martes, 21 de julio de 2015

Capítulo 33


…En casa de los Black…

P.O.V. SELENA BLACK  (Hermana de Muhrder Black)

-¿Pero porque no puedo ir a verlos? Mira la hora que es y no tengo noticias -lloriqueó mi madre, continuando la conversación que habíamos mantenido en el auto. Colocó su cartera en la encimera del recibo y encaró a mi padre -Soy su madre y tengo que asegurarme que estén bien.

-Pero si son las tres de la tarde mujer. Déjalos instalarse y ya llamaran, no son unos bebés, más bien preocúpate por nosotros que aún no hemos almorzamos. -Dijo mi padre mientras me guiñaba un ojo, yo solo le sonreí.

Terminé de cerrar la puerta de la casa y caminé a dejar mi abrigo en el closet de la entrada. Mi madre solo rodó los ojos sin contestar nada y caminó hacia la cocina, acabábamos de llegar del refugio, estábamos tomando por costumbre ir a ese lugar los domingos a desayunar con los chicos y los voluntarios. Yo me integre a la causa social casi de inmediato de conocerla, quería seguir los pasos de mi madre y aunque aún no me decidía al 100%, estoy casi segura que seré abogada de familia como ella.

Al que veo también ahí es a Vladimir, no sabía que era consejero juvenil, ¿quién lo creería con esas pintas de gótico perdido? pero al parecer está ahí desde hace años, comprometido totalmente con los más desafortunados. Me cae muy bien, aunque su novia no tanto. Ella es demasiado superficial y tonta, ¿es que no se da cuenta de que ella solo lo quiere porque es atractivo? en fin, tampoco es que me importe con quien sale, es solo un amigo.

Esta semana fue muy divertida e intensa, entre la mudanza y acomodar el depa del tío Arthur no sentí el paso del tiempo, al menos eso me hizo superar el maltrato psicológico que me aplico mi madre al negarme información confidencial del “Caso Lohstrong”. Solo la perdono porque es mi madrecita santa. Además, luego le pregunte a Qhuinn y él me lo contó todo. Obvio que yo le prometí no decir nada. Lo entiendo, ¿Quién quiere compartir que su madre es una puta sin corazón que se larga lejos sin siquiera dar cara y su padre un loco materialista que se va a pudrir en prisión por estafar al estado? Al parecer mi amiguito ahora es más pobre que el Chavo del Ocho. Pero igual lo quiero y ahora más que nunca.

-Yo me voy y no importa lo que digas. La comida está en el refrigerador, solo tienen que calentarla. Es más, mejor me la llevo para ellos y ustedes pidan pizza. –Mi mama regresó a la sala a por sus llaves-

-No iras más que a la cocina conmigo, muñecona –mi madre rió cuando mi padre la levanto con un brazo rodeando su cintura. Estaban tan melosos que me saldrían caries si los miraba demasiado. Caminó hacia la cocina con ella a cuesta- Vamos a almorzar juntos los tres y luego podemos ir al cine. Selena, búscate una buena película familiar, como las que te gustan, no se… La Sirenita… o Nemo... –me gritó mi padre desde la cocina-

Ahora me tocó a mí rodar los ojos, mi padre aun creía que tenía 7 años.

-¡Papá! -grite mientras me lanzaba de culo en el sofá- saldré con Vlad, imposible ir al cine con ustedes -mi móvil vibro y lo miré extrañada, ¿era un whats de mi mamá?... seee, era un whats de mi madre y me dio mucha risa

”Tú no tienes guardianes, anda a ver si tu hermano necesita algo”

Suspiré y le di: “ok”

P.O.V. MELISSA BLACK  (Madre de Muhr)

-No sé cómo pueden comer tan tranquilos

Mi móvil vibro y miré el nuevo mensaje de texto:

“Stella Lohstrong oficialmente dejo el país anoche, lo confirmamos con Migraciones” A.F.

Fruncí el ceño y los labios. Miré a John y a Selena, ambos me miraban expectantes.

-La madre de Qhuinn dejo el país anoche, ya lo confirmó migraciones.-dije con la voz apagada, esta noticia me entristecía tanto, ¿Cómo una madre puede abandonar así a un hijo?-

-Ya lo sabíamos, Qhuinn ya lo sabía -Me consoló Selena, que notaba mi pesar-

-Bueno, hasta que no estuviera confirmado tenía la esperanza que cambiara de opinión, que fuera a ver a su único hijo y no se largara así, como si jamás hubiera parido -dije con los labios apretados-

John me dio un cariñoso apretón de mano.

-Si pues, hay mujeres sin instinto maternal -opinó John-

-Las hay, pero esa tipa ya es… -agregó Selena empezando a enojarse-

-¡Ay No, mejor hablemos de otro tema! –La corté, no era mi intención envenenar el día de nadie -perdón por sacar el tema, ya les arruine el almuerzo-

-A mí no... Yo tengo mucha hambre aún. –dijo Selena con la boca llena y todos reímos-

-Pasas mucho tiempo con Vladimir ¿acaso te gusta? –Preguntó John cambiando de tema-

-Por favor -bufó Selena- solo es un amigo y además tiene novia. –John y Yo, nos miramos y luego miramos a Selena burlonamente- ¡Ey! ¡No me miren así! Que Muhr se enamorara de su amigo aunque tuviera novia, no se va a repetir en mí. –Dijo divertida- Yo no soy tan emocional como mi hermanito.

Todos nos quedamos en silencio por un par de segundos y luego estallamos en risas, a John se le salió parte del café por la nariz y yo casi me atoro con parte de mi postre.

“Muhr era ahora el “emocional” de la familia”

Eso jamás nos dejaría de brindar sonrisas.

P.O.V.  MUHRDER BLACK

-Iummm… Muhr… Más despacio…

Abrí los ojos que había cerrado por el inmenso placer que era sentirlo al frotar mi entrepierna contra la suya.

-¿Qué? –susurre excitado-

Qhuinn sonrió y yo detuve mi sensual balanceo de cadera. Le sonreí también, acaricié con mis manos su rostro mientras el continuaba acariciándome por sobre el pantalón.

-¿Cómo me pides que me detenga si me tocas así? Eres diabólico -Busqué sus labios y lo besé con dulce pasión-

-No quiero que te detengas, solo preferiría una mejor posición, el dolor impide que llegue “más” lejos… -jugó con sus cejas y entendí, con ese dolorcillo no podría alcanzar el clímax-

No pude evitar sonrojarme cuando lo vi morderse el labio, intentando ocultar su también ruborizado rostro. Qué bueno que no viera a colores. No quería que notara mi inexperiencia, quería ser el amante de sus sueños, ese con quien soñaba y del cual más de una vez lo alejé.

Pero a ¿quién quería engañar? Era un virgen sin experiencia y al parecer también desconsiderado. Descabalgue y me senté a su lado. Él no me quitó la mirada de encima.

-¿Pasa algo? –preguntó. Yo negué con la cabeza al mirarlo, suspiré y le sonreí con amor-

-¿Te gustaría ver nuestra habitación? –Frunció el ceño– Quizá sería bueno si te recuestas. –Le guiñe juguetonamente un ojo. Asintió y lo ayude a ponerse de pie-

-Muhr –Se giró y me tomo de la remera- Asegúrame que todo está bien. Que no la cagué. –Yo fruncí el ceño y negué rápidamente. Rodee con mis brazos su cintura y apoyé mi frente en la suya-

-Todo está bien, solo estoy preocupado por tu salud.

-No tienes que preocuparte, yo estoy bien.

-No lo estás y a esto se refería mi padrino cuando hablaba de las bolas azules. Míranos. –Baje la mirada a nuestras entrepiernas, aunque el momento caliente se hubiera apagado, se podía notar que nuestras vergas no habían sido notificadas-

-Para ser tan listo, a veces me sorprendes con tu falta de imaginación. –Levantó mi mentón con un dedo y nos miramos fijamente. Joder. Era tan guapo- ¿Dónde está mi novio y sus promesas calientes? –Sonreí-

-Creo que se quedó encerrado en el baño del hospital muy acojonado de enfrentar la realidad. –Sonreí– Tú lo intimidas.

-¿Yo? Pero si yo aún soy menor de edad, soy un crio…

-Ummm -Puse una expresión pensativa- Entonces señorito Lohstrong creo que debo respetar su castidad hasta su mayoría de edad. –Qhuinn bajo rápidamente sus manos a mi trasero y lo apretó con fuerza– Auchhhh ¡joder!

-Debes estar borracho, vamos a la puta habitación que quiero recostarme. –Me soltó tan pronto terminó la frase y empezó a caminar por el corredor. ¿Se había enojado?-

-Aquí es, la del fondo es la otra habitación de invitados.

-¿Y que hay en los altos? –preguntó refiriéndose al segundo nivel. El departamento era un dúplex muy elegante-

-En el segundo nivel esta la habitación de mi padrino y un estar de tv con vista a la bahía- Qhuinn me miró y me hizo un gesto de “uy... sí que tiene plata”. –Sí, mi padrino está forrado, no tiene en quien gastar y ha llevado una vida austera.

-Con plata y tan solo… triste vida…-Susurró-

-¿Qué?

