P.O.V. MUHRDER
BLACK
Si no necesitara tanto el apoyo de Vladimir lo
patearía solo por hablarme tan chulito. Dije para mí mismo, mientras sonreía y
me dirigía a la habitación de Qhuinn. Vlad, no me dio mucho tiempo para
arreglarme, esperaba que se quedara al menos una hora, me hubiera gustado
bañarme pero solo pude cambiarme la camisa arrugada por una de mi padrino, de
esas que tiene guardadas en su consulta. Al menos ahora luzco algo presentable.
Una enfermera salía de la habitación de Qhuinn y
apreté el paso ¿ahora qué mierda le han hecho? Realmente desconfío de estas
mujeres.
Abrí la puerta y el alma se me fue al piso, apenas
tuve tiempo de cerrar antes de correr a la cama de Qhuinn y sostenerlo,
sollozaba con una angustia que se me hizo tripas el corazón.
-¿Qhuinn? ¡Qhuinn! ¡Joder qué pasa! – Me desesperé,
pero él solo me abrazo con fuerza... y que fuerza tiene para estar
convaleciente.
-Mi amor… -susurré.
Con sumo cuidado me recosté a su lado y de inmediato
se ovilló pegado a mí, de manera inmediata lo envolví en mis brazos y comencé a
acariciar su espalda con suaves movimientos circulares, una de mis manos la
deslicé por su costado para brindar un suave masaje en su cuello, su tensión
era más que notoria en lo duro que estaban sus músculos, continué ascendiendo y
enterré mis dedos en su cabello, rastrillando mis yemas por su cuero cabelludo,
trataba de serenarlo sin cortar con su llanto. Sé cuánto necesita desahogarse y
sentirse sostenido en el proceso.
Y amaba ser Yo quien le diera eso.
-Sácalo fuera, déjalo ir - Susurre muy cerca de su
oído.
Sin pensar mucho, me aventuré y le di un tierno beso
en su cuello, era la zona que tenía más cerca de mis labios, un tanto tenso
esperé su reacción y me llené de maravilla en el momento en que él se aferró
más a mí tras ese gesto. Aquello me animó un poco más y volví a besarle en el
mismo lugar, sólo que ahora lo hice de manera deliberada y a conciencia,
disfrutando del contacto de su piel, su aroma y sabor.
-No lo hagas por favor -dijo muy bajito contra mi
pecho.
-No nos separes Qhuinn, te amo... -suplique y volví a
besarlo.
-¿Y por cuanto tiempo esta vez? –Empezó a separarse,
las lágrimas aun caían por sus mejillas pero el sollozo había terminado.
-No te puedo decir cuánto tiempo durará, porque no
puedo saber cuánto viviré, pero te puedo decir desde cuando te amo -Su rostro
enrojecido me miraba con cautela. –Te amo desde que te vi con esa casaca de
cuero negra con la insignia de unas águilas labradas en el brazo. –Arrugo la
frente al recordar.
-¿Te acuerdas de esa casaca? La tía Iveth me la
regalo por mis 15, se enteró que mis padres no pasarían ese día conmigo, por lo
mismo me fui al refugio a ayudar a Vladimir.
Yo simplemente asentí. Sabía que estaba omitiendo la
orientación gratuita que él recibía en el refugio a cambio de esa ayuda. Iveth
y otros profesionales daban apoyo emocional a jóvenes que habían dejado las
drogas y aunque Qhuinn nunca estuvo en drogas, estuvo muy cerca de ellas como
para que el estilo de vida lo afectara de alguna manera, sin embargo, la
pérdida de su amigo debió dejarle más de una marca ya que falleció producto de
una sobre dosis. Aquello fue un tema muy comentado por todos durante ese
verano.
-Cómo olvidarla, ese día te noté distinto, habías
dejado de ser el crio flacucho y bajito, habías estirado y estabas más grueso.
Fue un cambio brutal ese verano en ti y yo me impresioné. –Sonreí y acaricie su
mejilla ¡Dios! No podía dejar de tocarle ahora que me lo permitía.
