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A
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LEXANDER
Los días en
el Santuario fueron simples pero tremendamente pasionales. Simples porque un
ritual de comer, dormir e ir al bar, para ver a Ang cantar. Pasionales porque
con solo verlo se me encendía la sangre con las ganas de estar en sus brazos y
así terminábamos en las primeras horas de la mañana, que era cuando volvíamos a
la habitación y pasábamos toda la mañana amándonos. Pero sabía no podía seguir
así, debía volver a la oficina, revisar las inversiones, y llevar a cabo varios
planes. Pero cada vez que tocaba en tema, Ang solo negaba y terminaba bajo su
cuerpo, recibiendo sus caricias y silenciado por su boca, al besarme. En esos
momentos me repetía que no quería que me arriesgue a volver afuera y que Amy me
ataque. Acepté por unos días porque se podía decir que eran unas merecidas
vacaciones, pero ya no podía dilatar el momento. Ahora desde el baño en donde
me rasuraba escuchaba su gruñido y el andar por la pequeña habitación.
- Lex, si aparece Amy, te colocarás detrás de mí, y si esa sabandija le sigue,
que es seguro -otro gruñido sigue a eso- te defenderás con esa daga que te di,
directo al corazón. -Niego al enjuagar el resto de jabón-
-¿Un disparo no sería mejor? -salgo secando mi cara y lo veo parado con las
piernas abiertas y puños en las caderas- uno que le atraviese la frente.
-Son traicioneros Lex, se valdrán de cualquier cosa para dañarme y tú eres mi
talón de Aquiles.
-Nos cuidaremos, pero debo volver a la oficina.
Veo como asiente y al fin salimos rumbo al departamento primero, un cambio de
ropa allí y el próximo destino es la oficina.
Durante todo el trayecto Ang no se ha separado y mucho más al llegar al
edificio, en donde la recepcionista me mira con un montón de recados y no
pierde la mirada a Ang, que sin proponerlo me hace poner celoso.
-Señor Black, lo he estado buscando desde hace varios días, nos tenia
preocupados
-Buen día
Aylen -tomo los recados y los leo a medida que voy entrando a la oficina- llama a Japón y dile que se ha cerrado el
trato y que quedamos con lo acordado y a Toronto con MacPerson que solo
aceptaré el 40% y Aylen él es Angelos Santiago, lo verás siempre por aquí.
-Señor Santiago, es un gusto conocerlo
La sonrisa
apreciativa de ella, me hizo levantar la ceja, aunque sabía el poder de
atracción que tenía, aún me sabía novedoso sentirme posesivo.
ANGELOS
Hacia lo
posible por disimular la sonrisa de suficiencia al sentir la energía que
emanaba Black, estaba celoso y eso me satisfacía de una manera indescriptible.
Sus ojos se estrechaban como rendijas, su cuerpo se tensaba como lienza de arco
cuando alguna hembra me evaluaba de manera libidinosa, ¿y si pudiera
asesinar con la mirada? seguro que la recepcionista y su secretaria hubiesen
caído muertas mientras el cantaba un ara se victoria sobre sus cadáveres. Sip.
Eso es lo que el haría. Sin embargo, para calmar las pasiones a penas la hembra
hizo abandonó de la oficina, acaricie tu mejilla con esa extraña ternura que ya
se estaba volviendo habitual cada vez que estamos juntos y le di aun suave beso
mientras mi pecho te brindaba un ronco ronroneo, sabía el efecto relajante que
tenía aquello sobre ti.
-Tu despreocúpate de mí, seré un lindo gatito y me quedaré en el sofá
componiendo música ¿está bien? no te daré caza... al menos por ahora.
Guiñé divertido y me acomode en el sofá de la pequeña sala de estar que se
encuentra dentro de tu oficina. He de reconocer que las instalaciones del lugar
son un lujo y que las vistas son de lo mejor.