-Nada -Dijo, antes de proceder a abrir la puerta pero me le adelante y me paré entre la puerta y él-

-Espera. –Tomé su mano. –Cierra los ojos y dame un minuto. Cuando te diga adelante, entras.-Me miró raro e hizo una mueca burlona.- Vamos… sígueme la corriente. Déjame intentar ser romántico una vez.- Qhuinn me sonrió y su mirada de amor regreso-

-¿Eres un romántico Black? Quién lo diría –Sonreí y le robé un beso rápido-

-Me has malogrado Lohstrong, ahora tienes que quedarte conmigo para siempre. –Apoyó su mano en mi mejilla y me beso. Me apreté contra él lo más que pude y salí al encuentro de su beso– Wooo… cada vez es más difícil parar -Asintió jadeante sosteniendo su costado, al parecer agitarse le provocaba dolor– Ahora cierra los ojos.

Lo hizo. Yo aproveche en abrir la puerta, meterme en la habitación y cerrar la puerta. Todo lo hice sin dejar de mirarle, no quería que hiciera trampa, Yo lo habría hecho, soy demasiado curioso. Pero él no, él cumplió. Esas son las cosillas que me hacen amarlo tanto, es un hombre de fiar.

Busque el control remoto de la música y la active. A mí me gusta Elton John así que se jode. No voy a poner música metalera en este momento. Encendí una a una las velas y los tres inciensos que me recomendó Selena. Espero no sea asmático y terminamos en el hospital nuevamente.

Miré la cama y vi el corazón formado con pétalos de rosa que coloque esta mañana antes de ir por Qhuinn, aún se veían frescos. Uff… Suspiré.

El ambiente era perfecto, ahora solo faltaba me tomara algo para los nervios. No tenía ni puta idea de lo que debía hacer o no hacer y si alguna idea tenia, estaba acojonado, no sabría si tendría valor para hacerlo. ¿Estoy listo? ¿Estará listo Qhuinn?

Un golpe en la puerta me hizo reaccionar. Bueno, listo o no, llegó el momento que ambos hemos soñado. Estar solos, sin tener que ocultarnos, sin dudas.

Adelante. –Dije y Qhuinn abrió la puerta-

P.O.V.  QHUINN LOHSTRONG

Di un par de pasos y aquello era como estar en un sitio irreal. Cada detalle era una llamada hacia el sexo, la ambientación, la iluminación, el aroma. Se denotaba preocupación y dedicación. Mi polla dio un brinquito en aprobación por todo esto que había preparado Muhrder, de hecho el dio una nerviosa risita mientras con su dedo me cerraba la mandíbula, tan embobado estaba con todo a mi alrededor que ni cuenta me había dado que mi boca abierta llegó hasta el nivel del suelo.

-¿Puedo asumir que te ha gustado?

-Maldita sea Muhr, decir “gustar” queda corto, es simplemente woow.

Él tomó mi mano y me acercó más hacia la muy tentadora cama mientras aún seguía embobado deleitándome con cada detalle y fueron sus caricias las que me sacaron de mi aturdimiento. Sus manos comenzaron a deslizarse por mi pecho, acariciando mis pectorales aún cubiertos por la camisa del pijama.

-¿Muhr?

-Sshh…

Fue todo lo que dijo para luego callarme de la manera más efectiva, con un beso. Este fue lento, explorador, pecaminoso y decadente. Mutuamente nos comenzamos a acariciar, nuestras manos buscaban de manera presurosa el contacto de piel. Muhrder se separó un instante y se quitó su remera, yo empecé a desabotonar mi camisa y al abrirla escuche el jadeo de Muhr. Un juego de vendas elásticas cubría mi torso, debía llevarlas para ayudar a mis costillas y recordarme que no debía moverme tanto.

-Recuéstate por favor –Dijo y me ayudo a acomodarme en medio de la cama. Esto me recordaba la vez que compartimos su habitación. Parece que hubiera pasado una vida desde esa noche, pero solo han pasado unos meses. Y como han cambiado las cosas. Miraba a Muhr y su concentración en acomodar mi almohada, ¿Cómo no amarlo? Sonreí enorme… ahora era mío, podría amarlo…  y lo mejor: Él me amaba.

Su aliento a menta me sacó de mi enamorada ensoñación, me besó con calidez y murmuró sobre mis labios un “te amo y te deseo con locura Lohstrong”, luego de haber succionado mi lengua al igual como imaginaba que se hacía con una mamada nivel Dios en la polla.

Me costó la vida separarme de él, pero lo hice, me terminé de acomodar con mucho cuidado bajo su ardiente mirada.

-¿No tienes mucha ropa Black? –Le dije sacando la valentía de no sé dónde-

Él asintió y luego, al igual que un felino, con movimientos lentos y calculados comenzó a quitar el resto de su ropa, mi boca se hizo agua y mi corazón estuvo a un paso de explotar de puro amor cuando en una fracción de segundo, un instante casi imperceptible vi su duda y timidez un momento antes de deslizar totalmente hacia abajo su bóxer.

-Eres… perfecto

Le dije destilando admiración. Su cuerpo estaba elegantemente marcado, con músculos alargados y definidos, mis manos picaban por tocar cada pedacito de piel de su cuerpo. Malditas costillas rotas. Mi instante de frustración terminó cuando sentí la cama presionarse y vi como lentamente empezó a gatear por la cama.

-¿Qhuinn?

-¿Si?

-Mírame

-te estoy mirando

-¿A los ojos?

-Por supuesto

-Mis ojos no están ahí

-¿Ah? –Busque sus ojos y el muy cabrón casi reía– Bueno que quieres que haga macho, te cuelga como a un puto caballo espartano, listo para matar -Muhr estalló de risas y yo le seguí, creo que ambos estábamos muy nerviosos y estas carcajadas nos ayudaron a relajarnos. Se sentó sobre sus muslos justo a la altura de mi entrepierna-

-Ahora veamos que delicias escondes tras esto –dijo con una sonrisa pícara y comenzó a bajar mi pantalón de chándal junto con mi ropa interior, sentía el temblor en sus manos- tu ropa me ofende Qhuinn y ¿desde cuándo usas ropa interior?

-Tan calientes estaban las cosas entre nosotros, que tenía que mantener a la fiera sujeta de alguna manera- comenté con picardía. Sonreí y le guiñe un ojo.

Muhr solo negó con la cabeza y continuó bajando mi ropa, cuando bajó mi ropa lo suficiente para liberar a la bestia, jadeó asombrado y yo me maldije por no tener una cámara fotográfica justo en ese momento.

-¡Tienes un jodido piercing en tu polla LOHSTRONG!

Cayó sentado sobre su culo y cambió de posición sus piernas, se cubrió con una mano la verga y juraría que la estaba consolando.

-Pero ¿qué haces tío? –pregunté extrañado.

-Nada macho, solo le prometo a mi engreído que nunca le hare eso… se ha escondido y quiero convencerlo de que puede salir, que nada malo le pasará -solo reí, este idiota era mi idiota y lo amaba así con sus tonterías tan tiernas-

-Muhr, esto… -señale mi verga erecta con su Príncipe Alberto- debería ponerte duro, no angustiarte.

-¿Pero como no lo vi antes? ¿Te lo hiciste en el hospital? –La cara de Muhr cambio de preocupada a cabreada- ¿Quién te ha hecho esto Qhuinn?

-Tranquilo -sonreí por sus celos demenciales- Lo tengo desde los 16, perdí un reto idiota con Vlad, aunque en realidad quería hacérmelo -reí ante el recuerdo- luego el perdió otro y también sufrió su cuota de dolor.

-¿Se han estado mirando las pollas con Vlad? –Eso si me cabreo, porque lo dijo serio-

-¿Eres imbécil? –Miré a otro lado y empecé a subir mi pantalón-

P.O.V. MUHRDER BLACK

¡¿Pero que dije?! Uff, sí que me paso de idiota a veces, sus ojos cristalizados solo me hacían ver lo que mis celos infundados le habían hecho. Empezó a subir su pantalón y no podía permitirlo. No podía cagar un momento tan bonito.

-Perdóname… -No dije más, me lance a sus labios aprovechando la ventaja de mi posición. –Te amo tanto bebe, que me pongo idiota, soy un cabrón celoso, enfermo, posesivo, territorial, soy un bastardo, soy de lo peor, una basura…

Nunca deje de besarlo mientras me insultaba. Sus manos cubrieron mi cabello y me correspondió el beso, ese beso que a cada segundo nos ponía más calientes.

-Ya… no exageres, no voy a terminar consolándote –nos miramos, y su amor nuevamente estaba ahí. Suspiró. – No lo viste, porque ese día de la sesión de fotos con Levi, no me lo puse, como tampoco me puse los otros piercings. Cuando volvieron a su lugar, ya no me mirabas. Para operarme me los quitaron y no me los volví a poner hasta que tú y yo nos reconciliamos, los tengo desde ese día. Las enfermeras estaban loquillas… -Elevó las cejas con picardía. Yo solo gruñí y lo volví a besar-

-Aguantadas… que sepan que eres mío…  -me separé y lo miré a los ojos.- ¿Qué otros piercings? –Sonrió y bajo un poco la venda de su pecho– Oh ¡POR DIOS! ¡¿Tienes las tetillas perforadas también?! –Asintió y me jaló a otro beso esta vez mas apasionado aun-

-¿Muhr?

