P.O.V. QHUINN LOHSTRONG
Entre sueños,
sentí el suave deslizar de algo por mi pómulo, era para nada molesto, de hecho
me acerqué hacia aquel toque. Luego el ligero presionar de algo cálido y húmedo
sobre mis labios, seguido por el deslizamiento de algo aún mejor por mi labio
inferior, el aroma a menta me hacía recordar a cosas frescas y deliciosas.
-Despierta
remolón –susurró una voz a lo lejos para después soltar una risita- ¿no quieres
abrir los ojos? –mas risitas y caricias- no es de extrañar… tienes un desastre
en el cuarto ¿Qué habrás hecho durante toda la noche que no has dormido?
Mis ojos se
abrieron de golpe. La cara de Muhr estaba tan cerca de mi rostro que le veía un
poco transfigurado. Bizquee y entré en pánico. Me senté sobre la cama tan de
repente que por poco y chocamos las cabezas. Un dolor agudo me recordó la
lesión en mi costado y que no debía moverme tan rápido.
-¡Anda conche…!
–maldije y coloqué mi mano sobre la zona dolorida.
-¡Pero como te
mueves así! –Hice una mueca de dolor al mirar de reojo el desorden de la
habitación. Había dejado toda la evidencia por doquier.-¿Qhuinn qué pasa? Estas
extraño…
-¡Debes salir
ahora mismo de aquí! –Dije exasperado, mientras me levantaba de la cama con
doloroso esfuerzo.
El rostro de
Muhr perdió todo tipo de emoción y quedó congelado como estatua de sal
¡joder! El NO sabía que yo ya podía
ponerme de pie solo, era parte de la sorpresa de hoy. Gruñí y maldije
internamente. Su ceño fruncido me indicaba que no estaba muy feliz. Tampoco es
que lo hubiera tratado muy bien… ¡Y era su cumpleaños!! Yo y mi bocota, todo lo que dije sonó
demasiado horripilante, así que empuñe mi mano en el frente de su chaqueta y le
brindé un beso francés nivel Dios con mucha lengua, mordida y saliva que hasta
el aliento le robé.
-Solo olvida y
borra de tu mente lo que ha sucedido en los últimos cinco minutos…por
favor…-gruño excitado y me rodeo la cintura con sus brazos, definitivamente no
quería salir.- Vamos… sal de la habitación por un instante, sólo imagina que el
tiempo retrocedió, dame unos minutos y vuelve a entrar, no debería haberme
dormido –susurré muy bajito contra sus labios mientras mi mano acariciaba su
mejilla- por favor ¿lo harías? Es importante para mí. –Suspiró y de repente su
mirada se ilumino como si recapacitara.
-Pero Tu… ¿tu
estas caminando solo?... –Preguntó. Mi Muhr a veces era demasiado inquisitivo
para mi bien…Me va a terminar arruinando la sorpresa.
-Por favor
macho… solo sal… -Volví a besarlo con pasión. Y aunque mis acciones no iban de
acuerdo con mis palabras, mis besos conseguían apagar su Gps y hacerlo más
dócil. Reí internamente. Amo mi recién descubierto súper poder.
Me miró tal como
si me hubiese estallado la cabeza o como si me hubiesen salido tentáculos, sin
embargo asintió con una sonrisa de mofetilla.
-te amo… y solo
entra cuando te diga que entres. –Asentiste resignado pero te detuviste en la
puerta dudando si salir. –¡Que salgas pesado! –Gruñí. El solo soltó una
explosiva carcajada y salió.
Una vez la
puerta se cerró me puse manos a la obra y comencé a colocar todo en su lugar.
-¿Ya? ¿Ya puedo
entrar? – Su voz gruesa denotaba que hablaba casi besando la puerta. ¡Que
pesado! Gruñí. Muhr definitivamente no tenía paciencia.
- Un minuto… ¡No
entres aun! –Casi grité.
Una risita desde
el otro lado me provoco salir a soltarle un par de golpes. Sin embargo solo
sonreí. Cada arreglo que colocaba me hacía recordar todas las burradas que tuve
que hacer anoche para conseguir cada cosa.
Primero, me tuve
que hacer el dormido para que Muhr se marchara y luego de eso comencé a rondar
por todo el piso del hospital haciendo pequeños “préstamos permanentes” de
algunas cosas: como revistas de la sala de espera, papel y lápices de la
estación de enfermeras, cinta adhesiva y tijeras de una bandeja de curaciones.
