sábado, 30 de agosto de 2014

Capítulo 10 y final



QHUINN
Me aferraba a la mano de Blay con fuerza mientras  y mi pie se movía en una clara demostración de inquietud, deslizaba mis manos por mis muslos  para secarlas de tanto sudor, mi mente estaba llena de dudas y preguntas que no encontraba respuesta mientras íbamos con Blay en el taxi hacia la casa de su familia…

-¿Puede aparcar un momento por favor? Y espérenos, en unos minutos estamos de regreso

Su suave y decidida voz fue la que me sacó  de mis pensamientos, el auto se detuvo y me instó a que bajáramos un momento, tomados de la mano nos alejamos unos metros y con preocupación reflejada en tu rostro me miras a los ojos

-Dímelo ¿Qué es lo que pasa?

-Ammm…. Pues… Veras… -rasco nervioso mi cabeza y suspiro- estoy nervioso como la mierda, no quiero cagarla Blay te amo demasiado y no quiero meter la pata –muerdo mi labio - ¿Y si no les gusto? ¿Y si piensan que soy bicho raro por ser defectuoso? ¿Y si…

-Alto ahí –tapas mi boca con tu mano- ¿confías en mí? –Asiento solemnemente mientras tus dedos delinean mis labios- bien, escúchame con mucha atención, mamá es genial y si me ve feliz, ella será feliz; tú eres genial y le encantarás –tus ojos se entrecierran molestos- nunca y óyeme bien, nunca vuelvas a decir que eres defectuoso, tus ojos son preciosos y los adoro, te amo así tal cual con tus manías raras por los colores, tu desorden y tus desastres ¿está claro?

Luego de una profunda respiración sonrío y acepto, cerramos el trato con un suave y casto beso antes de regresar el vehículo. A los pocos minutos y luego de unas cuantas instrucciones  nos detenemos frente a una casa, una gran casa con un jardín precioso en la entrada, al acercarnos me brindas una tierna sonrisa de ánimo, tocas el timbre y desde adentro accionan la puerta para abrirla

-aquí vamos

Digo en un susurro más para mí y aprietas mi mano para darme fuerza. Una mujer de preciosos ojos como los de Blay nos recibe y su sorpresa es mayúscula al vernos juntos tomados de la mano, su rostro pasa de la impresión a una profunda y latente alegría.

BLAYLOCK
Por el rabillo del ojo observaba su ir y venir de nervios, sus manos se entrelazaban, su cuerpo no paraba de moverse. Ordene al taxista que parara unos segundos. Nos apeamos de él, hasta caminar al otro lado de la acera. Lo mire elevando una ceja, mientras el empezaba a explicarme una series de sucesos que le pesaban en la cabeza… inseguridades que ante todo no me gustaron nada. Trate de ser paciente y resolver sus múltiples dudas.

-…Nunca y óyeme bien, nunca vuelvas a decir que eres defectuoso, tus ojos son preciosos y los adoro, te amo así tal cual con tus manías raras por los colores, tu desorden y tus desastres ¿está claro?


Lo abrace, tratando de calmar su estado. Me separe unos centímetros, guiñándole el ojo, lo agarre de la mano directo al taxi. En poco más de 10 minutos nos encontrábamos en las puertas de casa.

Agarrados de la mano, de vez en cuando mi pulgar acariciaba su palma, toque el timbre del portón principal. Un sonoro ¡Click! Y entramos directos al meollo de la cuestión. Pasamos por un gran jardín, lleno de flores distintas y grandes árboles, cerca de la valla de madera, se encontraba la zona de barbacoa. Qhuinn, miraba todo con asombro.


-Blay la casa de tu mama es bastante grande -me susurraste con la boca abierta-

-Si y ya verás el interior. En esta casa nos criamos mis hermanos y yo. Tengo tan grandes recuerdos de mi niñez – sonreí-


Caminamos hasta la puerta principal, la casa estaba distribuida en dos plantas. Mi madre abrió la puerta recibiéndonos con una gran sonrisa y mucha sorpresa al vernos juntos. Los dos siempre habíamos sido muy cómplices, además, de mi madre era mi amiga.


-Mamá, te presento a Qhuinn.


Mis ojos se desplazaron hasta el. Sin soltarme de la mano, es más me la apretaba tan fuerte que casi pensé que me la rompería. La saludo.