-Ummm

-Súbete encima de mí.

-¿Qué? No… te reviento si lo hago

-Pero… te deseo bebé, deseo más

-Lo sé y yo también, pero tengo que cuidarte. En cuatro meses podr…

-¿Estas huevón? Tú crees que vamos a vivir cuatro meses en castidad

Sonreí ante su explosión de frustración, obvio que no pensaba vivir en castidad total, pero si pensaba ir lento, muy lento. Tampoco es que supiera hacer mucho. Joder ¡qué difícil es esto!

-Shssss

Acaricié sus hombros y bajé mis manos por su cuello, llevé mis manos a sus pezones y mis dedos jalaron sus piercings, las caderas de Qhuinn se levantaron como si de un títere se tratara. ¡Wow! Lo volví a hacer y volvió a ondular las caderas, gimió y mordió su labio.

Me sentí tan poderoso, ¡le estaba dando placer! Y por sus gemidos, su rostro sonrojado y las gotas de presemen que salían de su verga, era muuuucho placer

-Muhr… -gimió mi nombre. Yo estaba hipnotizado con el ondular de sus caderas y el balanceo de su polla. – Muhr…

-Ummm ¿Te gusta? ¿Te gusta que frote y estire así tus pezones?-pregunté maravillado.

-Me duelen los huevos- gruñó en medio de un gemido muy masculino.

Llevó su mano a mi polla, yo sisee de placer. No me di cuenta cuan sensible estaba hasta que me tocó. Miré sus labios entreabiertos y su mirada vidriosa, observaba mi polla con hambre, yo miré la suya y mi boca repentinamente se secó. ¿Le podría hacer una mamada? ¿Y si no me gustaba? ¿Y si no me gustaba el sabor? Me cagaba de miedo de ser un amante de mierda, ¡seré el único gay que no le gusten las pollas! ¿Y si me deja? Ah no, eso sí que no iba a pasar. Qhuinn no me va a dejar.

-Yo me encargo mi amor –dije mostrando más seguridad de la que realmente tenía.

Y no lo pensé más.
Hundí mi nariz en su ingle, froté mi rostro por sus vellos púbicos, eran suaves, castaños a pesar de su cabello negro y olía muy bien. Saqué la lengua y lamí la piel de su vientre, no sabía a nada, más que a calor, si es que el calor tenía sabor. Empuñe su verga como hacía él con la mía y la observe detenidamente, a esa corta distancia podía ver hasta los poros de donde salían sus vellos.

Y era hermosa… Qhuinn tenía una verga hermosa.

Su capullo era rosado, esponjoso, froté mi dedo índice por el orificio que no dejaba de supurar liquido pre-seminal, me arme de valor decidí probarlo.

¿Y saben qué?

¡El pre-semen de Qhuinn sabe rico!

Y como buen científico que seré, decidí probar mi propio liquido pre-seminal, lo llevé a mi boca y chupe. Ummm… ¡Yo también tengo buen sabor!

-¿Compartes? –Dijo un Qhuinn sonriente y en ese instante me di cuenta, a través del velo de mi lujuria que él me había estado observando todo el tiempo, me sonroje furiosamente.

-Tenía que probar primero yo, por si estaban envenenados, ya tú sabes… que yo…

-Ya cállate Muhr y déjame chupar… tu dedo…

Sonreí y tome más de mi pre-semen, luego lleve mis dedos a sus labios, lo chupo, lo chupo con ganas, ¡joder! Me quería arrancar el dedo y…

-¡Basta! me voy a correr –casi grité en mi arrebatada calentura.

-Ven Muhr, trae tus caderas… por favor –suplicó con la voz ronca.

No lo pensé y me puse de rodillas junto a su cara, él tomó mi miembro entre sus manos y metió la cabeza de mi pene en su boca, ohhhhh…. Por Dios… creo que Morí. Empezó a mamarme la verga como si no hubiera mañana, yo miraba su rostro y el me miraba, joooo… no podía aguantar más.

-Qhuinn… yo… ahh… Yo…  me corro…. –Y así me vine, en su boca, hasta vaciarme la vida. Juraría que perdí la conciencia por dos segundos, morí y volví a la vida-

-Ummm… sospechaba que sabrías delicioso, pero ya lo confirmé -Yo solo expulsé el aire contenido y me sostuve de la cabecera, sonreí. Volví a mirar su verga-

-Macho, aquí el científico soy yo –dije entre jadeos- así que tras superar este pequeño infarto cerebral, debo descubrir si todo usted tiene tan buen sabor, pero primero, me llevo una muestra como punto de comparación -Me incliné y lo besé profundamente. Y muy lejos de darme asco el probarme en su boca, me encantó, me llenó de deseo, mas deseo por él y mas amor por él– Te amo Qhuinn… te amo con toda mi alma

-Y yo a ti… te debía este climax…

-Ummm… es verdad… bueno, volveré a tener la ventaja…

Le deje un beso rápido y empecé a llenar de besos su cuello, hombros, chupé sus pezones uno a uno, llevándolo nuevamente al borde y por fin, llegué al sur… mi sur, mi reto, mi línea que jamás pensé cruzar y ahora no imagino no hacerlo…

P.O.V. QHUINN LOHSTRONG

Cerré mis ojos y disfruté de la fricción de su piel contra la mía, mi cuerpo entero se sentía afiebrado y mi corazón latía de manera desenfrenada en mi pecho, tan fuerte que sentía que se saldría de mi caja torácica.

Muhrder se movía de manera felina, suave y ligero mientras se deslizaba hacia abajo. Mis manos se cerraron en puños contra las sábanas cuando chupó con rudeza mis pezones, jalando con sus dientes las argollas. Aquel era un punto muy sensible, lo sabía bien y él lo había descubierto, de seguro sería su nueva forma de “Torturemos a Qhuinn”.

Se acomodó entre mis piernas, lugar donde le di espacio separándolas ampliamente. Me observaba, aquello era un poco vergonzoso y estuve a punto de cubrirme con mis manos, lo que me detuvo fue el lento deslizar de su lengua por sus labios, como si estuviese saboreándose con anticipación a la acción, sin embargo, cuando buscó mi mirada vi ansiedad y nerviosismo, de seguro un reflejo de mi propio sentir, así que le brinde una sonrisa y él… bajo su cabeza.


Mi cerebro se apagó al primer deslizar de su lengua por mi capullo, me era imposible lograr hilar dos ideas, incluso dos simples palabras. Sus lamidas eran comparables a las de un gatito bebiendo leche provocando que mi cuerpo se tensara, mis músculos estaban totalmente agarrotados mientras me aferraba con firmes puños a las sábanas intentando no moverme, esto era para él más que para mí, sabía lo que hacía, me exploraba, es su momento de comprobar lo bueno que es estar con un igual.

Gemí fuerte mientras mis ojos rodaban hacia la parte de atrás de mi cabeza, Muhr me tomó en su boca mientras su mano sostenía mi polla. Mis manos se fueron a su cabeza, sus mejillas y labios, no podía creer que al fin estábamos en esta instancia tan íntima.

Saboreaba, lamía, mordía y sus mejillas se ahuecaban dándome una succión tan salvaje que podría jurar que su intención era sacarme la vida por el capullo, pero cuando su mano cogió mis bolas fue demasiado y mi contención se quebró en mil pedazos.

Ni siquiera pude advertirle, simplemente me fue imposible.

Me corrí en su boca como nunca antes lo había hecho, mientras gritaba de manera agónica por mi vida y sentía como todo a mi alrededor se fragmentaba… era como si estuviese muriendo.

Pero no morí.

Luego de que succionara todo cuanto quiso y más, me sentí con una felicidad exquisita que me embargaba mientras mi cuerpo caía en un abrumador letargo. Sentí movimientos en la cama y luego su cuerpo se amoldó al mío, alcé el rostro buscando sus labios y fui recompensado con un perezoso y dulce beso en donde pude saborearme a mí mismo en su lengua.

-te amo- dijo y le creí.

-te amo –respondí en un suave murmullo antes que caer dormido.


Capítulo 32


Días después…


P.O.V. MUHRDER BLACK

¿Te sientes bien?-pregunté preocupado, mientras ingresaba al departamento de mi padrino.

Lancé a la mesita del recibidor las llaves que tenía en las manos y corrí a sostener a Qhuinn que se había quedado de pie en la entrada del departamento, con una mano apoyada en su costado y algo pálido.

-Sí, estoy bien, solo tuve un bajón de energía. Aún tengo que acostumbrarme al ejercicio. –Me guiño un ojo y se enderezó-

-Quizá necesitas un poco de dulce. -Le di un beso en la oreja, ayudándolo a terminar de ingresar al departamento-

-Yo creo que sí. –dijo, rodeó mi cuello con sus brazos y yo rodee su cintura con los míos, con el pie termine de cerrar la puerta del departamento y así pude apoyarlo contra la puerta.

