viernes, 26 de septiembre de 2014

Capítulo 9



T
IAGO
Y caí en su departamento. 

Jess es mi compañera de trabajo y desde hacía bastante tiempo que me coqueteaba con esmero, tal parece que mientras más le rechazaba más insistente se ponía. Tal vez no estaba acostumbrada a que le digan “NO”. Detrás de mí, la puerta se cerró con un duro golpe dado por ella. Sus labios eran exigentes contra mi boca, besándome como si deseara robarme hasta el último aliento, intentaba ella meter su lengua en mi boca, lo cual evitaba a toda costa. Mientras, sus manos recorrían mi cuerpo, deslizándose bajo mi camiseta para acariciar mi pecho desnudo.

En ese instante, ella presionó su pequeño cuerpo contra el mío, presionando sus generosos pechos contra mí mientras me retenía contra el muro más cercano. Su departamento era pequeño y de un solo ambiente, estaba amueblado con una cama, un ropero, una mesa pequeña con dos sillas, una cocina e imagino que tras aquella puerta está el baño. Se podría decir que mi departamento con Xander era un solo un poco más grande que este, con la diferencia que ambos teníamos dormitorios por separado.

Jess es guapa, podría ser la protagonista de el sueño masturbatorio de cualquier hombre. Pero por encima de todo, ella estaba más que dispuesta a ir a la cama conmigo. Mejor que eso, no fue necesario ningún tipo de coqueteo, seducción o preparación para obtenerlo y di gracias a Dios por eso, ya que no tengo puta idea de cómo hacerlo. Es más, estaba más que dispuesta haciéndose cargo de todo, igual que ahora cuando ella sacó su camiseta para arrojarla a cualquier parte. Quizás es una práctica habitual para ella: poner en mira a algún chico, llevarlo a su casa y follar sin tapujos ni compromisos.

Jess tomó mis manos, que habían estado en su cintura en todo momento y las colocó sobre sus grandes tetas tapadas con un corpiño, aunque quizás decir “tapadas” era demasiado, aquella cosa era transparente, diáfana y tan pequeña que si respiraba profundo seguro que se le arrancaría una o explotaría la tela. Miré hacia abajo, donde mis manos se posaban y apreté su cuerpo de una manera mecánica, era como si no fuera yo el que le tocaba. Me sentía como si estuviese viendo una película porno mediocre, explícita a ciencia cierta, pero apenas tentadora. Ella dejó caer su cabeza hacia atrás y cerró sus ojos.

-¡Así cariño, así!

Chilló colocando sus manos sobre las mías haciendo que le apretara aún más fuerte y bueno, obedecí, aunque fue solo porque debía hacerlo, no porque me daban ganas.

Quizás si la besaba con ganas, me podría poner más en esto. Después de todo carecía de toda práctica con referencia a las mujeres. De hecho jamás había siquiera besado o tocado una. Es curioso que me diera cuenta de eso ahora, claro que no significa que no hubiera encontrado la satisfacción sexual después de todo ¿Qué hombre no se masturbaba en la ducha después de despertarse? ¿O antes de ir a dormir? Yo era como cualquier hombre, buscaba el alivio por mi propia mano cada vez que lo necesitaba.

Deslicé mi mano por su nuca y la atraje hacia mí, presioné sus labios en mi boca y la besé. Mi lengua se deslizó para explorarla y la de ella se adentró tan profundo que habría jurado que quería masajear mis amígdalas, tomó todo de mi evitar las nauseas, sin embargo, la emoción que esperaba que pasase por medio de las venas no se materializó, de hecho mi estómago se revolvió y no de buena manera. Por otra parte, mi corazón latía tan uniformemente como antes, ningún tipo de alteración había sucedido, ni mariposas en la panza ni emoción por el momento, pienso que sentiría lo mismo a que si estuviese viendo en el Discovery Channel el capítulo sobre el estilo de vida de un perezoso.

Haciendo un mayor esfuerzo para que las cosas resultaran, tomé el corpiño y tiré de la cosa permitiendo que sus pechos se derramaran frente a mí. Parecían casi rígidas, eso me hizo cuestionarme si eran reales o no. ¿Una chica de su edad, y ella no podía tener más de 19, teniendo implantes de silicona? ¿En serio? ¿Por qué alguien pondría algo tan extraño en su cuerpo? Los miré cuestionándome aquello.

La mano de Jess paso por mi entrepierna, deslizó sus dedos a lo largo de la cremallera de mis jeans, aquello me sacó de mis pensamientos y me trajo de nuevo al aquí y ahora.

-¡Oh!