-Buen día señora, un gusto conocerla.


Le ofreció la mano libre, intuyendo que te la apretaría. Pero ella le aferro de los hombros dándote un suave abrazo.

-¡Qué alegría conocerte al fin! Pasad, pasad...


Unos sonoros zapateos saliendo por debajo de las piernas de mi madre. Me arrodille cogiendo en brazos al más trasto de los niños.

-Este es mi sobrino nieto nallum…te presento a Juan, tiene 4 años y es un diablillo al que adoramos.


Mientras nos adentramos en la sala, no parabas de darle suaves caricias al crio

QHUINN
Al ingresar, estaba tan distraído con el pequeño que tardé unos segundos en percatarme que muchos ojos se posaban en mi

-¡Mierda!

Pensé para mi mismo cuando me convertí en el centro de atención, deseando internamente poder multiplicarme por cero. Observé las reacciones de todos, la mamá sonriendo me presento a los sobrinos y se fue, supongo que a la cocina, ya que a paso rápido salió de allí, un hombre muy parecido a Blay pero con un par de años más sonrió abiertamente mientras me saludaba con un afectuoso abrazo golpeando mi espalda, aludiendo que ya sabía de mí, porque le habían hablado mucho, sorprendido mire a Blay quien me brindó la más arrogante y divertida sonrisa mientras dejaba al pequeño en el suelo, no puede más que sonreír con él. Desde el umbral de la puerta apareció una mujer, la hermana supuse, quien de manera especulativa me observo de pies a cabeza mientras de manera distraída jugueteaba con un mechón de su cabello, me hizo sentir un tanto incómodo, me brindo un frio saludo desde lejos antes de darse la media vuelta y regresar por donde había venido.

-Creo que no le agrado –dije en un susurro bajito-

-No te preocupes Bambino, ella es… especial, solo haz lo que hago yo, simplemente ignórala ¿sí?

Me brindó una cálida sonrisa para después deslizar su brazo por mi cintura y darme el más dulce y suave beso.

El resto de la mañana paso rápido, poco hablaba, pero si me dedique a observar a todos y a todo, reía de buena gana cuando comenzaron con la sesión de “Recuerdos de Infancia”, en donde con mucha malicia hacían alusión a los momentos bochornosos de Blay, en donde obviamente exageraban todo.

Cuando fui a la cocina por un vaso con agua, un detalle llamó profundamente mi atención, el pequeño se encontraba en el patio muy concentrado con una caja de cartón y crayones, sin poder evitarlo fui con él.

-Hola ¿puedo jugar contigo?

Ante su respuesta afirmativa, me senté junto a él en el suelo y trate de imaginar lo que intentaba hacer.
-¿Qué haces?

-Es mi nave espacial

-Hooo, ya veo. Puedo ayudarte a construirla, pero no podré viajar contigo, soy muy grande y no cupiré

El dibujo es algo que me viene bien, así que tomando sus crayones comencé a trazar todas las imágenes que me pedía, siendo cuidadoso en que él fuera el que escogiera los lápices, ya que con mi daltonismo no los diferenciaba muy bien. Estrellas, llamas de fuego, panel de control, fueron algunas de las cosas que dibujé en la caja mientras conversaba con Juan respondiendo sus múltiples preguntas y porqués

-¿Por qué tus ojos son así? Son raros

-Eso te lo puedo responder yo…

Quedé sorprendido ante tu presencia, estaba tan concentrado y divertido con el pequeño que no supe cuando llegaste ni  cuanto rato llevabas allí observándonos mientras jugábamos

BLAYLOCK
 Mi cabeza estaba centrada en el. Mi madre le dedicaba todo tipos de arrumacos, pero claro ella es así. Y sobre todo con la persona que me hacia feliz. Nos desplazamos todos al salón. Mis hermanos lo saludaron con cariño excepto mi querida hermana. Ella y sus cambios de humor, nada que hacer. Trabajo perdido con ella. Lo mejor de todo que los demás tanto mi hermano mayor, como mis sobrinos y mi madre lo integraron de momento en la familia.

