…En casa de los
Black…
P.O.V. SELENA BLACK (Hermana de Muhrder Black)
-¿Pero porque no
puedo ir a verlos? Mira la hora que es y no tengo noticias -lloriqueó mi madre,
continuando la conversación que habíamos mantenido en el auto. Colocó su
cartera en la encimera del recibo y encaró a mi padre -Soy su madre y tengo que
asegurarme que estén bien.
-Pero si son las
tres de la tarde mujer. Déjalos instalarse y ya llamaran, no son unos bebés,
más bien preocúpate por nosotros que aún no hemos almorzamos. -Dijo mi padre
mientras me guiñaba un ojo, yo solo le sonreí.
Terminé de
cerrar la puerta de la casa y caminé a dejar mi abrigo en el closet de la
entrada. Mi madre solo rodó los ojos sin contestar nada y caminó hacia la
cocina, acabábamos de llegar del refugio, estábamos tomando por costumbre ir a
ese lugar los domingos a desayunar con los chicos y los voluntarios. Yo me
integre a la causa social casi de inmediato de conocerla, quería seguir los
pasos de mi madre y aunque aún no me decidía al 100%, estoy casi segura que
seré abogada de familia como ella.
Al que veo
también ahí es a Vladimir, no sabía que era consejero juvenil, ¿quién lo
creería con esas pintas de gótico perdido? pero al parecer está ahí desde hace
años, comprometido totalmente con los más desafortunados. Me cae muy bien, aunque
su novia no tanto. Ella es demasiado superficial y tonta, ¿es que no se da
cuenta de que ella solo lo quiere porque es atractivo? en fin, tampoco es que
me importe con quien sale, es solo un amigo.
Esta semana fue
muy divertida e intensa, entre la mudanza y acomodar el depa del tío Arthur no
sentí el paso del tiempo, al menos eso me hizo superar el maltrato psicológico
que me aplico mi madre al negarme información confidencial del “Caso Lohstrong”.
Solo la perdono porque es mi madrecita santa. Además, luego le pregunte a
Qhuinn y él me lo contó todo. Obvio que yo le prometí no decir nada. Lo
entiendo, ¿Quién quiere compartir que su madre es una puta sin corazón que se
larga lejos sin siquiera dar cara y su padre un loco materialista que se va a
pudrir en prisión por estafar al estado? Al parecer mi amiguito ahora es más
pobre que el Chavo del Ocho. Pero igual lo quiero y ahora más que nunca.
-Yo me voy y no
importa lo que digas. La comida está en el refrigerador, solo tienen que
calentarla. Es más, mejor me la llevo para ellos y ustedes pidan pizza. –Mi
mama regresó a la sala a por sus llaves-
-No iras más que
a la cocina conmigo, muñecona –mi madre rió cuando mi padre la levanto con un
brazo rodeando su cintura. Estaban tan melosos que me saldrían caries si los miraba
demasiado. Caminó hacia la cocina con ella a cuesta- Vamos a almorzar juntos
los tres y luego podemos ir al cine. Selena, búscate una buena película
familiar, como las que te gustan, no se… La Sirenita… o Nemo... –me gritó mi
padre desde la cocina-
Ahora me tocó a
mí rodar los ojos, mi padre aun creía que tenía 7 años.
-¡Papá! -grite
mientras me lanzaba de culo en el sofá- saldré con Vlad, imposible ir al cine
con ustedes -mi móvil vibro y lo miré extrañada, ¿era un whats de mi mamá?...
seee, era un whats de mi madre y me dio mucha risa
”Tú no tienes guardianes, anda a ver si tu hermano
necesita algo”
Suspiré y le di:
“ok”
P.O.V. MELISSA BLACK
(Madre de Muhr)
-No sé cómo
pueden comer tan tranquilos
Mi móvil vibro y
miré el nuevo mensaje de texto:
“Stella Lohstrong oficialmente dejo el país anoche, lo
confirmamos con Migraciones” A.F.