-Ummm…-lamí su labio inferior y me apreté contra sus caderas–  Pero primero, te hare una merienda, no quiero que te desmayes en pleno atracón de golosinas –Le di un beso y lo remolque hasta el sofá-

-Tampoco estoy tan grave, puedo caminar solo -gruñó cuando lo senté y luego lo arrope con una manta cercana– ¡Oye! No soy un enfermo –reí ignorándolo- ¿Y no deberías llevarme a la cama? –Lo miré con fingida sorpresa- ¡Eyy! tu sabes lo que quiero decir… - Se defendió. Yo lo miré con los ojos entrecerrados y asentí, aun con cara de escandalizado-

-Lo sé y me sorprende que seas tan directo, “TU” aun eres un niño… -negué reprendiéndolo– Muy mal Lohstrong, muy mal ¿con quién se estará juntando que se comporta tan lanzado? –Gruñiste- Usted calladito y déjese mimar, que desde hoy soy su “enfermero sexy” que cuidara de usted cuando la enfermera diabólica se vaya a casa –Reímos-

-Estás loco amigo…

-Lo estoy…, pero loco por ti –dicho esto, le comí los labios en un beso delicioso. –ummm… ya vengo, voy por algo que comer y regreso. Tú descansa aquí, no me tardo.

-Pe… pero quiero recostarme –lloriqueó-

-Luego de comer, nos vamos a “recostar” -hice mis clásicas comillas y el solo rió y me lanzo un almohadón-

-Ya vete y trae algo rico, tengo hambre.

-Si mi amo, pero sería más fácil irme si me suelta la pierna -había atrapado mi pierna entre las suyas-

Qhuinn no me dejó ir sin antes soltarme algunos gruñidos y lloriqueos, él quería ir directo al “postre” y yo también, pero ¿qué clase de novio sería, sino lo alimentaba primero? hoy íbamos a gastar muchas calorías. Bueno, yo iba a gastar muchas calorías, él no debía moverse, solo disfrutar.

Con ese feliz pensamiento me puse a preparar los sándwiches.

Había pasado una semana y un poco más, desde el día de mi cumpleaños y como Mac prometió, Qhuinn fue dado de alta. Lo bueno de saberlo con tiempo, fue que pude trasladar las pertenencias de Qhuinn y las mías con calma.

Muy por el contrario a lo que pensé que sucedería, mis padres no pusieron el grito en el cielo cuando la cotilla de Selena les chismoseo que me mudaría con Qhuinn a casa de mi padrino, no solo me felicitaron por independizarme tan joven, sino por haber elegido tan bien a mi compañero. Yo estaba con la mandíbula en el piso, Selena solo reía la muy cabrona y aunque no entendía el cambio de 180 grados de la actitud de mis padres, se lo agradecía a Dios y a todo el coro de ángeles.

El único detalle malo es que junto con su bendición, llegó el recordatorio: “el independiente baila con su pañuelo” o sea: se paga su comida”, me explicaron que el dinero de mi universidad solo cubría mis estudios, si vivía fuera de casa o del campus, tenía que hacerlo por costo propio. No tenía ni mierda de dinero y con los ahorros de mis padres solo se podría cubrir la Universidad. Necesitaba buscar un empleo pronto, puesto que ya no tenía las becas de estudio y manutención que incluían la alimentación y alojamiento. En fin, ya para que pensar en lo que no hay.

Guarde lo restante del jamón y el pan. La alacena y el refrigerador estaban a tope y bien surtidos. Durante la semana, Selena e incluso mi madre me habían ayudado a equiparla. Mackenna era un soltero que vivía más en el hospital que en su departamento, es por eso que cuando me dio las copias de las llaves y vine a hacer un reconocimiento del territorio me encontré con un pueblo fantasma.

Mi madre era otra mujer. Estos últimos meses se había comportado conmigo como una total extraña, casi una enemiga, pero ahora era mi cómplice, mi amiga. Sin embargo, por más amiga y cómplice que fuera, jamás me contó algo acerca de la conversación que tuvo con Qhuinn al día siguiente de mi cumpleaños. Ese día, partió para la clínica ni bien termino de desayunar, nos dejo encargada la limpieza de la cocina a Selena y a mí antes de marcharse. Selena estaba algo enojada por que también le había pedido a ella que se mantuviera al margen, que ahora los temas que tenía que tratar con Qhuinn eran muy serios y estrictamente privados, que mejor ni le preguntemos sino queremos sentirnos rechazados. Ese día mí hermanita casi perdió los papeles, creo que era la primera vez en su vida que mi madre la dejaba fuera y odiaba no estar enterada. Yo por mi parte estaba tranquilo porque sabía que en la tarde vería a Qhuinn y él me contaría todo, teníamos un acuerdo, nunca secretos, no más. Solo traen malos entendidos, intrigas y discordias. Y efectivamente, en la tarde Qhuinn me lo contó todo y entendía la aprensión de mi madre, eran temas muy delicados, no para ser conversados en la mesa de desayuno en familia. Pero lo mejor de lo que me contó, no fue el cotilleo legal, sino que habían conversado con mi madre y aclarado cualquier diferencia, estaban sino bien, estaban por buen camino, con eso puedo vivir.

-¡¿Te vas a demorar tanto?! –gritó Qhuinn desde la sala, sacándome de mis pensamientos– ¡tengo hambre! Quiero mi postre de la tarde

-Sino dejas de hincharme las bolas, te voy a dar de comer el queso rancio que tiene Mackenna guardado desde abril

-Iuggggg… bueno, ¡solo apúrate! –respondió-

Su postre de la tarde, es verdad, siempre se lo doy. Cada día desde que nos reconciliamos le he llevado algo para merendar con mucha azúcar como a estas horas y habitualmente terminamos empachados de besos de miel.

Todo era más brillante ahora para mi, ¿será por eso que mirando alrededor, la decoración impersonal se me hacia tan fría? No entendía como una persona tan genial había dejado de vivir, para vivir la vida de otro. Sabía que el amor a veces es enorme, pero creo que en el caso de mi padrino fue insano. De todo corazón deseaba que Dios le regalara una oportunidad con alguien que lo aprecie y lo ame como se merece.

Me apoye en la encimera y observe la tetera calentar el agua, poco a poco un suave silbido nacía de su pico. Sonreí y mi mente se fue a recordar la semana de cargar cajas que tuvimos Vlad, mi papá y yo. Bueno mi padre solo fue chofer, el enano y yo fuimos los cargadores, mi padre abría las puertas y encendía las luces. Que gracioso. Aunque más gracioso era escucharlo hablar de Qhuinn, ahora era su “intocable Qhuinn”, no podía ni quejarme de él, porque ya se me iba al cuello, para mi padre él era inmaculado, noble y decente…  pobre de mí que no lo valorara.

¡Ufff! que tal cambio ¿que habrán conversado esa noche que lo fue a visitar que llegó tan distinto? ninguno me quiso contar, ambos me decían que era cosa de hombres y que no cotillee como una vieja.

La mudanza nos llevo medio día empacar, medio día transportar y como dos días acomodar. Eso último lo hice yo solito, no quería que nadie viera lo que pretendía hacer. Mi padrino nos entrego una habitación a cada uno, pero ambos le pedimos que nos dejara dormir juntos, primero se negó argumentando que no era bueno para la recuperación de Qhuinn, pero rogamos y suplicamos, al final termino por aceptar, pero no sin antes advertirnos que su paciente no podía ejercer ningún tipo de “esfuerzo” físico durante aproximadamente 4 meses hasta que las costillas terminaran de soldar. Además de ruborizarnos furiosamente no dijimos más. Mi padrino solo se rió con ganas y se fue murmurando que nos iban a doler los huevos y al final de la semana tendría a dos internados de emergencia por “huevitis aguda”.  Ahora que lo pienso mejor, me pregunto… ¿esa enfermedad existirá de verdad? porque no ha pasado ni medio día y ya me están doliendo las bolas.
  
P.O.V. QHUINN LOHSTRONG

Arropado como bebé y muy cómodo me encontraba en el sofá. Desde mi posición escuchaba como Muhr trasteaba en la cocina, así que me removí y puse cómodo, mi intención era cerrar los ojos y descansar un instante. Este día era un día memorable y único, el inicio de mi vida junto a él, el primero de muchos días que tendríamos por delante y esperaba que ahora, pudiesen ser sin sobresaltos. Pienso que con lo que hemos vivido en estos últimos meses ya ha sido suficiente para cumplir con la cuota de dos vidas.

Los padres de Muhr están siendo extrañamente comprensibles y muy tolerantes en lo que a nuestra relación concierne, no pusieron trabas al momento que se enteraron que viviríamos juntos ni de que ya estábamos planeando una vida juntos. Ellos han sido muy buenos con su hijo y conmigo, sin embargo, aún no puedo perdonarles… y aunque el mismo Dalai Lama dice “si no perdonas por amor, perdona por egoísmo, por tu propio bienestar” pero… no puedo, tal vez más adelante.

Cuando su mamá me fue a ver por todos aquellos chismes legales, ella fue muy afectuosa y toleré su acercamiento por ser mujer y la madre de mi novio. Le trate con respeto y hasta fui amable, después de todo ella no me parecía tan doble cara, puesto que cuando estuvo en desacuerdo con nuestra relación siempre lo manifestó sin ningún tapujo…

…cosa que fue muy distinta con el señor Black.

Pidiendo disculpas con el fin de pedir favores… si es muy cara de raja.