Mi madre iba y venía de la cocina, trayendo en sus manos bebidas y un buen aperitivo. Ella siempre decía que conquistaba a la gente por su estomago. Sonrío. Lo que ella no sabía es que era especial, todo amor. Sentados casi todos, mama empezó a enseñar fotos de mi infancia. Cosa normal en ella, además de eso, comenzó a contar mis continuas travesuras. Todos reían, sobre todo cuando contó que cuando era pequeño, me quede pegado a un enchufe eléctrico. Mire a Qhuinn el cual apretó su mandíbula, yo creo que lo hacía por no tirarse al suelo y reír como un condenado.


-Mama, por favor para ya -Le dije riendo-


-No señora, siga usted, me interesa todo de Blay -Sonreía mientras hablaba-

Como es normal no tuvo que insistir mucho. Ya que el resto de las horas se las tiro contándole un sin fin de travesuras mías. Después de un buen rato entre risas y comentarios que me hacían sonrojar. Qhuinn camino hasta la cocina, ya que no dejo que ninguno de nosotros fuéramos en su lugar. Mientras él se alejaba, empezaron las continuas preguntas...


-Blay, es encantador ¿y cómo me dijiste que lo conociste?


-¿Qué tal su familia?


-¿Cuánto tiempo lleváis juntos?


-¿Vas a vivir con él?


-¿En qué trabaja?


Me hicieron un interrogatorio de tercer grado. Conteste cada una de sus preguntas. Me extrañaba la tardanza que estaba teniendo. Miraba de reojo el umbral de la puerta y nada. El no aparecía, me levante dejando a todos hablando y como no... Perfeccionando mi futuro.

Camine hasta la cocina y no estaba, me extraño ¿donde se había metido? Escuche a mi sobrino -nieto reír en la parte trasera de la casa, me dirigí hacia allí. Desde el quicio de la puerta observe como Qhuinn y mi pequeño reían, por no sé qué cosa que estaban hablando. Tenían lápices de colores, una cartulina y un montón de trastos. Anduve hacia ellos.


-¿por qué tus ojos son así? Son raros-pregunto mi sobrino con mucha curiosidad-

-Eso te lo puedo responder yo -sonreí a Juan mientras tomaba asiento en el suelo junto a ellos- El es una persona muy especial. Esos ojos lo diferencian de cualquier otra persona. -Mi sobrino me miraba atento junto con el sonriente Qhuinn- Cuando los miras fijamente, es como si te hablaran y detectaras cada emoción que en ese momento está sintiendo.


-¡¡Ohh!! tito Blay.. ¿El puede hacer eso solo con los ojos? -me dijo sorprendido-

-Pues si mi niño travieso. Por eso es tan especial -gire la cabeza mirándolo- ¿tú sabes alguna explicación más Bambino?


QHUINN
Muchos antiguos recuerdos vinieron a mi mente: que parecía un perro siberiano con ojos distintos, que solo veo como en una antigua película en blanco y negro, que soy incapaz de diferenciar entre el verde, el azul o el rojo, que estoy incapacitado para realizar instalaciones eléctricas, que no puedo trabajar como desactivador de bombas o todos morirían, que soy adoptado porque mi madre verdadera no me quería por ser defectuoso, que me encontraron en una esquina en una caja de tomates… en fin… los hermanos y compañeritos de escuela pueden ser bastante crueles cuando uno es pequeño y revelar aquello al pequeño no es lo más adecuado.

-La verdad es que veo el mundo de una manera muy diferente a la tuya Juan, lo que yo veo a diario es muy distinto a lo que tu vez –toco con mi índice bajo mi ojo izquierdo-  los colores no me engañan pequeño, soy más hábil que ellos y no me dejo llevar… ¿Sabes una cosa? Creo que tu nave espacial esta lista.

Los ojos del pequeño se iluminaron y rápidamente tomo la nave, riendo divertido corrió dentro de la casa mientras reía y gritaba que ahora sí era Buzz Lightyear , lo seguí con la vista hasta que desapareció detrás de la puerta y comencé a recoger el desastre que habíamos dejado.

