí y negué divertido-
-Largo -camine hasta la puerta y la arrastre del
brazo, la empuje con suavidad fuera de mi habitación-
-Perooo… tenemos que coordinar lo de mañana…
-Largo… y no hay nada que coordinar, mi rutina no
cambiara, la pasare con Qhuinn, si quieres verme, te espero por allá –cerré la
puerta en su nariz y me reí- ¿Muhrgana? ¡Sera cabrona!
P.O.V. MELISSA BLACK (madre de Muhr)
Regresé a mi habitación luego de poner la cafetera
para que John encontrara café recién hecho cuando llegara, pero dio igual, ni
lo miro, subió directo a la habitación, directo al baño. Podía escuchar la
ducha.
Los chicos ya se habían levantado, estaban en su
propia fiesta, hacía mucho que no los escuchaba reír así. Suspiré cansada y me
miré al espejo. Me deshice de la mitad de los ruleros y atuse mi cabello
posterior, aún era bella, pero no fue mi belleza lo que enamoro a John, no fue
mi cuerpo, ni mi rostro. Toque mi vientre plano, obra de mis buenos genes y las
largas caminatas. Fue el regalo de hacerlo “padre” lo que lo enamoro.
-Mamaaaaaaa!! ¡Selena no se quiere ir de mi cuarto y
estoy calato!
-¡Mentira mama, ya no tiene el maní al aire!
Sonreí y fui al dormitorio de Muhr, me asomé por la
puerta.
-¡Cállense los dos! Su padre tuvo guardia anoche y
quiere dormir. –Entrecerré los ojos ante sus caras rojas de aguantarse la risa-
Ríanse de su madre y ya verán –Salí de la habitación y regresé a mi dormitorio.
Las carcajadas me siguieron todo el camino y yo también reí- Esos irrespetuosos
-¿Quienes? –La voz de John me sorprendió desde la
cama, ya tenía varios días sin hablarme-
-Los chicos, no es nada, solo una broma -Asintió y se
acomodó para dormir.
Desde el fin de semana John ha pasado todas las
noches de guardia en el hospital, todo para no coincidir en la cama. Como si no
fuera obvio.
-¿Hoy tendrás guardia también?-pregunté con calma.
-Aun no lo sé… ¿porque?
-Porque no tienes que estarte matando el cuerpo,
puedo dormir en la habitación de Selena. –Me miró con una expresión severa.
-¿Quieres involucrar a nuestros hijos en nuestros
asuntos?
-¿Que asuntos? Ni quisiera has querido hablar
conmigo.
-¿Que vamos a hablar? –Se sentó en la cama.
-¿Que sucede John? ¿Porque me estas evitando? –El
suspiró y se apoyó en el respaldo de la cama.
-¿Vas a ir al juzgado hoy?
-Sí, casi vivo ahí. El tema esta peliagudo, los
Lohstrong tienen un buen abogado, no sé con qué dinero le pagan si todas sus
cuentas están congeladas.
-¿Estará Franz ahí?
-¿Albert? –Elevó una ceja.- No lo sé, quizá, ¿Por
qué?
-¿Cuándo vas a denunciar a su hija? Qhuinn ya pronto
saldrá del hospital y lo hará el mismo. Creo que deberías hacerlo tú como su
abogada, antes de que lo haga el.
-John, sabes que no quiero arruinar la vida de esa
niña… fue un error, no es una homicida.
-¿Es por ella que lo haces? ¿O por su padre?
-¿Cómo? –la mano empezó a temblarme, pero me
controle, a un abogado litigante nunca lo harás temblar.
-Melissa… Arthur te vió salir del restaurante
italiano el sábado en la noche, estabas con Franz…
-Y con Diana también ¿no te dijo eso? -John se puso
de pie, camino hasta su maletín y empezó a ordenarlo, al parecer se iría de
guardia otra vez.
-¿Y desde cuando cenas con ellos? –Preguntó sin
mirarme. -¿Y desde cuando dejo de ser el detective Franz y pasó a ser Albert?