Fruncí el ceño y
los labios. Miré a John y a Selena, ambos me miraban expectantes.
-La madre de
Qhuinn dejo el país anoche, ya lo confirmó migraciones.-dije con la voz
apagada, esta noticia me entristecía tanto, ¿Cómo una madre puede abandonar así
a un hijo?-
-Ya lo sabíamos,
Qhuinn ya lo sabía -Me consoló Selena, que notaba mi pesar-
-Bueno, hasta
que no estuviera confirmado tenía la esperanza que cambiara de opinión, que
fuera a ver a su único hijo y no se largara así, como si jamás hubiera parido
-dije con los labios apretados-
John me dio un
cariñoso apretón de mano.
-Si pues, hay
mujeres sin instinto maternal -opinó John-
-Las hay, pero
esa tipa ya es… -agregó Selena empezando a enojarse-
-¡Ay No, mejor
hablemos de otro tema! –La corté, no era mi intención envenenar el día de nadie
-perdón por sacar el tema, ya les arruine el almuerzo-
-A mí no... Yo
tengo mucha hambre aún. –dijo Selena con la boca llena y todos reímos-
-Pasas mucho
tiempo con Vladimir ¿acaso te gusta? –Preguntó John cambiando de tema-
-Por favor -bufó
Selena- solo es un amigo y además tiene novia. –John y Yo, nos miramos y luego
miramos a Selena burlonamente- ¡Ey! ¡No me miren así! Que Muhr se enamorara de
su amigo aunque tuviera novia, no se va a repetir en mí. –Dijo divertida- Yo no
soy tan emocional como mi hermanito.
Todos nos
quedamos en silencio por un par de segundos y luego estallamos en risas, a John
se le salió parte del café por la nariz y yo casi me atoro con parte de mi
postre.
“Muhr era ahora
el “emocional” de la familia”
Eso jamás nos
dejaría de brindar sonrisas.
P.O.V. MUHRDER
BLACK
-Iummm… Muhr…
Más despacio…
Abrí los ojos
que había cerrado por el inmenso placer que era sentirlo al frotar mi
entrepierna contra la suya.
-¿Qué? –susurre
excitado-
Qhuinn sonrió y
yo detuve mi sensual balanceo de cadera. Le sonreí también, acaricié con mis
manos su rostro mientras el continuaba acariciándome por sobre el pantalón.
-¿Cómo me pides
que me detenga si me tocas así? Eres diabólico -Busqué sus labios y lo besé con
dulce pasión-
-No quiero que
te detengas, solo preferiría una mejor posición, el dolor impide que llegue
“más” lejos… -jugó con sus cejas y entendí, con ese dolorcillo no podría
alcanzar el clímax-
No pude evitar
sonrojarme cuando lo vi morderse el labio, intentando ocultar su también
ruborizado rostro. Qué bueno que no viera a colores. No quería que notara mi
inexperiencia, quería ser el amante de sus sueños, ese con quien soñaba y del
cual más de una vez lo alejé.
Pero a ¿quién
quería engañar? Era un virgen sin experiencia y al parecer también
desconsiderado. Descabalgue y me senté a su lado. Él no me quitó la mirada de
encima.
-¿Pasa algo?
–preguntó. Yo negué con la cabeza al mirarlo, suspiré y le sonreí con amor-
-¿Te gustaría
ver nuestra habitación? –Frunció el ceño– Quizá sería bueno si te recuestas.
–Le guiñe juguetonamente un ojo. Asintió y lo ayude a ponerse de pie-
-Muhr –Se giró y
me tomo de la remera- Asegúrame que todo está bien. Que no la cagué. –Yo fruncí
el ceño y negué rápidamente. Rodee con mis brazos su cintura y apoyé mi frente
en la suya-
-Todo está bien,
solo estoy preocupado por tu salud.
-No tienes que
preocuparte, yo estoy bien.
