QHUINN
Me aferraba
a la mano de Blay con fuerza mientras y
mi pie se movía en una clara demostración de inquietud, deslizaba mis manos por
mis muslos para secarlas de tanto sudor,
mi mente estaba llena de dudas y preguntas que no encontraba respuesta mientras
íbamos con Blay en el taxi hacia la casa de su familia…
-¿Puede aparcar
un momento por favor? Y espérenos, en unos minutos estamos de regreso
Su suave y
decidida voz fue la que me sacó de mis
pensamientos, el auto se detuvo y me instó a que bajáramos un momento, tomados
de la mano nos alejamos unos metros y con preocupación reflejada en tu rostro
me miras a los ojos
-Dímelo ¿Qué
es lo que pasa?
-Ammm….
Pues… Veras… -rasco nervioso mi cabeza y suspiro- estoy nervioso como la
mierda, no quiero cagarla Blay te amo demasiado y no quiero meter la pata
–muerdo mi labio - ¿Y si no les gusto? ¿Y si piensan que soy bicho raro por ser
defectuoso? ¿Y si…
-Alto ahí
–tapas mi boca con tu mano- ¿confías en mí? –Asiento solemnemente mientras tus
dedos delinean mis labios- bien, escúchame con mucha atención, mamá es genial y
si me ve feliz, ella será feliz; tú eres genial y le encantarás –tus ojos se
entrecierran molestos- nunca y óyeme bien, nunca vuelvas a decir que eres
defectuoso, tus ojos son preciosos y los adoro, te amo así tal cual con tus
manías raras por los colores, tu desorden y tus desastres ¿está claro?
Luego de una
profunda respiración sonrío y acepto, cerramos el trato con un suave y casto
beso antes de regresar el vehículo. A los pocos minutos y luego de unas cuantas
instrucciones nos detenemos frente a una
casa, una gran casa con un jardín precioso en la entrada, al acercarnos me
brindas una tierna sonrisa de ánimo, tocas el timbre y desde adentro accionan
la puerta para abrirla
-aquí vamos
Digo en un
susurro más para mí y aprietas mi mano para darme fuerza. Una mujer de
preciosos ojos como los de Blay nos recibe y su sorpresa es mayúscula al vernos
juntos tomados de la mano, su rostro pasa de la impresión a una profunda y
latente alegría.
BLAYLOCK
Por el
rabillo del ojo observaba su ir y venir de nervios, sus manos se entrelazaban,
su cuerpo no paraba de moverse. Ordene al taxista que parara unos segundos. Nos
apeamos de él, hasta caminar al otro lado de la acera. Lo mire elevando una
ceja, mientras el empezaba a explicarme una series de sucesos que le pesaban en
la cabeza… inseguridades que ante todo no me gustaron nada. Trate de ser
paciente y resolver sus múltiples dudas.
-…Nunca y óyeme bien, nunca vuelvas a decir que eres defectuoso, tus ojos son
preciosos y los adoro, te amo así tal cual con tus manías raras por los
colores, tu desorden y tus desastres ¿está claro?
Lo abrace,
tratando de calmar su estado. Me separe unos centímetros, guiñándole el ojo, lo
agarre de la mano directo al taxi. En poco más de 10 minutos nos encontrábamos
en las puertas de casa.
Agarrados de la mano, de vez en cuando mi pulgar acariciaba su palma, toque el
timbre del portón principal. Un sonoro ¡Click! Y entramos directos al meollo de
la cuestión. Pasamos por un gran jardín, lleno de flores distintas y grandes
árboles, cerca de la valla de madera, se encontraba la zona de barbacoa.
Qhuinn, miraba todo con asombro.
-Blay la casa de tu mama es bastante grande -me susurraste con la boca abierta-
-Si y ya verás el interior. En esta casa nos criamos mis hermanos y yo. Tengo
tan grandes recuerdos de mi niñez – sonreí-
Caminamos hasta la puerta principal, la casa estaba distribuida en dos plantas.
Mi madre abrió la puerta recibiéndonos con una gran sonrisa y mucha sorpresa al
vernos juntos. Los dos siempre habíamos sido muy cómplices, además, de mi madre
era mi amiga.
-Mamá, te presento a Qhuinn.
Mis ojos se
desplazaron hasta el. Sin soltarme de la mano, es más me la apretaba tan fuerte
que casi pensé que me la rompería. La saludo.
-Buen día señora, un gusto conocerla.
