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Q
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HUINN
Hoy es nuestra
noche libre y quería hacer algo especial para Blay… el problema está en que no
tenía la más puta idea de qué… Sería fácil quedarse en la mansión y darle un
buen uso a la cama tamaño King de nuestro cuarto, muy bien sabía mi nallum de
lo adicto que soy a su cuerpo y que perfectamente podemos pasar toda una noche
amándonos. Pero la necesidad de hacer algo distinto que nos saque de la rutina
de la casa ya se está convirtiendo en una obsesión, llevo horas pensando
mientras te tengo recostado en mi pecho, duermes plácidamente envuelto en mis
brazos. Como cada noche, estás aferrado a mí. Tu cuerpo se encuentra
completamente envolviendo el mío, dándome la impresión de que temieras que en
algún momento quisiera escaparme.
- Como si quisiera.
Pienso irónicamente.
Cuando Blay no se encuentra conmigo, todos mis instintos hacen que el vínculo
de sangre que tenemos actúe como GPS y sepa exactamente donde se encuentra, en
pocas palabras, no lo pierdo de vista… por decirlo de alguna manera. En cada
momento que puedo y todos los días le digo lo mucho que significa para mí,
entiendo su inseguridad, después de todo no fue nada de fácil llegar a donde
estamos… Por fin juntos.
Aún es de día y
todos en la mansión seguramente descansan, no tengo sueño y disfruto mirándolo
dormir. Es un macho realmente hermoso en todo sentido. Mientras sigo pensando
en qué demonios hacer para sorprender a Blay, deslizo muy suavemente la yema de
mis dedos por su cincelado rostro, totalmente hipnotizado en mi labor de
centinela de tu sueño, el tiempo pasa rápidamente.
Te remueves y tus
ojos color zafiro lentamente se abren y clavan en los míos, aún en la penumbra
de nuestra habitación, logro ver los destellos de luz en tu mirada.
- Hola dormilón, tenemos noche libre… y me preguntaba… desde hace un rato…si es
que te parce, claro… si… ¿te gustaría tener una cita conmigo? Sé que hemos
salido juntos en muchas ocasiones, muchas… pero ahora es distinto, sería una…
cita… solo tú y yo. Claro que si no quieres no importa, no te preocupes que todo
estará bien y podemos hacer otra cosa, lo que tu desees.
¡Jesucristo! Me
siento tan idiota y estúpido ¿Dónde hay una ventana con cristal para romperla a
cabezazos? ¿Desde cuándo me había puesto tan inseguro? Sólo es una salida con
Blay maldita sea. “Sabes que no es una simple salida”, me dice una voz burlona en
el fondo de mi cabeza… lo cual era jodidamente cierto, la verdad es que nunca
había tenido una cita. Claro, cuando éramos amigos salíamos a bares y esas cosas, pero ahora la connotación es
distinta… muy distinta.
Será una salida
especial, haré de todo para que sea romántica e íntima… ¿cómo lo haré…? no
tengo la más puta y jodida idea, Blay se merece algo bueno, mejor dicho se
merece lo mejor.
BLAY
¿Estaba soñando o
unas manos dulces me acariciaban? Me desperté de mi profundo sueño sin levantar
los parpados. Jodido egoísta de sus caricias. No sé si era el estado de vinculación
hacia un gran macho de gran valía. Pero cada noche que dormíamos juntos lo
abrazaba como el más preciado de los tesoros. Lo amaba de tal forma que se convertía
en una obsesión.
Posiblemente mis
dudas y mis putos miedos manipulaban mi mente, pero tenía miedo a despertar y
volver al principio.
De nuevo la yema de su dedo atravesó mi pecoso rostro tan dulce que mi cuerpo
respondió en segundos. Volvía a sentirme jodidamente excitado. Abriendo los
ojos del todo.
Que visión queridísima Virgen del Fade... ¿A caso me estaba convirtiendo en una
jodida nena con las hormonas a flor de piel? Ya que con solo mirarlo, cada
musculo y poro de mi piel crecía.
Su pelo estaba desordenado y magnifico, su mirada brillante y destilando amor.
Y desde luego un profundo amor. Que maravillosa suerte la mía, despertar y
encontrarme un cuadro tan digno de exposición.