Comencé a recordar aquella noche en la cual el señor Black me fue a ver, ocurrió horas después de que me visitara la madre de Muhr. Él llegó todo lleno de alegría, luces y estrellitas porque al final le había escuchado y cambiado de opinión.  Concluyó erróneamente que por mi conversación con él, no denuncié a “Dianita”, y en consecuencia su matrimonio y familia estaban libres de sus extorsiones. Estaba tan agradecido por mi “nobleza de corazón” que haría todo lo que estaba de su parte para que la relación que tenemos con Muhr resultara, el nos brindaría todo su apoyo, incluso su bendición.

Frente a toda esa verborrea no pude más que reír a carcajadas, con la señora Black podía ser más cortes, pero con este señor no tuve las mismas consideraciones. Aún recuerdo a la perfección lo que le respondí con total antipatía:

…“Señor Black, dejemos esto bien en claro, si no hice esa puta denuncia no fue por hacerle un jodido favor a usted, tengo motivos más y muy importantes que lo justifican, así que no se arrime a la tarima de ganador porque usted no está incluido en la lista de invitados, el que saliera beneficiado de mi decisión fue tan solo un efecto colateral a un objetivo totalmente distinto, así que ya pueden bajársele los humos que si ustedes prefieren vivir entre mentiras es su jodido problema, no el mío, así que le agradecería que dejara de meterme en sus líos de faldas y déjenos a Muhr y a mi vivir nuestras jodidas vidas como se nos dé la gana”…

Después de aquello el hombre se quedó sin palabras, tal parece que con mi apreciación le  maté todo su lindo discurso, la verdad es que poco me importó, pero esto me sirvió para darle entrada a lo otro. No le dejé reaccionar y le hice entrega del sobre, le comenté su contenido y lo que debía hacer con él. Quedó sin palabras y dijo que comprendía ahora mi decisión y respetaría el hecho de que tuviésemos una relación políticamente correcta, no forzaría la situación. Lo último que me dijo antes de irse fue…”Gracias por amar tanto a mi hijo, es lo único que importa”.

El ruido de unos pasos me regreso al presente. Mi Muhr…

-Que rico huele… -dije con una sonrisa pintada en los labios.

 P.O.V. MUHRDER BLACK

El sonido de la tetera al hervir me sacó de mis pensamientos, acomode los sándwiches en una panera y salí de la cocina. En la sala encontré a Qhuinn con los ojos cerrados, pensé que se había dormido hasta que sonrió.

-Que rico huele… -dijo y sonreí-

-Pensé que te habías quedado dormido.

-Me muero de hambre por Dios y sin el postre no pienso dormir, promesa es promesa –asentí-

-Voy por el resto.

Caminé a la mesa del comedor y tome la bandeja con el azúcar, café y la leche. Antes de girarme observe el sobre amarillo que me había entregado mi padre esta mañana antes de ir al hospital por Qhuinn, me dijo que Diana lo dejo para mí. En el sobre decía:

“Feliz Cumpleaños Muhr”

No había querido abrirlo hasta estar con Qhuinn presente, ya no quería secretos entre nosotros y menos por culpa de Diana, no quiero que piense que aún me importa o que tengo contacto con esa mujer, aunque quizá en el fondo si me importaba un poco. Ya el tiempo había enfriado mi enojo, Qhuinn estaba bien y conmigo, éramos felices. Yo realmente le deseaba que encontrara la paz y el amor en un buen hombre, en una buena vida. Pero obviamente esto no se lo podía decir a Qhuinn, si es que quería conservar mis bolas y tener mi postre.

Camine con la bandeja en la mano y el sobre bajo el brazo.

-Mira lo que dejo Diana en mi casa…. Al parecer es un regalo de cumpleaños, mi papa me lo dio hoy antes de ir a por ti…- Qhuinn me miro y palideció.-Tranquilo amor, no es una bomba. Ya no hay nada que pueda hacer para dañarnos. –el negó, creo que solo mencionar el nombre de Diana lo enferma – Te digo que está bien. Quería abrirlo frente a ti, no quiero más secretos. –Qhuinn froto su frente y asintió.

Abrí el sobre y me di cuenta que eran muchos documentos, los leí con cautela, una y otra vez, mire a Qhuinn y volví a mirar los documentos. Eran las becas, ambas trasladadas a mi nombre, en ambos casos, el nombre del compañero estaba en blanco. Ella ya no compartía las becas conmigo.

-Oh… por Dios…-susurré

-Muhr… mira…

-Qhuinn –Miré a Qhuinn conmocionado, esto me arreglaba la vida- ella…ella renunció a las becas,  me regaló sus becas…

-Muhr… no es que quisiera ocul…

-¡Qhuinn, ella reflexionó!, Se ha dado cuenta de todo el daño que nos ha hecho…

-Muhrder… yo… ¡¿Qué?! –Qhuinn se enderezo-

-Digo que Diana ha cambiado, estoy seguro, esto es como una forma de pedir perdón al estilo de ella. -sonreí enorme, realmente estaba feliz. Al fin y al cabo era mi mejor amiga, tan bruja no podía ser, no podía haberme equivocado tanto– Tengo que llamarla, aunque sea para hacerle saber que le perdono.

-¿Llamarla? ¿Estás loco? ¿Perdonarla? ¡NO EN MI PRESENCIA!

Qhuinn grito, pero yo ya estaba marcando, me puse de pie y caminé alrededor del sofá muy inquieto, Qhuinn no sabía lo que renunciar a las becas representaba para Diana y lo que representaba para mí, ¡Para nosotros! Qhuinn seguía maldiciendo hasta que le hice un gesto con mi dedo, indicando que ya habían contestado. Con eso se calló, su vena cotilla es más fuerte que su odio a Diana.

-¿Alo? ¿Diana?

-¿Si?... ¿Muhr?

-Sí, oye… recibí el sobre… Y gracias… Me alegra tanto que…

-¿Me estas jodiendo?

-¿Qué? no… claro que no, yo te llamo para agrad…

-Oye estúpido, si estas llamando para burlarte de mí, puedes irte a la mierda… y dile al mafioso de tu marinovio que yo cumplí mi parte, que él no me joda con estas mierdas burlonas

-¿Qué? que dices… oye…

-Adiós Muhr, no debo hablar contigo o ¡podría despertar con los peces! –me colgó-

Mire a Qhuinn, que me miraba en silencio, su rostro estaba blanco y mordía su labio, un rostro de culpa…

“…y dile al mafioso de tu marinovio que yo cumplí mi parte…”

-¿Tu sabias de esto verdad? –Respiré profundo y miré fijamente al “mafioso” de mi novio…

-Yo…

-Por eso no la denunciaste…

-No, lo hice por lo que te dije…

-Me protegiste… otra vez… -No era una pregunta.

-Muhr déjame explicarme…

-Adelante… -suspiré derrotado y me senté cabizbajo- te escucho… aunque ya se como acaba esta novela, “yo” tu protegido, “tu” sacrificándote por mi… como quisiera me dejaras ser tu maldito héroe aunque sea una puta vez. –Apreté mis impotentes manos hechas puños contra el sofá.

 P.O.V. QHUINN LOHSTRONG

Joder, joder, joder.

Esta llamada no estaba en mis planes y me ha pillado completamente desprevenido. Ahora Muhr estaba enfadado, sus puños estaban cerrados con tal rudeza que sus nudillos estaban blancos y su mirada era lo peor, estaba llena de dolor, me miraba como si lo hubiera traicionado, lo cual se me clavaba en mi pecho como una daga, esto no estaba bien, lo que menos he deseado desde que estamos juntos es causarle dolor, solo quiero sonrisas para él.

Mordí mi labio. ¿Quiere ser mi héroe? Suspiré pesadamente. Lo dejaría serlo.

Aunque pienso que lo mejor es no mentir, a veces tan solo omitir parte de la verdad es beneficioso para una relación. Y por lo visto, aún no es el momento adecuado para contarle lo de la herencia que me dejó mi abuelo. Lo último que necesita Muhr es un novio rico, ¿cómo ser el héroe de alguien que podría tenerlo todo?

Definitivamente, puede que no se lo tome a bien y no quiero arriesgar nuestra relación por un par de dolarcillos…eso, eso jamás. Porque todo el dinero del mundo no podría comprarme un “Muhrder” y yo lo necesito más que al aire que respiro. ¡Decidido! “Herencia–omitida” y… “Bienvenida-pobreza”. Así que le tomé la mano y comencé a jugar con sus dedos.

-Muhr, sé que piensas que es horrible lo que hice y te pido disculpas, jamás he querido dañarte ni hacerte sentir mal, pero cuando te dije que no le denuncié porque quería estar contigo era toda la verdad, estaba cansado de tantos líos legales, deseaba dejar todo eso en el pasado y solo quiero pensar en el futuro, nuestro futuro y sí, acepto que le… ammm… persuadí un tantito para que me entregara las becas, pero no más un poquito, jamás pensé en sobreprotegerte, yo solo quería…  Muhr –mordí mi labio, Muhr no parecía muy convencido, necesitaba decirle algo que le fundiera el cerebro- Muhr, si tu aceptas las becas, me gustaría ir a la universidad contigo –sus ojos se agrandaron al doble por la sorpresa, esto sí que le removió el cerebro-

-Pe… Pero, si tú no quieres estudiar, tú dijiste que… -balbuceó aún muy sorprendido.