-Mientes -alejó su rostro- Ese año empezaste a salir
con Diana. Lo recuerdo porque te veía con ella cada vez que giraba la cabeza,
todos hablaban de ustedes y sobre todo de los cuernos que le ponías con cada
par de tetas que se te cruzaban, no lo niegues. Además, habían ganado su beca
universitaria y el estado había premiado al colegio.
-Qhuinn, tenía 15 y no reaccioné bien a mis
sentimientos. Te vi y no dejaba de mirarte, de pensar en ti y en lo bien que te
veías con esa maldita casaca. Pensé que era envidia y me enojaba sentir que
envidiaba tu apariencia, traté por todos los medios de superarte, de sacarte de
mí sistema, por eso me dediqué a estudiar tanto, no quería pensar en ti. –Mordió
su labio y bajó la mirada-
-¿Y por qué estar con ella? –se ruborizó y yo sonreí-
-Oye, yo jamás he estado con ella, ni con nadie, pero
era un imbécil que necesitaba recordarme que me gustaban las mujeres y no tú.
–Suspiré y lo atraje a un abrazo- Desde ese inicio de clases, solo he tenido
ojos para ti y saber que eras un hombre hizo que mi mente tratara de bloquearte
y auto convencerme de lo que era políticamente esperado y correcto. Enojarme
contigo, tratarte mal, alejarte, era la salida fácil que encontré. –me separé
apenas para mirarlo. Él no me rechazaba y eso me daba valor.
-Yo… no se…- balbuceó.
–Te amo Qhuinn y NO es temporal. Me gustas desde hace
años y soy gay desde que tengo 15, porque mi primer y único amor es un hombre
con los ojos más hermosos que he visto en mi puta vida y mi corazón latió por
él desde ese entonces. -Mis ojos se humedecieron, porque si con todo lo dicho
él me rechazaba, no sabía que más hacer.
P.O.V. QHUINN
LOHSTRONG
Mi cerebro estaba embotado, todo esto era demasiado
irreal ¿tal vez demasiada información para procesar? ¡Joder, que no lo sé! Pero
él tenía la mirada más sincera que hubiese visto en mi vida y una parte de mi deseaba
a gritos creer en sus palabras, sin embargo otra parte igual de dominante me
hacía desconfiar.
-Me gustaría... creerte... pero no puedo -mis ojos se
nublaron.
-Sé que todo ha sido demasiado para ti. ¡Pero míranos!
–Hizo un barrido por nuestros cuerpos que se encontraban muy unidos en mi
pequeña cama- Estamos aquí, juntos al fin. No pienses en lo que “fue” o en los
errores que cometimos antes, piensa en el “ahora” y en el “futuro” que podemos
tener -su voz se quebró un poco- Ahora
no podría vivir sin ti Qhuinn y sé que tu sientes lo mismo.
Cerré mis ojos y apoyé mi frente en su pecho, su
corazón llevaba un ritmo fuerte que me llamaba a la calma y sus manos no
paraban de acariciar mi espalda.
-No seas… - susurré bajito y tragué duro- ...como ellos,
no puedo con eso, no más…
-Mi amor... –Levantó mi rostro e hizo que lo mirara.
Sus ojos estaban rojos y brillaban de lágrimas contenidas- …no te prometo no fallar, pero SI te prometo
que JAMÁS te daré la espalda otra vez –rehuí su mirada, pero él sujeto mi
rostro para que no pudiera evitarlo- bebé, somos casi mayores de edad, la
próxima semana cumplo 18 y tú en menos de un mes, ni siquiera le deberemos
explicaciones a nadie. –Me sonrió con decisión, este era el Muhrder del que yo
me había enamorado.- Así que… A quien no le guste que estemos juntos se puede
quedar fuera de nuestro mundo.
-Por favor no seas como ellos –el negó con
vehemencia. Sus labios estaban tan cerca que su aliento tibio calentaba mi
rostro.
