sábado, 13 de septiembre de 2014

Capítulo 7



T
IAGO
-¿Podemos detenernos a descansar? Estoy agotado

-Vamos Xander, no podemos parar, está comenzando a caer agua nieve. Sólo un poco más, No debe faltar mucho.

Al menos eso esperaba yo, solo tenía el vago recuerdo de haber pasado un Apart Hotel minutos antes de que Chester se muriera… literalmente. Solo se apagó y no quiso volver a la vida por más que le movimos todo lo movible, simplemente se taimó como mula y con nada se movía, el servicio de grúas no se animaba a venir y no nos quedó de otra que empujar el coche un par de kilómetros hasta un lugar donde poder guarecernos, al menos por esta noche, puesto que después de lo sucedido en la universidad y de la gran ayuda que nos prestó la Hermana Katty, el abogado había puesto al tanto de todo a mamá.

Lamentable, lo que menos quería era que ella supiese.

La cosa es que se puso de los nervios, por teléfono me reto, gritó, lloró  y me exigió que le fuésemos a ver lo antes posible para verificar con sus propios ojos que su hijo estaba bien. Así que aprovechamos el fin de semana largo y hoy jueves, después de clases partimos directo a Fairbanks, lugar que quedaba a casi 7 horas en auto desde Anchorage. Pero al llevar poco más de dos horas de viaje nos sucedió esto y el anochecer ya se aproximaba. Debíamos apurarnos, puesto que no era una movida muy inteligente quedarse en el auto para pasar la noche en medio de la nada y con temperaturas bajo cero.

Mis manos estaban congeladas, mis ropas totalmente mojadas debido al aguanieve, estaba seguro que si nos deteníamos a descansar esto se podría poner mucho muy complicado, puesto que el frío no era nuestro único problema, los animales salvajes eran también un factor a considerar. Pero esto no se lo pensaba decir a Xander, eso sólo lo pondría de los nervios, por lo mismo le motivaba y animaba a continuar sin descanso hasta llegar al Apart Hotel.

El tiempo pasaba, mi cuerpo ya temblaba por completo, a pesar de estar en constante movimiento el frío ambiental estaba congelando mi ropa, sin embargo la iluminación del cartel por poco y trajo lágrimas en mis ojos, después de todo estuvimos casi una hora empujando a Chester.

-Ves… te dije que estábamos cerca

Gracias a todos los seres divinos, estaríamos a salvo

XANDER
 ¡¡¡Chester!!! Retumbaba en mi cabeza casi gimoteando por lo que me había hecho, abandonarme así, con este clima, y ahora empujando, ¿por qué a mí? Que pregunta! Me pasaba por ser como era. Un ser que se metía en todo, que trataba de complacer a Tiago en sus mínimos deseos y ahora heme aquí, empujando un Chevette por la nieve, casi no hablaba, mis dientes entonaban una sinfonía propia al chocar entre ellos.

Metimos en el estacionamiento y corrimos dentro. Un recinto cálido nos recibió.

-¡Buenas noches muchachos! -Un señor canoso no saludo detrás de su mesa de recepción- ¿Están locos para andar con este clima, por afuera?

-Eso mismo se lo decía a mi compañero, que estamos locos por haber salido así  -gemí al decirlo y trataba de entrar en calor-

-La juventud -murmuro el señor- ¿Qué desean? 

-Un teléfono para llamar a un mecánico y una habitación para cambiarnos de ropa -dijo Tiago-

-Billy no está, se fue a Denali, a traer repuestos, estará de regreso mañana por la mañana -nos tendió el libro de registro- llenen sus datos y tenemos una sola habitación, dos están en reparación y las otras ocupadas ¿La quieren?

-La tomamos

Tiago tomo las llaves después de llenar el registro y salió corriendo rumbo al auto a bajar las maletas, yo saqué la cartera y pagué con una especie de ansiedad. Una cosa era compartir el departamento con alguien que amas, pero otra era de nuevo la cama. Y lo que más me torturaba es que no sabría cómo podría alejar mis manos de él. Lo seguí a la habitación y lo encontré haciendo saltitos para alejar el frío 

-¡Vamos! hace frío y la ducha nos hará bien.

Busqué mi ropa y empecé a quitarme la que tenía, se había hecho pesada y se adhería al cuerpo.