-Sé lo que dije, pero eso fue hace tiempo…- ¡Pero qué mierda estoy diciendo! ¡si yo no quiero ir a estudiar a ningún lado! - Es como si lo hubiese dicho hace siglos y ahora las condiciones han variado mucho Muhr. Ahora… ahora sólo quiero estar contigo y me mataría alejarme de ti. No tengo mucho, la casa en la que vivía se fue a remate ¿recuerdas? Porque estaba a nombre de papá. Pero tengo algo de dinero en el banco y yo puedo trabajar muy duro –aún no reaccionas, solo me miras fijamente, te conozco, puedo escuchar los engranajes de tu cerebro rodar a máxima velocidad y eso me da algo de miedo. -Yo… yo… es decir, podríamos vivir juntos, compartir gastos, le pondría mucho empeño  a…

Das un grito muy poco masculino el cual hace que mi alma se despegue de mi cuerpo para luego jalarme en un abrazo de oso mientras ríes a carcajadas y yo doy un doloroso gemido de dolor. Putas costillas. Pero tú no te das ni por aludido y a lo más aflojas el agarre, luego con la misma efervescencia me sueltas para ir a revolver cajones

-Auuu… ¡joder! Esto ha dolido macho. ¿Muhr? Que… que estás haciendo –le gemí con dolor a su trasero, que fue lo único que vi, mientras corría a por un lapicero -

-Tú de esta no te escapas –gritó emocionado- ya lo has dicho y será un hecho –regresó con un bolígrafo- llena ahora mismo los putos formularios, te irás conmigo.

P.O.V. MUHRDER BLACK

Dicen que todo sucede por algo y ahora empiezo a creer que es cierto. A pesar de que me jodía que Qhuinn se haya sacrificado y dejado a Diana sin pagar, esta felicidad de saber que estaremos juntos durante la universidad, opacaba ese fastidio. ¡Al diablo con Diana! ¡Al diablo con mi orgullo! Qhuinn se vendría conmigo a la universidad, nos iríamos juntos.

Es una ironía que Qhuinn este llenando los formularios que Diana debía firmar, esto se llama “justicia poética”.

No podía dejar de soñar despierto con el futuro que teníamos en frente, estas becas cubrían nuestros estudios al 100% solo debíamos mantener el promedio, lo que sería fácil, Qhuinn me había demostrado que era muy capaz si se lo proponía. Yo me encargaría de darle buenos incentivos para estudiar.

La manutención era otra cosa, yo tenía los ahorros que mis padres destinaron para mi educación, pero él necesitaría trabajar, quizá si yo también trabajaba y vivíamos austeramente no necesitaríamos muchas horas laborales.

La sonrisa de mi cara era muy expresiva, Qhuinn cada medio minuto me miraba y reía. Yo solo, o le gruñía o reía también.

-¿Sabes? Será maravilloso vivir juntos en la universidad, tengo que buscar un depa pequeño, justo para ambos. –dije emocionado.

-No creo que sea un problema, tengo un pequeño ingreso mensual que cubrirá mi comida. –Eso si me sorprendió. ¿De dónde tenía dinero Qhuinn?

-¿En serio? -Qhuinn se sonrojo-

-Sí, me lo dejo mi abuelo, por si estudiaba. Algo modesto. –lo dijo sin levantar la mirada de los formularios. ¿Sera que le causa tristeza hablar de su abuelo? Lo dejé pasar. No es la idea traerle recuerdos dolorosos.

-No importa si son 2 dólares, es un extra y ahora mismo cualquier extra es bueno. –Estaba positivo y enfocado en lo importante- Si conseguimos cubrir la comida y el alojamiento sin trabajar, podemos terminar la profesión más rápido, aunque para eso tengamos que privarnos de distracciones. Ahorro al 100%. –Afirmé convencido.

-¿Ni siquiera ir a un cine? –negué y sonreí de lado.

-Yo te daré mucha diversión en la cama mi amor… - le guiñe un ojo.

-¡Cállate joder! Que no me puedo equivocar –Qhuinn rió señalando el formulario-

-¿Pero por qué me voy a callar? ¿Acaso te molesta que te hable sucio? ¿Qué te diga lo que te voy a hacer? ¿Es que no te preparé lo suficiente en el hospital?

-Macho que morboso eres… ya cállate.

-Pero por qué... -le quite los papeles de la mano a Qhuinn y me senté a su lado– ¿porque voy a callar lo que siento? Y lo que deseo hacerte, ummm -Empecé a besar su cuello y él a estremecerse-

 P.O.V. QHUINN LOHSTRONG

Mi piel se erizaba con cada toque de sus labios. Él fue avanzando muy lentamente con lentos toques de su boca en mi cuello, luego su mano se posó en mi mejilla temblando un poco ¿será que está nervioso? ¿Ansioso? Deslizó su pulgar por mi quijada mientras continuaba su ir y venir de pequeños besos, ligeras mordidas y lentos deslizamientos de su lengua. Fue suave, metódico,  como si deseara grabar a fuego en su mente el sabor de mi piel. Sus movimientos estaban llenos de dudas, lo podía entender, yo me sentía igual de nervioso, esto era mucho más serio que cualquier otro jugueteo que hayamos compartido, puesto que ahora estábamos total y absolutamente solos, en este lugar nadie nos interrumpiría, no había una posible visita que se dejara caer sin previo aviso o una enfermera pasando a revisión.

Lo sabíamos y aunque ambos estábamos más que dispuestos a llevar nuestra intimidad un paso más allá, eso no eliminaba la ansiedad, los nervios y la inexperiencia.  Lo que hacíamos ahora no se comparaba con los toqueteos robados en el hospital.

Esto será hasta el final…

Intenté girar mi cuerpo para hacerle frente y darle las mismas atenciones, sin embargo el dolor en mi costado por aquel movimiento fue un inmediato recordatorio de las costillas fracturadas.

Sólo mi lesión nos detenía. Mierda.

-Sshh… tranquilo. -Susurró en mi boca. Estoy seguro que más para él que para mí mismo-

En ese momento de manera gatuna se sentó a horcajas sobre mí, me miró desde arriba y yo asentí, su posición no me incomodaba. Me sonrió y sin dejar de mirarme empezó a deslizar sus manos por mis costados, acariciándome con mucho cuidado y en especial en la zona dañada, donde sus manos tocaban casi de manera fantasmal mientras decía tiernas palabras de consuelo.

Lentamente apoyo su peso en mis muslos, antes tenía su peso sostenido en sus piernas. Evitar ruborizarme era un acto casi imposible, sobre todo porque encajó de tan buena manera que nuestras vergas quedaron alineadas y sólo nos separaba la tela de nuestros pantalones. Ambos jadeamos al sentir ese roce y por mi parte, no fue precisamente por el dolor en mi costado.

Al mirarnos a los ojos ambos quedamos pasmados y bajo mi tacto podía sentir el acelerado latir de su corazón, sobre todo cuando me volví un poco más osado y mis manos vagaron lentamente y con timidez hacia su entrepierna. ¡Estaba duro como roca! Muhr dejó de respirar y ahogo un jadeo. Su rostro se tornó de un rojo furioso y mordió su labio de la manera más sensual que alguna vez le vi hacer.

-No empieces algo que no podrás terminar… estoy al límite… -susurro-

Yo solo sonreí sin dientes y humedecí mis labios. El automáticamente los miró y humedeció los suyos. Se inclinó y me besó. Su lengua húmeda invadía mi boca y yo le devolvía el interés, devorando la suya. Mis manos tomaron más valor y mi caricia lo volvió desenfrenado, ahogó un gemido en mi boca mientras sus caderas iniciaron un rítmico balanceo, frotándose contra mi mano y polla.

¡Jodida mierda! Se sentía delicioso, de solo pensar en cómo sería cuando estuviésemos desnudos me dejaba al borde de correrme.

Mi cerebro se estaba desconectando, era el instinto y la necesidad las que comenzaron a dictar mis acciones.


Le deseaba y lo hacía de la peor y más pecaminosa manera.

Capítulo 31


…En la noche del mismo día…


P.O.V.  QHUINN LOHSTRONG

Me removí en la cama lentamente para acomodarme sobre mi costado bueno e intenté por centésima ves relajarme y lograr aquel punto de desconexión con el mundo que me llevaría a dormir profundamente.

Los minutos pasaban y nada. Me removí y me acomodé, ahora de espaldas. Sería bastante fácil el hecho de tocar el botón de llamado y de seguro que si aludía a fuertes dolores o algún tipo de malestar “estilo hipocondríaco” podrían suministrarme algún medicamento para dormir, pero fue un recurso utilizado de manera tan inescrupulosa por mi parte días atrás que de verdad no me apetecía volver a recaer en ello.

La sensación de embotamiento era lo peor de todo.

Mi mente revivía todos los hechos sucedidos el día de hoy. Si que había sido intenso, luego que nadie daba ni un céntimo por mis huesos, el día de hoy fue un enjambre de visitas a toda hora, algunas poco deseadas y otras políticamente correctas, sin embargo me las banqué toditas con una sonrisa complaciente tatuada en mi cara.

El solo hecho de ver a mi Muhr rebosante de dicha era suficiente pago para que mis niveles de tolerancia hacia la diversidad “no grata” se elevaran.