-Te gustan los niños –dijo Blay más como afirmación que como pregunta-

-Me gustan mucho, por eso soy scout y estoy con peques como él, además de que estudie lo que estudie y de trabajar en un cole. Me gusta la sencillez con que ven el mundo, ellos no están contaminados con la mierda de los adultos, por eso mi niño interior está más vivo que nunca, y estar rodeado de ellos solo lo aviva más –sonrío mientras guardo los crayones en su estuche y recojo un trozo de papel que comienzo a plegar distraídamente- una de las cosas que más más me gusta, es la capacidad de asombro que tienen frente a los más mínimos detalles, detalles que para un adulto pasan desapercibidos para ellos es la gran revelación y sobre todo porque con cosas tan sencillas como una simple caja de cartón puede convertirse en el mejor juego del día, siento que allí radica lo importante ¿sabes?… en la sencillez y los detalles está la verdadera felicidad, el resto son solo una cáscara. Por eso agradezco a quien corresponda por haber llegado a aquel bar esa noche, no tenía por qué haber estado allí, estaba agotadísimo ese día y cabreado como la mierda, sin embargo te conocí y me diste el rumbo que debía seguir. No te buscaba, solo llegaste; no sabía que te necesitaba tanto hasta que casi te sentí perdido, ahora me siento completo y muy feliz

Te hago entrega de una pequeña grulla de origami, creada con delicados y perfectos pliegues la cual recibes más que maravillado, no sé si por mis palabras o por el obsequio, la cosa es que tomas mi rostro apoyando tu mano libre en mi mejilla y me brindas el más casto, suave, tierno y desgarrador beso. No sé cuánto tiempo estuvimos sentados en el suelo besándonos, pero la divertida risita de tu mamá nos devolvió a al lugar en donde estábamos.

-El almuerzo está servido chicos, pasen a la mesa.

Divertidos por haber sido pillados nos alzamos del suelo y tomados de la mano hacemos ingreso al comedor, jalándome me siento junto a Blay y como primer plato, nos colocan una ensalada… de muchos colores y como es habitual en mi, comienzo a separar todo según la gama de grises me indica para luego comer tranquilamente según el degradé de colores, partiendo por el más claro. Lo mismo hice cuando nos sirvieron unos deliciosos espaguetis con mariscos, realicé el mismo ritual de separación.

Después de un rato y de sentir varias miradas sobre mí, me ofrecí para ayudar con el traslado de los platos, así que de buena gana seguí a la mama de Blay hacia la cocina, cuando ella se devolvió por más demoré un poco más de lo habitual en la cocina, no sabía lo que hablaban en el comedor, pero sentía los murmullos, seguramente hablaban de mi, divertido me tape la boca para no reír.

BLAYLOCK
 Mientras que Qhuinn hacia su ritual en el plato de ensalada. Yo trataba de entablar una conversación en la mesa. Para que mi familia se distrajera y no lo observara con tanto asombro. Mi hermano me miraba y me hacía gestos con la cabeza. No podía dejar de sonreír al ver la explosión de preguntas que se me iban a caer encima, una vez me tuvieran a solas. Qhuinn comía concentrado en su separación de colores, tal vez ajeno a todo lo que se me venía encima.
Mi madre, enarcaba las cejas, masticando su ensalada absorta mirándolo. Todos en la mesa se dedicaban a eso.


-Mamá, ya que estamos todos reunidos, quisiera contaros una novedad


Me mordí el labio, mirando a cada uno de los míos. Por alguna razón debía de distraerlos y lanzares una gran bomba nuclear.

-¿Que pasa hijo?


Todos volvieron su cabeza hacia mí, incluso Qhuinn, me miro con cara de asombro. Mi hermana me miro como siempre recelosa, pero como era habitual en mi pase de ella.

-Qhuinn y yo nos vamos a vivir juntos.


Dije muy pausado. Mi hermano se le cayó el tenedor de la mano provocando un sonoro ¡CLACK! en el plato.

-Esa es tu decisión Blay


Me dijo mi madre con serenidad. Mire el rostro de Qhuinn que casi se atraganta. Bajo su mirada al plato escarbando en la ensalada.

-Sí. Lo amo no le veo sentido a mi vida sin él.


Sonreí totalmente enamorado. De inmediato todos se levantaron de la mesa, abrazándonos y besándonos con mucho cariño. Mi madre le cogió el rostro al que ya era mi pareja oficial, mirándolo con dulzura.

-Estoy segura que harás muy feliz a mi pequeño -le dijo feliz-


-Ese es mi mayor deseo señora -contesto Qhuinn sonrojado hasta la médula-

Entre felicitaciones y demás, terminamos de comer la inmensa comida que había preparado mi madre. Qhuinn se ofreció ayudar en la recogida de la mesa. Mientras, mis hermanos me llevaron al sofá, para su ya curtido y esperado interrogatorio.