-John no sé a dónde quieres llegar, pero mejor se
directo. ¿Crees que tengo un romance con John o con Diana? -me enoje-
-Creo que tus decisiones no están siendo ni
transparentes, ni imparciales y no sé si eso perjudicara a mi hijo a largo
plazo. Por mi ni me preocupo, pero si por él.
-O sea no te interesa que te ponga los cuernos, pero
sí que Qhuinn se vea perjudicado y arrastre a Muhr con él.
-Algo así -Esa indiferencia dolió.
-Sabes John, quizá si debas tener guardia hoy y
salúdame a Mackenna, estoy segura que el también hará guardia.
-No lo dudes… y dile al policía que el hospital
presentara un informe del paciente Qhuinn Lohstrong directo al juez…
-No serás capaz…
-Yo no, pero Mackenna sí.
-John… -caminé hacia él, pero se alejó- John, por
favor… no lo hagas…
-¿Por qué? –suspiré derrotada.
-John, siéntate, tengo que contarte algo -John
no se sentó pero si me prestó atención. Se cruzó de brazos y me miró fijamente.-
El día siguiente al accidente, Diana vino a verme. Yo había colocado la
denuncia esa misma mañana y me sorprendió mucho verla aquí. Sin embargo la
recibí. Mi curiosidad como abogada fue más fuerte. Me contó lo sucedido desde
su punto de vista y me dijo que yo debería entenderla porque yo sabía lo que
era enamorarse de un hombre que amaba a otros hombres… -John frunció el ceño-
John, no sécómo sabe esa muchacha de tu pasado con Mackenna. Sabe que eran
novios cuando yo salí embarazada. Lo único que se me ocurrió en ese preciso
instante fue fingir darle mi apoyo y retirar la denuncia. Ni siquiera deje que necesitara
chantajearme. Preferí mantener una relación cordial con ella, al menos hasta
tener algo con que neutralizarla llegado el caso. Conozco a su padre y si bien
he estado cerca de ellos, es porque necesito conocerlos más, entrar en su
círculo, ganarme su confianza.
-Melissa, no tienes nada que temer, desde el día que
me diste la noticia de que me harías padre, nunca te he faltado. No hay nada
que esa mocosa pueda hacer para lastimarnos.
-John, en un juicio, que es donde terminaremos si
Qhuinn la denuncia, saldrá todo a la luz y aunque yo no pueda testificar acerca
de ti, Mackenna si puede y te aseguro que lo subirán al estrado y contara todo.
-No es relevante en el juicio.
-Lo es, desde que es el doctor de Qhuinn y es un
testigo de los acusadores.
-No me importa, es mi pasado, no es mi presente.
–dijo con firmeza.
-John… -suspiré y baje la mirada. Tenía ganas de
llorar de frustración.
-Te importa a ti ¿verdad? –asentí y una lagrima cayo
por mi rostro.
-Lo siento, yo… yo he puesto de mi parte por décadas,
pero esto… no creo que lo soportaría. Una cosa es yo saberlo, una cosa es que
nuestros seres amados lo pudieran saber, pero ¿que el mundo se entere? –Negué-
No John, yo no puedo con eso…
-Te avergüenzo. –Afirmo pensativo.
-¡No! tú no me avergüenzas. –Lo miré con aprensión-
Yo siento vergüenza por mí. ¡Por lo que te hice a ti! Por alejarte del hombre
que amabas.
-¿Qué? –John me sujeto y me obligo a mirarlo- ¿Tú
crees que amo a Mackenna? –Asentí– Melissa, si yo hubiera estado enamorado de
Mackenna, nunca lo hubiera dejado ni por ti, ni por un hijo, ni por 5 hijos. Yo
me enamore de ti y no sabía cómo encarar a Arthur y decirle que ya no lo amaba,
o deseaba, o lo que sea que sentía por él, por dios Melissa, era tan joven
–John rió sin ganas- Creo que fue una época loca, me gustaba tomar y
hasta fumar marihuana, cosa que Arthur jamás hizo, con esas mierdas en la
cabeza, pruebas cosas y él era mi mejor amigo, no sé ni cómo terminamos
involucrados en una relación.
-oh… -No supe que más decir, no esperaba esta
declaración.
