viernes, 27 de febrero de 2015

Capítulo 14



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Y pasaron los dias…
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POV. Qhuinn
 Acomodo las gafas oscuras sobre mis ojos, el verano ya está aquí. Me apoyo en la columna de piedra y muerdo mi labio inferior, cierro los ojos y tiro la cabeza hacia atrás apoyándola en la columna. Siempre vengo a este rincón a meditar o quizá solo es mi necesidad de soledad...

-Como te extraño abuelo…  hoy me haces tanta falta…

Abro los ojos y observo el ir y venir de los estudiantes de mi escuela sin ser percibido, unas risas llaman mi atención, -quién dijo que la alegría era contagiosa nunca escucho esa risita irritante-…

Una silueta marrón -esa chaqueta la reconocería a kilómetros- atrae mi mirada, veo como sonríe a una chiquilla de segundo año, algo le ha preguntado la niña y al parecer la respuesta de Muhr le encanto por que se va con una sonrisa de oreja a oreja. Al parecer nuestra horrible experiencia cambió al antisocial Muhr, antes no estoy seguro si siquiera contestaba los saludos, menos las sonrisas y no sé si prefiero a este Muhrder o al antiguo… al fin y al cabo, ninguna sonrisa o saludo es para mí… no lo fue antes… no lo es ahora… no lo será mañana…

Muhr gira en redondo como si buscara algo o alguien ¿Habra sentido mi mirada? ¿Habrá escuchado mis resentidos pensamientos? No lo sé, pero su mirada se detiene en mi dirección. Sonríe y levanta la mano en señal de saludo. ¿Es a mí? Una sonrisa se empieza a construir en mi cara, empieza a caminar en dirección hacia mí, me enderezo y mi cuerpo por si solo se inclina hacia delante. La sonrisa que ahora ya es amplia en mi rostro no me dura mucho. Muhr nuevamente es interceptado por la misma chica de segundo año, que ahora vino con refuerzos, es rodeado por 4 niñas que le muestran algo, el me mira y eleva los hombros disculpándose, yo le hago una señal con la cabeza y mantengo la sonrisa, expresándole mi comprensión. –Total… estos episodios se vienen repitiendo desde esa noche ¿Algún día volveremos a estar a solas?- suspiro resignado.

Nuevamente me apoyo en la columna pero ahora me deslizo por ella hasta su base, termino sentado en su pedestal, ahora sí que estoy aislado del mundo, las plantas a mi alrededor ocultan mi presencia y eso es bueno, no quiero ver a nadie, ni que nadie me vea…

Echo la cabeza contra la columna y cierro los ojos. Si mi mente tuviera un interruptor en este momento quisiera ponerlo en off… estoy tan cansado…

Desde que ocurrió aquello que no deseo recordar había faltado a clases para hacer las declaraciones en la estación de policía. Habían sido jornadas largas y extenuantes, emocionalmente muy desbastadoras, el hecho de repetir una y otra vez todo lo sucedido me tenía agotado mentalmente.

Por lo mismo, fue que la policía nos derivó a Muhr y a mí a tratamiento psicológico. He de reconocer que el inicio fue difícil, sobre todo por el hecho de tener que confiarle a un desconocido todos los sucios detalles de lo que paso, sin embargo, eso mismo fue lo que al final facilito las cosas, puesto que él no conocía a los involucrados, era una persona total y absolutamente neutral en un territorio bastante peliagudo.


-Inicio del FlashBack-

-Cuéntame Qhuinn ¿qué te motivo ha ir a ese sitio?

-eso ya lo hablamos –ya me estaba sintiendo molesto- solo fui y ya.