Le ofreció la
mano libre, intuyendo que te la apretaría. Pero ella le aferro de los hombros
dándote un suave abrazo.
-¡Qué alegría conocerte al fin! Pasad, pasad...
Unos sonoros
zapateos saliendo por debajo de las piernas de mi madre. Me arrodille cogiendo
en brazos al más trasto de los niños.
-Este es mi sobrino nieto nallum…te presento a Juan, tiene 4 años y es un
diablillo al que adoramos.
Mientras nos
adentramos en la sala, no parabas de darle suaves caricias al crio
QHUINN
Al ingresar,
estaba tan distraído con el pequeño que tardé unos segundos en percatarme que
muchos ojos se posaban en mi
-¡Mierda!
Pensé para
mi mismo cuando me convertí en el centro de atención, deseando internamente
poder multiplicarme por cero. Observé las reacciones de todos, la mamá
sonriendo me presento a los sobrinos y se fue, supongo que a la cocina, ya que
a paso rápido salió de allí, un hombre muy parecido a Blay pero con un par de
años más sonrió abiertamente mientras me saludaba con un afectuoso abrazo
golpeando mi espalda, aludiendo que ya sabía de mí, porque le habían hablado
mucho, sorprendido mire a Blay quien me brindó la más arrogante y divertida
sonrisa mientras dejaba al pequeño en el suelo, no puede más que sonreír con
él. Desde el umbral de la puerta apareció una mujer, la hermana supuse, quien
de manera especulativa me observo de pies a cabeza mientras de manera distraída
jugueteaba con un mechón de su cabello, me hizo sentir un tanto incómodo, me
brindo un frio saludo desde lejos antes de darse la media vuelta y regresar por
donde había venido.
-Creo que no
le agrado –dije en un susurro bajito-
-No te
preocupes Bambino, ella es… especial, solo haz lo que hago yo, simplemente ignórala
¿sí?
Me brindó
una cálida sonrisa para después deslizar su brazo por mi cintura y darme el más
dulce y suave beso.
El resto de
la mañana paso rápido, poco hablaba, pero si me dedique a observar a todos y a
todo, reía de buena gana cuando comenzaron con la sesión de “Recuerdos de
Infancia”, en donde con mucha malicia hacían alusión a los momentos bochornosos
de Blay, en donde obviamente exageraban todo.
Cuando fui a
la cocina por un vaso con agua, un detalle llamó profundamente mi atención, el
pequeño se encontraba en el patio muy concentrado con una caja de cartón y
crayones, sin poder evitarlo fui con él.
-Hola ¿puedo
jugar contigo?
Ante su
respuesta afirmativa, me senté junto a él en el suelo y trate de imaginar lo
que intentaba hacer.
-¿Qué haces?
-Es mi nave
espacial
-Hooo, ya
veo. Puedo ayudarte a construirla, pero no podré viajar contigo, soy muy grande
y no cupiré
El dibujo es
algo que me viene bien, así que tomando sus crayones comencé a trazar todas las
imágenes que me pedía, siendo cuidadoso en que él fuera el que escogiera los
lápices, ya que con mi daltonismo no los diferenciaba muy bien. Estrellas,
llamas de fuego, panel de control, fueron algunas de las cosas que dibujé en la
caja mientras conversaba con Juan respondiendo sus múltiples preguntas y
porqués
-¿Por qué
tus ojos son así? Son raros
-Eso te lo
puedo responder yo…
Quedé
sorprendido ante tu presencia, estaba tan concentrado y divertido con el
pequeño que no supe cuando llegaste ni cuanto rato llevabas allí observándonos
mientras jugábamos
BLAYLOCK
Mi
cabeza estaba centrada en el. Mi madre le dedicaba todo tipos de arrumacos,
pero claro ella es así. Y sobre todo con la persona que me hacia feliz. Nos
desplazamos todos al salón. Mis hermanos lo saludaron con cariño excepto mi
querida hermana. Ella y sus cambios de humor, nada que hacer. Trabajo perdido
con ella. Lo mejor de todo que los demás tanto mi hermano mayor, como mis
sobrinos y mi madre lo integraron de momento en la familia.
Mi madre iba y venía de la cocina, trayendo en sus manos bebidas y un buen
aperitivo. Ella siempre decía que conquistaba a la gente por su estomago. Sonrío.