-Aja… “oh”. –Sonrió- Mi amor, cuando te dije, “estoy
enamorado de ti y jamás he sentido algo así por nadie” no estaba mintiendo para
llevarte a la cama, te lo decía porque jamás había conocido a una mujer tan
hermosa y deseable como tú. Con ese carácter, con esa mente brillante, no podía
creer que te fijaras en mí. Quise ocultarte lo de Mac, pero él se encargó
de contártelo, así que no me quedo de otra que decírtelo
-¡Ay John! -me tire en sus brazos- Te amo… te amo
tanto.
-Y yo a ti pequeña, y si aun después de todo lo
dicho, no puedes con mi pasado, te apoyare, trataremos de hablar con Qhuinn
para que no ponga la denuncia. Al fin y al cabo somos sus suegritos. –Le di un
codazo juguetón.
-¡No digas eso! Aun no estoy muy segura de esa
relación y si pasa lo mismo que tú y Arthur con ellos, no quisiera que Qhuinn o
el propio Muhr, terminen solos como Arthur.
-De cualquier forma es decisión de ellos, mañana Muhr
cumple 18 y lo vamos a perder si no lo apoyamos en lo que decida. –asentí, tenía
razón.
-He pensado en hacerle una cena y una torta, solo la
familia e invitar a Iveth y su sobrino. –dije con entusiasmo, quería recuperar
la rutina familiar. -¿Qué te parece?
-Me parece genial, yo estaré aquí. Quien no sé si
estará, es el cumpleañero. Vive con Qhuinn en el hospital y solo viene a
dormir.
-Entonces si “Mahoma no va a la montaña… la
montaña irá a Mahoma”
-¡Esa es mi chica! -John hundió su cara en mi pecho-
-¡Eyyy! no hagas eso. Al menos espera que se vayan a
la escuela –reí-
P.O.V. ALBERT FRANZ (Padre de Diana)
-Se enfría tu café. –Le dije a Diana, ella seguía texteando
y riendo desde que se sentó a la mesa– ¿Puedes dejar eso? –Le arranque el móvil
de las manos y lo coloque a mi lado-
-¡¡Papi!! ¿Qué te pasa? Las chicas me están
informando acerca del último partido, al cual no fui porque me tienes recluida
en mi habitación.
-Diana –suspiré- ¿Eres consciente de que esta
“reclusión” no es nada comparada con la que tendrías si vas a prisión?
-Al único lugar que iré es a la universidad… y sin
Black, lo dejaré fuera de las becas.
-¿Que dices?
-Lo que oíste. El me fastidio y ahora yo lo fastidio.
–Golpee la mesa con la palma de la mano, indignado y preocupado a partes
iguales-
-¿Pero eres tonta? Sabes que su madre es abogada y es
ella quien por un milagro de la vida intervino a favor tuyo y te quito la
denuncia. ¿Quieres fastidiar a su hijo? –Diana me miro asustada por mi acto tan
violento, pero luego reapareció su mirada chulesca-
-No fue ningún milagro papi… fue mi astucia
-¿Qué hiciste ahora Diana? –suspire-
-Solo investigue un poquito. Hace años estando en la
casa de Muhr, miraba sus álbumes de fotos y encontré una del Dr. Black y un
compañero de su universidad, estaban abrazados, la Sra. Black también estaba en
la foto, estaba embarazada de Muhr, pero lo que me llamo la atención fue la
mirada de adoración que tenía el compañero del Dr. Black.
-Bueno, Melissa es muy hermosa, imagino que de joven
lo seríaaúnmás, no puedo culpar al compañero de Black por admirar a su mujer.
-No entiendes, no miraba a la Sra. Black, miraba al
Dr. Black
-Por favor Diana, si así fuera, ¿qué importancia
tiene si un tipo te queda mirando?
-Ese tipo es el Dr. Mackenna, el doctor de Qhuinn, el
padrino de Muhr, el mejor amigo y colega del Dr. Black.
-Niña, nada de lo que me cuentas, pasa de un cotilleo
vulgar de barrio. No tiene relevancia en un caso de intento de homicidio.