Con voz suave y
algo nerviosa me susurro si quería una cita, pero una cita como es debido.
Parpadee varias veces, un hormigueo se acentuó en mi estomago.
- ¿De verdad.....quieres una cita? yo...
Mis mejillas se
volvieron a colorear de un rojo intenso, casi siempre se encontraban así
estando con él
- Me encantaría nallum...
Dije emocionado. Baje
mi mirada hasta su pecho ¡Ahí! Jesús... estoy temblando de pura alegría. Rodee
con más fuerza su cintura. Teníamos el día libre y había pensado ir un rato a
la sala de entrenamiento, para después pasar todo el puto día en la habitación
con Qhuinn. Pero esto, esta confirmación a salir juntos y que todos supieran de
nuestro amor. Sin prejuicios sin miedos. Superando todo.
De un salto lo solté, poniéndome de rodillas frente a él. Deslice mi mano por
su pelo picudo y desordenado para después bajar hacia su mejilla. Mis labios
acariciaron los suyos en sendas caricias, pequeños toques con la punta de mi
lengua.
-Te he dicho hoy cuanto te amo.
Susurre en sus
labios
QHUINN
- Siempre me gusta
escucharlo.
Después de
besarnos y acariciarnos largamente, comenzamos a prepararnos para la salida.
Una merecida ducha juntos dio pié a que nos amaramos un par de veces.
Me sumerjo en las profundidades de mi armario
en búsqueda de algo adecuado. Mientras me encuentro revolviendo absolutamente
todo, llamo para hacer la reserva en un restaurant al cual le realizo una serie
de exigencias, las cuales están gustosos de cumplir a sabiendas de pagaría
bastante bien por sus servicios.
Al fin lo
encuentro, perdido en las profundidades y al lado de abrigos de cuero y
sudaderas, encuentro lo que tanto buscaba, un traje Armani negro, corbata y
zapatos del mismo tono, junto con una
pulcra camisa blanca.
Sin querer ver mi
reflejo comienzo a vestirme; se siente extraño,
rara vez o mejor dicho nunca me había puesto un traje, siempre iba
vestido de jeans o pantalones de cuero, sudaderas y zapatillas o botas de
combate. Antes de colocarme la chaqueta, dejo bien escondido todo el armamento
que pudiera necesitar, dejándolo bien apegado a mi cuerpo para que no se note.
Al mirarme en el espejo ya vestido, la imagen que se muestra realmente me
sorprende… me veo casi bien, salvo por mi cabello y que se encuentra totalmente
picudo y desordenado, simplemente, nada que hacer con él; a Blay le gusta de
esa forma y por lo mismo no lo rapo como antes.
Salgo del walking
closet y Blay no se encuentra en la habitación, al cerrar los ojos logro
localizarlo en casa. Salgo de nuestro dormitorio y voy en tu búsqueda. Bajo la
mirada muy sorprendida de algunas shellans y las bromas pesadas de uno que otro
hermano te veo a los pies de la escalera esperando por mí.
BLAY
Mi cuerpo se
sentía saciado, después da las veces que mi nallum me poseyó, me sentía pleno y
lleno de energías. No había nada mejor que hacer el amor con él.
Me dirigí a mi armario después de sendas caricias y que no había forma de
despegarme de él. Hice acopio de voluntad y fui a mi armario, dejándolo
ensimismado en su ropero.
Elegí muy bien mi indumentaria. Descolgué un traje negro de Gucci, junto a una
camisa de Rahl Lauren también en el mismo color. Me dispuse a vestirme, acerque
mi mano al tocador para coger unos gemelos de oro blanco. Una vez equipado,
abrí una de las puertas que tenía en el fondo del ropero cogiendo mis preciadas
armas. Jodido infierno, hasta para una salida me gustaba ir preparado.
Me aproxime al espejo del baño, embadurnándome de perfume y dándome los últimos
toque. Jesucristo me sentía todo un galán de cine. El negro destacaba el rojo
de mi pelo y el azul intenso de mis ojos. Abrí la puerta de la habitación y
baje a las escaleras con tranquilidad. Aunque me sentía como un flan. No quería
que nadie viera esa parte de mí. Infierno estaba de los nervios. Al terminar de
bajar parte de la familia se encontraba deambulando por ahí.