Traté de pasar
desapercibido, sin embargo la enfermera de turno, la chica pelirroja que ahora
sabía que se llamaba Lyona, me pillo con las manos en la masa mientras buscaba
crayones de colores en unos cajones, tuve que explicarle que al día siguiente
era el cumpleaños de mi novio y que no tenía el dinero para darle un obsequio,
así que pensaba hacerlo yo mismo, Lyona fue muy amable y me ayudó a recolectar
todo.
Ahora, en el
cuarto había pegado en el muro varios globos dibujados en papel pintados con vivos
colores, una cuelga con letras que citaba “FELIZ CUMPLEAÑOS”, por otra parte en
la pequeña mesa, dispuse un par de vasos descartables, una botella de medio
litro de jugo y un pequeño bizcocho, como no tenía velas iba a utilizar un
encendedor prestado, tomé el obsequio, no era gran cosa, puede que él lo
considere incluso estúpido, solo deseaba que le gustara el detalle. Me quedé de
pie mirando la puerta. Le di un último vistazo a la habitación y satisfecho lo
llamé.
P.O.V. MUHRDER BLACK
Salí de la
habitación de Qhuinn con una sonrisita bailando en mi cara, era evidente su
pretensión de darme una pequeña fiesta de cumpleaños, miré mi reloj, eran las
7:03 am y mis tripas hicieron un sonido nada elegante, tenía hambre, mucha
hambre, había salido de casa sin desayunar.
Mi madre se
había levantado temprano porque sabía que vendría al hospital como de
costumbre. No le dejé prepararme nada a pesar que me rogo que al menos
desayunara con la familia. Luego en el auto me sentí mal, era la primera vez
que no empezaba el día de mi cumpleaños con mi familia. Y eran mis 18 años.
¡Joder! Que mal hijo soy. Ni modo, no puedo estar en dos lugares a la vez y
Qhuinn es mi prioridad, es mi pareja.
Acerque mi cara
a la puerta y hablé en un susurro fuerte, tampoco podía hacerlo más fuerte,
estaba en un hospital y era temprano.
-¿Ya? ¿Ya puedo
entrar? –Reprimí una risita.
- Un minuto… ¡No
entres aun! –Escuche la voz de Qhuinn casi gritar desde la habitación. No pude evitar
reír cuando escuchaba sus maldiciones susurradas y así me encontró mi padrino,
al parecer pasaba por su visita médica de la mañana.
-Feliz
Cumpleaños hijo…-Se acercó para darme un abrazo.
-Gracias
padrino… -Nos estrechamos en un fuerte apretón.
-Ya me han
contado que Qhuinn ha remodelado su habitación, ¿es que tu novio cree que vive
aquí de alquiler? –Reímos- Que no se acomode mucho que la próxima semana ya le
damos el alta. –casi me caigo de culo.
-Puta madre
Padrino… ¡Que buena noticia!! –mi sonrisa no me cabía en la cara. – ¿Ya lo sabe
Qhuinn? – Mi padrino negó.
-Anoche tuvimos
junta médica, fue una pena que tu padre no pudiera venir. En realidad ni me
devolvió la llamada. –frunció el ceño.
-Qué raro...
–Sabía que anoche mi padre estuvo en casa, mejor no digo nada, que ellos se
arreglen- ¿Bueno que dijeron?
-Que revisando
sus exámenes, las placas y su evolución, Qhuinn está apto para irse a casa y
continuar su recuperación desde allá. –Me miró con cautela- Sabes que irá a mi
casa, ¿verdad? –Yo asentí- contrataré una enfermera de día, para que lo asista
mientras yo estoy aquí, pero la idea es que cada vez sea más independiente.
-Padrino, yo
pensaba mudarme contigo, así que quizá no sea necesario la enfermera… -Mackenna
sonrió con picardía.
-La enfermera es
todo terreno hijo, ella cocinara, ordenara y lo asistirá, además será quien le
haga las terapias físicas. Esas son cosas que ni con todas tus buenas
intenciones podrías hacer. –hice una mueca, yo quería quedarme a solas con
Qhuinn. Seeee… soy un pendejo muy arrecho...
-Bueno, de noche
tendrás guardias –insistí- será buena mi presencia, por si algo se presenta.
-Muhr…
-Padrino, tengo
18… ¿lo olvidas?
-Tus padres te
mantienen... ¿te olvidas? –Hice una mueca, tenía razón, eso era algo que debía
cambiar y pronto- …y mientras vivas bajo su techo y no puedas valerte por ti
mismo, no te las puedes dar de independiente.
-Padrino, por
favor… -rogué.