-¿así tan rápido te vas a ir a vivir con él? -mi hermano empezó el interrogatorio-

-¿has conocido a su familia? -la segunda pregunta .Como no, mi queridísima hermana- ¿están bien económicamente? ¿Saben sus padres que es gay como tú?


Mis ojos rodaban ya aburrido de tanto interrogatorio. En esas, mi madre entro sonriendo, me calmaba su serenidad y su forma de mirarme. Siempre era así, ella me entendía sin apenas articular palabra.

-Blay, acércate a la cocina Qhuinn, no me deja hacer nada. Ha tomado el control del lavavajillas.


Me levante del sofá riendo a carcajadas, mientras me encaminaba a la cocina. Y allí estaba trasteando en la cocina. Me acerque suave hacia su espalda, abrazándolo y besando la parte baja de su nuca.

-Te has adueñado de la cocina Bambino...


QHUINN
-era la manera más efectiva de zafarme de aquel interrogatorio al que te han sometido. Déjame decirte que has respondido de maravilla –rio divertido mientras me giro para quedar frente a ti- lo siento, pero no pude evitar escuchar la conversación, la curiosidad pudo más que cualquier cosa –digo en un susurro- Tu hermano se preocupa mucho por ti, tu hermana… eeeee… que superficial ella, creo que no le agrado, y tu madre haciendo de salvavidas, rescatándote de ellos. Tu familia es simplemente genial.

-Poco a poco prenderán a conocerte, así podrán darse cuenta de lo genial que eres. Se acostumbrarán a tus manías poco habituales con los colores y te querrán, ya verás.

Nuestras miradas quedaron clavadas, y como imanes nuestras bocas se juntaron para un suave y tierno beso, una simple caricia de nuestros labios mientras nos acariciábamos con ternura. Tus brazos se cerraron en torno a mi cintura y con mis manos apoyadas a ambos lados de tu rostro, acariciaba gentilmente tus mejillas. El deslizar de mi lengua por tus labios arrancó un suspiro de tu parte. Nuestros cuerpos estaban muy juntos, pero no nos sentíamos excitados, sólo nos invadió un estado de intimidad y amor tan puro que sólo buscábamos, de manera mutua, demostrar con mimo nuestro sentir.

El carraspear de alguien nos sacó de nuestro pequeño momento, la hermana de Blay estaba en el dintel de la puerta, de brazos cruzados, si las miradas mataran, hubiese caído muerto ahí mismo. Enarque una ceja divertido, evitando mirarla para que ella no se percatara.

-Mamá te llama Blaylock

-Ahora voy

Me brindas un suave beso y sales, no pude evitar observar de reojo la mirada de advertencia que le dio a su hermana, tal parece que esto se pondría interesante. Me puse a terminar de ordenar las últimas cosas cuando un nuevo carraspeo me indica que ella aún se encuentra en la cocina. Al girarme le brindé la más radiante de mis sonrisas.

-dime una cosa… ¿Quince es tu nombre verdad?

–Qhuinn, mi nombre es Qhuinn

-Cómo sea, ¿A qué te dedicas?

-Ammm… pues… verás… la verdad es me dedico a varias cosas, reconozco que disfruto mucho haciendo lo que hago, a veces voy de aquí para allá o de allá para acá, aunque generalmente estoy en un solo lugar, no me gusta moverme mucho ya que ocupa demasiado de mi tiempo haciendo esto y aquello, lo cierto es que mi tiempo es bastante preciado y lo valoro mucho para hacer las cosas que realmente me relajan y distraen, además realizo una que otra  actividad extra que me mantienen bastante ocupado, ya sea entre semana o los fines de semana. Como vez, mi vida quizás es un tanto ajetreada, aunque muy satisfactoria y a veces muy tranquila y relajada. Ahora si me disculpas…

La cara de póker de ella era digna de retrato, hable mucho y dije nada, aunque todo lo dicho era la pura verdad, al final terminé por confundirla, con una sonrisa de triunfo y de manera muy cortes, salí de la cocina en dirección a la sala de estar.