-Sólo que aún no me queda claro… vamos dime ¿Por qué? –mis manos comenzaron a sudar y las froté contra las piernas de mis jeans, mi fastidio iba en aumento- solo unos días antes el no te simpatizaba, ni siquiera se hablaban, es más, eran completamente incompatibles, tú me lo dijiste, que le sucediera algo debería carecer de relevancia para ti ¿cuánto tiempo tuvieron una relación civilizada? Solo unas cuantas horas, sin embargo y a pesar de tu condición de salud fuiste a buscarle, además…

-No podía permitir que le hicieran daño a él –dije más para mi mismo-

-Disculpa, no te he oído

-¡Que no debía sucederle nada a él, no a él!  –aumenté mi convicción-

-¿y qué más daba lo que le sucedía? –Comenzó a provocarme- Tu mismo lo describiste como un… –comenzó a revisar sus apuntes- aquí esta. Mimado chico arrogante, que siempre te menospreció y miró en menos, él te consideraba inferior y esto no es algo que yo hay inventado, tú mismo me lo dijiste el día de ayer, de las miradas que te lanzaba en la escuela, de la de veces que le viste tratando mal a compañeros, de…

-¡¡Él me importa!! –Grité golpeando fuertemente mi puño en el sofá-

-¡¿y por qué te importa?! –Me gritó y todo mi control se fue a la mierda-

-¡PORQUE EL ME GUSTA! –tapé mi boca con las manos, no podía creer lo que había dicho, estaba horrorizado. Sentí una mano en el hombro, era el psicólogo que me brindaba una sonrisa de comprensión-

-Ahora sí que llegaremos a buen entendimiento Qhuinn, necesitaba que fueses sincero no por mí, sino por ti mismo, es la única forma de tener una buena terapia.

-¿Qué quieres decir con eso? –se puso en cuclillas frente a mi para mirarme directo a los ojos-

-Que esto es solo y únicamente para ti Qhuinn, mentirme u ocultarme cosas solo dificultará tu aceptación y recuperación de todo lo sucedido jovencito, mientras seas sincero en lo que sientes y piensas yo podré orientarte de la mejor manera que pueda, de lo contrario solo será tiempo perdido.

-Fin del FlashBack-

Después de aquella revelación, todo resultó un poco más fluido, le conté todo lo que había sucedido entre Muhrder y yo, el lograba comprender sin juzgar y me brindó buenas orientaciones y herramientas para sobrellevar lo sucedido en ese estudio con Levi, aunque al final de cada sesión terminaba tan agotado que solo llegaba a la casa de los Black a encerrarme en el cuarto y tirarme a la cama, nadie me molestaba.

Gracias a que la hermana de Muhr habia prolongado su viaje de intercambio, yo tenía un dormitorio individual, la Sra. Black un día me sorprendió presentándome a Selena por skype, es muy bonita y al parecer tiene un corazón de oro, ella misma me invito a usar su habitación como propia y que esperaba poder conocerme pronto, su comentario de “siempre quise un hermano guapo” fue la frase que rompió el hielo y nos hizo reír a todos. Me hizo sentir parte de ellos. Solo faltaba Muhrder.

La primera semana pasó así, estación, terapia y dormir. Ya la segunda semana retomamos las clases. Eso fue recomendación de los sicólogos, debíamos retomar nuestras vidas donde las dejamos  seguir adelante. Pero yo ya no vivía en mi casa y ahora tenía que integrarme a una rutina familiar nueva –desde mi abuelo no recuerdo haber tenido algún tipo de rutina familiar- y considerando nuestra pequeña tregua emocional con Muhrder, la situación era algo densa.

Yo dedique esos días “familiares” a la evasión, me encargue hábilmente de no encontrarme con él, me dolía  no verle pero sabía que era lo mejor, como me dijo el psicólogo “uno no puede inducir u obligar a otra persona a que cambie de un día para otro”, quizás es lo mejor que el siga su vida con alguna linda chica -como aquella porrista con pocos sesos que le sigue como perrito faldero y que va colgada de su cuello y brazo durante todo el maldito día-… si… hiervo en celos, pero no me queda de otra que tragármelos, para mí no hay ni la más mínima esperanza, todo quedó bastante claro. Muhrder sólo es un hetero-curioso que quiso probar lo que se siente besar a un chico y yo como muy buen idiota me dejé llevar.