-Yo te recibo
con gusto hijo, solo no quiero problemas con tus padres, ya bastante tengo por apoyar
lo vuestro...
-Yo hablare con
ellos... tu déjame...
Qhuinn abrió la
puerta y nos interrumpió.
-¿Es que no me
escuchas? ¡Ya puedes pasar! – Su sonrisa cambio a un sonrojo furioso cuando se
dio cuenta que no estaba solo- Ah... Yo... Doctor... ¿Ya es hora de la visita?
¿No se puede dar una vueltita? – Mackenna rompió en una carcajada que tuvo que
reprimir inmediatamente por que no puede hacer ruido.
-Buenos días a
ti también Qhuinn, Yo también me alegro de verte. Y sobre todo, me alegra saber
que estas tomando tus caminatas nocturnas con tanta disciplina, pero no abuses,
ehh. –Qhuinn se sonrojo aún más- Yo me doy una vueltita y regreso. ¿Cómo a qué
hora estará usted disponible joven Lohstrong? –Qhuinn mordía su labio
avergonzado-
-Comunícate con
su secretaria padrino, es un hombre muy ocupado y yo saque cita con tiempo. Así
que “saca ticket y has tu cola, no más”… -sonreí vacilando a mi padrino.
-Ya basta
graciosos... pasa Muhr, y gracias doc. – Mackenna asintió y se dio la vuelta
para irse.
-Padrino…-Mackenna
me miró por sobre el hombro –… ¿se lo puedo decir? –Qhuinn ya se había metido y
cerrado la puerta. Mi padrino asintió y me guiño un ojo. Yo ingrese feliz a la
habitación.
-SORPRESA –dijo
en voz baja y me llovieron papeles de colores encima. Me reí y gruñí un poco,
sospecho que seguramente yo tendré que barrer esta “sorpresita” luego.
P.O.V. QHUINN LOHSTRONG
Reí divertido
ante su cara de asombro, sin embargo tuve que contenerme debido a que la
punzada en mi costado me recordaba mi condición, mis manos se fueron directo a
mi lesión y me encorvé un poco, pero aquello no eliminó la sonrisa en mi cara,
puesto que después de espantar el improvisado confeti como si fueran moscas
quedó boquiabierto, congelado y con los ojos como platos.
-Oye… si no es
para tanto. –dije medio avergonzado.
-¿Cómo que no es
para tanto? Pero… ¿Cuándo hiciste todo esto?
Se acercó a uno de
los muros que estaba decorado con un sinnúmero de globos, todos ellos dibujados
en papel y coloreados a lápiz con vivas tonalidades o simplemente rellenados
con picadillos de papeles de revistas de tonos semejantes. Luego fijo su
atención a la cuelga de letras en la cual se citaba un gran “FELIZ
CUMPLEAÑOS”. Estiro su mano y acarició
el borde de una de las letras con extremo cuidado, como si fuese de un material
delicado no un simple papel robado de una impresora, lo tocó casi con mimo.
-Pero… ¿Cómo…? –Pregunto
sin quitar los ojos del muro, menos mal fue así, de lo contrario habría sido
testigo que estaba sonrojado a más no poder y que jalaba mi remera de manera
nerviosa.
-Ammm, pues
anoche tuve que mentirte –se giró y me miró como si me hubiese salido un nuevo
par de tentáculos púrpuras- pero nomás tantito, anoche, me hice el dormido –se
dibujó una sonrisa en su cara- y bueno, después que te fuiste me fugué y
arrastrando conmigo el intravenoso este. No fue fácil ¿sabes? Hacerle el quite
a las enfermeras de turno, pero logré pedir prestadas algunas revistas de la
sala de espera, algunos chismes de la estación de enfermeras y otras de
curaciones…
-Eso es lo que
veo –dijo y me sonrojé de nuevo-
-Estaba buscando
algunos crayones y fui atrapado por la enfermera de guardia, menos mal que era
Lyona –entrecerró los ojos- tranqui, es la chica pelirroja, tuve que contarle
que era tu cumple, ella fue muy amable y me consiguió varias cosas, pero todo
lo hice yo durante la noche. Quería darte algo especial. Siéntate y cierra los
ojos
El estar durante
ese rato de pié ya me estaba pasando la cuenta, así que mientras se acomodaba,
volví a la cama y arrastré la mesita para colocar sobre ella un par de vasos
descartables, una botella de medio litro de jugo junto con un biscocho
individual, le di chispa al encendedor y comencé a cantar cumpleaños feliz. Sus
ojos brillaron como si fuesen reflejo de un millón de estrellas, sabía que como
cantante podría morir de hambre pero eso al parecer no importó porque la
emoción estaba reflejada en su rostro, estaba lleno de maravilla y asombro.