Era una maraña de preguntas y risas. Todos bromeaban con el hecho de que
teníamos una cita. ¡¡Jodido infierno!! Frote mi cabello.
Un intenso aroma
profundizo mis fosas nasales, eche mi mirada hacia la escalera. Jesús estaba
hermoso, Qhuinn bajaba la escalera con una sonrisa, que me hizo enrojecer.
QHUINN
Baje las escaleras
y al momento en que hicimos contacto visual, el mundo a mi alrededor
desapareció, y una gran sonrisa se formó en mi rostro, se veía muy guapo y por
las tonalidades de gris, podía decir que seleccionó de manera muy adecuada el
traje, puesto que haría resaltar sus facciones. Al llegar a ti deslizo mi mano
en la parte de baja de tu nuca y doy un suave beso en tu cuello antes de ir a
tus labios. Contengo la necesidad de gemir al sentir que tus manos se van a mi
espalda, deslizándose lentamente. Un carraspeo de nuestra Reina me hace volver
a la realidad y dándonos buenos deseos,
mientras ella acomoda mi corbata, nos vamos.
A las afueras de
la mansión nos espera un coche, camino a la parte del conductor y tú te sientas
a mi lado, colocas tu mano en mi muslo mientras manejo y conversando de
trivialidades, llegamos a un muy lujoso restaurant. Al bajar el aparca coches
se lleva el carro, tomo tu mano y entrelazo nuestros dedos, me devuelves una
radiante sonrisa y hacemos ingreso al lugar. Veo nuestro reflejo en los altos
espejos, realmente parecemos modelos recién salidos de un catálogo Dolce &
Gabbana.
Hablo con la
recepcionista y el maître nos lleva a
través de los salones hasta el lugar reservado. Ojos curiosos nos miran al
pasar, en ningún momento he soltado tu mano. Me miras extrañado cuando salimos
del restaurant a la parte trasera, hacia los jardines, al bordear un lugar
lleno de unos altos arbustos, llegamos a nuestra mesa. Rodeado de velas en color
negro una mesa exquisita y pulcramente decorada, un frío champagne nos espera.
Silenciosamente el maître se retira para darnos privacidad, coges el champagne
y sirves un par de copas.
- Un brindis… por
esta noches, porque sea la primera de muchas que pasemos juntos nallum.
BLAY
En todo el
camino hasta nuestra llegada al restaurante, hablamos de todo un poco. El hecho
de que la familia ha aprobado nuestra relación, de las bromas que el
hermano Hollywood nos hacía, así lo llamábamos cariñosamente. Al salir de la mansión,
todos hay reunidos me hacían guiños y demás gestos.
Jesús... hasta
cuando tanto cachondeito, pensé divertido
Me quedo
totalmente alucinado, cuando al salir del coche Qhuinn entrelaza su mano con la
mía.
Entre risas,
entramos por la puerta del lugar, un maître nos lleva atravesando varios
salones hacia un gran jardín, iluminado con velas, todo denotaba una extrema
elegancia y buen gusto. El maître nos dio privacidad, se marcho no antes de
llenar nuestras copas con un delicioso champagne.
- Un brindis… por esta noche, porque sea la primera de muchas que pasemos
juntos nallum -sugirió Qhuinn-
-un brindis por alcanzar el amor nallum... replique.
El asintió dando
un pequeño sorbo a su copa yo le seguí de inmediato. Nuestras miradas se
encontraron tras beber de nuestras copas, dando a conocer nuestro profundo
sentimiento de amor.
Poco después, llego una camarera con una gran sonrisa en sus labios. Llevando
en sus manos la carta de la cena, junto con otra de vinos.
QHUINN
Suave música de
Frank Sinatra llena el ambiente mientras seleccionamos nuestras cenas y hacemos
el pedido, enarco una ceja divertido al ver como la camarera sólo se dirige a
ti para preguntar todo, coqueteándote descaradamente… no puedo evitar sentir un
poco de celos, pero a la vez la
situación es muy cómica, ya que es más que evidente que somos novios, y no dudo
que en algún momento te deslice alguna servilleta con su número de teléfono.