-No lo estás y a
esto se refería mi padrino cuando hablaba de las bolas azules. Míranos. –Baje
la mirada a nuestras entrepiernas, aunque el momento caliente se hubiera
apagado, se podía notar que nuestras vergas no habían sido notificadas-
-Para ser tan
listo, a veces me sorprendes con tu falta de imaginación. –Levantó mi mentón
con un dedo y nos miramos fijamente. Joder. Era tan guapo- ¿Dónde está mi novio
y sus promesas calientes? –Sonreí-
-Creo que se
quedó encerrado en el baño del hospital muy acojonado de enfrentar la realidad.
–Sonreí– Tú lo intimidas.
-¿Yo? Pero si yo
aún soy menor de edad, soy un crio…
-Ummm -Puse una
expresión pensativa- Entonces señorito Lohstrong creo que debo respetar su
castidad hasta su mayoría de edad. –Qhuinn bajo rápidamente sus manos a mi
trasero y lo apretó con fuerza– Auchhhh ¡joder!
-Debes estar
borracho, vamos a la puta habitación que quiero recostarme. –Me soltó tan
pronto terminó la frase y empezó a caminar por el corredor. ¿Se había enojado?-
-Aquí es, la del
fondo es la otra habitación de invitados.
-¿Y que hay en
los altos? –preguntó refiriéndose al segundo nivel. El departamento era un
dúplex muy elegante-
-En el segundo
nivel esta la habitación de mi padrino y un estar de tv con vista a la bahía-
Qhuinn me miró y me hizo un gesto de “uy... sí que tiene plata”. –Sí, mi
padrino está forrado, no tiene en quien gastar y ha llevado una vida austera.
-Con plata y tan
solo… triste vida…-Susurró-
-¿Qué?
-Nada -Dijo,
antes de proceder a abrir la puerta pero me le adelante y me paré entre la
puerta y él-
-Espera. –Tomé
su mano. –Cierra los ojos y dame un minuto. Cuando te diga adelante, entras.-Me
miró raro e hizo una mueca burlona.- Vamos… sígueme la corriente. Déjame
intentar ser romántico una vez.- Qhuinn me sonrió y su mirada de amor regreso-
-¿Eres un
romántico Black? Quién lo diría –Sonreí y le robé un beso rápido-
-Me has
malogrado Lohstrong, ahora tienes que quedarte conmigo para siempre. –Apoyó su
mano en mi mejilla y me beso. Me apreté contra él lo más que pude y salí al
encuentro de su beso– Wooo… cada vez es más difícil parar -Asintió jadeante
sosteniendo su costado, al parecer agitarse le provocaba dolor– Ahora cierra
los ojos.
Lo hizo. Yo
aproveche en abrir la puerta, meterme en la habitación y cerrar la puerta. Todo
lo hice sin dejar de mirarle, no quería que hiciera trampa, Yo lo habría hecho,
soy demasiado curioso. Pero él no, él cumplió. Esas son las cosillas que me
hacen amarlo tanto, es un hombre de fiar.
Busque el
control remoto de la música y la active. A mí me gusta Elton John así que se
jode. No voy a poner música metalera en este momento. Encendí una a una las
velas y los tres inciensos que me recomendó Selena. Espero no sea asmático y
terminamos en el hospital nuevamente.
Miré la cama y
vi el corazón formado con pétalos de rosa que coloque esta mañana antes de ir
por Qhuinn, aún se veían frescos. Uff… Suspiré.
El ambiente era
perfecto, ahora solo faltaba me tomara algo para los nervios. No tenía ni puta
idea de lo que debía hacer o no hacer y si alguna idea tenia, estaba acojonado,
no sabría si tendría valor para hacerlo. ¿Estoy listo? ¿Estará listo Qhuinn?
Un golpe en la
puerta me hizo reaccionar. Bueno, listo o no, llegó el momento que ambos hemos
soñado. Estar solos, sin tener que ocultarnos, sin dudas.