Desde aquel fatídico día entre Muhr y yo, hay una gran barrera invisible que nos separa, hablamos y todo guay, llevamos una relación “políticamente correcta”, pero no hay conexión, y lo más triste es que pienso que nunca la volveremos a tener.  Si solo pudiéramos sentir como sentimos aquellas 24 horas donde estuvimos tan cerca que incluso podría…

-¡Para ahí! Basta de ser un rumiante de sucesos pasados que son eso mismo… pasados -me amonesté a mi mismo-

-Oye Qhuinn, ¿te molesta si te vas solo a casa?- abrí los ojos de golpe y el corazón se me subió a la cabeza, que susto joder! No lo oí venir…

-¡Ey amigo que susto me has dado! – Muhr sonrió travieso-

-Pero si hice más ruido que una manada de porristas tras un tío bueno… o sea yo... –rió y yo le sonreí intentando me salga creíble. - Es que quedé de juntarme con Diana- Esa mañana habíamos acordado que regresaríamos juntos a casa, pensé que por fin podríamos hablar. Intente con todas mis fuerzas ocultar mi decepción.

-Tranquilo- Me puse de pie- No hay nada que explicar hermano, -sonreí de manera correcta- pierde cuidado y no te preocupes por mi - un par de golpes juguetones en su brazo- igual tengo que ir a mi casa por algunas cosas y ver si todo está en orden. Nos vemos más rato.

Comencé a caminar sin esperar su respuesta, lo deje parado en mi lugar secreto –ahora no tan secreto- no tenía pensado ir a mi casa pero bueno, con esto adelantaría la visita que tenía que hacer mañana, debía de ver cómo estaban las cosas, comprobar las cerraduras, regar las plantas, lo de siempre. Mis padres aún no daban signos de aparecer y tenía que chequear todo, además de sacar algunas de mis cosas. Evitaba hacer la colada en casa de los Black, ya me parecía un abuso de confianza. Así que usaba mi casa como lavandería.

Mientras hacía el recorrido lentamente hasta la puerta de salida de la escuela, dejando atrás los jardines y el estacionamiento, pensaba sobre esta mañana, todo había sido muy extraño. Él con su grupo de amigos todos pijos y yo con Vlad pegado a mi costilla todo el día como mi sombra. Vladimir, es un gótico como yo, compartimos los gustos en música y comida chatarra, por lo general somos el par de bichos raros de la escuela, lo cual no me extraña considerando lo pequeño que es este pueblo, y por lo mismo es que nadie se quería relacionar con nosotros, debe ser porque no hay mas góticos a la vista, de seguro que nuestra apariencia y mala reputación tampoco ayudaba… el último rumor que llegó a mis oídos fue que Vlad y yo fuimos atrapados por el celador del cementerio en pleno ritual satánico en donde supuestamente quemábamos una biblia e invocábamos a Satanás ¿de dónde salían semejantes burradas? Tal vez nunca lo sepa, pero tampoco hacíamos algo para desmentirlo, todo lo contrario, a cada cuchicheo de vieja que se rumoreaba, más instábamos a que aquello era real, nos divertíamos mucho con las reacciones de la gente. En más de una ocasión nos “sugirieron” hablar con el pastor del templo. Por otra parte, Vlad es mi único mejor amigo, con él no me sentía tan diferente y en ocasiones me daba la sensación de que era más perceptivo e intuitivo de lo que aparenta, su mirada hacia mí se sentía como un scanner de rayos X, y lo que más agradecía de él es que siempre ha estado a mi lado, no importando lo que pasara. Realmente es un muy buen amigo.

-¡Oye, Qhuinn espérate!

Esa voz de soprano la reconocería incluso dentro de una discoteca. Con 15 centímetros menos de estatura que yo Vladimir era mi compañía segura en mis días de escuela. A penas llegó corriendo se montó en mi espalda.