Suspiré levemente y sin pensarlo le besé, él se abrió
de inmediato para mí y de manera tímida su lengua acaricio la mía, nos
saboreamos mutuamente, sentía que mi cuerpo temblaba y mi corazón se disparaba
en ritmo, estaba nervioso, y no es para menos, esta era la primera vez que yo
tomaba la iniciativa y daba el pie para un acto tan íntimo. Él fue suave,
tierno, tan sutil como una caricia.
P.O.V. MUHRDER
BLACK
-Qhuinn –susurré su nombre mientras lamia sus labios,
increíble que tras tantos días aun estén hidratados y tan deliciosos, me emocionaba
hasta la médula el hecho de que él tomara la iniciativa- ¿Soy un maldito por
desear devorarte? –le miré- no en el sentido malo... bueno quizá un poco malo,
pero… -volvió a cubrir mis labios con los suyos callándome, cuando me pongo
nervioso me da por hablar y ahora mismo estoy que quiero explotar,
definitivamente el ya descubrió una manera muy efectiva y deliciosa de hacerme
cerrar el pico y hacer que mi cerebro se desconecte- Qhuinn... te amo -por
instinto cruce una pierna por encima de la suya y el gimió, me enderece
inmediatamente-
-¿Te lastime? ¡Dime! ay Dios... ¿te duele algo?
Con su mano buena sostuvo su costado y comenzó a
respirar tomando bocanadas cortitas de aire, se notaba que le dolía como una
perra mal parida y yo me sentía como toda una bestia estúpida por haber perdido
un instante de lucidez y haber pensado con la polla, revoloteaba sin saber qué
hacer para ayudarle a aliviar el maldito dolor que le provoqué, por lo mismo es
que me removí hasta que agarré el botón de llamada a las enfermeras, sin
embargo Qhuinn me detuvo sosteniendo mi mano.
-Todo… bien… costilla…
Intentó darme una adorable sonrisa y nuestras miradas
se desviaron a nuestras manos que permanecieron unidas. Ahora con mayor cuidado
intenté reacomodarme.
-¿Y si me levanto? Casi estoy sobre ti.
El negó un tanto avergonzado, se veía demasiado
adorable para su propia seguridad y no pude evitar la tentación de volver a
besarle, ahora que tenía su aprobación aprovecharía cada instante para
demostrarle todo lo que siento por él, de cuidarle y dejarle en claro lo
importante que es para mí. Nuestro beso comenzó suave y lento, poco a poco tomó
intensidad, pero cuando Qhuinn se puso más exigente siseó, su labio aún estaba
herido por los golpes propinados por su padre, una rabia que no reflejé comenzó
a macerar en mi interior, pero no le quise preocupar, se bien que ese hombre
que no merece ser padre recibirá lo que se merece, por el momento Qhuinn
necesita una buena dosis de “terapia de amor” de manos del Doctor Muhr, así que
comencé a darle besitos suaves en su herida.
-Me muero de ganas de que salgas de aquí y vivas con
mi padrino, yo podría irme a vivir con ustedes también
Sentí como se tensó de manera inmediata y me dieron
unas ganas infinitas de abofetearme por lo huevón que he sido, pésima idea
sacar semejante tema peliagudo justo ahora que todo estaba bien.
P.O.V. QHUINN
LOHSTRONG
Boquee un par de veces antes de cerrar de golpe mi
boca, el que me recordara mi próximo destino fue un balde de agua fría, era una
situación demasiado incómoda y lamentablemente inevitable.
-Disculpa, pero no quiero ir con él ni con nadie de
tu familia -te miré a los ojos poniendo distancia entre nuestros cuerpos.- para
ellos soy desechable, ya me quedó claro y no… no necesito caridad, ya no,
créeme que he tenido suficiente de eso –él suspiró y mordió su labio.
