martes, 21 de julio de 2015

Capítulo 30

P.O.V. QHUINN LOHSTRONG

Entre sueños, sentí el suave deslizar de algo por mi pómulo, era para nada molesto, de hecho me acerqué hacia aquel toque. Luego el ligero presionar de algo cálido y húmedo sobre mis labios, seguido por el deslizamiento de algo aún mejor por mi labio inferior, el aroma a menta me hacía recordar a cosas frescas y deliciosas.

-Despierta remolón –susurró una voz a lo lejos para después soltar una risita- ¿no quieres abrir los ojos? –mas risitas y caricias- no es de extrañar… tienes un desastre en el cuarto ¿Qué habrás hecho durante toda la noche que no has dormido?

Mis ojos se abrieron de golpe. La cara de Muhr estaba tan cerca de mi rostro que le veía un poco transfigurado. Bizquee y entré en pánico. Me senté sobre la cama tan de repente que por poco y chocamos las cabezas. Un dolor agudo me recordó la lesión en mi costado y que no debía moverme tan rápido.

-¡Anda conche…! –maldije y coloqué mi mano sobre la zona dolorida.

-¡Pero como te mueves así! –Hice una mueca de dolor al mirar de reojo el desorden de la habitación. Había dejado toda la evidencia por doquier.-¿Qhuinn qué pasa? Estas extraño…

-¡Debes salir ahora mismo de aquí! –Dije exasperado, mientras me levantaba de la cama con doloroso esfuerzo.

El rostro de Muhr perdió todo tipo de emoción y quedó congelado como estatua de sal ¡joder!  El NO sabía que yo ya podía ponerme de pie solo, era parte de la sorpresa de hoy. Gruñí y maldije internamente. Su ceño fruncido me indicaba que no estaba muy feliz. Tampoco es que lo hubiera tratado muy bien… ¡Y era su cumpleaños!!  Yo y mi bocota, todo lo que dije sonó demasiado horripilante, así que empuñe mi mano en el frente de su chaqueta y le brindé un beso francés nivel Dios con mucha lengua, mordida y saliva que hasta el aliento le robé.

-Solo olvida y borra de tu mente lo que ha sucedido en los últimos cinco minutos…por favor…-gruño excitado y me rodeo la cintura con sus brazos, definitivamente no quería salir.- Vamos… sal de la habitación por un instante, sólo imagina que el tiempo retrocedió, dame unos minutos y vuelve a entrar, no debería haberme dormido –susurré muy bajito contra sus labios mientras mi mano acariciaba su mejilla- por favor ¿lo harías? Es importante para mí. –Suspiró y de repente su mirada se ilumino como si recapacitara.

-Pero Tu… ¿tu estas caminando solo?... –Preguntó. Mi Muhr a veces era demasiado inquisitivo para mi bien…Me va a terminar arruinando la sorpresa.

-Por favor macho… solo sal… -Volví a besarlo con pasión. Y aunque mis acciones no iban de acuerdo con mis palabras, mis besos conseguían apagar su Gps y hacerlo más dócil. Reí internamente. Amo mi recién descubierto súper poder.

Me miró tal como si me hubiese estallado la cabeza o como si me hubiesen salido tentáculos, sin embargo asintió con una sonrisa de mofetilla.

-te amo… y solo entra cuando te diga que entres. –Asentiste resignado pero te detuviste en la puerta dudando si salir. –¡Que salgas pesado! –Gruñí. El solo soltó una explosiva carcajada y salió.

Una vez la puerta se cerró me puse manos a la obra y comencé a colocar todo en su lugar.

-¿Ya? ¿Ya puedo entrar? – Su voz gruesa denotaba que hablaba casi besando la puerta. ¡Que pesado! Gruñí. Muhr definitivamente no tenía paciencia.

- Un minuto… ¡No entres aun! –Casi grité.

Una risita desde el otro lado me provoco salir a soltarle un par de golpes. Sin embargo solo sonreí. Cada arreglo que colocaba me hacía recordar todas las burradas que tuve que hacer anoche para conseguir cada cosa.

Primero, me tuve que hacer el dormido para que Muhr se marchara y luego de eso comencé a rondar por todo el piso del hospital haciendo pequeños “préstamos permanentes” de algunas cosas: como revistas de la sala de espera, papel y lápices de la estación de enfermeras, cinta adhesiva y tijeras de una bandeja de curaciones.