-Investigue y ellos compartían habitación en la
universidad…-continuó, empeñada en darle fuerza a un tema inútil.
-No tienes nada. Así hubieran sido amantes, nada de
eso tiene importancia. Deja de fastidiar a esa familia, necesitamos que nos
apoyen. Mañana en la tarde irán a tomarle declaración a Qhuinn. Si ese chico te
denuncia, iremos a juicio y te aseguro que al juez, no le interesara la vida
sexual del Dr. Black.
-Pero papi… a la sra. Black SI le importa, lo vi en
su mirada, por eso retiró su denuncia. –La miré horrorizado. A veces me
preguntaba en que me había equivocado con mi hija.
-Diana… -le tome de la mano, respire profundo y me
calmé- solo te tengo a ti, perdí a tu madre, ambos la perdimos, no me dejes
solo… por favor. Anda a ese hospital y discúlpate con Qhuinn, discúlpate con
Muhrder, discúlpate con su madre.
-Pero papi…-Levanté la mano y la silencié.
-Diana, el chantaje emocional es de los peores que
existen. Y también se considera un tipo de coacción. –Me puse de pie- Si estas
lista, vamos que te llevare yo mismo y esta noche espero me digas que lograste
que ese chico te perdone.
Termine mi café y salí de la cocina. Realmente
esperaba que mi hija recupere el sentido común.
P.O.V. QHUINN LOHSTRONG
“Estaba con Muhrder, ambos acostados en su cama, casi
desnudos, tal como aquella maravillosa noche donde nos exploramos mutuamente.
Mis manos recorrían con timidez su piel cálida y sensible, provocando que su
cuerpo respondiera a mi toque tensándose, ahí donde se requiere. Su calidez, su
aroma, su tacto y su aliento hacían hervir mi sangre mientras mi boca buscaba
la suya para un beso tan ardiente que debiese ser calificado como indebido.
Nuestras lenguas se aparean fuera de nuestras bocas
mientras el ambiente se caldea hasta una temperatura que podría perfectamente
ser tropical, él se acomoda a horcajadas sobre mis muslos y sus manos no dejan
de acariciar todo lo que está a su alcance. Atormenta mis pezones, se
burla de mi abdomen con fantasmales deslizamientos marcando cada valle
avanzando más y más hacia el sur, mi cuerpo se arquea y una sonrisa bribona se
dibuja en su rostro ya marcado por gotas de sudor, cierro mis ojos por un
momento disfrutando de las sensaciones emitiendo suaves gemidos de aprobación.
Te vuelves más osado, siento que estamos piel contra piel, ya no hay prendas
que nos separen, sé que estamos cerca, lo sé, lo siento.
-¿Bebé? –me remuevo un poco- ¿Amor? Despierta para mí
Los bordes de mi sueño comienzan a desdibujarse, me
aferro a él, estamos tan cerca, esta vez sí va a suceder...
-Abre tus ojos para mí –dice una preocupada voz y yo
lloriqueo- me estas preocupando –me remueves suavecito-
-Eres… malo –tapé mis ojos con mi mano buena, estaba
lleno de frustración y deseo no concluido- eso no se hace...
-¿Yo? Pero, pero si te estabas quejando ¿acaso no
tienes dolor? –Tus manos me tocaban suavecito buscando alguna lesión horrorosa-
-Claro que me quejaba, si no lo hacía eso hablaría
muy mal de ti… ¡maldita sea!
-Eeeee… no te entiendo ¿acaso no estás herido?
-Noooo, como se te ocurre. Estaba soñando –dije con
preocupación- y era un sueño demasiado bueno –reíste a carcajadas-
-No te rías, que ni una paja me puedo hacer con esta
mano –reíste más-
Después de unos instantes en los cuales reímos juntos
y las bromas a mi costa iban y venían, nos saludamos por un largo momento.
Nuestros besos cada vez se tornaban más y más calientes. Siempre era de esta
manera. Ambos deseábamos que por fin me dieran de alta. Había un acuerdo
implícito en cada uno de nuestros besos, una promesa de entrega que no veíamos
cuando hacerla realidad.