-No los voy a justificar, he discutido con ellos a
causa de eso, realmente no lo entiendo. Actúan como si no te quisieran cerca,
pero al mismo tiempo se preocupan por ti. Mi mamá está cuidando tus intereses
legales. Hasta donde yo sé, se está encargando de tus padres y mi papá… –Muhr
se puso algo tenso y pasó su mano por el rostro como si estuviese buscando las
palabras para decir algo difícil- bueno, ellos son solo mis padres, no son
perfectos ni nada por el estilo y están muy equivocados con respecto a
nosotros. Solo no dejemos que nos afecte –tomó mi mano y me dio un suave besito
en la palma antes de llevarla a su corazón.- Bebé, Mac puede ser un gran amigo
para ti y es tan gay como nosotros -¡Touché! Eso sí que es una gran sorpresa,
él sonrió y asintió para confirmar la bomba que me lanzó- Así es. Súper, ultra,
mega gay.
-Hoo... vaya. Pues... no te prometo nada con respecto
a eso y por favor no me pidas que entregue mi confianza así de fácil –negué
mientras mordía mi labio- no puedo, han pasado demasiadas cosas bebé -sus ojos
brillaron con millones de estrellitas y una risita nerviosa escapó de sus
labios-
-Dilo de nuevo.
-¿Q... qué? -Me hice el loco.
-Eso, dilo de nuevo -me sonrojé de manera furiosa.
-¿B… bebé? -Susurré.
Tomó mi rostro entre sus manos y unió sus labios a
los míos con tanto amor que si no empezaron a salir corazoncitos de nuestra
unión fue porque no somos un manga yaoi.
-Te amo tanto Qhuinn –reímos de puros nervios y él
respiró hondo- Tengo que explicarte más cosas, no quiero dudas ni misterios
entre nosotros, no más. Tú necesitas saber todo lo que ha pasado, tengo la
certeza de que es la única manera para que estés totalmente seguro de mis
sentimientos hacia ti.
P.O.V. MUHRDER BLACK
-¿Explicar? Si, tal vez… la verdad es que no se
–cerró sus ojos y los restregó con su mano- ahora mismo no puedo pensar, ha
sido mucho en poco tiempo, tal vez demasiado para mí, no se… no sé nada. Estoy
cansado Muhr, necesito descansar.
Se acomodó en el estrecho espacio de su cama, como si
intentara poner algo de espacio entre nosotros, aquello no me gusto ni un poco,
pero lo dejé pasar. Cerró sus ojos y luego de un instante de contemplarlo en
silencio, el los volvió a abrir, sin embargo su mirada estaba cargada de
precaución y cuidado
-¿Ya… ya te… te vas?
Mi amado, mi vida. Me dolía el corazón verle así.
Internamente maldecía a todos y a cada uno de los que provocaron esto en él,
personas que debieron cuidarlo y mimarlo por lo que es, en vez de abandonarlo a
su suerte, ahora mi precioso amor estaba en guardia en todo momento esperando
el golpe bajo que le anunciara un inminente abandono. Ahora que yo conocía
su historia, no sería uno más en el largo listado de personas que le
decepcionaban, marcaría la diferencia y me quedaría en su vida todo el tiempo.
Solo con hechos se lo daría a entender, así que en vez de sentirme ofendido por
su falta de fe y confianza, posé mi mano en su mejilla y con mi pulgar comencé
a acariciar su labio inferior mientras le sonreía de manera cabrona y negaba
lentamente con mi cabeza.
-Respóndeme esto de corazón ¿Quieres que me vaya?
–Sus ojos se tornaron brillantes, su boca se abrió y cerró igual que la de un
pez fuera del agua-
-Si… ¿no? Pues… Todos lo hacen ¿Porqué… tu… tu no?
-Yo no soy todos bebé, además, ¿cómo podría vivir si
me voy de aquí sin ti? ¿Quién puede vivir sin su corazón? Porque eso eres tú
para mí, mi corazón.