POV. Muhrder Black
Y ahí se iba… y yo solo podía apretar los labios y mirar su espalda…

Todos estos días estuve fluctuando entre la consulta del centro de salud mental del estado y la estación de policía, nuestros nombres habían sido retirados de los informes y sepultados por nuestra seguridad, así como los nombres de todos los demás menores de edad que fueron víctimas.

Me entere que Levi falleció en el quirófano, su corazón no supero la operación, la pérdida importante de sangre fue un agravante. Esto realmente me alegro, tipos como el no deberían existir. Su muerte fue considerada en defensa propia y no se levantaron cargos. Ya ni siquiera habría un juicio. Con su muerte todo termino.

Bruce y Jenny, al parecer están colaborando con la policía para evitar ir a prisión. Por lo sabido, era la primera vez que Bruce había sido invitado a participar de las grabaciones y abusos, aunque eso no lo exonerara de sus buenos años en prisión.

Jenny, por otro lado, era una ex-prostituta a la que le pagaba bien y al parecer no era tonta ya que tenía una libreta con los nombres y contactos de Levi, "sus clientes" como él los llamaba. Con eso su abogado está negociando su libertad condicional, ella alego no saber que los "actores" eran menores de edad y como ni Qhuinn, ni yo vamos a testificar, eso la deja con una posibilidad de libertad. En fin, un par de lacras menos para la sociedad.

Sin embargo, lo más difícil de todo lo que había sucedido en esos intensos días no habían sido los constantes interrogatorios de la policía, ni las constataciones de lesiones físicas o las visitas constantes a la estación, lo que más me desgastaba emocionalmente era el mantener la tapadera frente al psicólogo.

De ninguna manera este loquero o alguien iban a enterarse de mi desliz…

-Inicio del Flashback-

-Muhrder –rascó su mentón mientras observaba sus notas- me has hablado de cada detalle de lo sucedido con Levi, sin embargo hay algunos aspectos que no me has contado aún

-¿De qué hablas? Solo pregunta y responderé ¿no es eso lo que hemos estado haciendo todas estas sesiones? –Entrecerró los ojos-

-Háblame de Qhuinn

-Pues ya te lo he dicho –dije con calma- él es un chico que estudia en el mismo lugar que yo y resultó ser que fuimos al estudio por el aviso que colocó Levi y…

-Todo eso me lo has contando, pero ¿Qué te pasa con él? Eres bastante frío al y superficial cuando se trata de él –entrecerró los ojos como si sospechara y crucé mis brazos mientras le escuchaba- de hecho… y puede que esté equivocado, pero evitas hablar sobre él ¿ocurre algo? ¿Deseas contarme alguna cosa que se relacione con él?

-A ver, si no hablo de él es porque no hay mucho que decir al respecto –me recosté hacia atrás en el sofá intentando aparentar tranquilidad- él es solo un chico que tuvo la mala suerte de vivir esto conmigo y si, es cierto que ahora está viviendo temporalmente en mi casa, pero no es que seamos amigos ni nada, mis padres se sintieron conmovidos por lo que le pasaba y pidieron la patria potestad temporal, por lo que sé el cumple la mayoría de edad pronto y se irá. Nunca hemos tenido una relación cercana, es más, ni siquiera nos saludábamos y ahora solo tenemos cercanía porque compartimos el techo, pero hay que ser realistas, él es muy distinto a mí, jamás encajaríamos ni siquiera en una amistad, nuestras expectativas a futuro son muy distintas… es solo cosa de verlo a él y a mí, simplemente no somos compatibles en nada. Además a él le gustan los chicos y yo soy hetero, es más, he ganado una beca y me voy con una amiga a estudiar fuera, jamás le veré de nuevo… jamás

-Vale, imaginemos que te creo todo eso, solo te haré una pregunta y no espero tu respuesta ¿esperas convencerme a mi o a ti mismo con eso?