Entré al baño solo con bóxer y quedé de piedra, en la ducha estaba él, su cuerpo mojado y enjabonado, la cara con jabón hacia que mantuviera los ojos cerrados, lucía una semi erección y la mía empezó a notarse.

-Métete Xander, ¡¡se terminara el agua!!

Gimiendo de angustia, por la agonía de verlo desnudo y desnudarme también, me quite la ultima prenda, y armado de coraje me cole bajo el agua, esta me hizo bien, me empezó a sacar el frío, me moví y rocé su cadera con la mía, mi polla dio una sacudida, me puse de costado para que no la viera y me enjaboné.

-Menos mal encontramos esto o nos moríamos congelados.

-Te lo dije, lo había visto al pasar por aquí.

Salió del agua y empezó a secarse, también apagué el agua y tomé la otra toalla, envolviendo mis caderas y secándome con la otra.

-Tu madre se preocupará si no llamas.

- Ahora mismo lo hago y pedimos algo para comer.

Lo vi salir y solté el aire mirando hacia abajo, la muy hija de puta estaba parada como soldado frente a su general.

-No esperes más de lo que recibirás, es solo mi amigo.

TIAGO
-¿Qué hace una chica como tú sola por las noches? –El tono de mi voz bajó una octava y reí divertido- nunca podré engañarte, ¿cierto Angelina?... Ok mamá, nunca más… ajá… yep. Tuvimos problemas, el auto se descompuso de camino… si… si… no, pasaremos la noche en un Apart Hotel, llegaremos en la mañana… aja. Si, lo que pasa es… -rodé los ojos- si mamá… si mamá. Es que… bueno mamá se lo diré

Mientras hablaba con ella sujeté el móvil entre el hombro y la cabeza, comencé a secar mi cuerpo y luego a rebuscar entre mis cosas para ponerme algo arropado y seco.

-Si… Angelina te juro que no lo olvidaré –rodé los ojos y contengo mi risa- si, si, nunca más. También le quiero mucho a usted, hasta mañana

Dejé el teléfono en cualquier parte y comencé a vestirme rápidamente, el calor corporal que había ganado en la ducha se me esfumaba rápido en contraste con el frío del ambiente, aunque había calefacción tal perece que no era suficiente asi que me metí derecho a la cama.

La que compartiría con Xander

No sería ni la primera, ni la última vez que dormíamos juntos, cada vez que había problemas de electricidad dormíamos como dos cachorros. Si era sincero conmigo mismo, era una sensación extraña dormir abrazado a él, no mala, si no agradable. Pero eso es algo que jamás diría en voz alta o admitiría a nadie.

-Estoy frito, me duele todo –bostecé con ganas y miré a Xander que estaba de espaldas a mi vistiéndose con toda la calma del mundo ¿acaso no se congelaría allí pidiendo permiso a una mano para mover la otra?- oye… que te vas a congelar si no te apresuras, a tu velocidad de caracol llegaras como un cubo de hielo a la cama y me ha costado un montón calentar mis pies. Pienso que tuvimos suerte de no perder un par de dedos

-Ahora voy, solo busco lo más grueso para acostarme. Si quieres apaga la luz, ahora me meto a la cama.

Me encogí mentalmente de hombros y apague la luz, sin embargo alcancé el mando a distancia y encendí la televisión, con la iluminación de la pantalla podría haber jurado que Xander tenía una buena erección, pero seguramente fue producto de los cambios de luz y sombra, además, a paso rápido se metió de un brinco para arroparse. Seguro fue impresión mía.

Repté por la cama hasta pegarme a su costado apoyé la cabeza junto a la suya y pasé mi brazo hasta apoyar mi mano en medio de su pecho.

-Estas temblando mucho ¿aún tienes frío?

Aquello me preocupó, yo ya estaba un poco más acostumbrado a los fríos de Alaska, para él esto era nuevo, así que comencé a frotar mi mano en su pecho, a tientas busqué sus manos y las enlazaste con las mías mientras te acomodabas de costado frente a mi

-Xander ¿Qué pasa? Me estas preocupando ¿te sientes mal?

XANDER
Entrelace nuestras manos, temblaba, pero no solo el frío dentro de la habitación y lo cogido afuera el que me ocasionaba ese temblor incontrolable. Tenía miedo de que me rechace Tiago. Imaginé todas las posibles reacciones. Asco, enojo, rechazo. Pero se lo debía, la sinceridad entre nosotros ya era imperiosa, necesaria.