Lo que ella no sabía es que era especial, todo amor. Sentados casi todos, mama
empezó a enseñar fotos de mi infancia. Cosa normal en ella, además de eso,
comenzó a contar mis continuas travesuras. Todos reían, sobre todo cuando contó
que cuando era pequeño, me quede pegado a un enchufe eléctrico. Mire a Qhuinn
el cual apretó su mandíbula, yo creo que lo hacía por no tirarse al suelo y
reír como un condenado.
-Mama, por favor para ya -Le dije riendo-
-No señora, siga usted, me interesa todo de Blay -Sonreía mientras hablaba-
Como es normal no tuvo que insistir mucho. Ya que el resto de las horas se las
tiro contándole un sin fin de travesuras mías. Después de un buen rato entre
risas y comentarios que me hacían sonrojar. Qhuinn camino hasta la cocina, ya
que no dejo que ninguno de nosotros fuéramos en su lugar. Mientras él se
alejaba, empezaron las continuas preguntas...
-Blay, es encantador ¿y cómo me dijiste que lo conociste?
-¿Qué tal su familia?
-¿Cuánto tiempo lleváis juntos?
-¿Vas a vivir con él?
-¿En qué trabaja?
Me hicieron
un interrogatorio de tercer grado. Conteste cada una de sus preguntas. Me
extrañaba la tardanza que estaba teniendo. Miraba de reojo el umbral de la
puerta y nada. El no aparecía, me levante dejando a todos hablando y como no...
Perfeccionando mi futuro.
Camine hasta la cocina y no estaba, me extraño ¿donde se había metido? Escuche
a mi sobrino -nieto reír en la parte trasera de la casa, me dirigí hacia allí.
Desde el quicio de la puerta observe como Qhuinn y mi pequeño reían, por no sé qué
cosa que estaban hablando. Tenían lápices de colores, una cartulina y un montón
de trastos. Anduve hacia ellos.
-¿por qué tus ojos son así? Son raros-pregunto mi sobrino con mucha curiosidad-
-Eso te lo puedo responder yo -sonreí a Juan mientras tomaba asiento en el
suelo junto a ellos- El es una persona muy especial. Esos ojos lo diferencian
de cualquier otra persona. -Mi sobrino me miraba atento junto con el sonriente
Qhuinn- Cuando los miras fijamente, es como si te hablaran y detectaras cada
emoción que en ese momento está sintiendo.
-¡¡Ohh!! tito Blay.. ¿El puede hacer eso solo con los ojos? -me dijo
sorprendido-
-Pues si mi niño travieso. Por eso es tan especial -gire la cabeza mirándolo- ¿tú
sabes alguna explicación más Bambino?
QHUINN
Muchos
antiguos recuerdos vinieron a mi mente: que parecía un perro siberiano con ojos
distintos, que solo veo como en una antigua película en blanco y negro, que soy
incapaz de diferenciar entre el verde, el azul o el rojo, que estoy
incapacitado para realizar instalaciones eléctricas, que no puedo trabajar como
desactivador de bombas o todos morirían, que soy adoptado porque mi madre
verdadera no me quería por ser defectuoso, que me encontraron en una esquina en
una caja de tomates… en fin… los hermanos y compañeritos de escuela pueden ser
bastante crueles cuando uno es pequeño y revelar aquello al pequeño no es lo
más adecuado.
-La verdad
es que veo el mundo de una manera muy diferente a la tuya Juan, lo que yo veo a
diario es muy distinto a lo que tu vez –toco con mi índice bajo mi ojo
izquierdo- los colores no me engañan
pequeño, soy más hábil que ellos y no me dejo llevar… ¿Sabes una cosa? Creo que
tu nave espacial esta lista.
Los ojos del
pequeño se iluminaron y rápidamente tomo la nave, riendo divertido corrió
dentro de la casa mientras reía y gritaba que ahora sí era Buzz Lightyear , lo
seguí con la vista hasta que desapareció detrás de la puerta y comencé a
recoger el desastre que habíamos dejado.