Al principio me preocupaba que Muhr pasara tanto
tiempo aquí, aquello podía hacer merma en sus calificaciones, sin embargo hemos
llevado la rutina bastante bien. Siempre llegaba a la misma hora para, según
él, darme mi “dosis de amor” de la mañana. Aunque era un instante de sólo 30
minutos, aquello me duraba como energizante para el resto de la jornada, hasta
que, cuando acababa sus clases volvía nuevamente a verme, quedándose conmigo
hasta que me dormía.
Aquella constancia era algo que yo valoraba de sobre
manera, porque además mantenía una estricta supervisión vía Whatsapp de cada
uno de mis movimientos. Él tenía pleno conocimiento de los horarios de comida,
ingesta de medicamentos, incluso me obligaba a dormir siesta.
-Cierra los ojos –sonrió con infantil expectación-
-¿Qué? Nooo Muhr, si es lo que creo te digo de
corazón que no es necesario que…
Detuve mi réplica de que no gastara sus ahorros en obsequios.
Desde que somos novios, cada día me sorprende con alguna atención. Globos con
helio, tarjetas, incluso se atrevió a “recolectar” flores en su camino al
hospital para traérmelas. Son simples detalles, pero es en eso donde marca la
diferencia con la que ha logrado derribar todas mis barreras.
Cuando puso una adorable mirada de Gato con Botas
combinada con un demasiado lindo puchero, no tuve más alternativa que cerrar
los ojos y quedarme con mi mano buena dispuesta a la recepción de algo que no
se dejó esperar.
Al abrirlos tenía una bolsa y dentro estaba la cosita
más adorable y apapachable del mundo, nunca había tenido uno de estos porque
papá decía que eso era para nenas, los chicos jugaban a las luchas y con carros
así que jamás se me permitió.
Era un esponjoso peluche de un patito bebé color
amarillo con un lazo de terciopelo negro atado en su patita. Lo tomé en mis
brazos
-Gr… Gracias
P.O.V. MUHRDER BLACK
Sonreí lleno de dicha, amaba esa sonrisa, esa mirada
llena de ilusión, me acerque y tomé su rostro entre mis manos.
-Te amo tanto... tanto Qhuinn… y… -Me enderecé- Y
quiero que este pequeño me reemplace en mi ausencia. Es letal… te cuidara... -Sonreímos
ambos por lo estúpido que es el amor.
-¿Desayunaste? -me preguntó y yo negué- ¿porque no?
-Hoy una enana me distrajo y me quitó mi tiempo de
desayuno. Pero no te preocupes saliendo me compro un café y me como una
galleta. -negó con preocupación y se puso a jugar de manera nerviosa con la
pata del patito, me miro acusadoramente.
-¿A mi si me obligas a comer y tú no te cuidas? -Negó
con vehemencia- Eso no se hace… mal Black, muy mal.
-Pero amor -suspire...- está bien, no volverá a pasar
y en compensacióntraeré un riquísimo…. Ehhh ¿qué quieres comer hoy?
-Ay… un pastelito de nata… con mucha nata y si tiene
chispas de chocolate mejor…
-¿Y luego? No pensaras que te voy a alimentar con eso...
Que quieres comer que sea alimenticio…
-Pero si luego van las mierdas que sirven en este
hospital, ese pan sin sal con jamón que sabe a nada, prometo que me comeré eso
y repetiré. -reíste.
-Te traeré tu pastel, ummm, te traeré 5 pasteles ok…
-reí-
-hoooo… tu sí que quieres ganar mi corazón con la
comida… -negué y me acerque a su oído...
-Lo que quiero es que cojas cuerpo nuevamente así no
te parto en dos cuando te folle como loco…-Puso una cara de “anime -manga/yaoi”
con los ojos enormes, las mejillas encendidas y la boca formando una “O”
perfecta. Yo me alise la ropa como quien habló del tiempo.
-Bueno tu cara lo dice todo -dije- creo que
necesitaras 10 pasteles.
Los otros 15 minutos los pasamos entre risas y
jugueteos. Pero lo bueno siempre dura poco y me tuve que ir a la escuela.
