P.O.V. Selena
Black (hermana de Muhr)
-¿Por qué le
bajas tanto el volumen? -me quejé con mi madre cuando entró en mi habitación y
casi desconectó mis parlantes.
-Tu hermano
duerme y quiero que descanse.-dijo subiendo solo una línea de volumen después
de haber bajado casi a cero. Rodé los ojos por su “consideración”.
-Por el amor de
Dios ma, son las 5 de la tarde, ¿no va a almorzar? Además ¿cuánto más va a
dormir? Lo oí llegar sobre las 7 de la
mañana.-casi lloriquee por mi música sin volumen.
-Que duerma lo
que su cuerpo pida. –me dió una media sonrisa.
-Yo quería ir a
ver a Qhuinn hoy y pensé en ir con él. Nos va a ganar el horario de visita. –Miré
mi reloj de pulsera- No nos van a dejar
entrar. -Repliqué.
-Te llevo yo, déjalo
a él tomarse un respiro, ha estado viviendo en el hospital por casi semanas.-suspiró
-Pobrecito,
pobre ambos. Que puta la Diana ,
nunca me simpatizó.-casi gruñí de manera muy poco femenina.
-Sele cuida tu
boca –advirtió mi mami intentando sonar severa, cosa que conmigo le costaba
mucho.
-Sorry ma, pero
es que… ¡es re-puta la maldita!. -mi mama no pudo esconder su risa y negó con
la cabeza rendida ante mi encanto-
-Pensé que el
intercambio te refinaría un poquito. –Rodó los ojos pero luego me miró con
amor. Teníamos una relación maravillosa con mi madre.
-Mami, Muhr sacó
tu finura y yo… lo macho de los Black. -le guiñé un ojo y mi mamá suspiró divertida,
cosa que no pudo ocultar el cansancio de su mirada-
-Tú también
deberías dormir te ves fatal, yo puedo llegar sola al hospital. Lo he hecho un
millón de veces. –Le sonreí pero ella negó con la cabeza.
- Igual tengo
que ir a la estación de policía, te llevo de camino. -Replicó
-¿Un caso
difícil? –pregunté.
-No sabes cuánto.-dijo
casi en un susurro, la miré extrañada cuando se sentó en mi cama y me invito a
sentarme con ella
-¿Que pasa ma? –
pregunté cuando me senté a su lado.
-¿Que tan amiga
eres de Qhuinn? –Preguntó de manera casual y sin mirarme.
-Casi dos meses
chateando, video llamadas, ummm, ciber sexo del duro… diría que bastante.
¿Porque? –dije de la manera mas natural del mundo. Mi madre me miró de reojo e
hizo una mueca exasperada.
-¿Que sabes de
su familia? –preguntó con mas seriedad, ignorando mis bromas.
-¿Además de que
no la tiene? –respondí también seria.
-Tiene padres –aclaró.
-Ausentes
–agregué.
-No es huérfano
legalmente.- me recordó.
-Ma, su vida
apesta.- resoplé aburrida de que no notara lo importante.
-Si, apesta, y
me preocupa que eso...
-¿Le alcance a
tus hijos? –terminé su pensamiento. Mi madre es demasiado sobre protectora en
general y con nosotros es “extrema”.
-Algo así, pero
sin el tonito sarcástico –me miró elevando una ceja, me estaba recordando que
solo soy su hija, no su jueza.
-Mamá –sonreí
bajando la densidad de la conversación- tus hijos no olemos a santidad.
-Claro que si
-me abrazó, tomando mi gesto de paz. Ambas tenemos nuestro carácter y sabemos
que tenemos que ceder a tiempo.- Y estoy segura que tú aún eres virgen.
-Maaaaaa.... –me
sonrojé furiosamente. Lo era, pero no es muy cool que me lo recuerden. A veces
me preguntaba por que no me atrevía a dar ese paso, es el 2015 por Dios.- ¡Muhr
es más virgen que yo! –reímos, por que ambas sabíamos que era muy probable.- Pero
eso no significa que huela a santo. –Nos miramos y asentimos, recordando lo
calculador y frío que siempre ha sido mi hermanito. De olor a santidad llevaba
muy poco.
-Sele- suspiró y
su rostro volvió a tensarse- han sucedido muchas cosas en tu ausencia, pero
casi tienes 17 y no te las voy a ocultar. – Asentí alentándola a seguir
hablando.
-¿Y tienen que
ver con el caso que veras hoy? – la miré a los ojos y ella apretó los labios
asintiendo.
-Estoy por
abrirle juicio a los padres de Qhuinn por abuso a un menor y por estafa. – Abrí
los ojos como platos e hice una mueca.
-¡Diablos! ¿Abusaron
de Qhuinn? –Pregunté con una nota de horror y asco en mi voz. Ella negó
entendiendo mi temor.