-Te gustan
los niños –dijo Blay más como afirmación que como pregunta-
-Me gustan
mucho, por eso soy scout y estoy con peques como él, además de que estudie lo
que estudie y de trabajar en un cole. Me gusta la sencillez con que ven el
mundo, ellos no están contaminados con la mierda de los adultos, por eso mi
niño interior está más vivo que nunca, y estar rodeado de ellos solo lo aviva
más –sonrío mientras guardo los crayones en su estuche y recojo un trozo de
papel que comienzo a plegar distraídamente- una de las cosas que más más me
gusta, es la capacidad de asombro que tienen frente a los más mínimos detalles,
detalles que para un adulto pasan desapercibidos para ellos es la gran
revelación y sobre todo porque con cosas tan sencillas como una simple caja de
cartón puede convertirse en el mejor juego del día, siento que allí radica lo
importante ¿sabes?… en la sencillez y los detalles está la verdadera felicidad,
el resto son solo una cáscara. Por eso agradezco a quien corresponda por haber
llegado a aquel bar esa noche, no tenía por qué haber estado allí, estaba
agotadísimo ese día y cabreado como la mierda, sin embargo te conocí y me diste
el rumbo que debía seguir. No te buscaba, solo llegaste; no sabía que te
necesitaba tanto hasta que casi te sentí perdido, ahora me siento completo y
muy feliz
Te hago
entrega de una pequeña grulla de origami, creada con delicados y perfectos
pliegues la cual recibes más que maravillado, no sé si por mis palabras o por el
obsequio, la cosa es que tomas mi rostro apoyando tu mano libre en mi mejilla y
me brindas el más casto, suave, tierno y desgarrador beso. No sé cuánto tiempo
estuvimos sentados en el suelo besándonos, pero la divertida risita de tu mamá
nos devolvió a al lugar en donde estábamos.
-El almuerzo
está servido chicos, pasen a la mesa.
Divertidos
por haber sido pillados nos alzamos del suelo y tomados de la mano hacemos
ingreso al comedor, jalándome me siento junto a Blay y como primer plato, nos
colocan una ensalada… de muchos colores y como es habitual en mi, comienzo a
separar todo según la gama de grises me indica para luego comer tranquilamente
según el degradé de colores, partiendo por el más claro. Lo mismo hice cuando
nos sirvieron unos deliciosos espaguetis con mariscos, realicé el mismo ritual
de separación.
Después de
un rato y de sentir varias miradas sobre mí, me ofrecí para ayudar con el
traslado de los platos, así que de buena gana seguí a la mama de Blay hacia la
cocina, cuando ella se devolvió por más demoré un poco más de lo habitual en la
cocina, no sabía lo que hablaban en el comedor, pero sentía los murmullos,
seguramente hablaban de mi, divertido me tape la boca para no reír.
BLAYLOCK
Mientras
que Qhuinn hacia su ritual en el plato de ensalada. Yo trataba de entablar una
conversación en la mesa. Para que mi familia se distrajera y no lo observara
con tanto asombro. Mi hermano me miraba y me hacía gestos con la cabeza. No
podía dejar de sonreír al ver la explosión de preguntas que se me iban a
caer encima, una vez me tuvieran a solas. Qhuinn comía concentrado en su
separación de colores, tal vez ajeno a todo lo que se me venía encima.
Mi madre, enarcaba las cejas, masticando su ensalada absorta mirándolo. Todos
en la mesa se dedicaban a eso.
-Mamá, ya que estamos todos reunidos, quisiera contaros una novedad
Me mordí el
labio, mirando a cada uno de los míos. Por alguna razón debía de distraerlos y
lanzares una gran bomba nuclear.
-¿Que pasa hijo?
Todos
volvieron su cabeza hacia mí, incluso Qhuinn, me miro con cara de asombro. Mi
hermana me miro como siempre recelosa, pero como era habitual en mi pase de
ella.
-Qhuinn y yo nos vamos a vivir juntos.
Dije muy pausado.
Mi hermano se le cayó el tenedor de la mano provocando un sonoro ¡CLACK! en el
plato.
-Esa es tu decisión Blay
Me dijo mi
madre con serenidad. Mire el rostro de Qhuinn que casi se atraganta. Bajo su
mirada al plato escarbando en la ensalada.
-Sí. Lo amo no le veo sentido a mi vida sin él.
Sonreí
totalmente enamorado. De inmediato todos se levantaron de la mesa, abrazándonos
y besándonos con mucho cariño. Mi madre le cogió el rostro al que ya era mi
pareja oficial, mirándolo con dulzura.
-Estoy segura que harás muy feliz a mi pequeño -le dijo feliz-
-Ese es mi
mayor deseo señora -contesto Qhuinn sonrojado hasta la médula-
Entre felicitaciones y demás, terminamos de comer la inmensa comida que había
preparado mi madre. Qhuinn se ofreció ayudar en la recogida de la mesa. Mientras,
mis hermanos me llevaron al sofá, para su ya curtido y esperado interrogatorio.