Mientras mí mirada se perdía en el paisaje urbano mí mente comenzó a bullir en
melodías inconexas, fragmentos de estrofas aun sin sentido. De manera inmediata
destelle mí block de notas y un lápiz. Comencé a redactar cada estrofa mientras
tarareaba bajito las notas de una posible canción. Observé la palma de mi mano
izquierda, estaba vacía y un sentimiento de pesar se cobijó en mi corazón, a
pesar que lo que sentíamos mutuamente es verdadero y que día a día hacíamos el
amor con necesidad y desespero, las Parcas no habían hecho lo suyo. Definitivamente
no acoplaban a parejas del mismo sexo. Confirmado. Suspiré con resignación ante
lo que aquello implicaba.
A medida que el tiempo fue transcurriendo las palabras sin sentido y la melodía
obtusa comenzó a tomar cuerpo y consistencia, destelle a Satanás y brindando
suaves caricias a las cuerdas cante bajito la canción. Era una balada, cosa
extraña puesto que por lo general mis canciones estaban cargadas de
resentimiento, melancolía, dolor y depresión, siempre con un marcado rock duro.
Pero esta era todo lo contrario. La canción hablaba de vida, alegría,
sentimientos, amor puro y correspondido. Con mis ojos cerrados cante casi
silenciosamente cada estrofa sintiéndola en el alma hasta la última nota, al
finalizar los aplausos de Lex llama mí atención.
ALEXANDER
Me costó
mucho concentrarme en mi trabajo, tenerlo allí cerca, escuchar el sonido de su
voz, a medida que se sumergía en lo que a él le gustaba, componer música.
Paso mi mano por la nuca repetidas veces y sin darme cuenta de nuevo lo miró.
¡Carajo! No podía creer aún. Existían los Dioses, los seres que se
transformaban en animales. Animales en humanos y lo que más me dejaba pasmado.
Yo, Alexander Black enamorado de uno de ellos.
Niego y meto mis dedos en el pelo, lo cepillo una y otra vez, compartía mi cama
con un leopardo que me demostraba que existían mucho misterio y amor allí
afuera. Nadie jamás me hubiera preparado para esto.
Vuelvo a mirar el monitor, termino los emails, los envío y me comunico con la
inmobiliaria que me había dejado recados, descarto algunas propuestas y me
quedo contemplando una que me parece perfecta para nosotros.
Una casa en la ladera de la montaña, un lago cerca, un pequeño bosque y mil
hectáreas libres.
Al momento me respondieron dejándome ver el costo. No respondí porque
necesitaba que él lo apruebe.
Ahora mismo estaba terminando de cantar con esa hermosa voz que me hipnotizaba,
mi polla estaba dura de solo escucharlo.
No lo interrumpo hasta que el último de sus acordes termine.
-Tu voz es privilegiada Ang y la canción es preciosa. Te has inspirado en
nosotros ¿no es así? -no puedo evitar decir aquello, porque así lo sentía, era
una letra inspiradora-
-Gracias Delicioso, este tipo de canción es algo nuevo para mí -una sonrisa
complacida me nace al terminar de decirlo-
-Ven, quiero mostrarte algo -la impaciencia de que vea la casa me tiene
acelerado, pero su sonrisa traviesa y cachonda hace latir mi erección dura, ya
debajo de mi bragueta-
-Si es tu polla permíteme decir -río fuerte al escucharlo- que he tenido
encuentros muy cercanos con ella y nos llevamos de las mil maravillas, no tengo
ningún problema en esconderme bajo tu escritorio y darle atención mientras
trabajas.
-Siempre pensando con tu otra cabeza. -Giro la pantalla para que vea- Esto es
lo que te quiero mostrar -La casa se ve en todo su esplendor y mi cara voltea
hacia la tuya, para ver tu reacción- ¿qué te parece?
No dices nada aún lees la dirección y los detalles, pero empiezas a levantar la
voz cuando te das cuenta de lo que implica
-Es una gran cabaña, el terreno amplio con mucha vegetación, aunque esta
retirada de la ciudad…
-mmmm... Ángel... -Trago fuerte y me levanto hacía ti- ¿vivirías conmigo allí?
Solo clavas
la mirada en mi cara y eso me pone nervioso. Con un carajo, ¿cómo actuar con
él? ¿Es normal querer vivir junto a alguien que amas?
