|
A
|
LEXANDER
Cerré el último
documento y lo dejé en la mesa del escritorio, ya se habían ido todos, me
levanté aún adolorido, me serví una medida de whisky y miré a través del
ventanal, las luces solo iluminaban una parte de lo que veía, los edificios
eran tan altos, que ocultaban el lado en donde quería observar. Mis abogados me
aconsejaron entregar el auto al seguro, para su arreglo, pero debía saldar la
moto, recuerdo que la arruiné, pero no lo volví a ver cuando íbamos hacía el
auto con Angelos, tomé un trago, debía ir allí, al Santuary, quería de nuevo
ir, que mejor escusa: ¿Escusa? apoyo despacio mi vaso en la ventana y llevo
ambas manos a mi pelo, lo cepillo para atrás. Toda mi vida fui heterosexual,
pero ahora me veía atraído por un hombre. De seguro estaba equivocado, no podía
ser cierto. Me doy vuelta y camino a tomar las llaves, la chequera y salgo
rumbo al estacionamiento.
Solo necesité 27 minutos de transito liviano y me estacioné frente al lugar que
ejercía un imán para mí.
Remi estaba
de nuevo en la entrada.
-Buenas noches,
¿sabes si está Angelos? Quiero hablar con él -sólo asintió, pero su mirada me
recorrió la cara y medio sonrío al ver color violeta.- Alexander Black, dile mi
nombre.
Me dejó
pasar y me senté a la barra a esperar. Aún no habían abierto al público.
Que mierda de situación, aun en esos minutos manejando no podía creer lo que me
pasaba, cepille mi pelo y me bebí una botella de cerveza, cuando pedía la
segunda, fui levantado y estrellado contra la pared.
-Gusano
humano, ¡¡me debes mi bebé!! -los ojos de ese hombre estaban incendiándose- lo
destrozaste.
-Oye amigo,
justo venía -apretó mi cuello y se cortó mi perorata- Amigo, ¡¡cuernos!! Te
destrozaré.
Traté de
apartar su mano de mi cuello, cuando lo logré un poco
-Te
devolveré, a eso -no pude articular palabra, pero escuche pisadas-
ANGELOS
Mis ojos
casi caen de sus cuencas como canicas cuando veo a un rabioso Bas sosteniendo
casi en el aire a Alexander, de manera inmediata acorte la distancia que nos
separaba e intenté separarlos mientras llamaba a refuerzos.
-Sabes
perfectamente que están prohibidos los conflictos Bas, suéltalo o los Peltier
patearán tu culo de regreso a la edad media
Mas que una
metáfora, era una realidad, Sebastián es un Arcadio Centinela Dracos que por
algún extraño motivo se había transportado de la época medieval a la
actualidad, por lo general era tranquilo y solitario, vivía aislado en el ático
del Santuario, sin embargo, su bebé, era su bebé, una maquita intocable para
cualquiera.
Poco a poco
fue soltando su agarre hasta que el pobre cristiano respiró grandes bocanadas
para llenar de aire sus pulmones
-Ven a
sentarte, estas del color de la leche mal cuajada
Sonreí con
maldad cuando con premeditación deslicé mi mano un poco más debajo de su
cintura y lo atraje hacia mi costado para ayudarle a sentarse en el lugar más
cercano
-¿pero qué
cojones estoy haciendo?
Me patee
mentalmente a la vez que le dejaba allí e iba por un botellín de agua mineral.
-Ten, con
esto te sentirás mejor
De manera
inmediata destelle mi cajetilla de cigarros en el bolsillo y la saque para
encender uno y darle una buena calada para luego comenzar a hacer óvalos con el
humo del tabaco
-Tal parece
que –tragó duro- se está volviendo un hábito el que me salves Angelos –sonrío
mientras exhalo el humo-
-tengo el
mal habito de príncipe azul, rescatando a personas de malvados dragones –sonrío
con malicia-, pero no me has dicho porque cojones has venido a buscarme
ALEXANDER
Paso y
repaso la mano por la garganta y miro al tal Bas
-Solo quería pagar los gastos para el arreglo de la moto, de él, no sabía dónde
encontrarlo, pero ya veo que aquí es el lugar.
Miro a Angelos y un escalofrío me recorre, el mismo de cuando me sostuvo. El
tal Bas se acerca gruñendo y pateo la silla levantándome, de sorpresa me
tomará, pero no era ni un inútil para no hacerle frente
-¡Mierda! Hey,
amigo, fue un accidente, el diluvio no me dejó ver tu moto, pero me hago
responsable de todo.
Aun con la irá a flor de piel, lo veo tranquilizarse y le extiendo un cheque,
escribiendo una suma considerable
-Si
sobrepasa el gasto solo contactarme, no me echaré para atrás.
Toma el cheque casi dudando, pero cuando lo hace se da vuelta y se va, de nuevo
me siento y niego
-¡Qué amigos te mandas Angelos! , gracias ¿cómo has dicho, de príncipe azul? -río
fuerte- bueno me has salvado el cogote varias veces y eso te agradezco.
¿Podemos tomar algo fuerte? lo necesito -paso mi mano por el pelo y lo dejo
tirante para atrás-
Miro a la familia Peltier que están hablando bajo en un rincón. No quisiera me
prohíban la entrada, no quería dejar de venir
ANGELOS
-Claro, esta
corre por cuenta mía
Voy hacia la
barra y metiendo mi mano bajo ella, destello una botella de Chivas y un par de
vasos sin hielo, mientras estoy de camino a la mesa me envían una serie de
mensajes telepáticos de que fuese cuidadoso con el humano, puesto que Sebastián
estaba aún algo inestable emocionalmente y que no deseaban traer problemas con
la policía, simplemente asentí sin siquiera mirarles. Mensaje recibido.
-Pues aquí
tienes, una buena dosis de whisky a la vena
Sirvo ambos
vasos con cuatro dedos del licor el cual bebo de un par de tragos bajo tu
atenta mirada para luego volver a rellenar el vaso.
-De verdad,
no sé cómo puedes tomar esto, es demasiado suave para mí.
-Lo
recordaste
-¿El qué?
-que aquella
noche estaba bebiendo Chivas.
-Soy buen
observador, sobre todo cuando algo o… alguien me interesa –Sonrío y doy una
fuerte calada a mi cigarrillo- Se nota que no eres del barrio Black, quizás ni siquiera
de esta ciudad… ¿Qué hace un hombre como tú en un lugar como este?
ALEXANDER
Sus palabras
llegaron, impactando en mi cerebro y en otra parte de mi anatomía, me moví
incomodo, tratando de que esa situación se hiciera perceptible.
-¿qué te
gusta tomar Angelos? -me gustaba el Black en su boca, tomé de un trago más de
la mitad- ¿crees que me permitan volver los Peltier? no quisiera quedarme
fuera, me gusta el ambiente y la compañía.
De nuevo el maldito móvil suena interrumpiendo cuando estoy con él.
-¡¡Dígame!! –Niego- hoy ya no, agendalo para mañana -corto y me bebo todo- ¿vives por aquí? - aparto el vaso, tomo la
botella- ¿debes trabajar hoy?
Quería salir de allí, caminar, ir a un lugar abierto
ANGELOS
Curioso, muy
jodidamente curioso que evadiera mi pregunta, lo cual picó más que la puta
tiña… lamentablemente para mi, los felinos y los misterios sin resolver son
demasiado atractivos y mi curiosidad ha sido tocada en medio de la diana. Tal
parece que mi amigo Black es alguien importante, quizás con dinero o poder
¿narcotraficante?, ¿empresario del porno?, ¿político?, ¿vendedor de
enciclopedias?
-Es domingo,
es mi noche libre, vamos al Café Du Monde, acabo de despertar y necesito un
tazón de café de achicoria y algunos beignets
Bebo lo que
me queda de licor y encendiendo un nuevo cigarrillo salimos a la cálida y
húmeda noche de New Orleans, en las calles había. La noche estaba tranquila y
algunos turistas andaban dando vueltas por las calles.
-No has
respondido mi pregunta Black se nota que no eres de por aquí y me causa mucha
curiosidad que evitaras responderme
ALEXANDER
Salimos y
dejo el auto en el estacionamiento y camino junto a él
-Soy de
Canadá, y me gusta caminar -busco mi cigarrillo y lo enciendo- soy financista,
manipulo la bolsa de valores, se me da bien. Conocí el Santuary por accidente y
me gusta lo que hay allí -sonrío al dar una calada larga- me gustan las
mujeres Angelos, las amo- me detengo en un cruce. Miro al cielo estrellado-
Pero hay situaciones que aún me sorprenden.
Llegamos al
lugar y ordenas y comes con buen apetito. La confusión, me tiene caldo.

Te felicito Angelos por tu trabajo
ResponderEliminarMuchas gracias guapa, la verdad es que costó pero al fin ya esta listo... muchas gracias por todo... ya sabes
ResponderEliminar