Suspiró con decepción cuando ella apretó haciendo notar que algo no estaba funcionando como debería. Cuando pasó su mano una vez más, le retuve  deteniéndola de tocarme más mientras mi rostro lo sentía arder por el color de la vergüenza.

-¿Te pasa algo malo? –Dijo con los labios fruncidos-

La verdad es que todo estaba mal. No había logrado tener una erección y cualquier chico con 18 años de edad lo estaría en las mismas circunstancias, sin embargo ahora, con una chica medio desnuda que tenía ganas de agradarme, mi polla estaba colgando como una vieja muñeca de trapo, blanda y sin involucrarse. Como si se tratara del apéndice de otra persona. ¿Por qué coño no se me pone dura? ¿Por qué  mi polla estaba dormida? ¿Qué diablos me pasaba?

Cerré fuertemente mis ojos y evoque imágenes que pondrían a cualquier hombre cachondo: mujeres desnudas se inclinaron sobre los muebles, mujeres desnudas con grandes tetas y coños depilados, incluso mujeres haciéndolo con otras mujeres. Sin embargo, mi polla se mantuvo en un estado semejante a la muerte, ni un solo glóbulo rojo despertándola.

De la nada el recuerdo de la semana pasada se filtró a mi mente. Estábamos acostados en la pequeña cama Xander y yo. La sensación de su satinada piel bajo mi tacto, la sensación de palpar su plano y marcado abdomen con mis dedos, sentir su dura polla contra mi muslo, mis sentidos inundados con la rica fragancia de su piel que me hacía evocar aire puro y menta…

-¡Oh! mira, yo sabía que iba a trabajar

Una voz femenina me sacó de mis pensamientos y me trajo al presente inmediato, abrí los ojos y vi a Jess. Ella había abierto mi bragueta y había sacado mi polla. Una polla totalmente erecta y ahora estaba envolviendo  su mano a mi alrededor. Estaba tan duro como una barra de acero, pero en el fondo sabía que esto no estaba bien, porque no había conseguido estar duro como roca por ella. Me había puesto duro por pensar en Xander.

Mientras pensaba en un hombre.

Y no cualquier hombre… él es mi mejor único amigo.

El que duerme acurrucado cada noche a mi lado.

Me disgusté conmigo mismo, agarré su mano y la jalé fuera de mí.

-No puedo hacer esto.

-Por supuesto que si puedes –Ronroneó y frotó con descaro sus pechos contra mí, una acción que me dejó totalmente frío-

¿Por qué no estaba haciendo lo que ella quería que hiciera? ¿Por qué no la estaba follando? Al menos así podría demostrarme a mí mismo que no había nada malo en mí, que seguía siendo la misma persona que siempre había sido: un joven heterosexual que deseaba mujeres.

-Vamos Tiago, sé que lo quieres –Deslizó sus manos sobre mi culo acercándome-

Si, lo quería, pero no con ella. Estaba tan caliente como nunca había estado, pero sabía instintivamente que mi polla se marchitaría como una flor seca si trataba de tener relaciones sexuales con Jess y la verdad, es que no iba a añadir este tipo de humillación en mi psique ya maltratada. Sólo tenía que empujar todo esto lejos y pretender que nada había pasado, solo seguir como siempre.

Lo había logrado en la última semana, estaba tomando turnos extra en la cafetería extendiendo aún más mi horario y cogiendo otro empleo temporal en una heladería, necesitaba el dinero con urgencia, el plazo se acercaba, pero también necesitaba mantener mi mente ocupada para evitar a toda costa pensar en lo que sentía.

A penas y logre poner tierra de por medio tras dejar a una Jess totalmente frustrada y rabiosa, aún podía escuchar sus agudos chillidos mientras me gritaba de todo mientras salía de su departamento. Desenvolví un chupetín de cereza con desespero, gimiendo ante la explosión de sabor en mi boca, el palito se movía de un lado a otro por mis labios mientras sacaba mi móvil, necesitaba un desahogo
_______________________________________________________________
De: Aprendiz de Mago
Fecha: 14 de Octubre 0:13 am 
Para: Peter Pan
Asunto: Ser o no ser… he ahí el dilema

No te puedo dar detalles de lo que pasa ahora, pero si te puedo decir que actualmente ya no se qué pensar de mi mismo, estoy un tanto confundido y mi gran problema es que me aterra enfrentarme a esta situación. Siento que se me escapa de las manos, no sé cómo hacerle frente



Aprendiz de Mago
Aspirante al papel de Hamlet
______________________________________________________________

No hay comentarios:

Publicar un comentario