Adelante. –Dije
y Qhuinn abrió la puerta-
P.O.V. QHUINN
LOHSTRONG
Di un par de
pasos y aquello era como estar en un sitio irreal. Cada detalle era una llamada
hacia el sexo, la ambientación, la iluminación, el aroma. Se denotaba
preocupación y dedicación. Mi polla dio un brinquito en aprobación por todo
esto que había preparado Muhrder, de hecho el dio una nerviosa risita mientras
con su dedo me cerraba la mandíbula, tan embobado estaba con todo a mi
alrededor que ni cuenta me había dado que mi boca abierta llegó hasta el nivel
del suelo.
-¿Puedo asumir
que te ha gustado?
-Maldita sea
Muhr, decir “gustar” queda corto, es simplemente woow.
Él tomó mi mano
y me acercó más hacia la muy tentadora cama mientras aún seguía embobado
deleitándome con cada detalle y fueron sus caricias las que me sacaron de mi
aturdimiento. Sus manos comenzaron a deslizarse por mi pecho, acariciando mis
pectorales aún cubiertos por la camisa del pijama.
-¿Muhr?
-Sshh…
Fue todo lo que
dijo para luego callarme de la manera más efectiva, con un beso. Este fue
lento, explorador, pecaminoso y decadente. Mutuamente nos comenzamos a
acariciar, nuestras manos buscaban de manera presurosa el contacto de piel.
Muhrder se separó un instante y se quitó su remera, yo empecé a desabotonar mi
camisa y al abrirla escuche el jadeo de Muhr. Un juego de vendas elásticas
cubría mi torso, debía llevarlas para ayudar a mis costillas y recordarme que
no debía moverme tanto.
-Recuéstate por
favor –Dijo y me ayudo a acomodarme en medio de la cama. Esto me recordaba la
vez que compartimos su habitación. Parece que hubiera pasado una vida desde esa
noche, pero solo han pasado unos meses. Y como han cambiado las cosas. Miraba a
Muhr y su concentración en acomodar mi almohada, ¿Cómo no amarlo? Sonreí
enorme… ahora era mío, podría amarlo… y
lo mejor: Él me amaba.
Su aliento a
menta me sacó de mi enamorada ensoñación, me besó con calidez y murmuró sobre
mis labios un “te amo y te deseo con locura Lohstrong”, luego de haber succionado
mi lengua al igual como imaginaba que se hacía con una mamada nivel Dios en la
polla.
Me costó la vida
separarme de él, pero lo hice, me terminé de acomodar con mucho cuidado bajo su
ardiente mirada.
-¿No tienes
mucha ropa Black? –Le dije sacando la valentía de no sé dónde-
Él asintió y
luego, al igual que un felino, con movimientos lentos y calculados comenzó a
quitar el resto de su ropa, mi boca se hizo agua y mi corazón estuvo a un paso
de explotar de puro amor cuando en una fracción de segundo, un instante casi
imperceptible vi su duda y timidez un momento antes de deslizar totalmente
hacia abajo su bóxer.
-Eres… perfecto
Le dije
destilando admiración. Su cuerpo estaba elegantemente marcado, con músculos
alargados y definidos, mis manos picaban por tocar cada pedacito de piel de su
cuerpo. Malditas costillas rotas. Mi instante de frustración terminó cuando
sentí la cama presionarse y vi como lentamente empezó a gatear por la cama.
-¿Qhuinn?
-¿Si?
-Mírame
-te estoy
mirando
-¿A los ojos?
-Por supuesto
-Mis ojos no
están ahí
-¿Ah? –Busque
sus ojos y el muy cabrón casi reía– Bueno que quieres que haga macho, te cuelga
como a un puto caballo espartano, listo para matar -Muhr estalló de risas y yo
le seguí, creo que ambos estábamos muy nerviosos y estas carcajadas nos
ayudaron a relajarnos. Se sentó sobre sus muslos justo a la altura de mi
entrepierna-
-Ahora veamos
que delicias escondes tras esto –dijo con una sonrisa pícara y comenzó a bajar
mi pantalón de chándal junto con mi ropa interior, sentía el temblor en sus
manos- tu ropa me ofende Qhuinn y ¿desde cuándo usas ropa interior?