-De muchas
formas pero no sexuales. – aclaró.
-Pobre mi
amiguito –expulsé el aire que estaba reteniendo- Su vida es una mierda, no solo
es gay y está enamorado de un tipo que no tiene los huevos de aceptar sus
sentimientos, ahora también tiene que soportar meter presos a sus padres. ¿Algo
más le puede pasar? –medité irónicamente por un instante- A si... Que la puta
de Diana lo atropelle. –resoplé.
-¿Que dijiste?
–Mi madre me miró fijamente.
-Que la puta...
-Eso no, lo
otro… ¿Sabías que es gay? –Me acusó
-Duhhhh...
Obvio, es mi amigo. ¿Tu no lo sabias? –Ella negó lentamente.- Ma, por dios, se
nota. –lo ultimo lo dije separando las silabas.
-¿Y de quién
está enamorado? –preguntó con cautela.
-Ummm… No sé, No
me dijo. –me hice la huevas y fruncí los labios.
-Selena…
-advirtió con impaciencia.
-Melissa…-respondí
con su mismo tono. Y la miré con una mueca divertida.
-¿Desde cuándo
lo sabes? –Suspiró. Nunca me ganaba la guerra de miradas.
-Casi desde la
segunda llamada.-dije con mi mejor tono de “sorry mami”
-¿Por qué no me
dijiste nada? -mi mamá se puso de pie- no puedo ser tutora de él, si está
cortejando a mi hijo. –expulsó el aire de manera severa.
-Por esto no te
dije, sabía que exagerarías.- suspiré buscando paciencia- Mamá, es gay, no
leproso. ¿Cuál es la diferencia de un romance Diana vs. Muhr o Qhuinn vs. Muhr?
A Diana la dejaste dormir aquí sin tanto escándalo. Y también “cortejaba” a tu
princesa. -Me burlé con mis comillas, mi mama me lanzó su mirada de advertencia
y yo me reí juguetonamente.
-Si no conoces
la diferencia me siento más tranquila. –Resopló con ironía-
-Mamá – me puse
seria- Qhuinn es un gran chico y si mi hermano idiota le corresponde es
fantástico. ¿Sabes cuán difícil es para un gay encontrar una buena pareja? La
mayoría se pierde en la promiscuidad a causa del rechazo familiar, ni que decir
del social.
-Calla niña, tú
que sabes. –susurró con una nota triste en su voz.
-Mamita, -la
abracé- Qhuinn no ha "convertido" a Muhr en gay. Muhr ya lo era.
Nadie convierte en gay a nadie. Ese es un mito absurdo -la mire a los ojos- y tú
lo sabes -mi mama me abrazo fuerte- No le des la espalda a tu hijo. El nos va a
necesitar.
-Dime que no
eres lesbiana por favor. –susurró contra mi hombro, mientras me abrazaba
fuerte.
-Bueno,
aprovechando la conversación... –bromee.
-¡Selena! –mi
miró con horror y yo me carcajee-
-Nooooo... Ma,
tranquila – la zarandee y ella sonrió mas tranquila- Yo traeré los nietos a
esta casa. Te traeré uno de cada color.
-¡Selena! -ambas
reímos.-bueno vístete y te llevo. –Dijo luego de darme un beso y caminar hasta
la puerta de mi habitación.
-Llamaré
primero, no quiero interrumpir su descanso. Iré mañana. Además me interesa tu
caso.- dije con franqueza.
-Ummm ¿mi futura
abogada quiere dar sus primeros pasitos? -Sonreí, yo siempre supe que quería
seguir los pasos de mi madre. Asentí. Iría con Muhr mañana a ver a Qhuinn,
tampoco es que se fuera a ir a ningún lado y además no me esperaba.
- Así es y como
esto es personal trabajare gratis. –Acoté con un tono generoso.
-Graaaaacias
abogada. Siempre es bueno tener una eminencia como apoyo legal.- Sonrió - Eso
siempre que no perturbe tus exámenes finales. –Aclaró- Ahora que estas de
regreso en tu vieja escuela, tienes que estudiar el doble, has movido la
currícula de tu año.
-Lo sé, tengo
que reinstalarme, pero no va a ser complicado. Lo tengo controlado. – Mi mama
asintió y abrió la puerta de mi habitación.- Mamá ¿donde dormirá Qhuinn? ¿Conmigo
o con Muhr? –No pude aguantarme la broma, y valió la pena su cara. Reprimí la
carcajada y la miré muy intrigada.
-Graciosita
eres. –La miré con picardía pero manteniendo la seriedad.
-Solo pregunto
para saber que hago con sus cosas- Fruncí la cejas como si fuera muy importante
el asunto. Pero mi madre no reaccionó como esperaba, en vez de reír se puso
colorada. Casi avergonzada.
-Qhuinn se muda
con Mackenna él será su nuevo tutor legal, estoy tramitando eso. –Se me fue la
risa, algo no estaba bien en todo esto.
-Aahh, Ok. El
padrino es lo máximo. –Afirmé intentando apoyarla, presentía que su amor de
madre estaba litigando con su abogada generosa y protectora de los débiles. -Espero
que sea un buen cambio para él. Seguro que si.
-¿Si verdad? –Su
rostro se iluminó al sentir mi apoyo. -Por un momento pensé que se enojaría Muhr, pero desestimé aquello, tu hermano es tan frío y cerrado, él siempre ha sido
práctico seguro que entiende. –Me miró a los ojos y se mordió el labio, tomando
valor para seguir hablando- Sin embargo han sucedido algunas cosas… -dudó un
instante- ya veremos cómo toma la noticia.
-¿Aun no lo
sabe? -negó- Uyyyy, Pensé que lo sabía. –Agité mi mano de manera exagerada. Yo
siempre bromeando de las cosas serias. Mi mama necesitaba relajarse un poquito.
Pero nuevamente no lo tomó a broma.
-¿Por qué? ¿Crees
que ocurra algo? – se alarmó y yo resoplé. ¿Qué le pasa a mi madre?
-Bueno ma… Muhr siempre
ha sido el Señor Frozen… pero ahora que es gay –chasquee la lengua- no sabes lo
complicado que será. –Rodé los ojos elevando mis manos al cielo- ¡Los gays son
tan niñas!
-¡Selena! -me
reí cuando se dio cuenta que solo bromeaba con la situación.
-¡Es broma! Lo
tomará bien, es más, no sé que tanto le importe o afecte. ¿Qhuinn ya lo sabe?
Creo que a él si hay que explicarle bonito, no vaya a ser que lo tome como un
rechazo. –recomendé.
-¿Tú crees? –
resoplé y le hice una mueca burlona.
-¿acaso no lo
es? -arquee una ceja- No es idiota mama. Solo es gay. –Ella rodó los ojos y
tomó el pomo de la puerta.
-La ley no
permite algo así, yo no puedo alcahuetear a dos menores en su romance bajo mi
techo. –Lo dijo muy seria, poniendo fin a la conversación.
-Oooookkkk. –me
elevé de hombros indiferente, tampoco se me iba la vida en el tema.
-Te espero abajo
y no hagas ruido al bajar. –negué divertida mientras cerraba la puerta. Yo me
quedé pensando un instante en Qhuinn y mi hermano. ¿Qué cosas son las que han
estado sucediendo? Hice la nota mental de averiguarlo y tratar de ordenar esta
familia. Suspiré. Es obvio que sin mi, no saben vivir. Sonreí y me preparé para
salir con mi madre. Tengo un par de tipejos que hundir en prisión.
P.O.V. Muhrder
Black
Esta mañana mi
papá me había traído a casa. Y luego se había ido de regreso al hospital.
Durante el trayecto, no me hizo preguntas referentes a Qhuinn y yo casi ni
hable. Cuando llegamos mi mamá aun dormía, así que no la despertamos. Me fui
directo a mi habitación reprimiendo las ganas de ir a abrazar a mi hermanita,
al parecer llegó anoche sorprendiendo a todos. Pero me sentía tan cansado, no
solo física sino también emocionalmente, que como pude me saqué la ropa, estaba
desorientado, no sabía si prefería echarme a dormir o bañarme primero, ¡Dios!
No sabía nada, me sentía perdido. Al final me quede desnudo y camine hasta la
ducha. Deje que agua cayera directamente sobre mi cabeza, nuca y hombros, trate
de relajarme, pero no podía quitarme de la cabeza las palabras de mi madre y mi
padrino. Es como si ambos me empujaran a una decisión distinta. Yo estaba
claro, ¿porque tenía mi madre que venir con sus consejos? Pensé que apreciaba a
Qhuinn, ¿acaso prefiere que me quede con
la psicópata homicida de Diana? Terminé el baño y me puse unos bóxers, me tiré
sobre la cama a intentar dormir. Solo dormiría un par de horas y saldría hacia
el hospital a ver a Qhuinn. Si el doctor Mackenna pensaba que no regresaría
estaba equivocado.
......o......
-¿Muhr? -Me
estiré en la cama aun sumergido en mi sueño.
-¿Hijo?
El segundo
llamado me sacó del letargo en el que estaba, abrí los ojos lentamente y vi a
mi padre sentado en una silla junto a mi cama, esto me trajo recuerdos de la
mañana cuando mi madre me soltó su bomba de juventud.
-¿Papá…? -me
senté de golpe en la cama- ¡Papá! ¿Todo está bien con Qhuinn?
El me tomo del
brazo para serenarme. Miré el reloj para ver la hora de mi despertador. Eran
las 6 de la tarde ¡mierda! Miré a la ventana y por el atardecer confirmé que no
había error. Había dormido casi 12 horas, no las 2 que pensaba dormir. Gemí.
-Sí, tranquilo,
todo está bien con él, se está recuperando. Arthur me llamo para preguntarme
por ti y me contó que Qhuinn esta... –titubeo- está controlado -fruncí el ceño-
-¿Que pasa papá?
-Muhr, sabes que
te amo y quiero lo mejor para ti -asentí lentamente-
-Mira papá, mamá
esta mañana ya me hablo de vuestras inquietudes y yo… -me interrumpió con la
mano-
-Tu madre tiene
sus ideas propias y yo las mías, estoy seguro que tú tienes las tuyas –sonreí-
-Y el padrino
tiene las suyas -mi padre frunció el ceño-
-¿Has hablado
con Arthur de tus sentimientos por Qhuinn?
-Algo así, en
realidad él fue quien me hablo a mi -mi padre se paró de la silla y camino por
la habitación-
-¿Y qué te dijo
exactamente?
-¿Qué pasa papá?
-Solo dime que
te dijo exactamente –enarqué una ceja y ladeé mi cabeza analizando la reacción
de él-
-¿A qué le
tienes miedo? ¿Hay algo que no debió decirme? ¿Qué es lo que no me debía decir
exactamente? -mi padre me miro fijamente-
-A veces me olvido de que tu ya no eres un
niño -enarque una ceja y mi padre se rastrillo el cabello hacia atrás, ya sé de
dónde copie el gesto-
-Papá, yo creo
que estoy enamorado de Qhuinn, aunque la verdad no tengo punto de comparación,
nunca había sentido algo parecido con nadie antes. Ni con Diana, si es lo que
te preguntas. Con Di, teníamos una relación de conveniencia, además de ser los
mejores amigos, al menos eso pensaba yo, nunca pensé que sería tan demente -mi
padre me tomó de la mano-
-Hijo, ¿sabes
que aun no hemos levantado cargos contra ella? -levante la vista de inmediato.
Mi padre tampoco era fan de Diana por su expresión.-
-Lo sé. Mama no
quiere ponerla y no sé porque. ¡PAPÁ CASI MATA A QHUINN POR QUERER MATARME! -me
levanté de la cama y me puse a caminar por la habitación como una fiera
enjaulada- mañana mismo presentaré los cargos yo personalmente -mi padre se
agarro la cabeza como si le pesara.
-Eso le causaría
muchas molestias a tu madre Muhr, ella tiene sus motivos por los cuales no levanto
los cargos. –suspiró.
-¿Pero cuales? ¡Si
Mamá estaba furiosa con ella! –casi grité indignado.
-Lo estaba hasta
que hablaron, Diana le contó lo que vió y tu mamá la comprendió. –Mi padre hizo
una mueca.
-¡Pero papá, soy
su hijo! –asintió comprensivo de mi malestar.
-Y estas aquí
sano y salvo –justificó a mi madre. Siempre lo hacía. Nunca la podía poner en
su sitio.
-¡¡Pero Qhuinn
NO!! –Grité exasperado.
-¡Pero él NO es
su hijo! -me quede sorprendido con su insensible respuesta- Mira, hijo, tienes
que entender a tu madre, ella está algo sensible con todo esto…
-Padre hace menos de un mes, Qhuinn y yo nos
dimos el lote en esta cama –señale mi cama- Y lo hicimos con las orejas de
ustedes pegadas a las paredes. Hasta me diste un condón ¡¡Por el amor de Dios!!
-Mi padre estaba colorado y si seguía pasando la mano por su cabello se iba a quedar
calvo en breve.
-Lo sé –exhaló
cansado – Bueno, en realidad NO lo sabíamos. Esa noche pensamos que no sucedía
nada entre ustedes, ni se nos ocurría la posibilidad. Tú estabas con Diana y
Qhuinn no parecía gay, pensamos que todo era una broma picara. Fue tras el
incidente con el maldito de Levi Dark que nos dimos cuenta de todo lo que
estaba sucediendo bajo nuestro techo – Suspiró y me miró de reojo- Y la verdad
no queríamos que vivieras esas experiencias
-Cuanta
hipocresía.- Susurré. Yo estaba en shock.
-Muhr -mi padre
se levantó y me tomó de los hombros- no somos homofóbicos, apreciamos a Qhuinn,
creemos que es un gran chico y le debemos más de lo que podríamos pagarle, pero
TU eres nuestro hijo y será lo mejor que él se vaya a vivir con Arthur hasta
que este sano y cumpla los 18 -mi boca cayó abierta hasta el piso-
-¿A vivir con mi
padrino? ¿Pero por qué? ¡El vive aquí! -me llevé la mano a la boca- Ya lo decidieron
¿verdad? Lo echaron sin decirme nada –negué- ¿cómo pudieron? son unos
ingratos... ¡¡ME SALVO LA VIDA ,
QUE CLASE DE PADRES SON USTEDES!! –grité histérico.
-¡¿Y ACASO
TIENES QUE PAGARLE TIRANDOTELO?! –Gritó mi padre perdiendo la calma.
No sé que me poseyó
pero me le fui encima a mi padre, cada músculo de mi cuerpo lanzó un grito de
guerra por la insinuación tan despectiva hacia Qhuinn. Mi padre detuvo mi
ataque, gruñí frente a su rostro mientras lagrimas pesadas caían por mi rostro.
-Perdón hijo… no
quise que sonara así. –Mi padre me sostenía fuerte y aunque al comienzo quería
zafarme, cedí.
-Nunca vuelvas a
hablar con tan poco respeto de Qhuinn –Sisee en su oído. Mi padre movió la
cabeza en conformidad.
-Muhr, el camino
de la homosexualidad solo trae sufrimiento, confía en mí, olvídate de esta
tontería, aléjate un poco de Qhuinn, respira, medita, date una oportunidad con
alguna buena chica, ve a la universidad. Te amo hijo -tomó mi rostro entre sus
manos- te amo -una lagrima caía por el
rostro de mi padre- quizá sea duro ahora, pero cuando tengas tus hijos y una
buena mujer a tu lado, reconocerás todo este episodio como una experiencia más
en tu vida. No importa lo que haya pasado entre ustedes, puedes superarlo y
seguir adelante. Los gays viven una vida solitaria porque no se comprometen,
les gusta ser libres.-limpió la humedad de sus ojos- Una buena mujer te dará la estabilidad que
necesitas para ser feliz.
Palmeó mi rostro
y salió de mi habitación, dejándome aun peor que antes.
¡Mierda de padres!
Cuando mi padre
se fué me vestí de inmediato, seguir durmiendo ya no era algo que podía hacer, tenía
que ir a verlo, no me importaba tanto discurso paternal y maternal, ellos no
sabían lo que yo sentía y por ultimo ¿cómo iba a descubrirlo lejos de él? rastrillé
mi cabello hacia atrás y salí de mi habitación, y al llegar al final de la
escalera me topé de frente con mi padre que salió de la cocina al escucharme
bajar.
-Saldré un rato
-El asintió sabiendo ha donde me dirigía. Dio la vuelta para regresar a la
cocina pero antes que desapareciera de mi visión, pregunté.- ¿Selena?
-Salió con tu
mama. –dijo mi padre antes de perderse dentro de la cocina. Asentí para mí y me
dirigí a la salida.
------------o------------
Caminé hacia la
parada del autobús necesitaba ir al
hospital. Un auto me cerró el paso antes de cruzar la pista. Diana. Bajó la
ventanilla del piloto.
-Muhr, por
favor, sube -me acerqué a su ventanilla y casi pegué mi cara a la suya, la
miraba con desprecio.
-No tengo tiempo
para ti, tengo que ir a ver al chico que esta en el hospital por que una loca
demente casi lo mata -ella cerró los ojos y bajo la cabeza-
-Muhr... yo lo
siento tanto...
Me miró y sus
ojos estaban anegados en lágrimas. No podía negar que sentí que se me apretó el
estomago, no soporto las lagrimas de una mujer, y Diana es mi amiga desde hace
muchos años, no es cualquiera, joder.
-Diana, quisiste matarme... como pretendes que
suba al auto contigo como si nada, no sé qué hablaste con mi madre para
convencerla de que retirara los cargos por querer matar a SU hijo... pero…
-Ella comenzó a sollozar y se cubrió el rostro. Maldije y rodee el auto para
subir- Ya estoy aquí, ¿qué quieres? Y solo deja de llorar por favor. Me acomodé
y cerré la puerta. Gracias a Dios las ventanas estaban arriba, así nadie
escucharía sus sollozos.
De seguro ella
esperaba un abrazo de mi parte para brindarle consuelo, pero no me nacía hacer
algo así. ¡Me quiso matar por dios! y Qhuinn casi muere. Esto no es una
película donde los buenos siempre perdonan. Y yo no soy el héroe bondadoso de
nadie. Yo lo veo simple. Que se joda.
-Diana ¡deja de
llorar por el amor de Dios! –dije con total fastidio- que aquí la victima esta
en el hospital y te puedo jurar por un puñado de cruces que no eres tú. Así que
solo apúrate y suelta de una puta vez que quieres para irme a ver a Qhuinn
-Ella golpeo el volante y me miró aun con las lágrimas cayendo por sus mejillas
pero con la voz llena de rabia-
-Qhuinn,
Qhuinn,… ¡Qhuinn! –dice con burla- todo es el maldito Qhuinn ¿Qué diablos te
paso Muhrder? ¿Desde cuándo te gustan los tíos? ¡¡Mírate por dios!! Tú no eres
esto que estoy mirando -yo estaba cabreándome, esta mujer me estaba llamando
maricón en mi cara.
-Diana mejor le
bajas dos rayitas a tu intensidad, que no estoy para aguantarte -Ella puso el
cierre eléctrico a las puertas.
-Pues tienes que
escucharme, no escuchas a tu madre, ni a tu padre, escucha al menos a tu mejor
amiga ¡mierda!
-¿Mi mejor
amiga? ¿La loca que quiso matarme hace algunas noches? -ella respingó.
-Muhrder, sé que
no tengo perdón por eso, pero yo no estaba en mí. Acababa de irme de tu casa,
estábamos coordinando nuestro futuro hacía unos minutos, y ¿qué encuentro
cuando regreso por mis formularios? ¡Le estabas comiendo la boca a ese
guarro! ¡Si tendrá sida! y tu... y tu...
¡¡carajo que asco!! ¡Me habías besado antes a mí!
-Ya cállate
mujer, ¡qué dices! –Estaba furiosamente sonrojado. No había mentiras en sus
palabras pero lo hacia sonar tan asqueroso y malo. Cuando en realidad fue el
momento más intenso y bonito que he vivido. Quería que se calle y me deje en
paz.
-¡Digo lo que vi
Muhrder! –reacomodó su cabello y golpeó con su dedo el labio- y si no te gusta
oírlo, pues no debes hacerlo ¿te jode que te diga maricón? –Sonrió con cinismo-
pues acostúmbrate, porque no será ni la primera ni la última vez que te llaman
así, por si no lo sabes los que joden con hombres y comen pollas son maricones,
eres un sodomita -la miré con odio y nauseas, pero nauseas por mí, tenía miedo,
quise abrir la puerta del auto, pero ella la trababa cada vez que lo intentaba.
-Déjame salir
Diana o te juro que vas a conocer mi lado cabreado –negó igual que cría con
berrinche.
-Que me dejes
salir… –dije con letal calma, pero ella cerró los ojos y se quedó callada -
¡por la puta madre Diana! ¿Qué mierda quieres de mí? -di un fuerte golpe al salpicadero y ella dió
un brinco.
-Solo quiero
que… no me abandones Muhrder. –Habló con suavidad y entre sollozos.- Nosotros...
-¿Que nosotros
mujer? nunca ha habido un nosotros, busca otra escusa, pero no uses un
"nosotros" –enfaticé haciendo comillas con mis dedos-
-Eres un maldito
hijo de puta, -nuevamente surgió el odio en su voz- ¿cómo puedes decir que no
ha habido un nosotros? más de cuatro años hemos sido un nosotros.
-Un par de besos
no hace un nosotros, ¡por favor! tu lo que quieres es no perder tus becas, tu
final feliz, eres tan superficial que no te importa amarrarte a un tipo que se
tira a otro hombre con tal de no perder tus sueños de fama y fortuna ¿sabes
cómo se llama eso en mi mundo? ¡PUTA ARRIBISTA! -Ella me miro con odio y
respiro hondo y estaba listo para su cachetada pero esta no llego, al menos no
llego físicamente-
-¿Una puta
arribista para ti es aquella que se amarra a un tipo que se tira a otro hombre,
solo por no perder sus sueños de fama y fortuna...? ummm... tienes razón
Muhrder, me has hecho ver la luz -destrabo los seguros del auto- Yo no quiero
ser una mujer así, puedes irte. Obviamente no tendrás mi apoyo para tus becas.
JO-DE-TE al decano, creo que también es maricón -rio sarcástica- o quizá no -se
puso pensativa, yo abrí la puerta y bajé del auto.
-Adiós Diana,
nos vemos en la corte.- dije sin mirar atrás. No lo grité, pero lo dije lo
suficientemente alto como para que lo escuche. Cerré la puerta del auto y me
giré para alejarme.
-¡Ah, Muhrder!
una cosita mas. –dijo, bajando la ventana del copiloto. -A veces las putas
arribistas no solo se amarran a tíos que se tiran a otros hombres por fama y
fortuna, a veces usan el viejo método de "hacerles un hijo", ya sabes
a veces los maricas tienen sus momentos heteros y ¡ZAS! Les encajan una cría -rio con maldad- ¿Por
qué no le preguntas a tu mama, con quien salía tu padre cuando ella salió
embarazada... de ti...?
Antes de que
pudiera decirle que se fuera con sus intrigas al infierno, ella arranco el
auto, dejándome con la maldición en la boca. Patee una piedra que estaba junto
a mi zapato y miré el camino que llevaba a casa, no había caminado mucho, podía
regresar y confrontar a mi padre acerca de la intriga de Diana, ¿Qué diablos
quiso decir con eso? ¿Que mi papa era gay? ¿Que mi madre le hizo un hijo y así
lo atrapo? Eso cuadraría con lo que me insinuó Mackenna, ¿Acaso ellos habrán
sido pareja en la universidad?
Diana es una
puta de mierda, está más loca que una cabra, además de homicida demente,
también mentirosa. ¡Joder! ¿Con esa clase de loca he tenido amistad? NO...
Rectifico, con esa clase de ser humano, compartí mi tiempo. SI, así es mejor, porque
con esa loca jamás tuve nada, estaba demasiado ciego y envuelto en sus
artimañas para ver la verdad. Si quiere alucinar mierda, que alucine sola.
Me dirigí a la
parada del bus, con un millón de ideas rondando por la cabeza. No había mucha
gente, solo una anciana y un chico besuqueándose con una tía muy guapa… ¡joder!
Ellos necesitan un cuarto para hacer aquello.
Los conocía a
ambos, ella era una rubia no muy lista, que hacía de animadora junto con Diana
y el... ahhhh. Él es el amigo de Qhuinn, Vladimir no se que. Y como si lo
hubiera dicho en voz alta, el chico me miró, inclinó la cabeza, le dió un beso
a la chica y ella se fué, luego de lanzarme una mirada coqueta. Él le frunció
el ceño y ella rió. Se despidieron con un beso que debería estar en la
categoría XXX y él se acerco a mí.
-¡Hey, tío! tu
eres el amigo de Qhuinn, el cerebrito que lo alojaba en su casa -respingue incomodo,
eso no lo sabía nadie.
-Soy amigo de
Qhuinn, pero no… -él levanto la mano deteniéndome-
-Ni te esfuerces
en mentirme, Qhuinn y yo somos íntimos, no hay secretos entre nosotros -fruncí
el seño, eso no me lo esperaba ¿qué tan íntimos? mire en dirección a la rubia
que recién doblaba la esquina y lo miré a el nuevamente-
-Nunca me hablo
de ti. –dije secamente.
-Pues de ti, me
lo contó toooodo -este enano ya me estaba empezando a cabrear.
-No sé qué
quieres insinuar pero no estoy para tonterías hoy –chasquee la lengua y le di
la espalda.
-Quizá con un
par de tragos, te de ganas de hablar tonterías, a Qhuinn le hace bien, siempre
le suelta la lengua y lo pone suave. –inspire profundo, sus frasecitas en doble
sentido me llegaron al huevo. Giré en redondo y lo miré fijamente.
-Yo no soy
Qhuinn y nunca hablo tonterías.- dije lentamente.
-O sea dices que
Qhuinn si habla tonterías –respondió rápido.
-¿Qué? Yo no he dicho eso –dije confundido. Su
respuesta infantil me descolocó.
-Lo has
insinuado, porque si tú no eres él y tu no dices tonterías... –hizo una mueca
con la boca muy cómica. Al menos lo seria si yo tuviera sentido del humor.
-Oye amigo, creo
que me largo a otro paradero, escribe tu historia y me la pasas por email -me
giré nuevamente y me disponía a caminar lejos de este retrasado mental, tanta
droga mata las neuronas definitivamente.
-Estas enamorado
de él ¿verdad? lo estas y no quieres aceptarlo –casi gritó. Me detuve en seco,
gire lentamente sonrojado furiosamente hasta la raiz de mi cabello. Me acerque
amenazadoramente hasta el.
-No sé, de qué
mierda hablas, pero mejor no esparces tu mierda de rumores. –Sisee casi en su
cara.
-No son rumores –me
respondió con mas huevos de los que parecía tener. Este enano me llegaba al
cuello y no se acobardó, tenia un punto por eso. Igual lo agarré de la pechera
de su remera y lo elevé hasta quedar nariz con nariz.
-Mira cabrón, si
realmente quieres que te parta la cara, solo tienes que pedírmelo, hoy estoy
regalón -levante el puño para darle.
-El te ama –dijo
y cerró los ojos, esperando el golpe que nunca le llegó. Me detuve a un
centímetro de su cara, mi corazón empezó a latir desenfrenado, me sentía como
en una puta montaña rusa emocional.
-Cállate ya
–sisee y bajé mi puño, mi otra mano le soltó la remera y le empujé del pecho- Solo
cállate tío... déjame en paz -me giré y empecé a alejarme-
-¿Quieres saber
quién es Qhuinn? -me detuve nuevamente y no giré. ¿Quería saber?
-Vamos Black -me
enderece, aun sin voltear- Obvio que se tu nombre, mi mamá me dijo que nunca
hablara con extraños. -No pude mas con sus estupideces y solté una carcajada,
hoy había sido demasiado. Me gire y asentí-
-Vamos por ese
trago... quizá si quiero escuchar tus tonterías por un rato... pero solo un
rato, tengo que ir a ver a alguien -el sonrió y me hizo una seña con la cabeza,
lo seguí, tenía una moto parqueada en un jardín lateral-
-Si tienes una
moto, ¿por que no llevaste a Miss California a su casa?
-Aayyyy, esa es
una larga historia. Sube -el subió a su moto y yo monte detrás- oye, cuidado
con agarrarme mucho, soy chiquito pero bien machito, es a otro al que le gusta
la que cuelga -gruñí y luego solo reí-
-Eres tan imbécil
enano- le dije. Este tío tenía un no se que… bueno si sabia que tenia, tenia
información de Qhuinn. Yo quería saber todo lo que él sabia, y quería saber
“como lo sabia”.
-Soy Vladimir y
para los amigos Vlad, tu dime…
-¿Enano machito
pecho peludo?
-Muy gracioso
Black, no me hagas reír mucho que por "accidente" -hizo comillas con
los dedos- te puedes caer de la moto.
Reí a carcajadas
y así arrancó, llevándome a su guarida como le llamaba al sótano de su tía.
Miré el reloj de pulsera, eran las 7:20 pm, solo una hora e iría a ver a
Qhuinn. Igual iba a estar algo enojado, o sea, la penitencia seria la misma por
una hora más de retrazo.
P.O.V. Selena
Black (hermana de Muhr)
-¿Hola?
- …. Hola,
Buenas noches, llamo del hospital General de Santa Fe. Soy la enfermera del Señor
Qhuinn Lohstrong. Quisiera comunicarme con el Señor Black.
-Buenas noches.
El esta ocupado en este momento. ¿Pasa algo con Qhuinn?
-No, él esta
bien. Solo algo preocupado por su ausencia.
-Ahhh, que
bueno, me asusté. Muhr cayó en coma todo el día. Se esta bañando, en cuanto salga
de la ducha, le diré que lo llamó.
- Gracias, la habitación
no tiene anexo, pero si me llama a este numero, yo lo comunicaré. Estoy de
guardia toda la noche.
-Perfecto, tengo
identificador de llamadas, ya tengo tu número. Te llamo entonces. Hasta luego.
-Hasta luego Sra.
Black.
-¿Sra. Black? Yo
no soy la Sra. Black.
¿Hola? ¿Hola? ¡Diablos!
Colgué el teléfono
justo cuando mi madre se apareció en la puerta de mi habitación.
-¿Quién era?
–Preguntó
-La enfermera de
Qhuinn, al parecer extraña a Muhr y quería hablarle. ¿Hasta que hora se va a bañar?
-Muhr no se esta
bañando. Cuando llamé a tu padre para saber si quería que trajera la cena, me
dijo que Muhr salió cerca de las 7 pm. Imaginamos que iría a ver a Qhuinn.
–Miré a mi madre y ví el reloj. Eran las 10:13 pm-
-Entonces ¿Quién
se esta bañando en su habitación? Acabo de entrar a buscarlo y noté alguien en
su baño, pensé que era él. –pregunte confundida.
-Es tu padre,
dejé remojando en acido el fondo de mi bañera y la tuya, no quiso terminar mi
trabajo, le pareció mas cómodo usar la ducha de Muhr. – Asentí.
-Es evidente que
no está en el hospital y si no está ahí ¿Dónde pudo haber ido? –mi pregunta era
retórica, pero mi madre contestó.
-Llámalo a su móvil.
– Asentí. Mientras sacaba mi móvil y empezaba a marcar el número de Muhr.
-¿Porque Qhuinn
no habrá llamado primero a su móvil? – pregunte en voz alta, pero la contestadora
de voz me dio la respuesta. –Ummm… teléfono muerto. –miré a mi mama. – ¿Debemos
preocuparnos Melissa? –fingí la voz ronca de mi padre.
-Sele… -advirtió
y negó con la cabeza riendo- Seguro que termina en el hospital al lado de
Qhuinn, algo lo habrá distraído. No quiero preocuparme más por ese tema.
-Bueno, cenemos
entonces, tengo hambre. –Mi madre se metió en la cocina, yo me quede mirando el
teléfono de la enfermera que se veía en el identificador de llamadas. Empecé a
marcar el número pero el grito de mi mama me hizo cambiar de opinión, no debo
ser tan metiche, Muhr ya tiene bastante con una mama-gallina, como para tener
una hermana-gallina, seguro que mi hermano está rumbo al hospital. Además no
quiero malograr la sorpresa de mi llegada anticipándome con una llamada
telefónica.
Suspiré
recordando que mañana tampoco podría ir a ver a Qhuinn, teníamos que regresar
al juzgado, mañana seria un día difícil pero muy interesante. Me prometí que
pasado mañana de todas maneras iría a ver a Qhuinn y le llevaría un montón de
novedades. Me dirigí a la cocina con una sonrisa en la cara, mucho optimismo en
el corazón y la llamada de la enfermera olvidada.
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