-Quiero ir allí, la de la inmobiliaria nos esperaría mañana por la mañana
Meto las
manos en mi bolsillo del pantalón. Con un demonio Ang, ¡dime algo!
Me siento expuesto, casi ridículo al no recibir respuesta. ¿Qué mierda busco?,
¿qué pretendo? Tal vez ellos no reaccionan como nosotros los humanos.
En eso el teléfono suena y lo contesto para tratar de tranquilizar mi
nerviosismo.
-Sí, puedes
decirle que venga para las 4 pm, haremos esa entrevista.
Traté de
concéntrame en lo que me decía Aylen. Pero el cuerpo de Ang pegado de improviso
a mi espalda, me lo impedía.
ANGELOS
Apegué mi
cuerpo al suyo, amoldándome a la perfección a su espalda, deliberadamente
comencé a deslizar mis manos por sus caderas hasta posarlas su bajo vientre y de mi pecho nació de manera
espontánea un bajo ronroneo que sólo se presentaba para él. Las caricias a la
parte trasera de su cuello no se hicieron esperar, mis labios te acarician tan
ligeros como el toque de una suave brisa y susurré contra tu piel
-Me
encantaría, pero… –te congelas tal como si fueses una estatua de sal-
-Después te
llamo
Cortas la
comunicación de manera instantánea para girarte entre mis brazos para
observarme con atención, haces el ademán de decir algo, sin embargo, poso un
dedo sobre tus labios y susurro bajito
-… Pero bajo
un par de condiciones, son solo dos cosas. Cosa uno: La propiedad la compramos
a medias, va a ser nuestro hogar así que también ayudaré, tengo algunos ahorros
bajo el colchón que son más que suficientes para hacer la inversión y ayudar a
llenarla con todo lo necesario. Y cosa dos: me gusta el lado izquierdo de la
cama con dos almohadas que no sean de plumas, odio las almohadas de plumas,
esto último no es transable bajo ningún motivo, mis almohadas son mías, sólo
mías para babearlas y arañarlas, te pillaré y caerán las penas del infierno si
las cambias, puedo ser un leopardo malo, muy malo si lo haces, prometo que no
podrás sentarte en semanas y te torturaré dándote tantos orgasmos que rogarás
para que me detenga.
Me miras más
que divertido y rompes a reír a carcajadas mientras me abrazas con fuerza
mientras beso el costado de tu cuello.
-Vale, vale,
creo que puedo vivir con eso y también me siento más que dispuesto a recibir tu
“castigo” al menos una vez por semana, tus manías son realmente tentadoras Ang,
me das material de sobra para dejarme más que satisfecho. Todos tus caprichos,
si no son cumplidos, siempre termino siendo follado por ti… si saco la última
patata frita de la bolsa, si aprieto el tubo de dentífrico por la mitad, si no
te doy el beso de buena noche, ahora hay que sumar que te gusta el lado
izquierdo de la cama y lo de las almohadas –ríes divertido- eres toda una caja
de sorpresas mi tigre. –Estrecho la mirada-
-Leopardo
–sonríes lleno de diversión-
-Es igual,
eres mío de todas formas. –Nos besamos lentamente y sin apuro, apoyo mi frente
en la tuya y suspiro- Ang, te ves cansado
-Ya sabes
que estar así de día implica usar mucha magia, mantenerme como humano me
desgasta.
-¿Por qué no
cambias? Avisaré a mi secretaria que no permita el ingreso de alguien a menos
que le anuncie, así podrás descansar Ang. –Acaricias mi mejilla e inclino mi
cabeza en tu mano-
-Lo cierto
es que lo necesito
Tras un
rápido beso destello a Leopardo, se siente demasiado bien estar a estas horas
del día en mi forma original, me estiro con ganas bajo tu atenta mirada,
cargada de maravilla y sorpresa. Observo cómo vas hacia tu asiento y coges el
teléfono dando las indicaciones para no ser molestado. Necesitando tu contacto
avanzo hacia ti y colocándome a tu lado, bajo el escritorio, apoyo mi cabeza en
tu pierna para recibir las más maravillosas caricias detrás de mis orejas y
cuello, el ronroneo es instantáneo, lo haces de manera natural y espontánea
mientras retomas tus labores administrativas, mis ojos comienzan a cerrarse, me
siento adormilado.