-Regreso en breve mi amor. No te vayas a ningún lado.
-reí- Y extráñame. -Lo bese apasionadamente para que tenga algo en que pensar.-
Usa tu mano buena….
Él se aferró a mi chaqueta y me miró sin decir más
nada, desde esa noche que me declaro su amor, la del accidente, nunca me ha
vuelto a decir que me ama, Y aunque sus actos reflejan los sentimientos
profundos que siente por mí, su voz sigue en silencio.
Acaricie su rostro y le guiñe un ojo, no quiero
presionarlo. Me fui dejándole una sonrisa y cerré la puerta con suavidad.
…………….o…..o….o………………
P.O.V. QHUINN LOHSTRONG
Lancé un suspiro mientras tragaba el ultimo bocado
del desayuno gourmet del hospital. Como extrañaba un fuerte café negro en la
mañana sin azúcar. Que rico. Suspire nuevamente mirando el ralo te de hierbas
naturales que me dejaban por digestivo. No sé si quiero ver a Muhr porque lo
extraño a él, o porque me trae comida rica. Definitivamente me tiene
conquistado por el estómago.
Un par de golpes en la puerta y entro el doctor
Mortis con la enfermera de turno, mi pelirroja favorita, me tomaron los signos
vitales y me hicieron la revisión de rutina. De manera muy poco honorable y muy
sospechosa a mi parecer (ahora que se sus inclinaciones) el doctor Mortis me metió
mano para auscultarme y yo como buen paciente me deje. Después de todo casi
somos familia. Reí interiormente de mis alucinaciones por falta de cafeína.
La enfermera salióllevándose consigo los instrumentos
de tortura dignos de la inquisición, bueno quizá no tanto, pero igual joden. Dejándome
con el doctor Mortis y su mensaje a la conciencia matutino.
-¿Cómo dormiste Qhuinn? Te veo hasta sonrosado.
¿Estuvo Muhr por aquí hoy?
-¿Quizá? -dije sonriendo mientras jugaba con la
patita de mi pato. El doctor miró mi gesto y sonrió.
-Me alegra que estén muy bien. Mi ahijado es un buen
chico y merece un buen chico como tú. -Yo solo asentí, pero no contesté.
Se creó un silencio incomodo, el doctor miraba mi
historia clínica y jugaba con su lapicero. Era evidente que algo rondaba por su
mente y no sabíacómodecírmelo.
-Sea lo que sea que esté pasando por su mente, suéltelo
sin anestesia, a estas alturas creo que ya hemos superado entre ambos la
barrera de la sutileza. - Me sonrió sin ganas.
-En realidad no es algo negativo, es más, es positivo
y hasta justo, la policía desde que te internamos ha intentado tomar tu declaración
de los hechos de la noche del accidente, pero yo no lo he permitido, tu salud
estaba primero. Ahora considere que ya era oportuno, así que autorice la toma
de la declaración.
-¿A qué hora vendrán?
-Mañana. Sera mañana por la tarde- Hice una mueca-
Si, sé que mañana es cumpleaños de Muhrder, pero será breve, tan breve como tú
lo requieras.
-Al mal tiempo darle prisa... dicen por ahí…-dije.
-Tienes toda la tarde de hoy para poner en orden tus
ideas y tratar de recordar todo lo que sucedió esa noche.
-Es que no hay ideas que ordenar, recuerdo
perfectamente lo que sucedió y sé lo que voy a decir.
-La niña que te atropello es hija del detective a
cargo del caso de tus padres, la policíaquizá no esté muy colaboradora contigo.
No te agobies. Yo estaré presente, como tu tutor es mi derecho.
-Gracias. –Y realmente lo agradecía.
El doctor sonrió y salió de la habitación, yo intente
sin mucho éxito concentrarme en el libro que me había dejado Muhrder para
repasar, pero mi mente regresaba una y otra vez a la noche del accidente.
Abrace a mi pato y tome el móvil, le envié un emoticón a Muhrder y el me devolvió casi inmediatamente otro. Sonreí y seguí enviándole cosas graciosas por el whatsapp…
No hay comentarios:
Publicar un comentario