Al retirarse ella
con la orden entrecierro mis ojos divertidos hacia ti e inmediatamente tus
mejillas se colorean y estallamos en risas frente a la situación mientras
bromeamos sobre ella. Deslizas tu mano por la mesa en dirección a la mía que
gustosamente tomo y acaricio el dorso
con mi pulgar.
Aunque no veo en
colores, se por la gama de los grises se que tus ojos están más azules que
nunca y por un momento me pierdo y sumerjo en ellos, me acerco lentamente con
toda la intención de besarte
- Blay… me gustaría saber si…
La pregunta queda
inconclusa al ser interrumpidos por la camarera que trae el pedido, me vuelvo a
sentar correctamente sin soltar tu mano, sin embargo entra moviendo
descaradamente sus caderas y se nota que se retocó todo el maquillaje y aplicó
perfume. Intento no sonreír y mantengo mi mejor cara de póker mientras coloca
los platos en la mesa y se dirige a ti para consultar todo, negando cortésmente
y sin quitar los ojos de mí, despachas a la camarera.
- eres toda una
atracción para las hembras Blaylock – digo divertido
BLAY
Una suave melodía
nos envolvía. ¡¡Jesús!! Todo era perfecto, divertido pensé que se lo había curado.
Quien iba a imaginar que hace unos meses estaría en esta situación. Una sonrisa
ilumino mi rostro, observaba, cada detalle de él. Una caricia sugerente en la
palma de mi mano y furtivo beso en los labios.
Querida Virgen no
podre agradecer jamás esta dicha que me has dado. Un sueño hecho realidad. En
ese momento llego la camarera por un momento perdí las cavilaciones que mi
mente pensaba. Estaba coqueteando conmigo, demonios es que no se notaba que
estaba deslumbrado por el macho que tenía enfrente de mí. Llego con los platos
de nuestro pedido, consultándome estupideces... que cómica me parecía esta
escena. Qhuinn, sonreía como un bobalicón, se reía por verme en el aprieto que
me encontraba con la camarera.
- Eres toda una atracción para las hembras Blaylock - me dijo divertido.
- ¿Tú crees? yo solo tengo ojos para ti cabronazo.
Le conteste
frunciendo el ceño.
- ¿Que era lo que
querías preguntarme?
Le dije ya con una
sonrisa en mi rostro.
El sostuvo mi mano, la movía de un lado a otro, distraído quizás. Levante mi
mirada de nuestras manos, para comprobar que balanceaba su cabeza de un lado a
otro. No entendía porque de ese estado.
- Nallum... te encuentras bien... suéltalo ya... lo que tengas que decir
dímelo...
Le dije. ¿Qué
pasaba ahora? ¿Qué es lo que le ponía tan nervioso?... Miles de preguntas me
embargaron.
QHUINN
Evité responder,
me moría de nervios, a duras penas logre cenar y mantener una conversación
cuerda, mis manos sudaban y me sentía con el corazón acelerado, en el momento
del postre, ya no fui capaz de tocar bocado y me miras con mucha preocupación
dibujada en tu rostro.
- Estoy bien… no
sucede nada… es solo que… te tengo un regalo
Del bolsillo
interior de mi chaqueta saco una delgada
caja que contiene una gargantilla de eslabones muy sencilla de oro blanco
– Quería regalarte
algo especial… espero que te guste
En ese momento
comienza a sonar de fondo My Way de Sinatra, te colocas la gargantilla y antes
que respondas cualquier cosa ya que, por lo que veo estás muy sorprendido, me
pongo de pie y extiendo mi mano, la
tomas y colocando mi mano en tu cintura comenzamos a bailar lentamente al ritmo
de la música, me siento nervioso y mis manos sudan, siento como mi corazón está
desbocado por lo que pienso preguntar, pero durante estos meses todo ha sido
tan natural y espontáneo, estar con Blay están correcto. Nunca en mi vida me
había sentido tan aceptado y querido, sin prejuicios ni recriminaciones… simplemente
amado por lo que soy.
Mientras nos
movemos al ritmo de la música, mejilla con mejilla y muy juntos, susurro en tu
oído.