-Ahora pide un
deseo ¡Pero no lo digas o no se hará realidad! –se mordía el labio mientras
pensaba- ese noooo… Aún soy menor de edad y te pueden condenar por abuso de
menores –rodó los ojos- recuerda que aún soy un inocente jovencito.
-Si tu eres
inocente, a mi me ponen las tías –reímos juntos-
Luego cerró sus
ojos por un breve instante para después soplar y apagar la llama, a lo cual
estallé en aplausos.
-¿Muhr? Yo… te
tengo un obsequio, no es gran cosa.
-Te seré
sincero… tus “no es gran cosa” han demostrado ser que son mucho más que una “no
gran cosa”, todo lo que has hecho… todo esto, no sé… es increíble –me removí
inquieto- ahora quiero mi obsequio ¿me lo das?
-Vale -Sonreí
como crío y de debajo de la almohada saqué un sobre grande- ten, ábrelo y te lo
explico
P.O.V. MUHRDER BLACK
Ahora ya
entiendo la frase “te quiero tanto que duele”, porque podría jurar que me dolía
el pecho. Las palabras, los besos, las miradas no me servían para expresar la
magnitud de mis sentimientos.
-Ahora pide un
deseo ¡Pero no lo digas o no se hará realidad! –lo miré con cara de sátiro, lo
único que deseo esta frente a mí con una bata de hospital - ese noooo…. Aún soy
menor de edad y te pueden condenar por abuso de menores recuerda que aún soy un
inocente jovencito. –rodé los ojos.
-Si tú eres
inocente, a mí me ponen las tías –reímos juntos
Escucharlo
narrar sus peripecias, cual niño orgulloso, hacía que se me hinchaba el corazón
de amor, ¿será saludable permitirme amar tanto? ¿Terminaré internado junto a él
por “corazón enfermo de amor”?
-…ahora quiero
mi obsequio ¿me lo das?- exigí juguetón ahora que sabía que existía un regalo.
Si con unos papeles y unos cuantos crayones logro una decoración espectacular,
no podía esperar para ver que ha creado para regalarme.
-Vale -Sonrió y
de debajo de la almohada sacó un sobre grande- ten, ábrelo y te lo explico.
Tomé el sobre
con mucha delicadeza y suma curiosidad. Abrí el extremo y saque una hoja… un
momento, eran dos hojas, dos hojas de papel unidas con cinta adhesiva en medio,
sobre ellas varios recortes de revista pegados también con cinta.
-¿un collage?-
sonreí y Qhuinn asintió.
-Te explicaré,
ábrelo bien.
Lo hice y lo
apoye sobre la cama, así ambos podíamos mirar el collage como si fuera un
cuadro y efectivamente parecía un cuadro.
-¿Qué es?
-¿No se nota?
Mira las imágenes… dedúcelo…-bufó- y se supone que eres el listo… -gruñí
-Déjame ver
bien, lo que pasa es que estoy con hambre y en mala posición.-Qhuinn rió.
-Tú tenías que
traer el desayuno.- Y me acordé de los cups cakes que tenía en la mochila.
-¡Pero si traje!
Sorry amor –le di un beso rápido a Qhuinn y salte a por mí mochila, saque la
caja y la levante triunfante sobre la cabeza, Qhuinn aplaudió y reímos, le
ofrecí la caja para que eligiera y luego yo tome otro, casi nos lo tragamos de
dos bocados, en menos de un par de minutos ya habíamos terminado con los 8
cakes. –Yo creo que cuando vivamos juntos nuestro presupuesto en comida será
exagerado.
Qhuinn se atoró
con un pedazo de cake cuando mencione el vivir juntos, le di palmaditas en la espalda
y le acerque el vaso de jugo.
-¿Estas bien
amor? – Me hice el loco, no era el momento de hablar de ese tema, pero era más
que obvio que me iría a vivir con él en cuanto tuviera los 18, yo no pensaba
alejarme de él nunca más. Qhuinn asintió y respiro tranquilo, aún mantenía la
mirada fija en mí, esperando seguramente le aclare lo dicho. Pero yo no lo
pensaba hacer. – Ahora que lo veo bien y con la barriga llena… esto parece un
circuito, un circuito de eventos.
-Caliente…-Qhuinn
me sonrió. Yo lo miré con coquetería.
-Gracias… tú me
pones así. –le guiñe un ojo y el rodó los suyos.