Luego de hacer aquella íntima celebración matutina, Muhrder debía ir a la escuela. Él no quería pero con algo de chantaje, manipulación y ojitos brillantes logre que se fuera. He de reconocer que era la primera vez en mi vida que veía a alguien que no caminaba… levitaba de alegría, jamás me hubiese imaginado que algo tan sencillo como un “collage” removiera de esa manera tan profunda los cimientos en alguien, aunque de seguro que su familia y amigos le darían muchas y mejores cosas, pero no, él me aseguró que mi regalo es el mejor obsequio del mundo, y que superaría de lejos cualquier cosa comprada.

Eso me lleno de alegría y fue tal la emoción que luego cuando el Doc Mortis me hizo mi revisión cotidiana, me mando a relajarme porque estaba demasiado excitado.  Si el supiera cuan excitado me dejo Muhr… me enviaba al coma nuevamente.

Además, también me dio una noticia que me alegró un montón, la próxima semana sería dado de alta si todo seguía tan bien como hasta ahora. Lo cual me ponía bastante ansioso, nervioso, intrigado, “anhelante”… 
De seguro ese “anhelante” era el valor agregado a mi coctel de acontecimientos diarios y lo que me tenía con problemas para conciliar el sueño.

Y como no… Si Muhr, el muy cabezota, ahora que tenía la mayoría de edad, se iría a vivir conmigo a la casa de su padrino. Quería que estuviéramos juntos, así como juntos… “muy” juntos, no como cuando yo vivía en la casa de los Black, sino “bien juntos y bien revueltos”.

De solo pensar en eso sentía que mis mejillas se coloreaban cual jovencita esperando ser desflorada.

Y ni aunque triplicara o cuadruplicara las horas de yaoi que he visto en mi vida o llenara la memoria de mi pc con porno gay, podrían prepararme para lo que pasaría en “ESA noche”…

 “Palabras textuales de Muhrder”.

Durante la mañana no pudimos conversar mucho del tema, Muhr debía irse a la escuela, pero lo que si decidimos de mutuo acuerdo fue esperar hasta que el Doc Mortis me dé el pase liberador, ya que lo que menos desea Muhr es hacerme daño en un arranque de salvajismo pasional y desenfrenado…

“Palabras textuales de Muhrder”

Lo que significa castidad por lo menos unos cuatro meses… más. ¡Cumpliré mi mayoría de edad y seguiré siendo virgen! ¡Puta Diana!

-Cuatro meses… -suspiré-

Son cuatro meses viviendo con él hombre que amo, durmiendo a su lado, besándolo, tocándolo, oliéndolo… ¿cómo espera Muhr que soportemos cuatro meses sin tener sexo? Es en lo único que pienso cada vez que me come la boca… y estoy seguro que él está en la misma frecuencia que yo.

Este tiempo serán una tortura… aunque no tendrían que ser cuatro meses TAAAAN CASTOS… aún queda la “letra chica” del contrato –sonreí de lado- aún podemos darnos uno que otro arrumaco nivel XXX. Seeee… salseo nivel Dios.

Jalé las mantas y acomodé la almohada dándole algunos golpes, apreté mi incipiente erección para que bajara. ¡Ahora menos podría dormir! Tengo que pensar en algo desagradable…

Sonreí con maldad cuando recordé la llegada de la Rubia Oxigenada durante la mañana…

…Dianita.

Es increíble como “un toque de persuasión” logra que la gente colabore con eficiencia y haga cosas que nunca en su puta vida habrían hecho, como por ejemplo: la llegada puntal de ella a las 8:59 de la mañana. Porque aquella no fue una visita de cortesía, sino de compromiso. Un arreo a toda regla.

Recordar su cara de fastidio y bronca al ingresar a mi habitación, para luego lanzarme la documentación por la cabeza, no dijo ni pio, pero no le dejé marchar sin antes advertirle de manera “políticamente correcta” que debía mantener el pico bien cerrado con respecto a nuestro acuerdo, puesto que mientras tuviese pruebas, su futuro estaba aún en mis manos, independiente de que ahora yo hubiese desestimado su condena.

Aquello la cabreó de manera horrorosa y aunque se mantuvo con el pico cerrado el portazo que dio al salir retumbó por un buen rato.

Suspiré con fastidio, debía de dejar de dar manija a mi cerebro o no conciliaría el sueño. Al menos ya no tenía la más mínima erección, es más, no encontraba mi pene. –Sonreí- pensar en Diana me castra.

Cogí el móvil… 2:17 de la madrugada. Gemí, me sentía agotado pero mi hiperactiva mente no paraba.

Le escribiría a Muhr, seguro que con él podría alejar mis pensamientos de lo ocurrido hoy… pero una vez que abrí Whatsapp en mi rostro se dibujó de inmediato una sonrisa. Muchos… podría decir que un poco más de un centenar de mensajes de mi Muhr enviados a medio día, realmente estaba preocupado por la visita de la policía, es más, el tenía la idea de fugarse de la escuela para brindarme todo su apoyo moral. Tuve que ser muy persuasivo en la mañana para lograr que se quedara ahí, de hecho ya me habían dicho que sólo podría estar presente el Doc Mortis, por ser mi tutor legal y nadie más. Así que no tendría sentido que estuviera si se quedaría en el pasillo. Aun así, durante la toma de declaración, el móvil vibraba sin cesar. ¿Existirá alguien más controlador que Muhr?

Sería una mentira si dijera que no me hizo falta, pero fue mejor así, sin su presencia pude manejar de manera más dosificada el cabreo de dos pares de cojones, que generaría mi declaración.

Por parte del Doc su cara fue digna de un poema cuando le dije a la poli que no levantaría cargos. Eso no se lo esperaba. Habíamos hablado más de una vez del tema y en todas: yo hundía a Diana en prisión por todo el tiempo que le pudiera conseguir y él me apoyaba al 100%. Al final de la declaración salió de la habitación sin mirarme y evidentemente decepcionado. Ni modo, tengo mis motivos.

Y luego Muhr tampoco se lo tomó muy bien que digamos. No me ayudó mucho que el Doc fuera el primero en decírselo, que tío para más cotilla, ya me imagino como se lo pintó, por que entró en mi habitación hecho una fiera lleno de indignación. No entendía “por qué” de mi cambio de opinión y no entendía “el por qué”” no se lo había dicho. Si no fuera “porque” era su cumpleaños, eso habría terminado en pelea. Hasta donde sé, no es mi dueño y yo puedo hacer lo que me salga de los huevos.

Claro que eso no fue lo que le dije…

Aunque no pude decirle toda la verdad, hice todo lo que estuvo de mi parte para apegarme a ella lo más posible, luego de miradas caídas, sonrisas coquetas, robarle uno que otro beso… al final comprendió mis motivos y estuvo de acuerdo con ellos, …“ya bastante aporreo he pasado en poco tiempo y lo que menos deseo es que toda esta situación se extienda más, lo que más deseo es cortar con todo, ya suficiente tengo en mis manos con el juicio hacia mis padres como para agregar otro más hacia la Oxigenada”… realmente estaba cansado de eso y deseaba dar vuelta la página.

La llegada de Selena, Vlad y su tía, dió por terminada esa horrible charla, Selena había prometido traer la torta sorpresa… y cumplió. Le trajo la torta a Muhr y a mí la sorpresa: porque sus padres entraron de la mano  y junto a ellos el doctor Mortis.

Fue todo tan surrealista, parecía que estábamos en la dimensión paralela de “todos amamos la relación de Muhrder y Qhuinn”.

La señora Black traía una sonrisa enorme y no se detuvo en el saludo a su hijo, se me acercó y me saludo con un beso en la mejilla y una sonrisa radiante, yo era al parecer el único en shock, los demás eran risas y saludos. Yo me sentía el único extraño en este mundo feliz. El señor Black fue más cauteloso, luego de saludar a su hijo, se me acerco y solamente apretó mi mano, me miró fijamente y solo vocalizo un “gracias”. Yo le regresé una mueca por sonrisa.

En ese momento entendí el motivo de tanto cariño hacia mi persona. Ya deben saber que no denuncie a Diana. 

Ahora que lo pienso, el único con una cara de pocos amigos era el Doc Mortis, no sé qué pasaba entre el Doc y el padre de Muhr, pero estaban evidentemente distanciados, ¿será…? No… imposible.

Luego del canto y soplada de velas, el doctor Mortis se encargó de despejar la habitación, dijo que no podíamos estar todos, asi que tras unas despedidas rápidas todos se marcharon excepto Muhrder.

Nunca he estado más agradecido con el oportuno doctor, realmente me estaba costando un riñón soportar la presencia de los padres de Muhr y además tener que sonreírles. Amo a Muhr, pero ya veía que acortar la distancia entre sus padres y yo, iba a ser un trabajo duro y muy largo.

Suspiré y mis pensamientos regresaron al presente…

Le escribí un mensaje a Muhr:

SMS: MOSHI PIENSA EN COSITO

No hubo respuesta, ya mañana lo leería. Bloquee el móvil y me acurruque lo mejor que pude. Mi móvil vibro, no me aguanté y leí su mensaje:

SMS: COSITO PIENSA EN MOSHI

Sonreí y bloquee nuevamente el móvil. Por Muhr cualquier sacrificio valía la pena. Estaba locamente enamorado de él.