-Tan calientes
estaban las cosas entre nosotros, que tenía que mantener a la fiera sujeta de
alguna manera- comenté con picardía. Sonreí y le guiñe un ojo.
Muhr solo negó
con la cabeza y continuó bajando mi ropa, cuando bajó mi ropa lo suficiente
para liberar a la bestia, jadeó asombrado y yo me maldije por no tener una
cámara fotográfica justo en ese momento.
-¡Tienes un
jodido piercing en tu polla LOHSTRONG!
Cayó sentado
sobre su culo y cambió de posición sus piernas, se cubrió con una mano la verga
y juraría que la estaba consolando.
-Pero ¿qué haces
tío? –pregunté extrañado.
-Nada macho,
solo le prometo a mi engreído que nunca le hare eso… se ha escondido y quiero
convencerlo de que puede salir, que nada malo le pasará -solo reí, este idiota
era mi idiota y lo amaba así con sus tonterías tan tiernas-
-Muhr, esto…
-señale mi verga erecta con su Príncipe Alberto- debería ponerte duro, no
angustiarte.
-¿Pero como no
lo vi antes? ¿Te lo hiciste en el hospital? –La cara de Muhr cambio de
preocupada a cabreada- ¿Quién te ha hecho esto Qhuinn?
-Tranquilo
-sonreí por sus celos demenciales- Lo tengo desde los 16, perdí un reto idiota
con Vlad, aunque en realidad quería hacérmelo -reí ante el recuerdo- luego el
perdió otro y también sufrió su cuota de dolor.
-¿Se han estado
mirando las pollas con Vlad? –Eso si me cabreo, porque lo dijo serio-
-¿Eres imbécil?
–Miré a otro lado y empecé a subir mi pantalón-
P.O.V. MUHRDER BLACK
¡¿Pero que
dije?! Uff, sí que me paso de idiota a veces, sus ojos cristalizados solo me
hacían ver lo que mis celos infundados le habían hecho. Empezó a subir su
pantalón y no podía permitirlo. No podía cagar un momento tan bonito.
-Perdóname… -No
dije más, me lance a sus labios aprovechando la ventaja de mi posición. –Te amo
tanto bebe, que me pongo idiota, soy un cabrón celoso, enfermo, posesivo,
territorial, soy un bastardo, soy de lo peor, una basura…
Nunca deje de
besarlo mientras me insultaba. Sus manos cubrieron mi cabello y me correspondió
el beso, ese beso que a cada segundo nos ponía más calientes.
-Ya… no
exageres, no voy a terminar consolándote –nos miramos, y su amor nuevamente
estaba ahí. Suspiró. – No lo viste, porque ese día de la sesión de fotos con
Levi, no me lo puse, como tampoco me puse los otros piercings. Cuando volvieron
a su lugar, ya no me mirabas. Para operarme me los quitaron y no me los volví a
poner hasta que tú y yo nos reconciliamos, los tengo desde ese día. Las
enfermeras estaban loquillas… -Elevó las cejas con picardía. Yo solo gruñí y lo
volví a besar-
-Aguantadas… que
sepan que eres mío… -me separé y lo miré
a los ojos.- ¿Qué otros piercings? –Sonrió y bajo un poco la venda de su pecho–
Oh ¡POR DIOS! ¡¿Tienes las tetillas perforadas también?! –Asintió y me jaló a
otro beso esta vez mas apasionado aun-
-¿Muhr?
-Ummm
-Súbete encima
de mí.
-¿Qué? No… te
reviento si lo hago
-Pero… te deseo
bebé, deseo más
-Lo sé y yo
también, pero tengo que cuidarte. En cuatro meses podr…
-¿Estas huevón?
Tú crees que vamos a vivir cuatro meses en castidad
Sonreí ante su
explosión de frustración, obvio que no pensaba vivir en castidad total, pero si
pensaba ir lento, muy lento. Tampoco es que supiera hacer mucho. Joder ¡qué
difícil es esto!