-Fin del flashback-

Lo cierto es que mientras observaba la espalda de Qhuinn alejarse de mí, pensé en esa pregunta nuevamente.

Mis manos se hicieron puños y me repetí la respuesta, la misma respuesta que me dí en aquella oportunidad. “No tiene sentido siquiera meditar en la pregunta, así de simple. Mi futuro ya está trazado y sólo debía enfocarme en eso, la beca estaba casi lista y me iría con Diana, estudiaría en la universidad y todo esto quedaría atrás como un recuerdo digno de olvidar, mi vida debía seguir adelante y no debía desviar mi camino, ya estaba todo listo, no había vuelta atrás”.
Sin embargo, y a pesar que me lo repetía a diario para convencerme, me sonaba tan falso. Todo lo que nos había pasado había dejado huellas en mi, marcas que por más que trataba de tapar, no podía, son como un ente vivo que está allí siempre. Era increíble pero en la escuela todo seguía igual, aunque yo mismo ya me sentía distinto. La bondad de haber adelantado trabajos, impidió que me retrasara. Yo mismo busque a Diana y estaba feliz de que retomar los estudios juntos.

De recuperar mi vida.

Adoraba a Diana, además de hermosa, es muy inteligente. Nunca se resintió conmigo a pesar de estar consciente de los rumores que se extendían por toda la escuela de que teníamos una relación, lo que más admiraba de ella era su frescura ante el hecho de que supuestamente era la cornuda más feliz de la escuela, porque también se rumoreaba que yo era infiel, que me levantaba a todas. No sé cómo diablos podría haberse iniciado un rumor de ese tipo, pero la verdad, egoístamente, hoy bendigo esa boca maligna, porque necesito sentirme muy macho… y sacarme unos ojos bicolor de la cabeza.

Todo el fin de semana pasado, me la pase buscando esos ojos por doquier, necesitaba hablar con él, explicarle que la decisión más acertada es mantenernos alejados y guardar las distancias,  que lo más sano es que no tenga nada que ver  conmigo, puesto que así todo podría volver a ser como era antes, ya falta poco para que acabe la escuela y será libre para elegir qué vida vivir y todo lo sucedido sólo será un mal recuerdo digno de olvidad. Podrá ser libre de realizar sus sueños y yo me iré a la universidad. Cada uno podrá tomar el rumbo que desee

-¿Y ahora?... ¿ahora qué Black? ¿Continuarás diciéndote eso para convencerte?- dije en voz alta mientras veía como Qhuinn llegaba a las puertas de la escuela…

Comencé a seguirlo, mies pies se movían sin esperar ordenes de mi cerebro, tenía que hablar con él sí o sí, necesitaba decirle lo que consideraba mejor para nosotros, pero me detuve en seco cuando vi al enano bufón de Vladimir brincarle encima a Qhuinn. Ya estaba muy cerca, podía escuchar sus risas. Una rabia que no sabía que tenía, me hizo apretar los puños y unas ganas de arrancarle los brazos a ese renacuajo, me hizo apretar los labios. Qhuinn reía mientras le sujetaba de las piernas y se lo llevaba en upa al menos unos metros más, lo soltó y lo abrazo, se fueron abrazados hasta salir de mi visión. Mi corazón latía con rapidez y una sensación de malestar estomacal me embargo, quería vomitar, ¿adónde me dijo que iría?, ¿a su casa?, ¿a solas con ese enano?

Estarían a solas por horas, la verdad de aquello me hizo ver todo rojo y empecé a caminar hacia la salida. Hacia ellos.

-Que se joda el idiota ese, que haga las mierdas que quiera con ese imbécil enano de puta madre. Como si me importara. Como si lo fuera a impedir.–balbuceaba mientras caminaba furibundo hacia la salida.

Estaba tan encabronado que no la oí, fue su mano en mi hombro la que me detuvo.