El tiempo
pasa mientras dormito con tus relajantes caricias, esto es un efecto recíproco,
tú me acaricias, me relajo y ronroneo; yo ronroneo, tú te relajas y me
acaricias, un maldito bien ejecutado trabajo en equipo.
La puerta se
abre de manera sorpresiva, haciendo que saltes de tu asiento en sorpresa,
siento tu tensión
-Natasha
-Lo siento
señor Black, le dije a la señorita que usted no deseaba ser molestado pero
ella…
-No te
preocupes Aylen, yo me encargo
ALEXANDER
Después de
haber concretado la visita a la casa con los de la inmobiliaria y seguir en ese
periodo de relax y sentir como Ang descansaba debajo del escritorio a mis pies,
mejor dicho enroscado en mis piernas, el sobresalto de la puerta al abrirse
y dar paso a esa morena de cabellera lacia hasta la cintura, un cuerpo
voluptuoso envuelto en un conjunto de seda color verde, envía por el caño toda
calma, la disculpa de Aylen y la actitud de Natasha hacía ella me dejan tenso.
-Natasha
-Lo siento señor Black, le dije a la señorita que usted no deseaba ser
molestado pero ella… -la cara de mi noble secretaria y la forma en que miraba a
mi intrusa visitante era todo un poema. Veía las ganas de querer arrastrarla
fuera de los pelos-
-No te preocupes Aylen, yo me encargo.
Me levanté de la silla para rodear el escritorio, pero los dientes de Ang y sus
patas sostienen mi pierna y su voz en mi cabeza, hace que levante la ceja
divertido.
-“¿Quieres que la coma como refrigerio o
le dé unas caricias suaves como para que su piel luzca como cebra?” -Tosí
levemente-
-Es una sorpresa verte por aquí -sonreí e invite a sentarse delante del
escritorio-
-¿No piensas darme un beso Lex? -hace un mohín sexy y se inclina sobre el
escritorio tomando mi corbata. El gruñido en mi cabeza se escucha fuerte-
-“El beso se dará ella misma cuando su
lengua se enrosque en su tráquea, si no se aleja por un mínimo a mil metros de
ti. Eres mío Lex” -Aun mi pierna está atrapada entre las patas de él-
-¡Natasha! -Le respondo con un beso en la mejilla y suelto mi corbata, me
siento tomando el mouse y cierro algunas ventanas del monitor– disculpa, estaba
en una reunión virtual con algunos inversores
Mi
justificación a lo poco caballero que me comportaba al no poder salir y
acompañarla al sofá para hablar era muy pobre.
Tomé asiento y bajé la mano acariciando a Ang detrás de sus orejas, pero él me
dio un leve mordisco, comprendía que él quería salir ahora mismo de debajo del
escritorio, pero era imposible, y mucho menos en su forma de leopardo.
-¿Qué te trae por aquí Natasha? hace como dos meses que no nos vemos.
-Es porque nunca te haces encontrar Lex
De nuevo
esos mohines al hablar, me recordaban a niñas consentidas, ahora no me explico
que veía en todas las Natashas de mi vida pasada, ahora solo comprendía que con
Ang era todo o nada, para ser feliz.
-Pasaba por
aquí cerca y me dije que debía saludarte y de paso pedirte un favor -suspira
dramática- ¿podrías salir de aval? Quiero hacer una compra y me piden alguien
con mucha solvencia.
-¿Aval? -me
acomodo en mi sillón y la miro muy concentrado- ¿en qué invertirás
Natasha?
-Se construirán unos nuevos condominios y debo aportar un gran capital para ser
socia, quiero sacar un dinero en préstamos
del banco y no me lo darán si no eres tú.
-¿Yo? Y ¿por qué debo ser yo?
Imaginando
que mi nombre fue usado de manera precisa y con ese fin. Niego mentalmente,
¿será que solo para eso me hice de personas a mí alrededor? ¿Y que solo con ese
fin me veían? ¿Para ayudarles a dar un brinco en la escala de ascensión
financiera?