Sus ojos se iluminaron como si todo el universo
cargado de estrellas se reflejara en ellos y se sujetó de la pechera de mi
remera enterrando su rostro en mi pecho, le envolví suavemente entre mis brazos
mientras me alegraba de haber dado otro certero avance en lo nuestro. Sus dedos
comenzaron una suave y casi imperceptible caricia sobre uno de mis pezones, lo
cual comenzó a calentarme no solo el alma, sino ciertas zonas al sur de mi
cuerpo.
-¿Nadie? –Dijo bajito y con timidez- pero… pero el
tiempo dirá ¿Te quedarás?
Suspiré este iba a ser un trabajo largo y delicado,
digno de relojero. Que Qhuinn recobre la confianza en los demás será algo
arduo, pero no me daría por vencido. Le robé un piquito antes de bajar de la
cama, él me miraba fijamente sus ojos reflejaban un montón de sentimientos, su
rostro se tornó de color rojo y luego toda su sangre se drenó hasta quedar
pálido, de seguro pensó en lo peor: que me marcharía. Sin embargo, llevé las
manos a mi cuello y me saque por sobre la cabeza la cadena de oro que siempre
llevaba y se la mostré.
-Esto, es un regalo que me dio la universidad cuando
me gané la beca. Unos inversionistas se emocionaron porque era el miembro más
joven en ganar. Hasta ahora, consideraba ese logro como el más importante que
había conseguido en mi vida y esta cadena ha sido mi orgullo. Me la he quitado
en contadas oportunidades. Me la saque para ir al estudio de Levi y luego no
volví a usarla porque me sentía indigno por mis estúpidas decisiones, no me
sentía en control de nada –me senté nuevamente junto a él y le sonreí- Sin
embargo desde anoche la volvía usar, quería hacer algo con ella.
Suspiré para tomar algo de valor, este era el
instante y no podía dilatar más la situación, mi corazón perdió el ritmo y mis
manos temblaron ligeramente mientras sostenía la cadena. La medalla que tenía
grabada las siglas de la universidad oscilaba reluciente recordándome su valor,
pero Qhuinn necesitaba estabilidad y quería ser yo quien se la diera.
-Qhuinn, si tú me aceptas como novio –sus ojos se
abrieron como platos- ese será el mayor logro que haya conseguido en mi vida y
quisiera… desearía que tu conservaras esta cadena contigo, así cada vez que te
vea recordaré, por partida doble, cuan bendecido he sido –expiré el aire que
aún contenía en mi- ¿me sacarás de mi patética y miserable “media-vida”? –Tomé
sus manos y coloque en ellas la cadena- acéptame por favor, solo tú me puedes
dar esa “vida-completa” para ser feliz y te juro que no me iré de aquí hasta
que no me aceptes.
P.O.V. QHUINN LOHSTRONG
De seguro tenía cara de bobo con toda esta
declaración.
¿Por qué ahora? ¿Por qué yo? ¿Y si aceptaba? ¿Y si se
iba? ¿Y si me negaba? ¿También se largaría? Mi cabeza se llenó de dudas e
incertidumbre. Sin embargo, cerré mi mano
en un firme y fuerte puño entorno a la cadena… por si acaso se
arrepentía.
-Yo… yo… no quiero responder ahora, n… no puedo
pensar, demasiadas cosas y dijiste que tenías que decirme todo y no me has
dicho nada y ahora solo estoy cansado, muy cansado bebé y la verdad es que no
quiero pensar, no puedo, ha sido demasiado. Pero yo guardaré esto –llevé mi
puño contra mi pecho- al menos así me aseguraré de volver a verte. Estarás
obligado a volver en caso que te vayas.