-Shssss
Acaricié sus
hombros y bajé mis manos por su cuello, llevé mis manos a sus pezones y mis
dedos jalaron sus piercings, las caderas de Qhuinn se levantaron como si de un
títere se tratara. ¡Wow! Lo volví a hacer y volvió a ondular las caderas, gimió
y mordió su labio.
Me sentí tan
poderoso, ¡le estaba dando placer! Y por sus gemidos, su rostro sonrojado y las
gotas de presemen que salían de su verga, era muuuucho placer
-Muhr… -gimió mi
nombre. Yo estaba hipnotizado con el ondular de sus caderas y el balanceo de su
polla. – Muhr…
-Ummm ¿Te gusta?
¿Te gusta que frote y estire así tus pezones?-pregunté maravillado.
-Me duelen los
huevos- gruñó en medio de un gemido muy masculino.
Llevó su mano a
mi polla, yo sisee de placer. No me di cuenta cuan sensible estaba hasta que me
tocó. Miré sus labios entreabiertos y su mirada vidriosa, observaba mi polla
con hambre, yo miré la suya y mi boca repentinamente se secó. ¿Le podría hacer
una mamada? ¿Y si no me gustaba? ¿Y si no me gustaba el sabor? Me cagaba de
miedo de ser un amante de mierda, ¡seré el único gay que no le gusten las
pollas! ¿Y si me deja? Ah no, eso sí que no iba a pasar. Qhuinn no me va a
dejar.
-Yo me encargo
mi amor –dije mostrando más seguridad de la que realmente tenía.
Y no lo pensé
más.
Hundí mi nariz
en su ingle, froté mi rostro por sus vellos púbicos, eran suaves, castaños a
pesar de su cabello negro y olía muy bien. Saqué la lengua y lamí la piel de su
vientre, no sabía a nada, más que a calor, si es que el calor tenía sabor.
Empuñe su verga como hacía él con la mía y la observe detenidamente, a esa
corta distancia podía ver hasta los poros de donde salían sus vellos.
Y era hermosa…
Qhuinn tenía una verga hermosa.
Su capullo era
rosado, esponjoso, froté mi dedo índice por el orificio que no dejaba de
supurar liquido pre-seminal, me arme de valor decidí probarlo.
¿Y saben qué?
¡El pre-semen de
Qhuinn sabe rico!
Y como buen
científico que seré, decidí probar mi propio liquido pre-seminal, lo llevé a mi
boca y chupe. Ummm… ¡Yo también tengo buen sabor!
-¿Compartes?
–Dijo un Qhuinn sonriente y en ese instante me di cuenta, a través del velo de
mi lujuria que él me había estado observando todo el tiempo, me sonroje
furiosamente.
-Tenía que probar
primero yo, por si estaban envenenados, ya tú sabes… que yo…
-Ya cállate Muhr
y déjame chupar… tu dedo…
Sonreí y tome
más de mi pre-semen, luego lleve mis dedos a sus labios, lo chupo, lo chupo con
ganas, ¡joder! Me quería arrancar el dedo y…
-¡Basta! me voy
a correr –casi grité en mi arrebatada calentura.
-Ven Muhr, trae
tus caderas… por favor –suplicó con la voz ronca.
No lo pensé y me
puse de rodillas junto a su cara, él tomó mi miembro entre sus manos y metió la
cabeza de mi pene en su boca, ohhhhh…. Por Dios… creo que Morí. Empezó a
mamarme la verga como si no hubiera mañana, yo miraba su rostro y el me miraba,
joooo… no podía aguantar más.