-Debo saber
con exacta precisión que es la inversión y como se moverá, de otra forma, no te
daré mi nombre y apoyo.
Nadie me
podía convencer a hacer lo que no deseará y me daba cuenta que pocos me
conocían.
ANGELOS
-“Esa hembra no me agrada ni un poco Lex,
apesta a mentiras, silicona y botox. ¡IUG! Te apuesto a que cuando la incineren
en su funeral saldrá hedor a plástico quemado. –Siento como tu cuerpo se
remese un poco por la risa contenida-Sé
que te das cuenta que sus intenciones tienen algo oculto y no son del todo
buenas Delicioso, eres muy perceptivo”
Mientras la
hembra hablaba en exceso haciendo inflexiones de voz como si de una cría se
tratase, Black estuvo constantemente acariciándome, provocando un bajo ronroneo
que retumbaba en su pierna mientras tenía mi cabeza apoyada en él, buscando
calmar su ansiedad frente a esto. Podía percibir sus sentimientos. Primero hubo
sorpresa, molestia después, seguido de mucha decepción y ahora era un fastidio
y cabreo que se acrecentaba poco a poco.
-“Se que me escuchas en tu mente, tócame una
vez si tu respuesta es SI y dos veces si es NO ¿vale?” –un toque-
-“Si quieres puedo salir de debajo del
escritorio y darle un susto que se llegará a mear en sus bragas, sería
divertido ver que tan rápido puede correr en tacones” –dos toques- “ok, ok me portaré bien” –un toque-
-Todo lo que
dices Natacha suena bien, pero a mí no me dan garantías las palabras, para mí
son mas decidores los documentos oficiales, sin ellos mi respuesta sería
negarme a lo que me pides puesto que no hago inversiones en ningún sitio del
cual no cuente con un respaldo que me ofrezca una buena base de proyección y
estabilidad en caso de riesgos. –Silencio por un momento-
-¿Acaso no
confías en mi? –Su voz sonaba llena de falso dolor- nos conocemos por años y
años Lex, me duele que no confíes en mi palabras, somos amigos… más que amigos…
si lo desearas. ¿Qué te parece si conversamos este tema en otro sitio, un lugar
más privado?
-¡Más privado mis pelotas! ¡Que ni se atreva
a tocarte que de un zarpazo le realizo una abdominoplastía gratis! –dos
toques y mi hastío estaban como en una olla a presión a punto de estallar- ¿Cómo se atreve a hacerte insinuaciones de
ese calibre? ¡Estas emparejado! ¡Estás conmigo! ¡ERES MIO! –un toque-
-No necesito
ningún otro sitio para hablar de negocios Natacha
-Vamos Lex,
podríamos estar tan cómodos en algún otro lugar –dice en un tono bajo y
sensual- se que podemos llegar a… un buen acuerdo tu y yo. Por ti podría hacer…
muchas cosas para hacerte feliz.
-Si estas
poniendo esos términos, mi respuesta inmediata es no.
-¿acaso
tienes novia? –Dice con fingida decepción-
-No tengo
ninguna chica y mi vida personal es eso, personal.
-Dile que estás conmigo
Dos toques y
quedé frio ¿acaso soy algo para ocultar? ¿Piensa mantenerme oculto? ¿Cómo algo
de lo que se avergüenza?, en una fracción de segundo mil y un cosas pasaron por
mi mente, sin embargo, bajó su otra mano y pegó una nota adhesiva en su pierna
que decía.
“Usa tu
magia Ang, destella al baño privado y has tu salida triunfal a la oficina”
Envié a su
mente mi divertida risa mientras me transportaba al baño, con un solo
pensamiento cambié mis ropas por algo que usaría en una de mis presentaciones y
con propiedad salí para al fin ver a la hembra, los ojos de ella se abrieron
como platos cuando sin el más mínimo pudor subí la cremallera de mis pantalones
de cuero dejando el botón desabrochado para que se sujetaran en mis caderas,
avancé hacia Lex, deslicé una mano por su cuello y le besé, no de manera
posesiva sino un beso suave lento, sin lengua, solo caricias de nuestros labios.