 -¿Adonde crees que vas Muhr? ¿Acaso no me escuchaste?- podía notar un rasgo de risa en su tono severo.

Respiré hondo e intenté retomar mi control antes de girarme para verla hacer un puchero. Diana era hermosa, tenía el cabello rubio y los ojos celestes rodeados de hermosas y espesas pestañas, ¿por qué no me siento atraído por ella? debería sentirme así ¿qué hay de malo conmigo?

-A buscarte obviamente... –le di un rápido piquito en los labios como de costumbre y ella enarco una ceja e inclino la cabeza-

-¿y pensabas que estaba en la salida? –Rio divertida- eres más inteligente que eso Muhr, ¿a dónde ibas? o mejor dicho... ¿tras quien ibas? -me puse serio y respingue… es cierto… ¿A dónde iba?¿tras quien iba?-

-¿de qué hablas?  -ella se acerco y me tomo de la mano, entrelazo sus dedos conmigo y no me resistí, tantos años juntos habían desarrollado una intimidad con ella que pocos entendían-

-Te perdí de vista por días Muhr, se que algo ha sucedido y sé que no me lo contarás, pero soy intuitiva, antes odiabas a Lohstrong y ahora… ¿vive en tu casa? -me sorprendí-

-¿Como supiste eso? Nadie lo sabe excepto la poli -sonrió condescendiente-entiendo, tu padre es policía –asintió-

-Y como sabes, parte de ser buena hija de policía es que nunca debes revelar tus fuentes –digase “escuchar tras alguna pared”, la mire enojado- siiii… lo sé, tengo que dejar de escuchar tras las puertas, pero ni te atrevas a regañarme, que siempre has disfrutado de la información que compartía contigo -hice una mueca-

-Nadie debe saberlo Di, al menos no por ahora, faltan poco tiempo y esto termina. -ella frunció el ceño, intrigada-

-¿termina qué?- preguntó, apreté los labios y la miré fijamente.

-Mierda… –Suspiré con fastidio. –Haz lo que quieras Diana.

-Ummm alguien esta de mal humor… Relajate Muhrder, tampoco es tan importante. –Ella se acerco hasta quedar pegada a mi cuerpo, subió el rostro y yo la miré, me sonrió coqueta.- Ummm…¿le estas pidiendo a tu mejor y única amiga del alma que te guarde un secreto? ummm... ¿Qué haré? –miró hacia un lado y golpeo ligeramente su labio inferior con su dedo- Voy a pensarlo... a ver... sobórname…-le di un beso en la mejilla- no se… aun no estoy convencida –le di un beso rápido en los labios, ella rió y se estremeció.

Y lo que yo sentí fue… nada.

 -Gracias Diana. Ahora vamos a estudiar. – La giré y la tome de los hombros empujándola a caminar delante mío.

-Nada de gracias –Me miró por sobre su hombro y batió sus pestañas coqueta - Después me pagarás este favor de la mejor manera que tu sabes – Susurro coqueta.

Le sonreí, se libero de mi empuje, se colgó de mi brazo y así nos fuimos a la biblioteca. Diana tenía la capacidad de llevarme a su mundo feliz, de olvidarme de las mierdas que estuviese pasando y en este preciso momento, yo necesitaba eso.
  
POV. Qhuinn Lohstrong
 Pasaron más días desde la tarde en la escuela, casi un mes desde ese sábado maldito. Y la brecha entre Muhr y yo se hacía cada vez más amplia, sus salidas con Diana eran muy habituales, incluso era difícil pillarle a solas, siempre ella le estaba revoloteando y era usual encontrarle en la casa a toda hora, nada podía hacer al respecto y comenzaba a sentirme como la mascota recogida, durante mi tiempo en la casa de los Black la pasaba encerrado en el cuarto o simplemente me quedaba hasta altas horas en la casa de Vlad, estudiar era una excelente escusa. ¿Tal vez debería irme?  Aunque la verdad estas eran las últimas semanas de clases, estábamos rindiendo los últimos exámenes y…

-¡Oye! –zape en mi brazo- ¡Que te estoy hablando!