La mano libre, cepillo mi pelo para atrás y agradecí que la luz sea tenue y cambiante, el reflejo de la película que pasaba por TV.

-No estoy enfermo, pero debemos hablar. -casi se cortó mi voz, pero seguí y enfoqué la mirada en nuestras manos- Es necesario que te diga algo sobre mí Tiago, no quiero me interrumpas, porque no sé si pueda seguir, si lo haces.-Trato de aclarar mis ideas antes de seguir-

 -Tiago, yo… -la pausa es corta pero hace que Tiago presione mi mano y lo miro a los ojos, allí solo vi preocupación, y fue lo suficiente para convencerme que debía seguir- te conté que me crié en una casa de orfanato, que era supervisado por monjas. Las amo como a mis tías preferidas y cada una de ellas hizo el papel de madre. Cuando fui creciendo, me di cuenta que veía a las mujeres como tías, hermanas, pero no podía verlas como a lo que eran, mujeres -tragué fuerte- no me interesaban sexualmente, durante unos meses fue traído de otro orfanato un chico, era muy rebelde y me impactó su personalidad, durante dos meses lo perseguí a todos lados e incluso una noche se escapó y también lo seguí. Vi como se encontró con alguien y… -avergonzado aparté la mirada- el tenía 17 años -traté de poner en palabras lo que vi esa noche- se encontró con otro muchacho en un callejón, entraron en una casa vacía, fui un fisgón, a través de la ventana vi como ellos se acariciaron y allí comprendí que quería ser ese otro alguna vez, que por eso no me gustaban las mujeres -busque en la penumbra la mirada de Tiago que se había quedado quieto- Tiago, no me gustan las mujeres. Y comprenderé si te sientes asqueado por esto, pero es lo que soy. Volví corriendo al orfanato sorprendido por lo que había descubierto, pero la hermana Katty me esperaba, había estado preocupada por mi ausencia, yo se lo conté, le dije lo que vi y lo que sentí. Ella me abrazó y me dijo que Saúl había venido al orfanato, para separarlo del otro y que no debía temer a lo que sentía. Nunca se lo contamos a nadie, hasta ahora.

Guardé silencio y de nuevo empecé a temblar, perdería a mi amigo, el cuerpo a mi lado estaba tan quieto, que temí le hubiera dado una apoplejía.

-¿Tiago?

No dijo nada y me levanté de la cama, poniéndome mis zapatos deportivos y la chamarra. Me senté en la silla al lado de la cama. No salía ni un sonido

 TIAGO
-¿Xander es… gay?

Aquella idea rebotaba dentro de mi cabeza como pelota de goma mientras sus palabras se deslizaban dentro de mi cabeza. Observé anonadado como él se alejaba de mí manteniendo una distancia prudente, se le veía acongojado y tal vez un poco avergonzado, no sabría decirlo con certeza, nunca había estado en una situación como esta y no sabía que pensar al respecto… pero si sabía lo que necesitaba y con extrema urgencia. Así que sin decir nada me levante y me dirigí hacia mi maleta y con desespero comencé a buscar dentro de ella… no los encontraba y ya estaba comenzando a ponerme de los nervios cuando un carraspeo de tu parte me insta a mirarte. Me brindas una tímida sonrisa mientras me extiendes un chupetín de cereza.

Sin si quiera pensarlo dos veces me abalancé sobre la cama y gateé hasta arrebatarte el kojak de un rápido zarpazo. A penas lo metí a mi boca la explosión de sabor me hizo gemir de placer mientras cerraba los ojos, siempre la primera probada era la mejor de todas, el dulce sabor a cereza actuaba como un efectivo calmante frente a cualquier cosa que estuviese pasando.

Al abrir mis ojos te observé, estabas concentrado jalando la manga de tu camiseta para cubrir tus manos. Me senté sobre mis tobillos y hable bajito.

-Xander… ¿acaso quieres… acaso tu dejaras de… ser mi amigo?