-Quiero decir
que vas bien.
-Aburrido…-bufe.
– Bueno, aquí hay un móvil que marca las 12, puede ser de la noche o de la
mañana. Y Aquí hay una casa con un sol de mediodía, o sea el móvil tendría que
ser la noche.
-Muy bien...
sigue- rió.
-Aquí le sigue
el recorte del KFC, uhmmm…y con tantos cupones… -lo miré.- ¿Quieres que vaya a
comer al KFC? –mordió su labio. – Ahhhh!! Ya adivine ¿verdad?
-Sigue Muhr!..
Esta fácil... no te enfoques solo en eso, mira lo demás…
-Calla macho…
déjame pensar… Aquí hay un parque... ¿Qué dice? ¿CartaRios? –Qhuinn rodó los
ojos
-Dice
“Canarias”… lee bien…-gruñó
-¿Parque
Canarias?... OHHH… PARQUE CANARIAS!! El
que está por la escuela, he pasado por ahí alguna vez… -Qhuinn suspiró…
-Por
fin…-resopló.
-¿Es eso? ¿Ir
con mi KFC al Parque Canarias? –Qhuinn me volteo la cara... impaciente –
oookkk... seguiré mirando... Aquí hay un
árbol, y un lago rodeado de flores… este debe ser el lago Cantú, el que está en
el centro del Parque Canarias –Y fue en ese momento que me fije en los dos monitos
agujas tomados de la mano que Qhuinn había dibujado junto al lago. Lo miré. –
¿Y estos dos? –Qhuinn se ruborizo furiosamente. -¿Somos nosotros? –Qhuinn rodó
los ojos y yo me acerque para robarle un beso. –Es que sin mi enorme verga no
me reconocí, debiste ponerme tres palitos. –Ambos nos reímos y nos besamos
nuevamente.
-Imagino que ya
lo tienes ¿o aun debo esperar? –preguntó con impaciencia Qhuinn.
-Creo que ya lo
tengo, pero déjame terminar el circuito, algo me dice que estos últimos
recortes son los mejores. –Qhuinn mordió su labio dándome la razón. – Aquí hay
el recorte de una caja de regalo yummm… imagino que este recorte de un collar
significa que “ese” sería el regalo. ¿Qué has dibujado aquí? ummm –agudicé la
vista - ¿mi medalla?¿La que te di?
-Qhuinn estiro la mano y con el dedo señalo el otro dibujo, una medalla
más en la cual aparece el símbolo del infinito junto con un “te amo”. Lo miré
lleno de amor. –Te amo también bebe. –Busque su boca y lo bese con hambre.
Ambos suspiramos cuando rompimos el beso por falta de aire.
-Y eso es
todo... –dijo Qhuinn y cerró el papel tan rápido que si no fuera tan observador
no hubiera notado que faltaba un dibujo por ver.
-Epaaaa… macho,
me falta ver algo, dame mi collage…
-Ya está todo,
dime que es…
-Dámelo Qhuinn
que es mío…
-Si me dices que
representa el collage te lo doy…-sonreí de lado, a mí nadie me gana en
adivinanzas.
-Somos tu y yo
disfrutando de un día completo, empezando desde las 12 de la noche hasta el
almuerzo en el KFC y luego pasearíamos por el parque, nos sentaríamos junto al
lago, ahí me darías un regalo… EYYYY!!!!...
¡es mi cumpleaños! Ese día
representa mi cumpleaños –Qhuinn asintió-
-Es como me
gustaría pasar este día… es como hubiéramos pasado este día si no estuviera
aquí -Me enterneció tanto que lo bese nuevamente con mucho amor.
-Te amo Qhuinn,
y no hay otro lugar en el que quisiera estar si tú no estás conmigo.
–Sonreímos- Y si crees que me olvide que aún tengo una imagen por mirar…estas
muy equivocado... –le arranque el papel de la mano y me aleje hasta el otro
extremo de la habitación. Miré el collage y efectivamente, ahí estaba, el
ultimo dibujo.
Miré a Qhuinn
que ahora jugaba con la esquina de su bata de hospital, no me daba cara.
-Este collage
vamos a vivirlo de principio a fin, es una promesa… -dije y me miró. Sonrió y
asintió.
-Es lo que más
deseo…-dijo.
Me acerque hasta
la cama y deje el collage abierto mostrando todas la imágenes, fui a mi mochila
y saque un lapicero, me acerque al dibujo y le coloque mi toque personal.
-Ahora este
dibujo si se parece a mí… -señale con el dedo la última imagen…


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