-Lo siento ¿Qué decías? –Dije cual autómata. Mi mente no estaba en esta conversación.

Vlad comenzó a hablarme de su nuevo amor, estaba teniendo un romance a escondidas con una chica del club de teatro y que por prejuicios tenían que verse fuera el colegio. Yo era algo así como su cuartada para reunirse con ella. Su mensajero y en el peor de los casos el chivo expiatorio si alguien los descubría.

Sin embargo, por más que trataba de tomarle atención a “su último plan romántico” mi mente se iba hacia el chico que tenía su cuarto al inicio del pasillo, cuyo cuerpo estuvo presionado junto al mío y me llevó a conocer el más impresionante placer que jamás había imaginado.
  
-¡Auch! Eso dolió – Este nuevo zape si fué con ganas.
  
-Joder Qhuinn, desde hace días que tienes la cabeza conectada con tu culo. Si me descubren será tu culpa y me voy a cabrear. –gruño Vlad. Y tomó su sándwich con ambas manos y le dio un mordisco con rabia. Luego su cara cambio a casi orgásmica y tragó. Tras saborear me miró y volvió a su cara de enojo.

Me senté derecho en la silla, estábamos en una mesa de la cafetería, la más alejada del centro, el comedor era grande y a esta hora no quedaba mucho alumnado en la escuela.  Aquí podíamos conversar sin tener que susurrar. Supuestamente me quedaba en tutoría pero en realidad, me quedaba charlando con Vlad.

- Tienes razón… estoy algo cansado- Mentí. El estaba en lo cierto, tenía la cabeza conectada con mi culo, mis pensamientos no valían una mierda. Y no solo con Vlad, mi desempeño en los exámenes había sido bajo la “Ley del Mínimo Esfuerzo”, tan solo aporté lo justo y necesario para poder egresar de este sitio lo antes posible, ya había investigado algunos lugares e irme al norte era la opción que más me atraía, la vegetación y el clima frio eran una tentación demasiado atractiva, allí podría dar un nuevo inicio. Mis recursos económicos no eran muchos, pero los suficientes como para poder solventar algunos meses mientras buscaba algún trabajo. En estos momentos no sería exigente con eso, mi objetivo principal era largarme de este pueblo y olvidarme de mis padres.

Extrañaba a Muhr.

Aunque el tiempo que estuvimos juntos consistió en poco más de 24 horas, para mí fue muy significativo, a él le conté cosas que nadie sabe y añoraba aquella complicidad que se había perdido y lo que sentía por él aún se siente como un ente vivo dentro de mí, por lo mismo no me acercaba, aunque me mataba por dentro verle tan cercano a ella, él dejó las cosas muy claras… pero bueno… los sentimientos no tienen cerebro.

Vlad es buena compañía, lo es… si quisiera matar el tiempo, salir a fiestas y darme reventones, pero eso ya no es para mí, no desde que mi mejor amigo había fallecido por sobredosis en uno de “aquellos reventones” hace un tiempo atrás. Desde ese momento el curso de mi vida dio un vuelco y se asentó la idea de largarme de este lugar.

Necesitaba hablar con alguien.

No…

Necesitaba hablar con Muhrder.

Debía intentarlo. Despidiéndome de Vlad salimos del comedor, él se fue a trote a encontrarse a escondidas con su chica y yo con algo de nervios me dirigí a la salida. Tenía que llegar a casa de los Black. Hice todo el camino a pie, estaba en etapa de austeridad.
El Dr. Black, nunca me cobró ni las consultas, ni los análisis, bendito hombre, así que tenia esos fondos y todo lo que pudiera ahorrar hasta terminar la escuela.
El recorrido me sirvió para pensar en cómo acercarme a él, como lograría que me diera algo de su tiempo para contarle mis cosas, esto no podía quedar así ¿verdad?… tal vez ser… ¿amigos? ¿Qué tan malo podría ser? Al menos así sabría de él… algo es algo…

-Joder…que patético – susurre al llegar al umbral de los Black.