Al fin había logrado un poco de comodidad  y mis ojos comenzaban a cerrarse por sí solos, el tiempo había pasado y ya era bastante tarde, mi cuerpo ya se sentía más y más pesado. Ahora solo me quedaba enfrentarme al siguiente raund ya que en unas horas vendría la madre de Muhrder en su calidad de abogada para ponerme al día con el juicio. Solo espero que no haya más sorpresas.

  
--- AL DÍA SIGUIENTE ---


Muy ejecutiva y con la pinta de toda una profesional llego aquella mañana la señora Black, con su traje de dos piezas, tacones altos, maletín y aquellas gafas que le daban un aire ejecutivo y serio. Muy puntual a las 9:30 de la mañana llegó a mi habitación según lo acordado. Sin embargo, su rostro estaba enmarcado por una sonrisa que no podía ser más feliz, salvo claro, que fuese un perro con dos colas. Al entrar lo primero que hizo fue olvidarse de su maletín vintage y acortar la distancia que nos separaba para brindarme un apretado abrazo, tal como si fuésemos amigos de toda la vida.

¿Podría existir algo más incómodo que eso? Por lo mismo carraspeé y al instante me soltó

-Disculpa, pero me alegra tanto verte bien y recuperado –me dio un par de palmaditas en la mejilla-

-Bueno, vamos al grano. Póngame al tanto de lo que ha pasado señora Black

-Tienes razón

Sonrió radiante hacia mí, me contuve de rodar los ojos mientras ella sacaba toda la documentación y me la entregaba, eran extensas actas y escritos legales en los cuales se mencionaban un montón de leyes y dictámenes de la corte, de solo ojearlos me daba fiaca leerlos, además, de seguro entendería menos de la mitad.

-¿Porqué no me hace usted el resumen? De verdad que no entiendo nada de cosas legales. –volvió a darme aquella sonrisa Colgate junto con unas palmaditas en mi mano escayolada-

-Pues bien, después de un largo proceso penal donde tus padres permanecieron en prisión preventiva mientras se hizo la investigación del caso, el estado tomó el papel de representarte en las audiencias debido a que tenías la imposibilidad de recurrir a la corte y por sobre todo porque ante los ojos de la ley, eres un menor de edad y hubo varias leyes que protegen a los menores que sufrieron algún grado de infracción por el actuar irresponsable de tus padres. Frente al caso la corte ya dio su veredicto –durante su discurso mantuve mi mejor cara de póker, sin embargo mis manos ya comenzaron a sudar- a la señora Lohstrong le fueron exonerados todos los cargos, por lo tanto quedó en libertad el mismo día –de una carpeta extrajo un sobre y me lo entregó- ella me pidió que te hiciera entrega de esto, ya que iba a salir fuera del país

Se me hizo chinitos en la piel mientras observaba el sobre y mi corazón latía como el de un conejo asustado, pero al mal paso darle prisa, dicen por ahí, así que lo abrí y lo leí en silencio

Querido hijo:
De verdad lamento todo por lo que has pasado, jamás me hubiese imaginado que mis actos te afectarían hasta este punto, pensé que hacía lo mejor para ti, puesto que desde siempre he sabido que no he nacido para ser madre, debo ser de las pocas mujeres que han nacido sin el instinto materno, por lo mismo velé porque tuvieses un techo y el dinero suficiente para que lograras tener una vida tranquila y en libertad, sobre todo esto último. Siempre he vivido de esa manera, sin limitaciones y ataduras que me retuvieran en algún lugar. Tu padre compartía mi estilo de vida y por eso apenas tu tuviste edad te brindamos este mismo privilegio.
Mi querido Qhuinn, mientras tú estás leyendo esta carta, yo me encuentro en vuelo hacia la casa de mi familia, de seguro te sorprende, pero desde el momento en que me casé con tu padre, ellos me repudiaron, no comprendían mi necesidad de vivir sin ataduras, sin embargo ahora que mi abogado está realizando todas las gestiones para el divorcio ellos me han aceptado de nuevo, así que volveré a Nueva Inglaterra.
Sé muy bien que esta es una manera muy cobarde de pedirlo, pero espero que algún día puedas perdonarme por todo lo que te hice y por lo que no hice contigo, pero de verdad, no pude juntar el valor para ir a ti una vez más, puesto que no podría soportar ver tu mirada de desprecio ya que eres mi hijo y a pesar de todo te amo con todo mi corazón.
Espero de verdad que algún día nuestros caminos se crucen nuevamente.
Se feliz mi querido Qhuinn

Mamá

-¿Qhuinn? ¿Qué sucede? Te has puesto pálido ¿debo llamar a la enfermera? Es tu madre ¿verdad? ¿Qué te ha dicho? –Arrugué la dichosa carta en un puño y aunque me sentía destrozado por la falta de habilidades blandas de mi madre no me derrumbaría ahora, no frente a ella-

-¿Y mi padre? ¿Qué le sucedió a él? –Ella hizo el ademán de decir algo, sin embargo se guardó sus palabras para volver a su posición de profesional-

-El señor Lohstrong fue condenado a 15 años de prisión bajo los cargos de maltrato hacia un menor, abandono, malversación de fondos, estafa, lavado de dinero e intento de asesinato.

-¿Pero cómo es posible? Siempre me dieron menos de lo necesario para  vivir, no es posible que tuviese dinero… y… ¿Y a quien quiso matar? –me temía la respuesta-

-Qhuinn, escúchame con atención, cuando falleció tu abuelo el te dejó como único heredero –esto tenía que ser un chiste- lo sé, jamás te lo dijo y fue porque él quiso adueñarse de tu herencia, manipuló a tu madre para llevársela lejos, durante mucho tiempo él intentó poner sus manos en ese dinero, sin embargo tu abuelo fue muy astuto y dejó toda la documentación con su abogado guardado en un fideicomiso que se encuentra congelado hasta que tu lo recibas. Al igual que la mansión, como tu padre no la pudo vender ha estado rentada desde el momento que cambiaste de domicilio.

-No puede ser…

-Pues sí que lo es, estaba en los planes del señor Lohstrong… pues… hacerte desaparecer, el sicario estaba ya contratado. Lo siento hijo…

-Jodida mierda –esto era increíble y de pronto una idea llegó a mi cabeza- ¿de cuánto dinero estamos hablando como para que mi padre llegara ese extremo?

-Es mucho dinero… 8 cifras –expulsé todo el aire contenido ¿8 cifras? Era jodidamente rico - …y como se encuentra invertido, a lo largo de los años los intereses han hecho que la cifre aumente –jodida mierda- Aún hay más, la mansión es tuya y a penas cumplas la mayoría de edad ya puedes disponer de ese inmueble como tu desees, con respecto al fideicomiso hay unas clausulas que debes respetar –revolvió nuevamente la documentación- solo hay tres formas para que recibas tu herencia; la primera: es que debes graduarte con una profesión, la segunda: es que debes cumplir 25 años y la tercera: simplemente debes casarte.

Si decides estudiar, tus estudios y los gastos que se deriven de ellos, serán pagados de manera automática por el fideicomiso, si optas por no dar continuidad a tus estudios solo recibirás una pensión de gracia que equivale a una cifra bastante paupérrima –reí sin humor, seguiré siendo pobre-

¡Jodida mierda! El abuelo sí que supo hacer bien su jugada, el siempre quiso que estudiara. Tuve que parpadear varias veces para mantener a raya mis lágrimas. Me emocionaba saber que mi Abu, incluso de muerto aún me protegía. La señora Black carraspeó, lo que me sacó de mi nostalgia.

-Qhuinn, quería darte las gracias, muchas, muchas gracias, el que no denunciaras a Dianita ha significado mucho para mí y para mi matrimonio. Hay algunos… asuntos que es mejor dejar guardados donde están y hubiese sido muy dañino para mí que salieran a la luz. Estoy infinitamente agradecida de que mi hijo encontrara a un joven tan noble como tú. Déjame prometerte algo, te prometo ser la mejor madre para Muhr y para ti.

Estrujé la carta que aun quemaba en mi mano. Para madre ya tuve suficiente.

-Sé que usted tiene las mejores intenciones señora Black y una de las cosas que he sacado en claro de todo lo que he pasado es que siempre debo ser directo y claro. Permítame decirle que el no haber realizado la denuncia hacia la Rubia Cabeza Hueca no fue por usted ni por su marido, fue otro motivo de mayor peso el que me hizo cambiar de opinión, motivo que no voy a aclarar en este momento, así como usted tiene sus asuntos privados, yo también tengo los míos. Por otra parte, de  verdad no necesito otra madre, así que no se preocupe por desempeñar ese rol porque no lo quiero ni necesito, solo le agradecería que volviera a ser la de antes con Muhrder, él la necesita y extraña. Sólo ame a su hijo.

Ella asintió, parecía un tanto desconcertada por mis palabras pero no replicó ninguna de ellas. Luego, continuó explicándome algunos asuntos legales más hasta que llegó el momento de la despedida, la cual no fue tan expresiva como su saludo inicial.

-Señora Black, desearía pedirle algo, todo el asunto de la herencia le agradecería que quedara bajo confidencialidad, nadie debe saber sobre el fideicomiso.

-Pierde cuidado Qhuinn, soy muy profesional. Todo lo que tratemos quedara entre nosotros, violar el secreto abogado-cliente me costaría mi carrera. –luego de eso, solo se marchó.