Alzas tu cabeza y me miras con tus ojos como platos  por puro asombro por mis palabras

-Claro que no ¿Cómo se te ocurre semejante cosa? –Ladeo mi cabeza-

-Pues… ammm… ¿se me ocurre? Yo… tu… apenas me dijiste y te alejaste de mi como si no soportaras estar cerca de mi ¿te… te hace mal que te abrace? ¿Qué esté cerca de ti? Puedo tratar de evitarlo si te molesta Xander… en serio. Eres mi amigo, mi único amigo y eso no va a cambiar. Es más, aunque tuvieses un tercer ojo o tu piel fuera verde, igual te querría conmigo. Mamá me crió bien y ella siempre me dijo que no importaba cual era la preferencia de las personas, mientras fueran sentimientos genuinos y verdaderos merecen respeto, porque al final, el amor es universal, independiente de lo que se tenga entre las piernas, todos merecen ser felices y yo le encuentro toda la razón… ¿puedo abrazarte?

XANDER
Camino hacia la cama, me arrodillo al abrazar de nuevo a mi amigo, quedando mi cara zambullida en su hombro. Tomando aire y entre esa acción se me escapa un estremecimiento de alivio.

-Gracias amigo mío, esto es algo que nunca lo olvidaré, te quiero tanto que me mataría perder tu amistad, es lo único bueno de este nuevo mundo al que me he metido. 

Le suelto y me siento a su lado en la cama, de mi chamarra saco otro chupetín y lo pelo despacio, para llevarlo a la boca, el gusto dulzón da como un golpe a mis papilas gustativas y sonrío al imaginar lo que siente Tiago al tenerlo en la boca.

-Será una fría noche amigo.

-Claro que si, y estoy pensando en invernar, se me han congelado hasta el pensamiento con el agua de afuera.

La voz de mi amigo suena despreocupada y agradezco por eso, despacio me quito la chamara, los zapatos y me meto bajo los cobertores.

-No pienso pasar frío, mañana será un largo día.

- Mañana debemos ver lo del auto.

Nos volvimos a acostar, me acomode en la cama hecho un ovillo y al meterse Tiago, me empuja y se acomoda detrás de nuevo y ríe al meter sus pies entre los míos.


-¿No pensarás que te librarás de mis pies fríos por una confesión?

Reímos de nuevo al dejar en claro que nuestra amistad no estaba en juego, yo respiré tranquilo y cerré los ojos feliz.




Ocho horas después, sentados en la cafetería del Apart Hotel vemos cómo la grúa del mecánico lleva a Chester, su recuperador de gas se rompió y el mecánico le cambiaría por uno que tenía guardado entre las chatarras. Mentalmente agradecí a la hermana Katty, por el regalo reliquia, por lo antiguo.

-En media hora nos traerá de regreso -Tiago se servía el café caliente, acompañado con rosquitas de chocolate- no tiene menos mal nada irreparable.

-Nadie iba a saber que vendría con Chester por estos lugares en un frío de locos -tomé el café con leche y mordí el pan de vainilla y chocolate- ¿quieres ver ese local de libros que está a en la esquina? Podemos llevarle a tu madre algo ¿como un libro de ganchillos?, no sé ¿tal ves un libro de cocina?

TIAGO
Escupo todo el café de puro asombro y comienzo a reír de manera compulsiva a carcajadas.

-¡Por dios Xander! ¿Quieres que Angelina corte mis pelotas y las deje secar al sol? –Seco mi rostro con una servilleta- No gracias, le llevo un libro de ganchillo y es castración segura

-Dile “mamá” como los hijos normales–ríes a carcajadas-

-No te rías que correrías el mismo destino. Pero ir a la librería sería bueno, mamá adora leer. Pienso que soy el único en la faz de la tierra a quien hacían dormir de pequeño leyendo la novela de Drácula de Bram Storken. Adora a los vampiros con toda su alma, ya verás la foto enmarcada de Brad Pitt de “Entrevista con un Vampiro” –me estremezco-

Después del agradable desayuno nos sumergimos entre los pasillos con altas estanterías saturadas literatura de una pequeña pero muy acogedora librería, el aroma a papel y los multicolores lomos daban la sensación de estar en un universo paralelo, puesto que al cerrar la puerta de acceso todo ruido exterior quedó relegado y fuimos absorbidos por una tranquilidad que llamaba a la lectura. Caminé absorto, mirando títulos, acariciando los ejemplares de manera distraída mientras mi mente estaba más conectada con los hechos sucedidos anoche que en buscarle algún obsequio a Angelina.