Traté de pasar desapercibido, sin embargo la enfermera de turno, la chica pelirroja que ahora sabía que se llamaba Lyona, me pillo con las manos en la masa mientras buscaba crayones de colores en unos cajones, tuve que explicarle que al día siguiente era el cumpleaños de mi novio y que no tenía el dinero para darle un obsequio, así que pensaba hacerlo yo mismo, Lyona fue muy amable y me ayudó a recolectar todo.

Ahora, en el cuarto había pegado en el muro varios globos dibujados en papel pintados con vivos colores, una cuelga con letras que citaba “FELIZ CUMPLEAÑOS”, por otra parte en la pequeña mesa, dispuse un par de vasos descartables, una botella de medio litro de jugo y un pequeño bizcocho, como no tenía velas iba a utilizar un encendedor prestado, tomé el obsequio, no era gran cosa, puede que él lo considere incluso estúpido, solo deseaba que le gustara el detalle. Me quedé de pie mirando la puerta. Le di un último vistazo a la habitación y satisfecho lo llamé.

P.O.V. MUHRDER BLACK

Salí de la habitación de Qhuinn con una sonrisita bailando en mi cara, era evidente su pretensión de darme una pequeña fiesta de cumpleaños, miré mi reloj, eran las 7:03 am y mis tripas hicieron un sonido nada elegante, tenía hambre, mucha hambre, había salido de casa sin desayunar.

Mi madre se había levantado temprano porque sabía que vendría al hospital como de costumbre. No le dejé prepararme nada a pesar que me rogo que al menos desayunara con la familia. Luego en el auto me sentí mal, era la primera vez que no empezaba el día de mi cumpleaños con mi familia. Y eran mis 18 años. ¡Joder! Que mal hijo soy. Ni modo, no puedo estar en dos lugares a la vez y Qhuinn es mi prioridad, es mi pareja.

Acerque mi cara a la puerta y hablé en un susurro fuerte, tampoco podía hacerlo más fuerte, estaba en un hospital y era temprano.

-¿Ya? ¿Ya puedo entrar? –Reprimí una risita.

- Un minuto… ¡No entres aun! –Escuche la voz de Qhuinn casi gritar desde la habitación. No pude evitar reír cuando escuchaba sus maldiciones susurradas y así me encontró mi padrino, al parecer pasaba por su visita médica de la mañana.

-Feliz Cumpleaños hijo…-Se acercó para darme un abrazo.

-Gracias padrino… -Nos estrechamos en un fuerte apretón.

-Ya me han contado que Qhuinn ha remodelado su habitación, ¿es que tu novio cree que vive aquí de alquiler? –Reímos- Que no se acomode mucho que la próxima semana ya le damos el alta. –casi me caigo de culo.

-Puta madre Padrino… ¡Que buena noticia!! –mi sonrisa no me cabía en la cara. – ¿Ya lo sabe Qhuinn? – Mi padrino negó.

-Anoche tuvimos junta médica, fue una pena que tu padre no pudiera venir. En realidad ni me devolvió la llamada. –frunció el ceño.

-Qué raro... –Sabía que anoche mi padre estuvo en casa, mejor no digo nada, que ellos se arreglen-  ¿Bueno que dijeron?

-Que revisando sus exámenes, las placas y su evolución, Qhuinn está apto para irse a casa y continuar su recuperación desde allá. –Me miró con cautela- Sabes que irá a mi casa, ¿verdad? –Yo asentí- contrataré una enfermera de día, para que lo asista mientras yo estoy aquí, pero la idea es que cada vez sea más independiente.

-Padrino, yo pensaba mudarme contigo, así que quizá no sea necesario la enfermera… -Mackenna sonrió con picardía.

-La enfermera es todo terreno hijo, ella cocinara, ordenara y lo asistirá, además será quien le haga las terapias físicas. Esas son cosas que ni con todas tus buenas intenciones podrías hacer. –hice una mueca, yo quería quedarme a solas con Qhuinn. Seeee… soy un pendejo muy arrecho...

-Bueno, de noche tendrás guardias –insistí- será buena mi presencia, por si algo se presenta.

-Muhr…

-Padrino, tengo 18… ¿lo olvidas?

-Tus padres te mantienen... ¿te olvidas? –Hice una mueca, tenía razón, eso era algo que debía cambiar y pronto- …y mientras vivas bajo su techo y no puedas valerte por ti mismo, no te las puedes dar de independiente.

-Padrino, por favor… -rogué.