-¿así tan rápido te vas a ir a vivir con él? -mi hermano empezó el
interrogatorio-
-¿has conocido a su familia? -la segunda pregunta .Como no, mi queridísima
hermana- ¿están bien económicamente? ¿Saben sus padres que es gay como tú?
Mis ojos
rodaban ya aburrido de tanto interrogatorio. En esas, mi madre entro sonriendo,
me calmaba su serenidad y su forma de mirarme. Siempre era así, ella me
entendía sin apenas articular palabra.
-Blay, acércate a la cocina Qhuinn, no me deja hacer nada. Ha tomado el control
del lavavajillas.
Me levante
del sofá riendo a carcajadas, mientras me encaminaba a la cocina. Y allí estaba
trasteando en la cocina. Me acerque suave hacia su espalda, abrazándolo y
besando la parte baja de su nuca.
-Te has adueñado de la cocina Bambino...
QHUINN
-era la
manera más efectiva de zafarme de aquel interrogatorio al que te han sometido.
Déjame decirte que has respondido de maravilla –rio divertido mientras me giro
para quedar frente a ti- lo siento, pero no pude evitar escuchar la
conversación, la curiosidad pudo más que cualquier cosa –digo en un susurro- Tu
hermano se preocupa mucho por ti, tu hermana… eeeee… que superficial ella, creo
que no le agrado, y tu madre haciendo de salvavidas, rescatándote de ellos. Tu
familia es simplemente genial.
-Poco a poco
prenderán a conocerte, así podrán darse cuenta de lo genial que eres. Se
acostumbrarán a tus manías poco habituales con los colores y te querrán, ya
verás.
Nuestras
miradas quedaron clavadas, y como imanes nuestras bocas se juntaron para un
suave y tierno beso, una simple caricia de nuestros labios mientras nos
acariciábamos con ternura. Tus brazos se cerraron en torno a mi cintura y con
mis manos apoyadas a ambos lados de tu rostro, acariciaba gentilmente tus
mejillas. El deslizar de mi lengua por tus labios arrancó un suspiro de tu
parte. Nuestros cuerpos estaban muy juntos, pero no nos sentíamos excitados,
sólo nos invadió un estado de intimidad y amor tan puro que sólo buscábamos, de
manera mutua, demostrar con mimo nuestro sentir.
El
carraspear de alguien nos sacó de nuestro pequeño momento, la hermana de Blay
estaba en el dintel de la puerta, de brazos cruzados, si las miradas mataran,
hubiese caído muerto ahí mismo. Enarque una ceja divertido, evitando mirarla
para que ella no se percatara.
-Mamá te
llama Blaylock
-Ahora voy
Me brindas
un suave beso y sales, no pude evitar observar de reojo la mirada de
advertencia que le dio a su hermana, tal parece que esto se pondría
interesante. Me puse a terminar de ordenar las últimas cosas cuando un nuevo
carraspeo me indica que ella aún se encuentra en la cocina. Al girarme le
brindé la más radiante de mis sonrisas.
-dime una
cosa… ¿Quince es tu nombre verdad?
–Qhuinn, mi
nombre es Qhuinn
-Cómo sea,
¿A qué te dedicas?
-Ammm… pues…
verás… la verdad es me dedico a varias cosas, reconozco que disfruto mucho
haciendo lo que hago, a veces voy de aquí para allá o de allá para acá, aunque
generalmente estoy en un solo lugar, no me gusta moverme mucho ya que ocupa
demasiado de mi tiempo haciendo esto y aquello, lo cierto es que mi tiempo es
bastante preciado y lo valoro mucho para hacer las cosas que realmente me
relajan y distraen, además realizo una que otra
actividad extra que me mantienen bastante ocupado, ya sea entre semana o
los fines de semana. Como vez, mi vida quizás es un tanto ajetreada, aunque muy
satisfactoria y a veces muy tranquila y relajada. Ahora si me disculpas…
La cara de
póker de ella era digna de retrato, hable mucho y dije nada, aunque todo lo
dicho era la pura verdad, al final terminé por confundirla, con una sonrisa de
triunfo y de manera muy cortes, salí de la cocina en dirección a la sala de
estar.
La tarde pasó
rápido entre café, dulces, buena conversación y risas. Todos estaban asombrados
por cómo se dieron las cosas con Blay, de manera inesperada y sorpresiva.