- Sabes… deseo
preguntarte algo… desde hace tiempo he querido hacerlo pero no encontraba el
momento adecuado ni la instancia… si aceptas no habrá nada ni nadie que me
impida cumplirlo, independiente de que lo que digan, te quiero conmigo para
siempre nallum… ¿Me aceptarías como tu hellren?
Te detienes
inmediatamente, jodido silencio me está matando. Te alejas unos pasos de mí
dándome la espalda, veo que te pasas las manos por el rostro.
BLAY
Terminamos de
cenar, ya solo faltaban los postres. La camarera, se dispuso a servirlo. Un
delicioso mousse de chocolate con nata.
No sé por qué
razón él no llego a tocar el postre. Desviaba la mirada, hasta creo que llegue
a oír un ligero ronroneo.
- Estoy bien… no
sucede nada… es solo que… te tengo un regalo
Me dijo sacando
una cajita del bolsillo interior de su chaqueta. Me alcanzo el regalo por el
anagrama de la caja era de una joyería exclusiva y cara. Sorprendido por el
detalle, la abrí quedando hipnotizado por lo que se encontraba en ella, Una
gargantilla hermosa. Por poco empiezo a llorar como una hembra de pura emoción.
Me coloque en mi cuello, ¡Dios mío! jamás me habían regalado nada y por
supuesto nada tan mágico como lo que llevaba colgando en este momento.
Mi nallum se levanto ofreciéndome su mano, la música había cambiado y en los
altavoces se oía una melodía de lo más oportuna. Juntamos nuestros cuerpos,
abrazados por la cintura, nuestros pies seguían el ritmo de la música, lento y
pausado.
- Sabes… deseo
preguntarte algo… - me susurro muy bajito pegado a mi mejilla - ¿Me aceptarías como
tu hellren?
¿Que… que? ¿mis oídos habían escuchado bien? Mis piernas se pararon, no podían
avanzar, me di la vuelta dejándolo patidifuso. Frote mi rostro algo nublado por
las jodidas lágrimas que empezaron a fluir. Gracias Virgen Escriba... gracias...
Estaba tan feliz y todo había sido tan inesperado, que no me salían las
palabras... Me volví de frente a él decidido a darle mi respuesta. El al verme
el rostro cubierto de lágrimas se acerco a mí.
-No... No estoy triste nallum... yo... yo... soy un tonto romanticón... y feliz
de lo que acabas de decir... Abrace su cuello con toda la fuerza que pude, mis
sentimientos estaban algo desvariados.
-Si... Si... Será un honor que seas mi hellren para toda la eternidad.
QHUINN
Al escucharte sentí
como si un gran peso me hubiese sido quitado de los hombros y me sentí tal liviano
que podría haber flotado, además, no me había dado cuenta que estuve conteniendo
el aliento mientras esperaba tu respuesta y mi sonrisa de millón de dólares fue
automática a tus palabras
Nos besamos
largamente, sentí la presencia de la camarera quien rápidamente desapareció de
escena, separándome un poco de ti, beso tus humedecidos ojos.
- La gargantilla tiene un motivo, ya que yo tengo puesta una igual a la tuya,
pues cuando salgamos a luchar podrás colgar en ella este anillo.
Saco de mi bolsillo una pequeña caja con dos alianzas de oro blanco, dentro de
ellas, van grabados nuestros nombres en lengua antigua
BLAY
Qhuinn, me besaba
todo el rostro, estábamos emocionados y llenos de un amor que sería eterno. Se
despego un poco de mi cuerpo llevando en su mano otra cajita, dentro había dos
alianzas de oro blanco con nuestros nombres gravados. Cogió mi mano y en
mi dedo anular la coloco yo cogí la suya y se la puse en el dedo indicado,
sellándolo con un beso.
- Lo antes posible
iré a ver a la Virgen Escriba para que autorice nuestra unión nallum... si ella
se niega, de todas formas llevaré tu nombre en mi espalda con orgullo y seré tu
hellren, nadie ni nada me lo impedirá, eso te lo juro Blay -me confesó-
-Y yo llevare tu nombre en la mía... Como muestra de mi amor y fidelidad a
ti... Te amo, inmensamente.
Le susurre en sus
labios antes de besarle apasionadamente.

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