La tarde pasó rápido entre café, dulces, buena conversación y risas. Todos estaban asombrados por cómo se dieron las cosas con Blay, de manera inesperada y sorpresiva. Aunque no dejaba de percibir cierto aire de desconfianza por parte de su hermana, ya que en ocasiones sus preguntas eran un tanto insidiosas, aun así, las manejé de la forma más cordial que pude

-Tienen que traer a tu novio más seguido hijo, los espero el fin de semana para almorzar, les prepararé algo delicioso y especial y no acepto un “no puedo” como respuesta –susurra en el oído de Blay- Tu novio está muy delgado, necesita comer más

BLAYLOCK
 Rió ante la ocurrencia de mi madre. No puede evitar ser la mejor. Y yo feliz de que sea parte de mí. 

-Desde luego mama, el fin de semana próximo estaremos aquí. Y no digas que esta flaco, tiene todo donde debe de estar, además muy bien puesto -una palmada revoto en mi nuca-


-Blay, por dios, como me dices esas cosas. –Sonreía-

-Mama pues no preguntes.


Le guiñe el ojo, mientras me levantaba junto a Qhuinn para dar por zanjada la visita sorpresa. Nos despedimos de toda mi familia, entre risas y buen rollo. Mi madre como siempre la mejor anfitriona. No dejo de abrazar a mi bambino, ni de procesarle su cariño.

-Blay, ya sabes hijo mío, te espero. No me vengas con escusas después o te daré una buena zurra.


Reía a carcajadas, esas cosas eran habituales entre mi madre y yo. Qhuinn también se reía, cada minuto que pasaba se soltaba más y más. Eso me agradaba, ya que mi familia viene de serie. Enlazamos nuestras manos saliendo de la casa. De vez en cuando me la apretaba satisfecho.

-Me ha encantado verte rodeado de los míos -Bese su nariz-


-Son geniales Blay, pero quiero que sepas que tu hermana me interrogo, un tercer grado. 


-Ella es así, seguro que le contestaste cada uno de sus preguntas.


Caminábamos por la calle hasta dar con un taxi. Silbe al taxista y nos metimos en el. Le dije mi dirección, mientras miraba a Qhuinn. Hoy sería la primera noche que pasaríamos juntos. La primera de muchas de ellas.

-¿Estás preparado bambino? -le pregunte- vamos a casa


QHUINN
-Pues eso creo, aunque el que tendrá que prepararse eres tú

El regreso fue tranquilo hacia la casa, siempre cogidos de la mano, no dejaba de tocar y acariciar los dedos de su mano escayolada. Mutuamente, nos dándonos una que otra sonrisa cómplice mientras viajábamos en el taxi hasta que llegamos a la que sería, de ahí en adelante, nuestra casa.

Al ingresar me quede de pie en el umbral de la puerta observando todo ya desde otro matiz, aquel sería mi nuevo lugar, un nuevo empezar con alguien especial, sonriendo como bobalicón entre con paso decidido, dejando mi mochila tirada junto a un sofá luego de quitarme la chaqueta y dejarla en el primer lugar que encontré mientras seguía a Blay hacia el dormitorio. Se le notaba agotado

-Será mejor que te metas a la cama, no llevas ni dos días fuera del hospital y nos hemos pasado por los cojones tu reposo lo cual es totalmente contraproducente, el doctor dijo que necesitabas reposo absoluto –comencé a ayudarle a sacarse la ropa-

-no necesito ayuda “mamá” no soy una jodida muñequita Bratz

A pesar de sus replicar igual me dejo ayudarle y una vez desnudo observe su cuerpo con descaro de arriba abajo, los hematomas ya estaban tomando ese color desvanecido, aun así evité la mueca de dolor y me distraje mirando partes más sugerentes hacia el sur de su cuerpo.

-¿Disfrutando las vistas? –pillado-

-Pos sí, me gusta lo que veo –su pene dio un respingo- Pero… no haremos nada, debes descansar, estas agotado.

Sonreí al ver como rodaba los ojos y se metía a la cama mientras quitaba toda mi ropa dejándola en cualquier parte para gatear hacia él y deslizarme entre las mantas para apegar mi cuerpo a su espalda, coloque mi brazo derecho para que lo usara de almohada y con mi izquierdo rodee su cintura acariciando la parte baja de su vientre en una caricia que no buscaba excitar, solo brindar cálidos mimos, tan delicados como si estuviese acariciando un frágil pollito.

Me sentía al fin completo, feliz y estaba más que dispuesto a abrazar lo que la vida me deparara de ahora en adelante. Simplemente el período de soledad al fin había acabado






Fin

No hay comentarios:

Publicar un comentario