-Umm… considéralo como una garantía a largo plazo
–sonrió con maldad y su mirada destelló con astucia- ¿Qué te parece si
renegociamos el trato? –Dijo en un ronroneo mientras comenzó a llenar mi rostro
de pequeños besos- yo opino que deberías aceptarme como novio, me comprometo a
ser devoto a ti y a estar perdidamente enamorado. Considerare como obligación
diaria el besarte, mimarte, besarte, adorarte, besarte, engreírte, besarte,
malcriarte, besarte, cuidarte, besarte, acompañarte, besarte y satisfacerte
todo el tiempo que mis obligaciones estudiantiles me lo permitan –me dijo entre
besos que desperdigaba en mi rostro- ¿qué tal mi oferta? –Sonrió, toda
inocencia, luciendo sus dientes y sus hoyuelos-
-Yo… yo opino que eres el más idiota, estúpido y
encantador engreído que he conocido –Empuñe de manera firme la mano que
sostenía la cadena y evité su mirada mientras con un dedo estiraba la sábana de
arrugas inexistentes- Yo… yo… creo que, n… no puedes… ammm… ser mi novio, al
menos no aun –tu rostro se convirtió en una máscara y mordí el interior de mis
mejillas- opino que te dejo a prueba como… ammm… “novio temporal” hasta que me
cuentes eso que dices que es tan importante y que yo debo saber, mientras eso
no ocurra solo tendrás un cargo interino porque estoy realmente cansado y no
quiero pensar más.
¿Un puchero? ¿En serio? Eso de verdad que podría
rivalizar con los que hace su hermana Selena y tuve que contenerme porque se
veía demasiado adorable con su mohín, igual que cuando a los niños les niegan
su juguete favorito.
-Bueno –dijo después de un momento- primero lo
primero, debemos darnos un beso para cerrar el trato -¡Claro que lo iba a
pedir! Tal parece que no pierde oportunidad para meterme mano, o en este caso
lengua- Un beso es mejor que una firma notarial –se saboreó los labios igual
como lo hacía un gato mientras observa un canario- ¿Puedo señor Lohstrong?
¿Puedo besar a mi novio temporal?
Entrecerré mis ojos, en serio, no sé cómo lo hacía,
pero siempre daba vuelta las situaciones para dejarlas en beneficio suyo,
increíble. Centré toda mi concentración en continuar alisando de arrugas una
muy lisa sábana. Carraspeé.
-No sé por qué pides permiso… lo has hecho sin
siquiera preguntar desde que llegaste aquí –te miro de reojo mientras sonreías
de lado-
-Tengo una fama que mantener “Lo caballero no quita
lo valiente”.-dijo con sonrisa de galán. Se veía tan ridículamente adorable.
Se inclinó y tomo con suavidad mis labios, no dudé y
me abrí a su beso. No fue suave ni duro, solo un beso cálido y lleno de
promesas. Detuvo el beso, pero quedó ahí, con sus labios sobre los míos, su
nariz junto a la mía y ambos respirábamos jadeantes, anhelantes de algo más,
sin embargo no pasó el límite.
-Ahora si está cerrado el trato. Mi novio y eso de
“temporal” no lo pienso agregar… lo odio… -me robó un piquito y se sentó
derecho mientras observaba el reloj y enarcaba una ceja- ¿Eres consciente de que ni siquiera son la 1
de la tarde? –No me dejó responder, puesto que se inclinó avasalladoramente
hasta quedar frente a mí, tan cerca que lo veía doble- Duerme lo que desees y
descansa que lo necesitas. En cuanto te despiertes te pondré al día, luego de
eso serás mi novio oficial y exclusivo, eso de “temporal” –hizo el gesto con
los dedos- quedará para la broma, de verdad me fastidia –me dio un piquito- yo
de aquí no me voy hasta que me digas NOVIO –se levantó, atrajo muy cerca de la
cama al sofá que estaba en la habitación, se acomodó e inclinó su cabeza, me
sonrió- Dale duerme… de aquí no me muevo.
Tomó mi mano y enlazó sus dedos con los míos ¿Cómo lo
supo? ¿Acaso parte de sus talentos era la clarividencia? Creo que nunca lo
sabré, pero me dio lo que necesitaba, algo tangible a lo
que aferrarme por seguridad, algo concreto para poder estar tranquilo. Cerré
mis ojos y me dejé llevar por un sueño tranquilo y sin pesadillas.
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