-Yo te recibo con gusto hijo, solo no quiero problemas con tus padres, ya bastante tengo por apoyar lo vuestro...

-Yo hablare con ellos... tu déjame...

Qhuinn abrió la puerta y nos interrumpió.

-¿Es que no me escuchas? ¡Ya puedes pasar! – Su sonrisa cambio a un sonrojo furioso cuando se dio cuenta que no estaba solo- Ah... Yo... Doctor... ¿Ya es hora de la visita? ¿No se puede dar una vueltita? – Mackenna rompió en una carcajada que tuvo que reprimir inmediatamente por que no puede hacer ruido.

-Buenos días a ti también Qhuinn, Yo también me alegro de verte. Y sobre todo, me alegra saber que estas tomando tus caminatas nocturnas con tanta disciplina, pero no abuses, ehh. –Qhuinn se sonrojo aún más- Yo me doy una vueltita y regreso. ¿Cómo a qué hora estará usted disponible joven Lohstrong? –Qhuinn mordía su labio avergonzado-

-Comunícate con su secretaria padrino, es un hombre muy ocupado y yo saque cita con tiempo. Así que “saca ticket y has tu cola, no más”… -sonreí vacilando a mi padrino.

-Ya basta graciosos... pasa Muhr, y gracias doc. – Mackenna asintió y se dio la vuelta para irse.

-Padrino…-Mackenna me miró por sobre el hombro –… ¿se lo puedo decir? –Qhuinn ya se había metido y cerrado la puerta. Mi padrino asintió y me guiño un ojo. Yo ingrese feliz a la habitación.

-SORPRESA –dijo en voz baja y me llovieron papeles de colores encima. Me reí y gruñí un poco, sospecho que seguramente yo tendré que barrer esta “sorpresita” luego.

P.O.V. QHUINN LOHSTRONG

Reí divertido ante su cara de asombro, sin embargo tuve que contenerme debido a que la punzada en mi costado me recordaba mi condición, mis manos se fueron directo a mi lesión y me encorvé un poco, pero aquello no eliminó la sonrisa en mi cara, puesto que después de espantar el improvisado confeti como si fueran moscas quedó boquiabierto, congelado y con los ojos como platos.

-Oye… si no es para tanto. –dije medio avergonzado.

-¿Cómo que no es para tanto? Pero… ¿Cuándo hiciste todo esto?

Se acercó a uno de los muros que estaba decorado con un sinnúmero de globos, todos ellos dibujados en papel y coloreados a lápiz con vivas tonalidades o simplemente rellenados con picadillos de papeles de revistas de tonos semejantes. Luego fijo su atención a la cuelga de letras en la cual se citaba un gran “FELIZ CUMPLEAÑOS”.  Estiro su mano y acarició el borde de una de las letras con extremo cuidado, como si fuese de un material delicado no un simple papel robado de una impresora, lo tocó casi con mimo.

-Pero… ¿Cómo…? –Pregunto sin quitar los ojos del muro, menos mal fue así, de lo contrario habría sido testigo que estaba sonrojado a más no poder y que jalaba mi remera de manera nerviosa.

-Ammm, pues anoche tuve que mentirte –se giró y me miró como si me hubiese salido un nuevo par de tentáculos púrpuras- pero nomás tantito, anoche, me hice el dormido –se dibujó una sonrisa en su cara- y bueno, después que te fuiste me fugué y arrastrando conmigo el intravenoso este. No fue fácil ¿sabes? Hacerle el quite a las enfermeras de turno, pero logré pedir prestadas algunas revistas de la sala de espera, algunos chismes de la estación de enfermeras y otras de curaciones…

-Eso es lo que veo –dijo y me sonrojé de nuevo-

-Estaba buscando algunos crayones y fui atrapado por la enfermera de guardia, menos mal que era Lyona –entrecerró los ojos- tranqui, es la chica pelirroja, tuve que contarle que era tu cumple, ella fue muy amable y me consiguió varias cosas, pero todo lo hice yo durante la noche. Quería darte algo especial. Siéntate y cierra los ojos

El estar durante ese rato de pié ya me estaba pasando la cuenta, así que mientras se acomodaba, volví a la cama y arrastré la mesita para colocar sobre ella un par de vasos descartables, una botella de medio litro de jugo junto con un biscocho individual, le di chispa al encendedor y comencé a cantar cumpleaños feliz. Sus ojos brillaron como si fuesen reflejo de un millón de estrellas, sabía que como cantante podría morir de hambre pero eso al parecer no importó porque la emoción estaba reflejada en su rostro, estaba lleno de maravilla y asombro.

-Ahora pide un deseo ¡Pero no lo digas o no se hará realidad! –se mordía el labio mientras pensaba- ese noooo… Aún soy menor de edad y te pueden condenar por abuso de menores –rodó los ojos- recuerda que aún soy un inocente jovencito.

-Si tu eres inocente, a mi me ponen las tías –reímos juntos-

Luego cerró sus ojos por un breve instante para después soplar y apagar la llama, a lo cual estallé en aplausos.

-¿Muhr? Yo… te tengo un obsequio, no es gran cosa.

-Te seré sincero… tus “no es gran cosa” han demostrado ser que son mucho más que una “no gran cosa”, todo lo que has hecho… todo esto, no sé… es increíble –me removí inquieto- ahora quiero mi obsequio ¿me lo das?

-Vale -Sonreí como crío y de debajo de la almohada saqué un sobre grande- ten, ábrelo y te lo explico

P.O.V. MUHRDER BLACK

Ahora ya entiendo la frase “te quiero tanto que duele”, porque podría jurar que me dolía el pecho. Las palabras, los besos, las miradas no me servían para expresar la magnitud de mis sentimientos. 

-Ahora pide un deseo ¡Pero no lo digas o no se hará realidad! –lo miré con cara de sátiro, lo único que deseo esta frente a mí con una bata de hospital - ese noooo…. Aún soy menor de edad y te pueden condenar por abuso de menores recuerda que aún soy un inocente jovencito. –rodé los ojos.

-Si tú eres inocente, a mí me ponen las tías –reímos juntos

Escucharlo narrar sus peripecias, cual niño orgulloso, hacía que se me hinchaba el corazón de amor, ¿será saludable permitirme amar tanto? ¿Terminaré internado junto a él por “corazón enfermo de amor”?

-…ahora quiero mi obsequio ¿me lo das?- exigí juguetón ahora que sabía que existía un regalo. Si con unos papeles y unos cuantos crayones logro una decoración espectacular, no podía esperar para ver que ha creado para regalarme.

-Vale -Sonrió y de debajo de la almohada sacó un sobre grande- ten, ábrelo y te lo explico.

Tomé el sobre con mucha delicadeza y suma curiosidad. Abrí el extremo y saque una hoja… un momento, eran dos hojas, dos hojas de papel unidas con cinta adhesiva en medio, sobre ellas varios recortes de revista pegados también con cinta.

-¿un collage?- sonreí y Qhuinn asintió.

-Te explicaré, ábrelo bien.

Lo hice y lo apoye sobre la cama, así ambos podíamos mirar el collage como si fuera un cuadro y efectivamente parecía un cuadro.

-¿Qué es?

-¿No se nota? Mira las imágenes… dedúcelo…-bufó- y se supone que eres el listo… -gruñí

-Déjame ver bien, lo que pasa es que estoy con hambre y en mala posición.-Qhuinn rió.

-Tú tenías que traer el desayuno.- Y me acordé de los cups cakes que tenía en la mochila.

-¡Pero si traje! Sorry amor –le di un beso rápido a Qhuinn y salte a por mí mochila, saque la caja y la levante triunfante sobre la cabeza, Qhuinn aplaudió y reímos, le ofrecí la caja para que eligiera y luego yo tome otro, casi nos lo tragamos de dos bocados, en menos de un par de minutos ya habíamos terminado con los 8 cakes. –Yo creo que cuando vivamos juntos nuestro presupuesto en comida será exagerado.

Qhuinn se atoró con un pedazo de cake cuando mencione el vivir juntos, le di palmaditas en la espalda y le acerque el vaso de jugo.

-¿Estas bien amor? – Me hice el loco, no era el momento de hablar de ese tema, pero era más que obvio que me iría a vivir con él en cuanto tuviera los 18, yo no pensaba alejarme de él nunca más. Qhuinn asintió y respiro tranquilo, aún mantenía la mirada fija en mí, esperando seguramente le aclare lo dicho. Pero yo no lo pensaba hacer. – Ahora que lo veo bien y con la barriga llena… esto parece un circuito, un circuito de eventos.

-Caliente…-Qhuinn me sonrió. Yo lo miré con coquetería.

-Gracias… tú me pones así. –le guiñe un ojo y el rodó los suyos.

-Quiero decir que vas bien.

-Aburrido…-bufe. – Bueno, aquí hay un móvil que marca las 12, puede ser de la noche o de la mañana. Y Aquí hay una casa con un sol de mediodía, o sea el móvil tendría que ser la noche.

-Muy bien... sigue- rió.

-Aquí le sigue el recorte del KFC, uhmmm…y con tantos cupones… -lo miré.- ¿Quieres que vaya a comer al KFC? –mordió su labio. – Ahhhh!! Ya adivine ¿verdad?

-Sigue Muhr!.. Esta fácil... no te enfoques solo en eso, mira lo demás…

-Calla macho… déjame pensar… Aquí hay un parque... ¿Qué dice? ¿CartaRios? –Qhuinn rodó los ojos

-Dice “Canarias”… lee bien…-gruñó

-¿Parque Canarias?... OHHH… PARQUE CANARIAS!!  El que está por la escuela, he pasado por ahí alguna vez… -Qhuinn suspiró…

-Por fin…-resopló.

-¿Es eso? ¿Ir con mi KFC al Parque Canarias? –Qhuinn me volteo la cara... impaciente – oookkk... seguiré mirando...  Aquí hay un árbol, y un lago rodeado de flores… este debe ser el lago Cantú, el que está en el centro del Parque Canarias –Y fue en ese momento que me fije en los dos monitos agujas tomados de la mano que Qhuinn había dibujado junto al lago. Lo miré. – ¿Y estos dos? –Qhuinn se ruborizo furiosamente. -¿Somos nosotros? –Qhuinn rodó los ojos y yo me acerque para robarle un beso. –Es que sin mi enorme verga no me reconocí, debiste ponerme tres palitos. –Ambos nos reímos y nos besamos nuevamente.

 
  

  -Imagino que ya lo tienes ¿o aun debo esperar? –preguntó con impaciencia Qhuinn.

-Creo que ya lo tengo, pero déjame terminar el circuito, algo me dice que estos últimos recortes son los mejores. –Qhuinn mordió su labio dándome la razón. – Aquí hay el recorte de una caja de regalo yummm… imagino que este recorte de un collar significa que “ese” sería el regalo. ¿Qué has dibujado aquí? ummm –agudicé la vista - ¿mi medalla?¿La que te di?  -Qhuinn estiro la mano y con el dedo señalo el otro dibujo, una medalla más en la cual aparece el símbolo del infinito junto con un “te amo”. Lo miré lleno de amor. –Te amo también bebe. –Busque su boca y lo bese con hambre. Ambos suspiramos cuando rompimos el beso por falta de aire.

-Y eso es todo... –dijo Qhuinn y cerró el papel tan rápido que si no fuera tan observador no hubiera notado que faltaba un dibujo por ver.

-Epaaaa… macho, me falta ver algo, dame mi collage…

-Ya está todo, dime que es…

-Dámelo Qhuinn que es mío…

-Si me dices que representa el collage te lo doy…-sonreí de lado, a mí nadie me gana en adivinanzas.

-Somos tu y yo disfrutando de un día completo, empezando desde las 12 de la noche hasta el almuerzo en el KFC y luego pasearíamos por el parque, nos sentaríamos junto al lago, ahí me darías un regalo… EYYYY!!!!...  ¡es mi cumpleaños!  Ese día representa mi cumpleaños –Qhuinn asintió-

-Es como me gustaría pasar este día… es como hubiéramos pasado este día si no estuviera aquí -Me enterneció tanto que lo bese nuevamente con mucho amor.

-Te amo Qhuinn, y no hay otro lugar en el que quisiera estar si tú no estás conmigo. –Sonreímos- Y si crees que me olvide que aún tengo una imagen por mirar…estas muy equivocado... –le arranque el papel de la mano y me aleje hasta el otro extremo de la habitación. Miré el collage y efectivamente, ahí estaba, el ultimo dibujo.

Miré a Qhuinn que ahora jugaba con la esquina de su bata de hospital, no me daba cara.

-Este collage vamos a vivirlo de principio a fin, es una promesa… -dije y me miró. Sonrió y asintió.

-Es lo que más deseo…-dijo.

Me acerque hasta la cama y deje el collage abierto mostrando todas la imágenes, fui a mi mochila y saque un lapicero, me acerque al dibujo y le coloque mi toque personal.

-Ahora este dibujo si se parece a mí… -señale con el dedo la última imagen…


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