Xander, mi gran amigo, es gay. No es que tuviese un problema con eso, para nada. Lo que le dije fue sincero y de corazón, mamá me enseño bien sobre eso. Es solo que me da para pensar en mí mismo.

No es que a mí me gusten los hombres, para nada, soy heterosexual hasta la médula, es sólo que mamá siempre dijo que no había que respetar a las chicas porque son suaves y sensibles, casi intocables. Yo le hice caso.

Recuerdo que cuando era pequeño me juntaba con mi vecino del barrio, ya no recuerdo su nombre, pero cuando jugábamos al doctor a veces nos quitábamos la ropa,  nos explorábamos y tocábamos, pero… eso lo hacen todos los niños ¿no? O cuando veía porno en internet, siempre buscaba en RedTube los cortos de tríos, siempre de dos tíos con una tía, no puedo negar que me excitaba verles… pero es lógico, había una chica. Aunque siempre mi atención se centraba en los chicos desnudos. Pero estoy seguro que eso es totalmente normal, debe sucederle a todos los adolescentes hormonados…

Quedé en blanco…

Cogí mi móvil y escribí
_______________________________________________________________
De: Aprendiz de Mago
Fecha: 8 de Octubre 9.23 
Para: Peter Pan
Asunto: Tengo dudas… ¿o no?

Han ocurrido algunas revelaciones que han removido los cimientos de algo que consideraba de lo más normal y cotidiano. Aunque si lo pienso bien, decir que algo es normal es demasiado subjetivo, de verdad nada sé ahora. ¿Necesitaré un loquero? ¿un consejero? (@.@) no se nadaaaaaa

Aprendiz de Mago
Asistende de Sigmund Freud
________________________________________________________________

-¿Qué haces?

-¡¡MALDITA SEA QUE ME ASUSTAS!! –Ríes a carcajadas-

-Sí que estabas concentrado en eso –enarcas una ceja e indicas… no me había dado cuenta que estaba mirando fijamente la sección homoerótica-

XANDER
Miro los libros y busco alguna novela. ¡Qué rara mamá! Sonriendo tomo dos volúmenes de Sherrillyn Kenyon y elijo los primeros tomos ¿será buena? Me encojo de hombros y voy a pagar, pero me detengo en otra sección de Lengua y Literatura, miro los precios y hago una nota mental de que lo compraré en el próximo pago del mes.

Busco a Tiago y lo veo en otra sección, me apuro y me quedo frenado al ver en la sección en donde se quedó. Levanto una ceja mental y con sigilo llego junto a él.
-¿Qué haces?

-¡¡MALDITA SEA QUE ME ASUSTAS!! –

-Sí que estabas concentrado en eso y ¿cómo que te asusté? ¡Hieres mi vanidoso ego! -Tomo un libro de esa sección riendo a carcajadas-

-Estos gustos van con los míos -guiño y lo dejo de nuevo en el estante, por sobre su hombro veo pasar a Chester-

-¡Eyy! Mira a Chester. Adelántate mientras yo pago

Me doy vuelta y camino hacia la caja, pasando los libros, la campanilla de la puerta hace el característico ruido al abrirse y cerrase. En eso el móvil vibra, con premura lo abro y sonrío más al leer el email. Por la cita de mañana, reviso el otro correo de invitación y lo acepto.

De nuevo voy al email y lo contesto.
_______________________________________________________________
De: Peter Pan 

Fecha: 8 de Octubre 9:27 
Para: Aprendiz de Mago
Asunto: Tira los dados.

Todos tenemos dudas en la vida, pero es una lástima que cuando nacemos no venimos con un libro de instrucción. ¿Por qué lo digo?, porque por más que tengamos buenas intenciones, nunca una experiencia personal ayuda del todo a otro, ¿por qué? Simple son diferentes personas y nunca reaccionamos de la misma manera. Cierra los ojos abre el corazón y tira los dados deseando que hayas hecho una buena elección.

Por experiencia diré, cuanto más te equivocas, más rápido maduras. Pero cuando no te equivocas, que feliz te hace.

P.D.: Amigo mañana sin falta hablamos.


Peter Pan, jugador aficionado 
_______________________________________________________________

Cierro y miro a la cajera que ya tiene la bolsa de papel en la mano la boleta del costo, abono y salgo rápido rumbo a Chester. Y a mi amigo Tiago. Más que eso, el primer amor de mi vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario