domingo, 17 de agosto de 2014

Capítulo 3



A
LEXANDER
Cerré el último documento y lo dejé en la mesa del escritorio, ya se habían ido todos, me levanté aún adolorido, me serví una medida de whisky y miré a través del ventanal, las luces solo iluminaban una parte de lo que veía, los edificios eran tan altos, que ocultaban el lado en donde quería observar. Mis abogados me aconsejaron entregar el auto al seguro, para su arreglo, pero debía saldar la moto, recuerdo que la arruiné, pero no lo volví a ver cuando íbamos hacía el auto con Angelos, tomé un trago, debía ir allí, al Santuary, quería de nuevo ir, que mejor escusa: ¿Escusa? apoyo despacio mi vaso en la ventana y llevo ambas manos a mi pelo, lo cepillo para atrás. Toda mi vida fui heterosexual, pero ahora me veía atraído por un hombre. De seguro estaba equivocado, no podía ser cierto. Me doy vuelta y camino a tomar las llaves, la chequera y salgo rumbo al estacionamiento.

Solo necesité 27 minutos de transito liviano y me estacioné frente al lugar que ejercía un imán para mí.


Remi estaba de nuevo en la entrada.

-Buenas noches, ¿sabes si está Angelos? Quiero hablar con él -sólo asintió, pero su mirada me recorrió la cara y medio sonrío al ver color violeta.- Alexander Black, dile mi nombre.

Me dejó pasar y me senté a la barra a esperar. Aún no habían abierto al público.

Que mierda de situación, aun en esos minutos manejando no podía creer lo que me pasaba, cepille mi pelo y me bebí una botella de cerveza, cuando pedía la segunda, fui levantado y estrellado contra la pared.


-Gusano humano, ¡¡me debes mi bebé!! -los ojos de ese hombre estaban incendiándose- lo destrozaste.

-Oye amigo, justo venía -apretó mi cuello y se cortó mi perorata- Amigo, ¡¡cuernos!! Te destrozaré. 

Traté de apartar su mano de mi cuello, cuando lo logré un poco

-Te devolveré, a eso -no pude articular palabra, pero escuche pisadas-

ANGELOS
Mis ojos casi caen de sus cuencas como canicas cuando veo a un rabioso Bas sosteniendo casi en el aire a Alexander, de manera inmediata acorte la distancia que nos separaba e intenté separarlos mientras llamaba a refuerzos.

-Sabes perfectamente que están prohibidos los conflictos Bas, suéltalo o los Peltier patearán tu culo de regreso a la edad media

Mas que una metáfora, era una realidad, Sebastián es un Arcadio Centinela Dracos que por algún extraño motivo se había transportado de la época medieval a la actualidad, por lo general era tranquilo y solitario, vivía aislado en el ático del Santuario, sin embargo, su bebé, era su bebé, una maquita intocable para cualquiera.

Poco a poco fue soltando su agarre hasta que el pobre cristiano respiró grandes bocanadas para llenar de aire sus pulmones

-Ven a sentarte, estas del color de la leche mal cuajada

Sonreí con maldad cuando con premeditación deslicé mi mano un poco más debajo de su cintura y lo atraje hacia mi costado para ayudarle a sentarse en el lugar más cercano

-¿pero qué cojones estoy haciendo?

Me patee mentalmente a la vez que le dejaba allí e iba por un botellín de agua mineral.

-Ten, con esto te sentirás mejor

De manera inmediata destelle mi cajetilla de cigarros en el bolsillo y la saque para encender uno y darle una buena calada para luego comenzar a hacer óvalos con el humo del tabaco

-Tal parece que –tragó duro- se está volviendo un hábito el que me salves Angelos –sonrío mientras exhalo el humo-

-tengo el mal habito de príncipe azul, rescatando a personas de malvados dragones –sonrío con malicia-, pero no me has dicho porque cojones has venido a buscarme

ALEXANDER
Paso y repaso la mano por la garganta y miro al tal Bas
 
-Solo quería pagar los gastos para el arreglo de la moto, de él, no sabía dónde encontrarlo, pero ya veo que aquí es el lugar. 


Miro a Angelos y un escalofrío me recorre, el mismo de cuando me sostuvo. El tal Bas se acerca gruñendo y pateo la silla levantándome, de sorpresa me tomará, pero no era ni un inútil para no hacerle frente


-¡Mierda! Hey, amigo, fue un accidente, el diluvio no me dejó ver tu moto, pero me hago responsable de todo.

Aun con la irá a flor de piel, lo veo tranquilizarse y le extiendo un cheque, escribiendo una suma considerable


-Si sobrepasa el gasto solo contactarme, no me echaré para atrás.

Toma el cheque casi dudando, pero cuando lo hace se da vuelta y se va, de nuevo me siento y niego


-¡Qué amigos te mandas Angelos! , gracias ¿cómo has dicho, de príncipe azul? -río fuerte- bueno me has salvado el cogote varias veces y eso te agradezco. ¿Podemos tomar algo fuerte? lo necesito -paso mi mano por el pelo y lo dejo tirante para atrás-


Miro a la familia Peltier que están hablando bajo en un rincón. No quisiera me prohíban la entrada, no quería dejar de venir


ANGELOS
-Claro, esta corre por cuenta mía

Voy hacia la barra y metiendo mi mano bajo ella, destello una botella de Chivas y un par de vasos sin hielo, mientras estoy de camino a la mesa me envían una serie de mensajes telepáticos de que fuese cuidadoso con el humano, puesto que Sebastián estaba aún algo inestable emocionalmente y que no deseaban traer problemas con la policía, simplemente asentí sin siquiera mirarles. Mensaje recibido.

-Pues aquí tienes, una buena dosis de whisky a la vena

Sirvo ambos vasos con cuatro dedos del licor el cual bebo de un par de tragos bajo tu atenta mirada para luego volver a rellenar el vaso.

-De verdad, no sé cómo puedes tomar esto, es demasiado suave para mí.

-Lo recordaste

-¿El qué?

-que aquella noche estaba bebiendo Chivas.

-Soy buen observador, sobre todo cuando algo o… alguien me interesa –Sonrío y doy una fuerte calada a mi cigarrillo- Se nota que no eres del barrio Black, quizás ni siquiera de esta ciudad… ¿Qué hace un hombre como tú en un lugar como este?

ALEXANDER
Sus palabras llegaron, impactando en mi cerebro y en otra parte de mi anatomía, me moví incomodo, tratando de que esa situación se hiciera perceptible.

-¿qué te gusta tomar Angelos? -me gustaba el Black en su boca, tomé de un trago más de la mitad- ¿crees que me permitan volver los Peltier? no quisiera quedarme fuera, me gusta el ambiente y la compañía.

De nuevo el maldito móvil suena interrumpiendo cuando estoy con él.


-¡¡Dígame!! –Niego- hoy ya no, agendalo para mañana -corto y me bebo todo-  ¿vives por aquí? - aparto el vaso, tomo la botella- ¿debes trabajar hoy? 


Quería salir de allí, caminar, ir a un lugar abierto


ANGELOS
Curioso, muy jodidamente curioso que evadiera mi pregunta, lo cual picó más que la puta tiña… lamentablemente para mi, los felinos y los misterios sin resolver son demasiado atractivos y mi curiosidad ha sido tocada en medio de la diana. Tal parece que mi amigo Black es alguien importante, quizás con dinero o poder ¿narcotraficante?, ¿empresario del porno?, ¿político?, ¿vendedor de enciclopedias?

-Es domingo, es mi noche libre, vamos al Café Du Monde, acabo de despertar y necesito un tazón de café de achicoria y algunos beignets

Bebo lo que me queda de licor y encendiendo un nuevo cigarrillo salimos a la cálida y húmeda noche de New Orleans, en las calles había. La noche estaba tranquila y algunos turistas andaban dando vueltas por las calles.

-No has respondido mi pregunta Black se nota que no eres de por aquí y me causa mucha curiosidad que evitaras responderme

ALEXANDER
Salimos y dejo el auto en el estacionamiento y camino junto a él

-Soy de Canadá, y me gusta caminar -busco mi cigarrillo y lo enciendo- soy financista, manipulo la bolsa de valores, se me da bien. Conocí el Santuary por accidente y me gusta lo que hay allí -sonrío al dar una calada larga- me gustan las mujeres Angelos, las amo- me detengo en un cruce. Miro al cielo estrellado- Pero hay situaciones que aún me sorprenden.

Llegamos al lugar y ordenas y comes con buen apetito. La confusión, me tiene caldo.

2 comentarios:

  1. Muchas gracias guapa, la verdad es que costó pero al fin ya esta listo... muchas gracias por todo... ya sabes

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