Armándome de ánimo entre a la casa.
  
POV. Muhrder Black
 -¡Ya son las últimas semanas y por fin terminamos! – El entusiasmo de Diana siempre me hacia sonreír.

Efectivamente, ya me habían aceptado en la universidad, mis padres habían hecho el pago de 5000 dólares y Diana iría conmigo. Todos en casa estaban contentos porque mi futuro se veía brillante. Diana, no paraba de parlotear acerca de lo que haríamos en el verano, ella soñaba con que fuéramos a Europa de mochileros, yo no quería gastar lo poco que había ahorrado y menos en algo tan superficial. Era consciente de la fuerte inversión que habían hecho mis padres para pagar la Uni y aunque ellos me animaban a no dejar pasar la oportunidad, mis entrañas se negaban.
Y su constante "Dianita es tan buena niña" no ayudaba en mi ánimo… me tenían cabezón con su intento de emparejarnos.

Es verdad, Diana es perfecta para mí, es preciosa, muy inteligente, estudiosa, responsable y lo mejor de todo gentil y bondadosa. Pero odio que me presionen. Quizá las cosas se relajen y las cosas fluyan entre nosotros cuando estemos solos e instalados en la universidad.

Con Qhuinn casi no cruzábamos palabra, llegaba tarde o se la pasaba encerrado en su habitación, comía con mi madre o mi padre, yo me la pasaba en la biblioteca o en casa de Diana o en el salón estudiando con ella.

Realmente estas últimas semanas fueron de locos. Cada mañana que salía de mi habitación miraba el dormitorio de Selena, sabía que Qhuinn estaba tras esa puerta. Muchas veces me detuve frente a ella con la intensión de tocar pero algo siempre surgía y no me dejaba concretar la acción, inclusive mi hermana un día me comentó por el whatsapp que tenía una cita con Qhuinn por skype.

¿Es que hasta mi hermana compartía con el más que yo?

¿A quién quiero engañar? No era el destino huyendo de mi, era yo huyendo de él. Qhuinn representaba un lado desconocido de mí, un lado que no sabía si quería conocer.

Arrastre mi cabello hacia atrás y me enfrente a la mirada risueña de Diana, hoy tocó estudiar en mi casa, mis padres no estaban y Qhuinn seguro que se quedaría con el pequeño Vlad. Siempre sospechare de esa amistad, nunca he visto a ese enano con una chica y si... ¿y si está enamorado de Qhuinn? …Mierda… ¡¿a mí que debe importarme eso?.!

Diana trono los dedos frente a mi.

-Bueno, si ya terminaste de soñar despierto, ¿volvemos a lo nuestro? -la mire extrañado-

-¿lo nuestro? -ella rio y sostuvo los papeles frente a mi cara-

-Nuestro futuro gran oso -reí tontamente ante su forma de hablarme-

Me recosté en el sofá y ella se acomodo entre mis piernas abiertas, sostuvo el libro abierto y yo leía por sobre su hombro, podía oler su fragancia, el olor de su cabello, la olisqueé y ella rio.

-Muhr, deja de olerme ¡joder! –Reí y enterré mi cara en el hueco de su cuello, olisqueando como sabueso.

Ella se removía riendo entre mis brazos y yo le hice muchas cosquillas, ella se libero y giro sobre si misma quedando sentada a horcajas sobre mí aun riendo, la risa comenzó a menguar y nos quedamos mirando fijamente mientras su rostro se acercaba al mío… Yo la sostuve de las caderas y sonreí. Sus manos comenzaron a deslizarse furtivamente bajo mi remera. Abrí los labios y miré los suyos…

-Oso…




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