-Qhuinn… yo…
ahh… Yo… me corro…. –Y así me vine, en
su boca, hasta vaciarme la vida. Juraría que perdí la conciencia por dos
segundos, morí y volví a la vida-
-Ummm…
sospechaba que sabrías delicioso, pero ya lo confirmé -Yo solo expulsé el aire
contenido y me sostuve de la cabecera, sonreí. Volví a mirar su verga-
-Macho, aquí el
científico soy yo –dije entre jadeos- así que tras superar este pequeño infarto
cerebral, debo descubrir si todo usted tiene tan buen sabor, pero primero, me
llevo una muestra como punto de comparación -Me incliné y lo besé
profundamente. Y muy lejos de darme asco el probarme en su boca, me encantó, me
llenó de deseo, mas deseo por él y mas amor por él– Te amo Qhuinn… te amo con
toda mi alma
-Y yo a ti… te
debía este climax…
-Ummm… es
verdad… bueno, volveré a tener la ventaja…
Le deje un beso
rápido y empecé a llenar de besos su cuello, hombros, chupé sus pezones uno a
uno, llevándolo nuevamente al borde y por fin, llegué al sur… mi sur, mi reto,
mi línea que jamás pensé cruzar y ahora no imagino no hacerlo…
P.O.V. QHUINN LOHSTRONG
Cerré mis ojos y
disfruté de la fricción de su piel contra la mía, mi cuerpo entero se sentía
afiebrado y mi corazón latía de manera desenfrenada en mi pecho, tan fuerte que
sentía que se saldría de mi caja torácica.
Muhrder se movía
de manera felina, suave y ligero mientras se deslizaba hacia abajo. Mis manos
se cerraron en puños contra las sábanas cuando chupó con rudeza mis pezones,
jalando con sus dientes las argollas. Aquel era un punto muy sensible, lo sabía
bien y él lo había descubierto, de seguro sería su nueva forma de “Torturemos a
Qhuinn”.
Se acomodó entre
mis piernas, lugar donde le di espacio separándolas ampliamente. Me observaba,
aquello era un poco vergonzoso y estuve a punto de cubrirme con mis manos, lo
que me detuvo fue el lento deslizar de su lengua por sus labios, como si estuviese
saboreándose con anticipación a la acción, sin embargo, cuando buscó mi mirada
vi ansiedad y nerviosismo, de seguro un reflejo de mi propio sentir, así que le
brinde una sonrisa y él… bajo su cabeza.
…
Mi cerebro se
apagó al primer deslizar de su lengua por mi capullo, me era imposible lograr
hilar dos ideas, incluso dos simples palabras. Sus lamidas eran comparables a
las de un gatito bebiendo leche provocando que mi cuerpo se tensara, mis
músculos estaban totalmente agarrotados mientras me aferraba con firmes puños a
las sábanas intentando no moverme, esto era para él más que para mí, sabía lo
que hacía, me exploraba, es su momento de comprobar lo bueno que es estar con
un igual.
Gemí fuerte
mientras mis ojos rodaban hacia la parte de atrás de mi cabeza, Muhr me tomó en
su boca mientras su mano sostenía mi polla. Mis manos se fueron a su cabeza,
sus mejillas y labios, no podía creer que al fin estábamos en esta instancia
tan íntima.
Saboreaba,
lamía, mordía y sus mejillas se ahuecaban dándome una succión tan salvaje que
podría jurar que su intención era sacarme la vida por el capullo, pero cuando
su mano cogió mis bolas fue demasiado y mi contención se quebró en mil pedazos.
Ni siquiera pude
advertirle, simplemente me fue imposible.
Me corrí en su
boca como nunca antes lo había hecho, mientras gritaba de manera agónica por mi
vida y sentía como todo a mi alrededor se fragmentaba… era como si estuviese
muriendo.
Pero no morí.
Luego de que
succionara todo cuanto quiso y más, me sentí con una felicidad exquisita que me
embargaba mientras mi cuerpo caía en un abrumador letargo. Sentí movimientos en
la cama y luego su cuerpo se amoldó al mío, alcé el rostro buscando sus labios
y fui recompensado con un perezoso y dulce beso en donde pude saborearme a mí
mismo en su lengua.
-te amo- dijo y
le creí.
-te amo
–respondí en un suave murmullo antes que caer dormido.
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