Sonreí como un puto cabrón.
-Veo que
tenemos visitas, soy Angelos Santiago muñeca.
ALEXANDER
Ver la
forma en cómo salió Ang con ese aire sexual a flor de piel y despreocupado,
caminar hacía mi hizo que mi polla se vuelva como un mástil al momento. Se
inclinó sobre mi apoyando su boca, mi mano se poso en su suculento trasero
sobándolo un poco.
-Veo que tenemos visitas -me doy vuelta a mirar a Natasha y sonrío al
escucharlo- soy Angelos Santiago muñeca.
-Natasha, como te dije no tengo chica y siempre he mantenido mi vida personal
así, pero para sacarte de dudas a lo que estas pensando. Tengo pareja y es
Angelos.
La expresión de su cara fue de sorpresa, pasando a la negación y creería que lo
último fue coraje y resentimiento. Eso hizo que me levantara y rodeará el
escritorio.
-¿Eres gay? -casi escupió al decirlo y casi ni escucho lo que decía-
-¿Gay? Esa palabra suena despectiva. -me apoyé por el escritorio y con los
brazos cruzándolos en el torso- Diría que soy “Gratamente feliz”, “Ansiosamente
deseoso de estar con quien es parte importante de mi vida” y para completar
“Yacería feliz al lado de ese alguien genuino en sus sentimientos y palabras”
Entonces diré, soy GAY.
Escucho en mi mente la voz de Angelos que quiere saltar sobre ella.
-El rozarnos con zorras hace que busquemos lo auténtico -saca su cigarrillo lo
enciende haciendo óvalos con el humo y entre ellos la mira recorriendo su
cuerpo en varias pasadas- ¿Qué decías sobre una inversión? -el rostro de
Natasha se puso rojo, blanco y de nuevo rojo, al comprender que le había
escuchado-
-Le ofrecía un… -acomodó su pelo y soltó aire- creo que no habrá negocio y los
felicito por la relación y no estoy en contra de las relaciones de el mismo
género
Lo dijo
apurada para salir caminando de espaldas y giro ya en la puerta, saliendo con
un golpe seco.
Estiré el brazo para tomar la mano de Ang, lo jalé hacia mí, saqué el
cigarrillo de su mano, le di dos caladas, apagué en el cenicero y lo besé,
capturé su boca, enrede mi lengua en la suya, mientras mi mano sostenía su
nuca.
-Te amo, mi leopardo, aunque dentro de mí haya una guerra contra todo lo que he
descubierto, que la magia de los cuentos existe, que los Dioses de los libros
están alrededor nuestro, que no puedo estar sin tocarte.
-Mi delicioso, también te amo y eres mío -mordisquea mis labios al decirlo y
sus caderas se mueven rozando nuestra erección- Y esa zorra ya no se acercará
¿viste la cara? Era de esas que uno pone cuando se le ha comido a uno el
postre, y que sepa que tú no eres postre de nadie.
Un golpe en la puerta y cuando Ang se iba a separar, niego y solo me separo un poco
para mirar a Aylenn que llegaba con una sonrisa de satisfacción.
-La señorita se fue y -leyó en su agenda- me dejó dicho que le diga a
usted que el negocio que se negó era muy
bueno y que se lo perdía -golpeó su bolígrafo en la agenda- señor Black, me
alegra que se haya ido, no la soportaba -tapó su boca al decirlo- perdón, no
debía decirlo.
-No te preocupes Aylenn, ese comentario coincide con los nuestros -Río
cuando ella salé sonriendo y me doy vuelta a Ang de nuevo-
-Vamos a comer algo y a buscar ordenar mis cosas en el Hotel, para dejarlo y
estar preparado para mudarnos.
Elegimos un restaurante cerca de las oficinas, y marchamos al hotel, no voy a
negar que temía se apareciera esa arpía de la madre de él. Pero no ocurrió,
junté mis ropas y llevamos algunas al Santuary- Las demás las dejé para
recogerlas cuando nos mudáramos.

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