Aunque no dejaba de percibir cierto aire de desconfianza por parte de su hermana,
ya que en ocasiones sus preguntas eran un tanto insidiosas, aun así, las manejé
de la forma más cordial que pude
-Tienen que
traer a tu novio más seguido hijo, los espero el fin de semana para almorzar,
les prepararé algo delicioso y especial y no acepto un “no puedo” como
respuesta –susurra en el oído de Blay- Tu novio está muy delgado, necesita
comer más
BLAYLOCK
Rió
ante la ocurrencia de mi madre. No puede evitar ser la mejor. Y yo feliz de que
sea parte de mí.
-Desde luego mama, el fin de semana próximo estaremos aquí. Y no digas que esta
flaco, tiene todo donde debe de estar, además muy bien puesto -una palmada
revoto en mi nuca-
-Blay, por
dios, como me dices esas cosas. –Sonreía-
-Mama pues no preguntes.
Le guiñe el
ojo, mientras me levantaba junto a Qhuinn para dar por zanjada la visita
sorpresa. Nos despedimos de toda mi familia, entre risas y buen rollo. Mi madre
como siempre la mejor anfitriona. No dejo de abrazar a mi bambino, ni de procesarle
su cariño.
-Blay, ya sabes hijo mío, te espero. No me vengas con escusas después o te daré
una buena zurra.
Reía a
carcajadas, esas cosas eran habituales entre mi madre y yo. Qhuinn también se
reía, cada minuto que pasaba se soltaba más y más. Eso me agradaba, ya que mi
familia viene de serie. Enlazamos nuestras manos saliendo de la casa. De vez en
cuando me la apretaba satisfecho.
-Me ha encantado verte rodeado de los míos -Bese su nariz-
-Son geniales Blay, pero quiero que sepas que tu hermana me interrogo, un
tercer grado.
-Ella es así, seguro que le contestaste cada uno de sus preguntas.
Caminábamos
por la calle hasta dar con un taxi. Silbe al taxista y nos metimos en el. Le
dije mi dirección, mientras miraba a Qhuinn. Hoy sería la primera noche que
pasaríamos juntos. La primera de muchas de ellas.
-¿Estás preparado bambino? -le pregunte- vamos a casa
QHUINN
-Pues eso
creo, aunque el que tendrá que prepararse eres tú
El regreso
fue tranquilo hacia la casa, siempre cogidos de la mano, no dejaba de tocar y
acariciar los dedos de su mano escayolada. Mutuamente, nos dándonos una que
otra sonrisa cómplice mientras viajábamos en el taxi hasta que llegamos a la
que sería, de ahí en adelante, nuestra casa.
Al ingresar
me quede de pie en el umbral de la puerta observando todo ya desde otro matiz,
aquel sería mi nuevo lugar, un nuevo empezar con alguien especial, sonriendo
como bobalicón entre con paso decidido, dejando mi mochila tirada junto a un
sofá luego de quitarme la chaqueta y dejarla en el primer lugar que encontré
mientras seguía a Blay hacia el dormitorio. Se le notaba agotado
-Será mejor
que te metas a la cama, no llevas ni dos días fuera del hospital y nos hemos
pasado por los cojones tu reposo lo cual es totalmente contraproducente, el
doctor dijo que necesitabas reposo absoluto –comencé a ayudarle a sacarse la
ropa-
-no necesito
ayuda “mamá” no soy una jodida muñequita Bratz
A pesar de
sus replicar igual me dejo ayudarle y una vez desnudo observe su cuerpo con
descaro de arriba abajo, los hematomas ya estaban tomando ese color
desvanecido, aun así evité la mueca de dolor y me distraje mirando partes más
sugerentes hacia el sur de su cuerpo.
-¿Disfrutando
las vistas? –pillado-
-Pos sí, me
gusta lo que veo –su pene dio un respingo- Pero… no haremos nada, debes
descansar, estas agotado.
Sonreí al
ver como rodaba los ojos y se metía a la cama mientras quitaba toda mi ropa
dejándola en cualquier parte para gatear hacia él y deslizarme entre las mantas
para apegar mi cuerpo a su espalda, coloque mi brazo derecho para que lo usara
de almohada y con mi izquierdo rodee su cintura acariciando la parte baja de su
vientre en una caricia que no buscaba excitar, solo brindar cálidos mimos, tan
delicados como si estuviese acariciando un frágil pollito.
Me sentía al
fin completo, feliz y estaba más que dispuesto a abrazar lo que la vida me
deparara de ahora en adelante. Simplemente el período de soledad al fin había
acabado
Fin

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